Nadine Sierra fascina en Bilbao como Julieta en la ¡®hermosa progresi¨®n¡¯ de Gounod
La soprano norteamericana fue la estrella incuestionable en la funci¨®n inaugural de la nueva temporada de ABAO, junto a la direcci¨®n musical de Lorenzo Passerini y por encima del debut como Romeo del tenor Javier Camarena
Dos minutos de aplausos y bravos, en medio de la funci¨®n inaugural de la temporada de ABAO Bilbao Opera, es toda una eternidad. Fue la ovaci¨®n que cosech¨®, el pasado s¨¢bado, 21 de octubre, la soprano estadounidense Nadine Sierra (Fort Lauderdale, Florida, 35 a?os) tras dejar sin aliento al p¨²blico del Palacio Euskalduna cantando la llamada air du philtre (aria de la poci¨®n) en el cuarto acto de Rom¨¦o et Juliette, de Gounod.
Fue una interpretaci¨®n para el recuerdo del mon¨®logo donde la joven Capuleto duda si ingerir la p¨®cima facilitada por Fray Lorenzo para simular su muerte. Un aria con una bell¨ªsima secci¨®n central, en si bemol mayor, sobre las palabras ¡°Verse toi-m¨ºme ce breuvage!¡± (¡°S¨ªrvete t¨² misma este brebaje¡±) coronada con un dificil¨ªsimo trino que resuelve en un do sobreagudo. Pero tambi¨¦n con un aterrador arioso donde Julieta cree ver el fantasma de su primo Teobaldo.
Sierra caus¨® furor en su debut oper¨ªstico en Bilbao. Marc¨® la diferencia dentro de un brillante reparto con su timbre l¨ªrico, carnoso y sensual. Pero tambi¨¦n con una asombrosa naturalidad para reflejar cada detalle de la partitura sin escatimar un pian¨ªsimo de menos o agregar un sobreagudo de m¨¢s. Y lo hizo en esta aria casi maldita que Gounod tuvo que retirar del estreno de la ¨®pera, en 1867, al resultar demasiado dram¨¢tica para la ligera voz de Marie Caroline Miolan-Carvalho.
Despu¨¦s la recuper¨®, en 1888, pero en la versi¨®n acortada que se escuch¨® en Bilbao. No obstante, la versi¨®n sin cortes incluye un exquisito adagio inicial y se recuper¨® recientemente entre los papeles personales de Gounod. Ha sido grabada por Elsa Dreisig (otra de las grandes Julietas actuales), en 2018, con motivo del bicentenario del compositor, tal como explica la music¨®loga Clair Rowden en su brillante ensayo del programa de mano.
El compositor compens¨® a Madame Miolan-Carvalho con un vals-arieta en el primer acto, similar a los que hab¨ªa escrito para ella en Faust y Mireille. Es uno de los n¨²meros m¨¢s famosos de esta ¨®pera, Ah, je veux vivre (?Ah!, quiero vivir), y est¨¢ plagado de chispeantes coloraturas. Sierra lo convirti¨® en otro de los momentos inolvidables de la noche con sus admirables vocalizaciones. Pero tambi¨¦n con una elegancia natural que contagiaba desde el foso el exquisito acompa?amiento de Lorenzo Passerini (Sondrio, 32 a?os).
El joven director de orquesta italiano, que afrontaba su primera funci¨®n de Rom¨¦o et Juliette y debutaba en ABAO, ha sido una revelaci¨®n. Dej¨® m¨²ltiples detalles de clase ya desde la obertura-pr¨®logo con la exposici¨®n del tema de la fatalidad en los trombones y un fugato casi berlioziano, donde sobresali¨® la cuerda de una excelente Sinf¨®nica de Euskadi, que cont¨® con la violinista guipuzcoana Olatz Ruiz de Gordejuela como concertino invitada. Pero tambi¨¦n, tras la narraci¨®n coral, en una bell¨ªsima realizaci¨®n casi en tono pastel del tema de amor que toca un cuarteto de violonchelos.
La deslavazada actuaci¨®n del Coro de ?pera de Bilbao fue lo menos afortunado el d¨ªa del estreno. Passerini, siempre muy activo y claro en su gestualidad, les exigi¨® muchos detalles. Y mejoraron en el intenso finale del tercer acto, con un bello coro ? jour de deuil! (?Oh, d¨ªa de luto!). Sin duda, el director italiano resolvi¨® con inteligencia el rosario de cortes y versiones relacionado con esta ¨®pera de Gounod. Se decant¨® por la ¨²ltima versi¨®n de 1888, aunque sin el ballet y el epitalamio, del cuarto acto, y sin la breve escena que abre el quinto acto con Fray Lorenzo junto a alg¨²n recorte menor.
Su direcci¨®n musical tambi¨¦n resalt¨® que la esencia de esta ¨®pera reside en cuatro duetos de amor. Cuatro momentos llenos de matices, medias voces y tintes camer¨ªsticos que potencian su atm¨®sfera nocturna, desde el baile del primer acto a la tumba del quinto. El tenor mexicano Javier Camarena (Xalapa-Enr¨ªquez, 47 a?os) debutaba en el exigente rol de Romeo, inmerso en una etapa de transici¨®n vocal. Empez¨® nervioso y recibi¨® el calor del p¨²blico despu¨¦s de resolver con solvencia la dif¨ªcil cavatina del segundo acto.
Pero el principal apoyo de Camarena fue la soprano Nadine Sierra. Junto a ella cant¨® sus intervenciones m¨¢s bellas en cada uno de los referidos duetos, tanto al final del segundo acto como al comienzo del cuarto. No obstante, ambos convirtieron el quinto acto, donde encaran la muerte en solitario, en el cl¨ªmax de la representaci¨®n ayudados por el exquisito manejo del rubato de Passerini desde el foso.
Del resto del reparto destac¨® Anna Al¨¤s i Jov¨¦, que debutaba en ABAO, cantando el personaje travestido del paje Esteban. Esta mezzosoprano catalana afront¨® con brillantez la dificil¨ªsima vocalizaci¨®n final de su chanson del tercer acto. Muy bien el Mercucio del bar¨ªtono polaco Andrzej Filo¨½czyk en su burlona balada de la reina Mab donde tambi¨¦n escuchamos un exquisito y colorista acompa?amiento desde el foso. El bajo-bar¨ªtono croata Marko Mimica volvi¨® a exhibir la calidad de su voz como Fray Lorenzo especialmente en el tr¨ªo del tercer acto y en su escena con Julieta del cuarto. Buen debut en ABAO tambi¨¦n del tenor c¨¢ntabro Alejandro del Cerro como Teobaldo. Y m¨¢s destacados a nivel actoral que vocal la mezzosoprano Itxaro Mentxaka, como Gertrudis, y el bajo-bar¨ªtono Fernando Latorre, como el Se?or Capuleto.
La direcci¨®n de escena de Giorgia Guerra fue otro elemento positivo, aunque no memorable. Esta nueva producci¨®n de la regista romana, con la que debutaba tambi¨¦n en ABAO, acierta a nivel dram¨¢tico al dividir en dos mitades iguales la ¨®pera, y colocar el intermedio tras la extra?a escena de la boda de los amantes. Por lo dem¨¢s, mantiene una sana conexi¨®n con el drama de Shakespeare que inspira la ¨®pera. Le a?ade un aceptable movimiento esc¨¦nico y una direcci¨®n de actores sin grandes destellos, aunque bien integrada en los cuatro duetos de amor.
El aspecto m¨¢s interesante lo encontramos en la intemporal escenograf¨ªa de Federica Parolini que representa la opresiva rivalidad entre las dos familias. Dispone de un monolito multifuncional que tan pronto divide la escena como se convierte en la casa de Julieta. Y las videoproyecciones de Immaginarium Studio Creative despliegan planos y bocetos arquit¨¦ct¨®nicos clasicistas que se descomponen, al final del tercer acto, con la irrupci¨®n de la violencia. Por lo dem¨¢s, el vestuario de Lorena Mar¨ªn busca acercarse a Verona en el siglo XIII y la iluminaci¨®n de Fiammeta Baldiserri resuelve con imaginaci¨®n y elegancia el protagonismo de la noche.
Gounod resumi¨® la esencia de cada acto de esta ¨®pera en una carta a su esposa, en mayo de 1865: ¡°El primer acto termina brillantemente, el segundo es tierno y so?ador, el tercero vivo y amplio, con los duelos y la condena de Romeo al destierro, el cuarto dram¨¢tico, el quinto tr¨¢gico... es una hermosa progresi¨®n¡±.
Rom¨¦o et Juliette
Música de Charles Gounod. Libreto de Jules Barbier y Míchel Carré. Javier Camarena, tenor (Romeo), Nadine Sierra, soprano (Julieta), Anna Alàs i Jové, mezzosoprano (Esteban), Andrzej Filo¨½czyk, barítono (Mercucio), Marko Mimica, bajo-barítono (Fray Lorenzo), Alejandro del Cerro, tenor (Teobaldo), Itxaro Mentxaka, mezzosoprano (Gertrudis), Fernando Latorre, bajo-barítono (Señor Capuleto), entre otros. Coro de Ópera de Bilbao y Orquesta Sinfónica de Euskadi. Dirección musical: Lorenzo Passerini. Dirección de escena: Giorgia Guerra. ABAO Bilbao Ópera. Palacio Euskalduna, 21 de octubre. Hasta el 30 de octubre.
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