?pera sobre ruedas
Dos iniciativas premiadas, del Palau de les Arts y del Teatro Real, acercan el teatro a poblaciones con dif¨ªcil acceso a este g¨¦nero
Quedan apenas unas horas para que empiece la ¨®pera, el regidor saca del bolsillo de sus bermudas un botecito de pl¨¢stico naranja fosforito. ¡°?Quieres? ?No? Te vas a arrepentir¡±, anticipa y se embadurna las piernas con el espray. Ni el repelente antimosquitos ni tampoco las bermudas las llevar¨ªa en el Palau de les Arts, pero la funci¨®n de hoy lo exige porque, en pleno verano, han improvisado un teatro en una plaza de pueblo. Su asfalto acoge una platea de sillas de pl¨¢stico orientadas todas hacia el contenedor de un cami¨®n que se convertir¨¢ en el escenario para un p¨²blico primerizo en esto de la ¨®pera: los vecinos de Banyeres de Mariola (Alicante).
Los curiosos que ocupan este patio de butacas, cerca de quinientos, han venido a ver La Ventafocs, una adaptaci¨®n al valenciano de la opereta Cendrillon, de Pauline Viardot. Es la obra que ha elegido el proyecto Les Arts Volant, en su s¨¦ptima edici¨®n, para llevar a 17 pueblos de la Comunidad Valenciana y tres barrios de Valencia. Quieren sacar la ¨®pera del teatro y enamorar a un p¨²blico que no suele tener f¨¢cil acceso a este g¨¦nero. Un objetivo que les ha valido este a?o el premio a la Mejor Iniciativa de Fomento y Difusi¨®n de la L¨ªrica que otorga la asociaci¨®n ?pera XXI.
?Y c¨®mo se lleva la ¨®pera a un municipio de 7.000 habitantes a unos 100 kil¨®metros de Valencia? Pues en cami¨®n. En varios para ser exactos. El m¨¢s grande, sin uno de sus paneles laterales, parece una gran caja de zapatos destapada que hubieran colocado de lado. En su interior, como un espect¨¢culo de marionetas, se representar¨¢ la escena. Detr¨¢s del panel que a¨²n le queda, y a pocos metros de distancia, otro cami¨®n m¨¢s peque?o esconde en su interior un camerino. A un lado, una mesa mostrador, dos sillas y un gran espejo con marco de bombillas. El resto de paredes est¨¢n cubiertas por ropa expuesta en percheros que cuelgan del techo.
Aqu¨ª trabaja ahora Eva Viana. En el teatro, el departamento de caracterizaci¨®n est¨¢ formado por siete personas; a Banyeres de Mariola han venido dos. Viana despliega sobre la mesa un malet¨ªn como los que se usan para organizar tornillos, pero repleto de horquillas. Coge varias y cuenta mientras pone una peluca: ¡°La principal diferencia entre hacer la obra aqu¨ª o en el teatro es la comodidad. Lo llevamos todo en el cami¨®n y lo tenemos que montar. Las pelucas van m¨¢s movidas, hay que retocarlas cuando llegamos. Una vez empieza la funci¨®n tambi¨¦n tenemos que estar pendientes de los cantantes porque sudan m¨¢s. Intentamos que no haya diferencia entre el trabajo que hacemos aqu¨ª y el del teatro¡±.
Pocos minutos despu¨¦s, la soprano italiana Federica di Trapani sale del cami¨®n camerino maquillada, con su pelo moreno escondido tras la media melena rubia platino que le ha colocado Viana. Habla espa?ol perfecto y lleva meses prepar¨¢ndose el mitj¨¤ de valenciano, as¨ª que no le ha costado cantar en este idioma. De las pocas cosas que esta funci¨®n no tiene, por cuestiones t¨¦cnicas, son subt¨ªtulos y por eso se representa traducida: ¡°Esta obra es en franc¨¦s y si no lo hablas cuesta entenderla. As¨ª el p¨²blico la siente m¨¢s cercana¡±.
Todo est¨¢ ya casi listo. Di Trapani pasea en c¨ªrculos entre los metros que separan las ruedas de ambos camiones. Hace gorgoritos, practica escalas. Calienta la voz porque apenas quedan ya unos minutos para salir a escena. El equipo parece ahora una colonia de hormigas que va de ac¨¢ para all¨¢ rodeando los veh¨ªculos como si fueran dos migas de pan. Los andares ayudan a distinguir qui¨¦n es cantante y qui¨¦n t¨¦cnico: los primeros pasean err¨¢ticos para conseguir la concentraci¨®n que exige su personaje, los segundos caminan decididos para cumplir su tarea.
¡°Est¨¢ permitido encender los m¨®viles, grabar, compartir las fotos en redes sociales¡±. Esta locuci¨®n, opuesta a la que se escuchar¨ªa en el teatro, da el pistoletazo de salida y el ritmo se torna fren¨¦tico. El pr¨ªncipe de este cuento sale de la trasera del cami¨®n, baja las escaleras porque el escenario est¨¢ algo elevado. A la carrera se quita la capa y en un hueco entre los dos veh¨ªculos, entre bastidores, le esperan un miembro del departamento de vestuario y otro de caracterizaci¨®n. Uno le echa gomina. Otro le pone los pantalones. Y ¨¦l mientras se abrocha los botones de la camisa. En un par de minutos est¨¢ listo para salir de nuevo.
El coordinador de todo este caos es ?scar Chocarro, el regidor del repelente. No habr¨ªa estado de m¨¢s seguir su recomendaci¨®n, porque los mosquitos se ensa?an con los tobillos sin protecci¨®n, aunque se vistan pantalones largos. ¡°Son uno de nuestros grandes problemas¡±, confiesa Chocarro. Y contin¨²a: ¡°Aqu¨ª pueden surgir m¨¢s imprevistos, sobre todo t¨¦cnicos. Puedes pisar un cable, el aire puede hacer que se muevan los telones de manera no deseada¡ Hay que ir improvisando soluciones¡±. O, como ha pasado esta noche, que un coche de polic¨ªa estacione cerca y haga que el sonido se acople porque su frecuencia es la misma que la que est¨¢n usando los t¨¦cnicos.
@elpais ?C¨®mo se lleva la ¨®pera a un municipio de 7.000 habitantes a unos 100 kil¨®metros de Valencia? En cami¨®n. El equipo de Les Arts Volant nos ense?a c¨®mo es hacer una funci¨®n de ¨®pera ambulante #opera #planesgratis #planesdevrano #operaentiktok #palaudelesarts #lesarts #valencia
? sonido original - El Pa¨ªs
Acaba la funci¨®n y los vecinos de Banyeres de Mariola se arremolinan frente al escenario. Una foto con los cantantes por aqu¨ª, una felicitaci¨®n por all¨¢. Gran parte del p¨²bico era hoy infantil y ellos tambi¨¦n se quieren acercar. Seguro que se habr¨¢ sembrado la semilla de la ¨®pera en alguno de ellos, como el a?o pasado le pas¨® a Teresa. Esta ni?a de unos cinco a?os acudi¨® con sus padres a una funci¨®n de El tutor burlat y le alucin¨®. Acab¨® asistiendo a cuatro m¨¢s y en la ¨²ltima llev¨® una carta a cada cantante. La m¨¢s especial, a su favorita, Saray Garc¨ªa. La soprano la tiene enmarcada en su estudio: ¡°Es muy bonito saber que hemos influido tanto en la vida de alguien. En un futuro no se acordar¨¢ de m¨ª, pero igual le ha quedado el recuerdo de eso que vio. No sabemos a qu¨¦ se va a dedicar, pero seguro que ser¨¢ una persona que va a querer vivir la cultura¡±.
?pera ambulante en versi¨®n concierto
A 400 kil¨®metros de Banyeres de Mariola, otro caluroso d¨ªa de verano, los vecinos de Boadilla del Monte (Madrid) asisten tambi¨¦n a una funci¨®n de ¨®pera ambulante. En esta ocasi¨®n versi¨®n concierto y organizada por el Real. La labor del escenario itinerante del teatro madrile?o, la Carroza del Real, tambi¨¦n ha sido reconocida; en su caso, con el Premio Europeo Art Explora-Academia de Bellas Artes que recibi¨® en diciembre de 2022.
A las 9 de la noche, una hora antes de que empiece la funci¨®n, ya se ha ocupado el 70% de las 500 sillas desplegadas delante del escenario. Se ven ni?os, aunque los menos. Desfilan vestidos largos que no desentonar¨ªan en un estreno del Real y se huelen perfumes de los que, a pesar de estar al aire libre, se quedan en la nariz varios minutos. Ya sentadas, tres se?oras bromean con que se podr¨ªan haber tra¨ªdo una botellita de champ¨¢n.
¡ª Nunca he ido al Real porque las entradas est¨¢n car¨ªsimas.
¡ª Yo estaba como loca por ir, pero esto es aqu¨ª y ?gratis!
El escenario es tambi¨¦n el contenedor de un cami¨®n, pero su panel frontal parece un pedacito del propio Real. La instalaci¨®n es exigente, seis horas de montaje y cuatro de desmontaje. Lo explica el director t¨¦cnico de la Carroza, Jes¨²s Rueda: ¡°Hemos salido de Arganda del Rey, donde est¨¢ el cami¨®n, a las siete de la ma?ana y cuando queramos llegar para dejarlo ser¨¢n las cuatro de la madrugada del d¨ªa siguiente. Es un decorado muy sensible, hay que tener cuidado. Hoy porque es en Boadilla del Monte, pero cuando estuvimos en Cantabria viaj¨¢bamos de noche, mont¨¢bamos en un sitio, com¨ªamos r¨¢pido, desmont¨¢bamos, dorm¨ªamos, viaj¨¢bamos.... Como se hac¨ªa antiguamente, lo que es el teatro ambulante de toda la vida¡±. El equipo que coordina trabaja con mimo, cuidando hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle. El contenedor, por ejemplo, lo pintan de negro cada vez que hay funci¨®n, al menos las partes visibles. ¡°El negro es muy bonito cuando est¨¢ nuevo, pero en el momento en el que pisas tres veces¡¡±, asegura Rueda.
El interior ya est¨¢ hoy pintado y seco. El piano, colocado. Lo tocar¨¢ Bel¨¦n Castillo. ?C¨®mo es tocar dentro de un cami¨®n? ¡°Curioso. Ac¨²sticamente es completamente diferente. Los cantantes van con micr¨®fono, claro. En el teatro no se microfonea absolutamente nada. Aqu¨ª es m¨¢s complicado, pero tambi¨¦n es un reto el saber amoldarte a lo que pueda pasar¡±, explica la pianista. Castillo ha terminado ya las pruebas de sonido y en unos minutos debutar¨¢ con la Carroza. Es su primera vez, pero ha o¨ªdo a sus compa?eros hablar tanto de la experiencia que no se aguantaba las ganas de probarla.
Al igual que Les Arts Volant, la Carroza se nutre de los artistas de su proyecto joven. El programa Crescendo en el caso del Real y el Centre de Perfeccionament en el del Palau de les Arts. ¡°Aqu¨ª es como tienen que ser las cosas. Te pagan por actuaci¨®n, te hacen un contrato, te dan de alta¡ que parece una cosa obvia, pero no¡±, valora Alejandra Acu?a. La mezzosoprano, que canta con la Carroza, le da especial importancia porque, asegura, los j¨®venes artistas suelen encontrarse en sus inicios con personas que a cambio de ¡°una oportunidad¡± pretenden evitar pagarles por su trabajo.
Acu?a, Sonia Su¨¢rez y Willingerd Jim¨¦nez, los tres cantantes del recital de hoy en Boadilla del Monte, se preparan en una sala del Palacio del Infante Don Luis. Aqu¨ª no hay camerino ambulante porque, al ser versi¨®n concierto, no requiere un maquillaje ni vestuario especial. Ellos mismos se arreglan y visten de gala para salir a escena. Su¨¢rez, sentada en un banco, se retoca el rimel mientras recuerda los momentos que ha vivido con la Carroza: ¡°En Castell¨®n sufrimos porque justo una hora antes de salir empez¨® a llover. Ven¨ªa una tempestad¡ Se empezaron a mojar los equipos, el piano¡ Sufrimos mucho, pero al final escamp¨® y pudimos hacer la funci¨®n¡±.
¡°Ten¨ªamos que hacer la prueba de sonido, porque era el ¨²nico momento que ten¨ªamos para ello. Empez¨® a caer esa tormenta y nosotros en medio tratando de hacer lo que pod¨ªamos con el agua hasta cayendo dentro del piano sin poderlo evitar¡±, a?ade Gim¨¦nez. Pero lo que m¨¢s le marca a este bar¨ªtono son los comentarios cuando se bajan del escenario y el p¨²blico se acerca a felicitarlos. ¡°Muchas veces me dicen: ¡®Mi pap¨¢, o mi abuelo, cantaba esa canci¨®n en casa¡¯. Me llega al fondo porque es un recuerdo de esa persona que ya no est¨¢¡±. Justo despu¨¦s de la funci¨®n, una se?ora se acerca a Su¨¢rez para decirle que se ha emocionado porque ha cantado una canci¨®n que son¨® el d¨ªa de su boda. Objetivo conseguido,:recordarle, aunque sea a una sola persona, que la ¨®pera tambi¨¦n forma parte de su vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.