Juan Antonio Bayona: ¡°Lo que me interesa del canibalismo es el concepto de entregar tu cuerpo a otro¡±
El cineasta clausurar¨¢ el festival de Venecia, antes de su estreno en salas y en Netflix, con ¡®La sociedad de la nieve¡¯, que recrea la tragedia a¨¦rea del accidente en los Andes que aun¨® antropofagia, entrega y solidaridad
En el camino a Lo imposible (2012) ya estuvo La sociedad de la nieve. Entre el material que Juan Antonio Bayona (Barcelona, 48 a?os) us¨® para entender y escribir el drama de Enrique ?lvarez, Mar¨ªa Bel¨®n y sus tres hijos ¡ªque lograron reencontrarse tras el pavoroso tsunami de diciembre de 2004 que arras¨® el sur de Asia y provoc¨® 280.000 muertos¡ª apareci¨® el libro del uruguayo Pablo Vierci sobre la tragedia del accidente a¨¦reo en los Andes en 1972. En ¨¦l se narra la historia de un grupo de personas (16 de los cinco tripulantes y 40 pasajeros) que sobrevivi¨® sin comida, recurriendo al canibalismo, a temperaturas bajo cero, a todo tipo de imponderables y desgracias, a sabiendas de que hab¨ªan sido dados por muertos: aun as¨ª, lograron lo imposible.
S¨ª, el t¨ªtulo de una pel¨ªcula surgi¨® de la semilla de otra, la que clausurar¨¢ el 9 de septiembre el festival de Venecia, despu¨¦s se proyectar¨¢ en el de San Sebasti¨¢n y llegar¨¢ a salas y a la plataforma de Netflix, su productora, probablemente a final de a?o. ¡°La sociedad de la nieve me ayud¨® mucho en el proceso creativo de Lo imposible, y recuerdo que en su ¨²ltimo d¨ªa de rodaje cerramos el acuerdo para comprar los derechos del texto de Vierci. Nos ha costado 10 a?os encontrar la financiaci¨®n¡±, cuenta Bayona por videollamada.
Dentro de ese mundo tan oscuro y tan terrible, aquellos chavales encontraron luz en el lugar m¨¢s inesperado¡±
El pasado jueves por la tarde, al cineasta le quedaban pocas horas para acabar sus vacaciones y desde ese destino realizaba la entrevista. Ha acompa?ado su pel¨ªcula en los pases previos de la Academia espa?ola de cine, cuyos miembros est¨¢n votando qu¨¦ t¨ªtulo representar¨¢ a Espa?a en los Oscar. ¡°Adem¨¢s, la semana que viene vamos a Uruguay, a ense?ar la pel¨ªcula a los actores y a los familiares de los supervivientes y de los fallecidos. Antes de Venecia, quer¨ªamos present¨¢rsela a ellos¡±. Ellos se siguen reuniendo cada 22 de diciembre, el d¨ªa en que fueron rescatados, en casa de uno de ellos, Roberto Canessa. ¡°Y sin su apoyo y el de las familias de las v¨ªctimas nunca hubiera podido rodarla¡±, incide Bayona.
Encerrados en un valle a 30 grados bajo cero
Ha pasado medio siglo desde que el 13 de octubre de 1972, el copiloto de un Fairchild uruguayo se equivoc¨®, por las nubes, y en mitad de los Andes vir¨® a trav¨¦s de las monta?as para encarar el aeropuerto de Santiago (Chile). En realidad, volaba 70 kil¨®metros atr¨¢s, por lo que el avi¨®n se estrell¨® en la cordillera. A bordo, cinco tripulantes y 40 pasajeros: 19 miembros del equipo de rugby Old Christians Club, y familiares, simpatizantes y amigos. En el impacto fallecieron tres tripulantes y 10 pasajeros. La primera noche, por los 30 grados bajo cero y las heridas, murieron cuatro m¨¢s. El d¨¦cimo d¨ªa, por un alud que sepult¨® los restos del fuselaje, fallecieron otros ocho. Y cuatro m¨¢s murieron en diversos momentos de los 72 d¨ªas aislados en uno de los lugares m¨¢s inh¨®spitos de la Tierra, aliment¨¢ndose primero de los pocos v¨ªveres que iban en las maletas y, despu¨¦s, de los cuerpos de los fallecidos. ¡°Con todo, 16 salieron, en un acto de supervivencia entendido no solo como algo f¨ªsico, sino tambi¨¦n como emocional. No solo el cuerpo, sino como ser pensante. Tiene que ver con la dignidad, que se convierte en su motor. Por ejemplo, cuando se echaron a andar a una muerte segura, por salvar al resto. Para m¨ª es un acto de fe, no en su faceta religiosa sino de dignidad. Encuentran sentido a la muerte al darse a los dem¨¢s. En el libro de Vierci se habla de esa idea: cuando el ser humano afronta una situaci¨®n extrema, tiende a ayudar... Eso me interesaba de aquella vivencia, que me emocionaba. C¨®mo dentro de ese mundo tan oscuro y tan terrible, aquellos chavales encontraron luz en el lugar m¨¢s inesperado¡±, explica el cineasta. ¡°Vierci escribe que cuando a un hombre se le quitan todas las capas, queda un coraz¨®n que se abre¡±.
?Para qui¨¦n vives? La pregunta se la hacen en los Andes y se la repite Bayona. ¡°En el tsunami, los ?lvarez Bel¨®n tuvieron 72 horas para salir de all¨ª. No les dio tiempo para redimensionar y entender qu¨¦ significa ser humano. Aunque ya estaba de fondo esa idea: sobreviven para que los otros no sufran el dolor de su p¨¦rdida. En Chile transcurrieron 72 d¨ªas en un contexto muy diferente. Les dieron por muertos, y era verdad: se mor¨ªan. Entonces, al no existir la vida, ellos tuvieron que reinventar la manera de relacionarse con las creencias y con sus v¨ªnculos¡±.
La carrera de Bayona se vertebra en historias que colocan a sus protagonistas al l¨ªmite, cara a cara ante la muerte. A partir de ah¨ª arranca la narraci¨®n: ¡°Me interesa porque nuestra sociedad huye de ese tema. Es una idea muy inc¨®moda. Y aunque son pel¨ªculas aparentemente oscuras o calificables de oscuras, las considero muy luminosas, porque albergan una visi¨®n muy optimista del ser humano. No puedes hablar de la vida sin entender que llegar¨¢ la muerte. ?Que si he pensado en mi muerte? Guillermo del Toro siempre dice que se vive para afrontar tus ¨²ltimos tres minutos de existencia, que todo lo que hayas hecho en tu devenir volver¨¢ en esos instantes. Ese viaje me interesa cinematogr¨¢ficamente. Con los supervivientes bromeaba dici¨¦ndoles que ellos hab¨ªan estado medio siglo intentando encontrar el sentido a lo que vivieron en la monta?a, y yo solo ten¨ªa dos a?os de pel¨ªcula para lograrlo¡±.
El papel de los artistas es el contacto con una historia para intentar encontrar sentido a la realidad, porque no la tiene¡±
?Ha vivido Bayona alguna experiencia de este calibre? ¡°No, y como no la he tenido seguramente me atrevo a filmarlas. Billy Wilder contaba que cuando estaba deprimido hac¨ªa comedia, y en sus estados de felicidad rodaba pel¨ªculas deprimentes. Yo filmo estos hechos gracias seguramente a la inconsciencia de no haber encarado una experiencia similar. Lo mismo cuando me ocurra no voy a saber d¨®nde meterme, o dirijo una comedia, que me lo lleva reclamando desde hace a?os mi madre¡±.
?Por qu¨¦ retornar a los Andes, a un accidente contado en varias pel¨ªculas, incluso una de Hollywood como ?Viven! (1993), de Frank Marshall ¡ªel productor de Bayona en Jurassic World: el reino ca¨ªdo¡ª, y en distintos libros? ¡°Porque, como dice Vierci, se ha mostrado qu¨¦ pas¨®, pero no qu¨¦ les pas¨®¡±, responde r¨¢pido. Solo el escritor uruguayo logr¨® hablar con los 16 supervivientes para su La sociedad de la nieve, porque hab¨ªa ido al colegio con varias de las v¨ªctimas. M¨¢s a¨²n, en el accidente falleci¨® su mejor amigo. El texto, prodigioso, engarza las confesiones en primera persona de los 16 en los cap¨ªtulos pares, mientras que en los impares relata cronol¨®gicamente los acontecimientos. ¡°El primer espectador siempre es uno mismo, porque tambi¨¦n me gusta entrar en las pel¨ªculas desde la reacci¨®n intuitiva, no me gusta pensarlas demasiado, sino sentirlas. Y desde ah¨ª, elaborarlas. Julio Medem dice que primero es el sue?o y luego le buscas el significado. As¨ª defino el hecho creativo, como algo intuitivo. Como en la experiencia de los Andes: qu¨¦ sentido tiene lo que vivimos, por qu¨¦ nos pas¨® esto, se preguntan los supervivientes¡±, cuenta el director. ¡°Al final, ese tambi¨¦n es el papel de los artistas, el contacto con una historia para intentar encontrar sentido a la realidad, porque no la tiene¡±.
Nuestra sociedad huye de la muerte. Es una idea muy inc¨®moda. Y aunque mis pel¨ªculas son aparentemente oscuras, las considero muy luminosas, porque albergan una visi¨®n muy optimista del ser humano¡±
Bayona no quiere acabar con la reflexi¨®n: ¡°Lo importante es plantearte esa pregunta, colocar al espectador delante de esa experiencia tan extrema que de alguna forma piense en s¨ª mismo. Debes trascender la an¨¦cdota para tocar aquellos temas que son universales. Lo dec¨ªa Roberto Canessa: ¡®La gente quiere saber sobre nuestra historia porque quiere saber d¨®nde est¨¢n sus propios l¨ªmites¡¯. Y eso me hac¨ªa pensar que en el fondo nosotros tambi¨¦n vemos pel¨ªculas para saber c¨®mo reaccionar¨ªamos en esas situaciones¡±.
Uno de los cuatro fallecidos por heridas se despidi¨® de sus compa?eros asegurando que se iba contento porque los otros iban a salir, y dio permiso para que se alimentaran de ¨¦l. ¡°Lo que me interesa del canibalismo es el concepto de entregar tu cuerpo a otro, m¨¢s all¨¢ de lo simb¨®lico. Ninguno de esos cuatro mueren de mala hostia, sino que entienden que llegar¨¢n a casa a trav¨¦s de sus compa?eros. Transforman la entrega de la carne en algo tangible. El h¨¦roe no se puede asimilar a la persona que lleg¨®, sino que no se puede entender sin aquel que hizo posible que ¨¦l llegara; los h¨¦roes an¨®nimos, una idea desde luego m¨¢s europea que hollywoodiense¡±.
Un rodaje extremo
La sociedad de la nieve se ha rodado en Uruguay, Sierra Nevada (Granada) ¡ªdonde se recre¨® el valle en el que acabaron tras el accidente¡ª y Madrid, en los estudios de Netflix. Este diario pas¨® un d¨ªa en el rodaje, en la jornada 135 de los 138 d¨ªas de filmaci¨®n, con Bayona dirigiendo a la vez a tres unidades que recreaban momentos muy distintos. No hay cifra oficial de presupuesto, aunque fuentes de la industria hablan de m¨¢s de 65 millones de euros. En aquel noviembre de 2022, el director parec¨ªa feliz, consciente de todas las herramientas a su alcance y liderando a un equipo que se acercaba al final del viaje. ¡°Me di cuenta¡±, recuerda ahora, ¡°de que la pel¨ªcula necesitaba meterse en la monta?a, pasar fr¨ªo y hambre, atravesar una peque?a parte de lo que experimentaron los supervivientes para entender lo que fue aquello. Los actores adelgazaron. Son chavales muy j¨®venes, la mayor¨ªa con poca experiencia frente a la c¨¢mara, rodando juntos en una situaci¨®n muy extrema. Entre ellos, se cre¨® una corriente an¨¢loga a la sociedad de la nieve¡±.
Sin Netflix, explica, no habr¨ªa habido pel¨ªcula, no al menos como ¨¦l, un defensor ferviente de la industria f¨ªlmica espa?ola, la quer¨ªa. ¡°Lo imposible tuve que rodarla en ingl¨¦s para poder financiarla, y eso que la protagonizaba una familia espa?ola. Cada vez que entrevistaba a los supervivientes y a los familiares [Bayona ha recopilado 100 horas de charlas con ellos], me ped¨ªan: ¡®Espero que la pel¨ªcula la hagas en espa?ol¡¯. Hasta que no apareci¨® Netflix, no lo conseguimos. Por eso creo que ya haberla acabado es un premio: con este tama?o, con int¨¦rpretes desconocidos, en espa?ol, con mi equipo habitual y con estreno en salas. Es casi inaudito, imposible¡±. La plataforma digital ha apostado esta temporada en la carrera a los Oscar por La sociedad de la nieve como en la anterior hizo con la alemana Sin novedad en el frente.
Los 14 supervivientes que quedan ya vieron la pel¨ªcula hace un mes. ¡°Era un examen complicado, porque es un filme, no su vida. Les gust¨®. Por el realismo de vivir la sensaci¨®n de acompa?arles en su viaje y de reflejar lo distintos que eran. Para m¨ª son tambi¨¦n muy importantes los familiares de los fallecidos, porque habitualmente la historia se cuenta desde el punto de vista de los 16 que salieron, y se olvidan del resto. He contado con todos, a todos he consultado¡±.
Para m¨ª son tambi¨¦n muy importantes los familiares de los fallecidos, porque habitualmente la historia se cuenta desde el punto de vista de los 16 que salieron, y se olvidan del resto¡±
Esa relaci¨®n, ?ha provocado alg¨²n l¨ªmite moral, ¨¦tico, para mostrar seg¨²n qu¨¦ cosas? En pantalla, La sociedad de la nieve aparece meticulosamente medida en los momentos m¨¢s llamativos de la historia, como la antropofagia. ¡°Para ellos lo escabroso se convirti¨® en anecd¨®tico, y eso en cine es imposible de transmitir. Quise salvaguardar la intimidad de las v¨ªctimas, como ellos mismos hicieron al no saber a qui¨¦n com¨ªan. Y me parece m¨¢s cinematogr¨¢fico sugerir las emociones. Si proyectas algo muy gr¨¢fico, el espectador desconecta. Aunque tan importante es qu¨¦ ves como lo que se queda fuera de pantalla para la psicolog¨ªa humana. Por eso, algunas personas creen haber visto en La sociedad de la nieve cosas que... solo suenan¡±.
En el proceso, uno de los supervivientes, Jos¨¦ Luis Coche Inciarte, falleci¨® de c¨¢ncer el pasado julio. ¡°Yo le ten¨ªa mucho cari?o. Cuando en octubre se lo diagnosticaron le dije que ¨¦l ser¨ªa el primero en verla. Y en cuanto tuve el primer corte vol¨¦ a Montevideo. Coche me calm¨®, que estaba todo bien, que le hab¨ªan dado 50 a?os de pr¨®rroga y que los hab¨ªa disfrutado mucho. Tener esa certeza de que esto se acaba, de que no es eterno, saber qu¨¦ es mentira que las cosas son siempre indoloras y satisfactorias ayuda a vivir m¨¢s el momento. Suena a autoayuda, pero es cierto. En el libro de Vierci sobrevuela c¨®mo sufren una sensaci¨®n de culpa, hasta que Canessa les pide que acepten en paz vivir la vida que sus compa?eros no tuvieron la oportunidad¡±, desgrana. ¡°Entre ellos mismos todav¨ªa hay una necesidad de que hablen los vivos y los allegados de los fallecidos. Espero que en eso ayude mi pel¨ªcula. Por fin, por ejemplo, est¨¢n celebrando misas juntos, y el pase en Uruguay ser¨¢ para todos los familiares, juntos¡±.
Bayona siempre tiene otra pel¨ªcula en marcha, en el horizonte. Ahora ya est¨¢ con la adaptaci¨®n de A sangre y fuego, el libro de relatos sobre la Guerra Civil de Manuel Chaves Nogales, en cuyo guion tambi¨¦n trabaja Agust¨ªn D¨ªaz Yanes. ¡°Justo acabo de leer su ¨²ltimo tratamiento, aunque si La sociedad de la nieve ha sido un camino largo, imag¨ªnate este¡±, r¨ªe. ?Le debe esta pel¨ªcula a su bisabuelo, fusilado en la Guerra Civil? ¡°No s¨¦ si tanto, pero s¨ª recojo una parte que implica el ambiente familiar en que he crecido. Me han trasmitido valores que nacen del contexto hist¨®rico que ellos vivieron. Justicia, bondad, conceptos cuestionados en La sociedad de la nieve porque all¨ª arriba solo hay blanco, ninguna l¨®gica. Y tuvieron que destrozar su mundo para volver a erigirlo y abrazar esos ideales¡±.
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