Orgullo jotero: de la censura eclesi¨¢stica y el franquismo a la experimentaci¨®n?de?vanguardia
El baile tradicional de la jota recorre m¨¢s de dos siglos de historia y salta a la actualidad como Manifestaci¨®n Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial
Las an¨¦cdotas suelen tejer las entretelas de la historia. Y alrededor de la jota, que ha sido nombrada recientemente Manifestaci¨®n Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial por el Ministerio de Cultura y Deporte, la primera llega atravesada por la censura.
¡°El dato que tenemos del origen de la jota viene de la parte danzada. Y es de 1732 cuando un cura de Calaceite, en la provincia de Teruel, prohibe un baile que hac¨ªa la gente del campo porque lo consider¨® pecaminoso. Ese es el primer baile de ra¨ªz¡±. Lo explica al otro lado del tel¨¦fono Carmelo Artiaga, presidente de la Academia de las Artes del Folklore y de la Jota de Arag¨®n, ex bailar¨ªn, core¨®grafo y profesor de danza, que en los a?os 80 del siglo pasado ense?¨® jota en Mosc¨² en la prestigiosa Escuela del Ballet del Teatro Bosh¨®i. ¡°Me ofrecieron una beca para estudiar all¨ª y acabaron pidi¨¦ndome que les ense?ara a bailar la jota porque imprim¨ªa car¨¢cter. As¨ª que iba traduciendo los pasos al franc¨¦s, que es el idioma del ballet, y me las apa?¨¦¡±. Tanto Artiaga como la academia que preside son pioneros en la lucha por el reconocimiento internacional de la jota, en este caso de Arag¨®n, declarada ya Bien Inmaterial en 2013. ¡°En 2021 nos llamaron del Ministerio de Cultura para decirnos que si abr¨ªamos la candidatura a otras comunidades podr¨ªa tener m¨¢s ¨¦xito. As¨ª que despu¨¦s de pensarlo mucho, eso hicimos¡±.
La reciente declaraci¨®n oficial sobre la jota funciona como antesala para que este g¨¦nero musical y danzado sea nombrado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. ¡°Sin duda es una buena noticia, pero creo que m¨¢s all¨¢ del t¨ªtulo se necesita una profunda reflexi¨®n alrededor del tema¡±. Habla Miguel ?ngel Berna, core¨®grafo y bailar¨ªn exponencial en la jota desde hace d¨¦cadas. ¡°Tenemos un verdadero problema de relevo generacional. Hay jotas en todas las comunidades aut¨®nomas y es una de las principales patas de la danza espa?ola, pero hay muy poco repertorio en activo¡±. Creador de m¨¢s de treinta obras, Berna es abanderado en trabajar la jota desde la apertura hacia otras expresiones danc¨ªsticas. ¡°Hay que decir las cosas, es importante hablar claro, y la riqueza danc¨ªstica de la jota no se est¨¢ aplicando¡±. El pr¨®ximo mes de diciembre se despedir¨¢ de los escenarios con el trabajo Rematadora.
Virtuosismo jotero
M¨¢s de dos siglos sobrellevan en volandas a la jota, dentro y fuera del escenario, pero tambi¨¦n dentro y fuera de nuestro pa¨ªs. Marta Vela, m¨²sica y escritora, lo conoce bien y en su libro, La jota, aragonesa y cosmopolita: De San Petersburgo a Nueva York (Pregunta Ediciones), incide en este aspecto viajero y abierto que consagr¨® al g¨¦nero durante el siglo XIX. ¡°Era el siglo del virtuosismo y en este sentido, la jota da pie al lucimiento de los bailarines, m¨²sicos y cantantes¡±, explica. O cantadores, bailadores y tocadores tal y como advierte Carmelo Artiaga, ¡°con `d?, para diferenciarlos de otras disciplinas¡±.
¡°Se requiere de mucha fuerza y resistencia para bailar bien la jota¡±, declara Rub¨¦n Olmo, director del Ballet Nacional de Espa?a. ¡°Y una coordinaci¨®n muy precisa de palillos y pasos¡±. Cuenta que en este sentido tanto ¨¦l como muchos otros bailarines de diferentes generaciones se lo deben casi todo a Pedro Azor¨ªn, maestro jotero fallecido en 2001. ¡°Bailarines de diferentes especialidades ¨ªbamos a la escuela Amor de Dios de Madrid para recibir sus clases de jota. Nos ayudaba a fortalecer el cuerpo y coger t¨¦cnica y estilo¡±. Azor¨ªn firma la jota que se incluye en la obra Romance (1996), creada por Juanjo Linares para el BNE. Solo hay otro espect¨¢culo dedicado a la jota dentro de la compa?¨ªa estatal: La Jota de la Dolores. A mi padre, coreografiada por Pilar Azor¨ªn, hija del maestro, en una iniciativa que tuvo Antonio Najarro, entonces director de la agrupaci¨®n.
Tradici¨®n, s¨ª; arqueolog¨ªa, no
En el folclore, tradici¨®n y vanguardia conviven de manera m¨¢s o menos amistosa. ¡°Hace poco le¨ª que la tradici¨®n que se queda estancada no es tradici¨®n, sino arqueolog¨ªa¡±, explica Bel¨¦n Mart¨ª Lluch, codirectora y bailarina de la compa?¨ªa Mucha Muchacha, que ubica su discurso en la parte m¨¢s experimental de la danza espa?ola. Al comienzo de su ¨²ltimo espect¨¢culo, Para cuatro jinetes, las cuatro int¨¦rpretes del colectivo bailan jotas de diferentes comunidades aut¨®nomas, mu?eiras, verdiales¡ sin m¨¢s vestuario que un tanga. ¡°Ten¨ªamos la necesidad de ver c¨®mo se mueven los cuerpos, la carne, la piel, cada vez que se salta y se agita. Sorprende y no est¨¢ normalizado, como s¨ª ocurre en la danza contempor¨¢nea, donde el desnudo lleva d¨¦cadas en escena¡±.
En esta l¨ªnea de investigaci¨®n corporal contempor¨¢nea, tambi¨¦n se sit¨²a el discurso de Lara Brown, core¨®grafa y bailarina que viene experimentando alrededor de la jota de Castilla y Le¨®n, un baile que conoce bien desde que era ni?a, cuando lo practicaba en Covarrubias, Burgos. ¡°Ten¨ªa cinco a?os y bailaba en un grupo de adultos que viajaba y actuaba mucho. Yo era algo as¨ª como la mascota o incluso la celebrity. M¨¢s tarde me empez¨® a provocar rechazo y ya de adulta he decidido investigar por qu¨¦ me alej¨¦¡±. ?Y qu¨¦ fue?. ¡°La dictadura franquista se apropi¨® de la jota, la deriv¨® a la secci¨®n femenina y al grupo de Coros y Danzas. Pero aquello ten¨ªa muy poco que ver con la jota que bailaba el pueblo. Se pulieron movimientos, se rebajaron, de alg¨²n modo. Me interesa la originaria que constru¨ªa un espacio para la libertad y hac¨ªa del movimiento algo improductivo¡±, explica. El pr¨®ximo 21 de julio mostrar¨¢ Bailar lo salvaje, trabajo en el que reflexiona sobre ello desde la performance y la creaci¨®n contempor¨¢nea en el Festival Paisaje de Villamalea, Albacete.
¡°La jota y el break dance vienen de lo mismo, son bailes de la calle¡±, declara Artiaga, que subraya la importancia de Isabel Zapata, mujer clave en la historia bailada de este g¨¦nero y profesora de la Escuela de Jota Aragonesa creada en 1940. ¡°Ella fue quien recuper¨® todo lo que hoy conocemos del baile de la jota. Por su estudio pasaron nombres tan importantes como el de V¨ªctor Ullate y Carmen Roche¡±. Sobre la horizontalidad de este baile y sus or¨ªgenes populares tambi¨¦n incide Miguel ?ngel Berna. ¡°Cuando hice La Dolores en el Teatro Real, Jos¨¦ Carlos Plaza su director me dijo: `quiero que bailes por hambre?. Supuso situarme en el mundo rural, de esfuerzo y hambre del que proviene la jota. Y lo entend¨ª todo. Es importante no olvidar su origen, pero tambi¨¦n su evoluci¨®n y no encasillarla como algo intocable. Meterse bien adentro, perderle el miedo y apoyarla m¨¢s all¨¢ de este nuevo t¨ªtulo¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.