El cine japon¨¦s encara la demencia y el declive f¨ªsico de la tercera edad
El envejecimiento de la poblaci¨®n nipona tiene su reflejo en pel¨ªculas como ¡®Plan 75¡ä, ¡®A Hundred Flowers¡¯ y ¡®Great Absence¡¯, por la que el actor Tatsuya Fuji gan¨® con 82 a?os la Concha de Plata en el reciente festival de San Sebasti¨¢n
Cuando el pasado 30 de septiembre Tatsuya Fuji levantaba a sus 82 a?os la Concha de Plata del festival de San Sebasti¨¢n a la mejor actuaci¨®n protagonista por Great Absence, su triunfo no solo subrayaba una gran interpretaci¨®n de un veterano que ser¨¢ siempre recordado por el cl¨¢sico El imperio de los sentidos (1976), sino la tendencia en el cine japon¨¦s por ilustrar en la pantalla problemas de la tercera edad: la demencia en Great Absence, el alzh¨¦imer en A Hundred Flowers (que concurs¨® tambi¨¦n en el certamen donostiarra de 2022 y despu¨¦s lleg¨® a las salas comerciales) o la sobrepoblaci¨®n de ancianos que requieren cuidados espec¨ªficos en Plan 75, una pel¨ªcula a caballo entre el drama social y la ciencia ficci¨®n, en la que el Gobierno nip¨®n ofrece una inyecci¨®n letal a quienes cumplan 75 a?os, acompa?ada, eso s¨ª, de una generosa subvenci¨®n los meses previos.
Cada uno de estos filmes revela las diferentes caras de un mismo hecho demogr¨¢fico: hace un mes el Gobierno japon¨¦s anunci¨® que m¨¢s de uno de cada 10 habitantes de esa naci¨®n tiene al menos 80 a?os, y que el 29,1% de sus 125 millones de habitantes tiene 65 a?os o m¨¢s. En un alivio para la carga en su seguridad social del pago de pensiones, numerosos trabajadores se mantienen, pasados los 65 a?os, en activo en su puesto laboral: en concreto, quienes tienen esa edad o m¨¢s superan el 13% de su poblaci¨®n activa. Es irremediable, por tanto, que los desaf¨ªos de una de las sociedades m¨¢s longevas del mundo en t¨¦rminos de seguridad financiera, servicios de cuidado a largo plazo y sus efectos en la vida diaria sean tratados en pel¨ªculas sociales, historias de misterio, acci¨®n, comedias y hasta ciencia ficci¨®n.
En Plan 75, la directora Chie Hayakawa explora una hipot¨¦tica propuesta del Gobierno japon¨¦s para aliviar su carga de pensiones ofreciendo una exigua subvenci¨®n a los mayores de 75 a?os que acepten morir con una inyecci¨®n letal. Presentado en Cannes en 2022, el filme remite a los m¨¦todos de limpieza ¨¦tnica y se inspira en el asesinato de 19 discapacitados mentales, algunos de ellos ancianos, perpetrado en julio de 2016 por un exenfermero que, seg¨²n se supo despu¨¦s, hab¨ªa ofrecido matar a 460 enfermos mentales ¡°por el bien de Jap¨®n y por la paz mundial¡±.
Hay antecedentes sobre este tema en la tradici¨®n cultural japonesa. En 1956, Shichiro Fukazawa escribi¨® una novela corta titulada La balada de Narayama, inspirada en el concepto de ubasute, abandono de ancianas, un t¨¦rmino originario de la tradici¨®n po¨¦tica budista, y que se ejecut¨® en alguna ocasi¨®n en periodos de escasez. La novela ha sido llevada al cine en tres ocasiones, y la ¨²ltima, la que dirigi¨® en 1983 Shohei Imamura, consigui¨® la Palma de Oro en el festival de Cannes. La protagonista, Orin, era una anciana de 69 a?os con una salud de hierro, pero que decid¨ªa cumplir la tradici¨®n de su pueblo: a los 70 a?os, las mujeres deben ser transportadas a la monta?a Narayama por sus hijos primog¨¦nitos y all¨ª, en su cima, esperar¨¢n la muerte. Orin, aunque al inicio del drama se muestra que es m¨¢s productiva que cualquier otro miembro de la familia, acepta su deber a pesar, incluso, del dolor de su hijo.
Con A Hundred Flowers, el director Genki Kawamura gan¨® la Concha de Plata a la mejor direcci¨®n en 2022. Kawamura escribi¨® una novela sobre su experiencia personal con el alzh¨¦imer: su abuela comenz¨® a padecer esta enfermedad en 2015. Con ella, contaba en San Sebasti¨¢n, quer¨ªa contar que ¡°el sentimiento de culpa no se olvida¡±. Cuando su abuela falleci¨® entendi¨® que si llevaba su libro a la gran pantalla, se aproximar¨ªa ¡°m¨¢s a la forma que ten¨ªa ella de ver el mundo¡±, porque lo entend¨ªa ¡°en im¨¢genes¡±. En su presentaci¨®n en el festival Kawamura apuntaba: ¡°A trav¨¦s de las flores que ve¨ªa empezaba a recordar momentos de su ni?ez y de cuando se cas¨®¡±, y que abandon¨® a sus hijos por otro hombre: ¡°Nunca lo pudo hablar con ellos, ni confesarles su sentimiento de culpa con ellos; ese dolor no se olvida¡±. Y para dar vida a toda esa complejidad, reclut¨® a otra grande del cine nip¨®n: Mieko Harada, figura legendaria en su pa¨ªs nip¨®n que ha trabajado con cineastas como Kurosawa en Ran o en Los sue?os de Akira Kurosawa.
En Great Absence, que se estrenar¨¢ en Espa?a aunque todav¨ªa no tiene fecha fija de lanzamiento, no hay alzh¨¦imer sino demencia senil. Su director, Kei Chika-ura, se ha basado en su propia experiencia familiar y recurre a una narrativa no lineal, en forma de thriller, para hacer part¨ªcipe al espectador del desconcierto del hijo a la hora de reconstruir los recuerdos confusos de su padre y de intentar resolver la misteriosa desaparici¨®n de su madrastra. Su protagonista, Tatsuya Fuji, asegura que su creaci¨®n de un catedr¨¢tico jubilado que empieza a reconciliarse con su v¨¢stago mientras la demencia aniquila sus recuerdos le ha costado poco esfuerzo: ¡°No tuve que hacer muchos preparativos para el papel pues, a mi edad, me olvido de muchas cosas y es natural que mi cuerpo conozca la demencia¡±, dice en un tono que suena a broma.
Para Fuji, este es su tercer trabajo con Chika-ura, y en San Sebasti¨¢n lo postul¨® como uno de los grandes directores japoneses actuales, en un discurso que ser¨¢ recordado por el insistente n¨²mero de veces (siete) que pronunci¨® la palabra japonesa ¡°arigato¡± (gracias), porque no quiso olvidarse de nadie del equipo del filme y agradecer su apoyo. Adem¨¢s de compa?eros enfermos en situaciones parecidas, Fuji cuenta que tuvo acceso a informaci¨®n privilegiada, como poder rodar en la casa real del padre de Chika-ura, quien, como su personaje, es un profesor universitario que fue detenido por la polic¨ªa en uno de sus desvar¨ªos iniciales. ¡°Ver los libros que le¨ªa y las cosas que ten¨ªa sobre su mesa fueron una fuente de inspiraci¨®n¡±, explica sentado en la cafeter¨ªa del New Grand Hotel, un edificio hist¨®rico de estilo art d¨¦co situado frente al mar en Yokohama, la ciudad donde ha residido toda su vida.
Con la Concha de Plata, Fuji suma otro triunfo a una carrera de seis d¨¦cadas que tuvo su punto de inflexi¨®n en 1976 con El imperio de los sentidos, la obra de Nagisha Oshima (1932-2013) considerada la primera pel¨ªcula japonesa no pornogr¨¢fica que mostr¨® desnudez frontal y sexo aparentemente expl¨ªcito. Para el controvertido filme, prohibido o censurado en parte en muchos pa¨ªses en su estreno, Oshima cont¨® con Fuji, que por entonces era un popular actor de televisi¨®n. Juntos repitieron en 1978 en El imperio de la pasi¨®n, otra historia cargada de erotismo (aunque menos desafiante con la censura), reconocida con el premio a la mejor direcci¨®n en Cannes. Fuji acompa?¨® a Oshima a Francia y cuenta sonriente que, terminado el festival, alquil¨® un Renault 5 y se fue solo a Barcelona con el ¨²nico objetivo de probar ¡°the Spanish omelette¡±, porque hab¨ªa le¨ªdo su descripci¨®n en un texto de Ernest Hemingway.
Gracias a su trabajo con Oshima, su carrera cinematogr¨¢fica despeg¨® y desde entonces ha dado vida en cerca de un centenar de pel¨ªculas a apuestos hombres duros, ejecutivos, yakuzas, polic¨ªas, militares, cocineros, fot¨®grafos y artesanos. Fuji, que inici¨® su carrera con papeles de g¨¢ngster, fue contratado a sus 74 a?os por el director Takeshi Kitano para protagonizar Ryuzo y sus siete secuaces (2015), la historia de un yakuza retirado que reagrupa a su septuagenaria pandilla para luchar contra una banda de estafadores de ancianos. Esta vez, la tercera edad repel¨ªa con ¨¦xito un ataque contra ella.
Babelia
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