Emocionante indulto de un ¡®miura¡¯ en Sanl¨²car de Barrameda

El indulto de Guineo, un toro de Miura de bella estampa y 580 kilos de peso, fue m¨¢s que merecido por su emocionante juego en los tres tercios de la lidia, por su bravura, su nobleza, su casta, su clase y su duraci¨®n en la muleta. Este es el segundo toro de este hierro al que se le perdona la vida tras el indulto de Tahonero, en la plaza sevillana de Utrera el 22 de junio de 2019, y que fue lidiado por Manuel Escribano.

El suceso de ayer acaeci¨® en la plaza gaditana de Sanl¨²car de Barrameda con motivo de la V Corrida Magall¨¢nica para conmemorar la vuelta al mundo; como es habitual, el ruedo estaba profusamente adornado, en el que sobresal¨ªa el dibujo de un gran drag¨®n marino en el centro, sobre 25.000 kilos de sal te?ida, y las tablas de la barrera luc¨ªan 81 apuntes art¨ªsticos sobre distintos aspectos de la tauromaquia. Los autores de la obra son el artista sanluque?o Joaqu¨ªn Lara y la pintora alemana Uta Geub, afincada en la localidad gaditana.

En ese marco se lidi¨® una corrida del legendario hierro sevillano, muy bien presentada, que ofreci¨® un juego meritorio en los caballos y un comportamiento muy desigual, a excepci¨®n de ese segundo toro al que se le perdon¨® la vida.

La primera nota destacable de Guineo es que no parec¨ªa de Miura ni por sus hechuras, ni por su cara ni por su forma de humillar en los primeros capotazos de su lidiador, Esa¨² Fern¨¢ndez. Fue largo en los esbozos de ver¨®nicas del torero, y acudi¨® con la cara alta, pero con mucha codicia al caballo que montaba Manuel Jes¨²s Ruiz en el primer puyazo; el toro demostr¨® su bravura en el segundo, en el que empuj¨® con toda su fortaleza, derrib¨® a la cabalgadura, corne¨® el peto con fiereza y cost¨® un mundo que abandonara la pelea. A¨²n le quedaron ganas de sentir la puya de nuevo y acudi¨® al caballo por tercera vez cuando el picador hab¨ªa enfilado el camino del patio de cuadrillas.

Galop¨® con alegr¨ªa a la llamada de los banderilleros, si bien levant¨® la cara en el momento del encuentro, y demostr¨® su clase en el tercio final. Esa¨² Fern¨¢ndez lo mulete¨® a placer por los dos pitones, la mirada del toro fija en el enga?o, humillado siempre, con largo recorrido e incansable en sus embestidas.

La faena fue discreta a pesar de la entrega y decisi¨®n del torero, pero la calidad del animal no pas¨® desapercibida para los aficionados, que pidieron el indulto, que fue concedido con justicia por el presidente.

El resto del festejo tuvo el inter¨¦s propio de una corrida de este hierro, muy bien presentada para una plaza de tercera y con las dificultades que lo han hecho famoso.

Antonio Ferrera le cort¨® una oreja a su primero, un animal muy fiero de salida y que plante¨® no pocas dificultades. El cuarto, el ¨²nico realmente manso en el primer tercio, destac¨® por su car¨¢cter violento.

David Galv¨¢n poco pudo ofrecer ante el corto viaje de su primero, y tampoco el sexto, un sobrero que sustituy¨® a un titular que se lesion¨® de salida en una pata, le permiti¨® desarrollar el toreo elegante del que hace gala.

Grande y con aspecto desafiante fue el quinto, pero desbordante de soser¨ªa, por lo que la entrega de Fern¨¢ndez no obtuvo el resultado deseado.