El documental de C. Tangana: ese sopor desmedido
El m¨²sico presenta en el festival de San Sebasti¨¢n una cinta que narra los entresijos de su ¨²ltima gira y que peca de larga y de falta de tensi¨®n
C. Tangana no sabe cantar. Lo dice as¨ª de claro en el documental. ¡°Vamos a ver, que yo no s¨¦ cantar. Eso lo s¨¦ yo y lo sabe todo el mundo¡¡±, espeta con sinceridad a una de sus managers. La madre del artista, que, como sabemos, le conoce mejor que nadie, tambi¨¦n aparece en la cinta y lo refrenda, con lapsus incluido: ¡°Pucho no sabe cantar. O sea¡ no sab¨ªa cantar. Ahora canta muy bien¡ Bueno¡ bastante bien, pero antes no sab¨ªa cantar¡±. Ahora entender¨¢n el t¨ªtulo del documental: Esta ambici¨®n desmedida. ?C¨®mo un tipo que asume atesorar tan poco talento como int¨¦rprete ha editado uno de los discos m¨¢s valorados de los ¨²ltimos tiempos, El Madrile?o, y ha actuado ante miles de personas? Por eso: por una ambici¨®n desmedida.
El documental, producido por Little Spain y dirigido en tr¨ªo (Santos Bacana, Cristina Trenas y Rogelio Gonz¨¢lez), se present¨® la tarde del mi¨¦rcoles en el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n. Este jueves se proyecta en el Vel¨®dromo, con las 3.000 entradas vendidas. La cinta narra el germen del disco El Madrile?o y, sobre todo, los entresijos de la gira que realiz¨® despu¨¦s por Espa?a y Latinoam¨¦rica. Nos enteramos de ese momento clave en el que el m¨²sico se quita la piel de rapero para abrazar el pop. ¡°Me estoy dirigiendo siempre a la juventud. Y lo que yo hago es para la juventud. Y eso da miedito. Ser un rockstar, ser un rapero, estar encima de un escenario, gritarles a los chavales, montar una fiesta, hablar sobre la ambici¨®n¡ Bueno, todo eso est¨¢ bien. Pero yo ya quiero pararlo. Pero no es f¨¢cil hacer ese paso¡±.
Nada es sencillo para C. Tangana (Ant¨®n ?lvarez Pucho, Madrid, 33 a?os). El rap es para los j¨®venes y su marca necesita expandirse, llegar a otros p¨²blicos, a esos que pueden permitirse un d¨ªa de compras por el Barrio de Salamanca. Adi¨®s Primark, hola Armani.
El Madrile?o es un ¨¢lbum sensacional donde el m¨²sico da una p¨¢tina de modernez a la canci¨®n popular espa?ola y latinoamericana. C¨®mo lograrlo sin ofender. Reclutando a figuras veteranas incuestionables en sus g¨¦neros: Eliades Ochoa, Omara Portuondo, Andr¨¦s Calamaro, Toquinho, Jos¨¦ Feliciano, Kiko Veneno¡ Tambi¨¦n montando en el proyecto a j¨®venes provocadores, como el flamenco Ni?o de Elche. Le llovieron los halagos a Tangana. El problema era este: c¨®mo llevar esta fiesta rumbera al directo, teniendo en cuenta que ha participado tanta gente. De eso trata el documental¡
Hay un momento en la cinta en el que se est¨¢ ultimando la duraci¨®n del concierto. El equipo habla de dos horas. El protagonista se muestra en desacuerdo: una hora y cuarto, como mucho una hora y media. Tangana lo justifica con esta frase: ¡°Para un concierto de una hora y 45 minutos tienes que ser los putos Rolling Stones, t¨ªo. Nadie aguanta una hora y 45 minutos¡±. Ese ¡°nadie¡± es el p¨²blico. Esta misma teor¨ªa no la aplica en el documental, que se marcha a las dos horas y cuarto, un tiempo desmedido donde caben muchas fases de sopor: se detalla que los tr¨¢ileres se han quedado en no s¨¦ qu¨¦ aduana, que llueve mucho y hay que suspender, que no podemos llevar la orquesta a Latinoam¨¦rica, que¡ Todo con im¨¢genes del divo con cara de preocupaci¨®n. Y siempre pensando. Porque Tangana reflexiona mucho, algunas veces con un vaso de whisky en la mano, otras con una copa de cava.
Se colocan cebos en el documental aqu¨ª y all¨¢, sobre todo supuestas discrepancias entre el jefe y su equipo. ¡°Esta persona alg¨²n d¨ªa no podr¨¢ llegar m¨¢s arriba. O sea, hay un techo. O para o nos morimos todos. Y le veo como un puto ni?o peque?o¡±, discute por tel¨¦fono una de las responsables de la gira. Tangana es un capataz invasivo, que presiona. M¨¢s tarde, en una cena y con los aromas de las copas avivando los sentidos, Tangana soltar¨¢ muchas l¨¢grimas y pedir¨¢ perd¨®n por sus modales y aplaudir¨¢ el buen juicio de su equipo al no copiar sus pr¨¢cticas. Y les regalar¨¢ un vistoso anillo a cada uno.
¡°Es un poco cargante: el C. Tangana marketiniano me ha desprestigiado como artista, porque yo soy uno de los mejores artistas que ha tenido esta generaci¨®n y el discurso es: s¨ª, sabe muy bien lo que quiere. Ya, pero se me ocurren unos barrotes y tengo unas ideas de producci¨®n, y soy un puto artista como la copa de un pino, ?sabes?¡±, se envalentona el m¨²sico en el documental. Y es curiosa esta reivindicaci¨®n de su faceta de artista (que es razonable), porque de lo que m¨¢s se habla en Esta ambici¨®n desmedida es de n¨²meros: millones ganados, millones perdidos, miles de escuchas en plataformas (ese inquietante lema del hoy cultural: ¡°lo estamos petando¡±), 15.723 personas en el pabell¨®n, los 30.000 euros que cuesta el tel¨®n del escenario¡ ¡°Nunca en mi vida voy a facturar tanto dinero en tan poco tiempo y ahora mismo de los seis millones de euros que ten¨ªamos sobre la mesa nos vamos a gastar seis millones y medio¡±, asume sobre la gira, y se le pone una sonrisilla como si este desfase en las cuentas tuviese que disfrutarse.
Surge la comedia cuando aparece Andr¨¦s Calamaro, con sus expresiones caracter¨ªsticas y sus sentencias. ¡°Esto es el destino. O es dios escribiendo. Salud, hermano¡±, adula al protagonista mientras chocan sus copas en la azotea de un edificio, bro. Aparecen otros personajes curiosos. Como un tipo musculoso: irrumpe simulando que boxea y soplando con efusividad. ¡°Lo que yo hago es que todo lo que pueda necesitar Pucho se pueda resolver. Y la mejor manera de saber si tiene hambre, si est¨¢ cansado, si tiene sue?o o si est¨¢ inc¨®modo es ponerte en la misma situaci¨®n que ¨¦l. Si ¨¦l no come, yo no como; si ¨¦l no duerme, yo no duermo; si ¨¦l no est¨¢ a gusto, yo no hago por estar m¨¢s a gusto que ¨¦l¡±. Impresionante, ?a que s¨ª?
Al menos estos personajes de la estructura empresarial que ha montado el m¨²sico despiertan la curiosidad de un espectador que se aburre a conciencia en la mayor parte del largo documental. Solo aguantar¨¢n los 135 minutos (se estrena en salas el 26 de octubre y previsiblemente en una plataforma en tres entregas) los fan¨¢ticos del artista o los que quieran asistir a una clase de primero de liderazgo. Nos entusiasm¨® el disco de C. Tangana y nos enamor¨® su presentaci¨®n en directo, pero que te guste el chorizo no significa que te apetezca ver su proceso de elaboraci¨®n.
En la parte final se desvela que a C. Tangana ya no le mola mucho ser estrella del pop, que hay demasiada fatiga en esa profesi¨®n. Entonces, ?qu¨¦? ¡°Yo creo que va a hacer cine. Ya no quiere m¨¢s exposici¨®n. Nunca crey¨® que iba a tener tanta exposici¨®n¡¡±, asume la madre. Aclarado entonces.
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