Una novela sobre la rapada de Chartres remueve el pasado inc¨®modo de la ocupaci¨®n nazi de Francia
La escritora Julie H¨¦racl¨¨s desata las cr¨ªticas al novelar la historia real de Simone Touseau, la mujer fotografiada por Robert Capa al final de la II Guerra Mundial
La escritora Julie H¨¦racl¨¨s (Chartres, 44 a?os) sab¨ªa que manejaba un material explosivo cuando se puso a escribir Vous ne connaisez rien de moi (No conoc¨¦is nada de m¨ª), una ficci¨®n basada en la historia real de Simone Touseau, una vecina de su ciudad natal. No era una historia anodina, ni una mujer an¨®nima.
H¨¦racl¨¨s sab¨ªa que con su primera novela, publicada en esta rentr¨¦e por la editorial JC Latt¨¨s y galardonada con el Premio Stanislas, tocaba un trauma profundo en la historia de Francia: la ocupaci¨®n nazi entre 1940 y 1944. Touseau es seguramente la m¨¢s c¨¦lebre ¡ªla m¨¢s tristemente c¨¦lebre¡ª de las 20.000 francesas que, al final de la II Guerra Mundial, sufrieron la pena de la tonte o el rapado. Por haberse relacionado con alemanes durante la ocupaci¨®n, les cortaban el pelo al cero y as¨ª las exhib¨ªan en p¨²blico.
Lo que la escritora no se imaginaba son las cr¨ªticas que desatar¨ªa la novela. Cr¨ªticas por tergiversar el pasado. O por humanizar a una colaboracionista notoria. Algunos la han acusado de oportunismo: pudiendo escribir sobre tantas otras rapadas, o pudi¨¦ndose imaginar a una ficticia, precisamente eligi¨® a la de Chartres, famosa por aparecer en una imagen ic¨®nica del legendario fotorreportero Robert Capa. Y puso esta foto en la faja promocional.
¡°Claro que es un material muy, muy sensible¡±, admite por tel¨¦fono H¨¦racl¨¨s. ¡°Pero de ninguna manera esperaba estas reacciones, porque son todo lo contrario de lo que yo he querido hacer¡±.
Touseau, que en la novela se llama Simone Grivise, fue una ferviente nacionalsocialista. Colabor¨® con los alemanes durante la ocupaci¨®n. Tuvo una hija con un soldado de la Wehrmacht que muri¨® en el frente oriental. En la fotograf¨ªa de Capa, tomada el 16 de agosto de 1944, ella aparece en una calle de Chartres reci¨¦n liberada por las tropas estadounidenses. Camina rodeada de curiosos. En sus brazos tiene un beb¨¦ de unos meses. Est¨¢ rapada. En la frente lleva otro castigo: la marca de un hierro incandescente.
Capa capt¨® la ambivalencia del momento. Era el momento de la liberaci¨®n. Y el de la humillaci¨®n de las sospechosas de lo que se llam¨® la colaboraci¨®n horizontal con el enemigo. Es decir, sexual. Fue el ep¨ªlogo inc¨®modo tras unos a?os tambi¨¦n inc¨®modos en la memoria colectiva: los de la pasividad de una mayor¨ªa de franceses, la resistencia de unos pocos y la colaboraci¨®n de otros con la Alemania nazi.
Vous ne connaissez rien de moi se abre con una advertencia: ¡°Esta novela se inspira en hechos reales, pero no pretende en modo alguno ser una reconstrucci¨®n hist¨®rica¡±. Los acontecimientos, precisa, son ¡°pura ficci¨®n¡±. Durante 380 p¨¢ginas, se alternan cap¨ªtulos que narran el d¨ªa de la detenci¨®n y el rapado de la protagonista, con otros que recorren su biograf¨ªa. Todo, en primera persona. La autora quiere llegar adonde no llega la Historia. Se mete en la cabeza de la rapada de Chartres, ¡°esta mujer libre¡±, se le en la contraportada, ¡°de temperamento incandescente¡±.
¡°Yo devor¨¦ la novela¡±, confiesa el historiador G¨¦rard Leray. ¡°Y me sent¨ª molesto¡±. Leray es el coautor junto a Philippe Fr¨¦tign¨¦ de La Tondue (La rapada), el libro de referencia sobre Simone Touseau, publicado en 2011. Leray y Fr¨¦tign¨¦ hurgaron en los archivos, entrevistaron a supervivientes, localizaron al ¡°beb¨¦¡±, como le llama historiador para evitar dar detalles sobre identidad.
¡°Me molest¨® la deformaci¨®n hist¨®rica¡±, explica Leray, profesor en un instituto de Chartres. ¡°En la novela, Simone Touseau aparece como una persona oportunista y fr¨¢gil, alguien que se adapta, cuando la verdadera Simone Touseau nunca vari¨® en su conciencia pol¨ªtica de extrema derecha, desde la adolescencia a la edad adulta. Era una joven brillante, bien educada, orgullosa, agresiva que, antes de la guerra, no dudaba en clamar que ella deseaba que Adolf Hitler gobernase en Francia¡±.
El escritor Pierre Assouline apunta en la revista Histoire que la Simone ficticia intenta convertir a la Simone real en una especie de Lucien Lacombe, el protagonista de la pel¨ªcula Lacombe Lucien, de Louis Malle, un muchacho oportunista y bastante inconsciente. La pel¨ªcula, cuando se estren¨® en 1974, fue una sacudida, pues puso a Francia ante el espejo del pasado colaboracionista. Lo que afirma Assouline en su art¨ªculo ¡ªtitulado Lacombe Lucienne, ?de verdad?¡ª es que la Simone real no ten¨ªa nada de Lucien: sab¨ªa lo que hac¨ªa.
Otra objeci¨®n es que, seg¨²n Leray, ¡°hay cosas inveros¨ªmiles¡± en la novela. Que Touseau ayudase a jud¨ªos durante la guerra o a la resistencia, por ejemplo. ¡°Teniendo en cuenta su personalidad, es imposible. Es revisionismo hist¨®rico. Si Julie H¨¦racl¨¨s hubiese usado una rapada desconocida, inventada, habr¨ªa podido funcionar, pero esta es una rapada extraordinaria, cuya personalidad los historiadores han revelado¡±.
Otra cr¨ªtica: ¡°La novela hist¨®rica es muy complicada, hay que ir con cuidado¡±, dice Leray, ¡°y en esta historia ya no sabemos d¨®nde est¨¢ lo verdadero y d¨®nde lo falso. Esto es lo malsano¡±.
H¨¦racl¨¨s se declara reconfortada por la reacci¨®n positiva de los lectores que, dice, han entendido que se trata de una ficci¨®n y les ha quedado claro que la Simone de libro es todo menos un personaje simp¨¢tico. Se bas¨® en gran parte en el libro de Leray para escribirlo y tambi¨¦n se inspir¨® para recrear la turbia atm¨®sfera de la ¨¦poca en pel¨ªculas como Un asunto de mujeres, de Claude Chabrol, y novelas como El silencio del mar, de Vercors.
¡°Cuando le¨ª la investigaci¨®n hist¨®rica [de Leray y Fr¨¦tign¨¦], lo que me faltaba era saber por qu¨¦ tom¨® esas decisiones funestas¡±, explica. ¡°La Historia no permite responder integralmente a estas preguntas, porque hay mucho que sigue siendo desconocido: su infancia y adolescencia, y su psicolog¨ªa, sus emociones. La novela me parec¨ªa una buena manera de explorar la trayectoria de esta mujer, la conjunci¨®n de motivaciones y circunstancias que la llevaron a ser favorable a los nazis¡±.
Ante la acusaci¨®n de humanizarla, responde: ¡°La humanizo en el sentido en que le doy cuerpo, como personaje de ficci¨®n, con una psicolog¨ªa, un pensamiento, una emociones. Pero esto no significa exonerarla de sus cr¨ªmenes. Al contrario. El mal lo cometen seres ordinarios, como ella¡±.
Al terminar la guerra fue acusada junto a su madre, Germaine, por denunciar, durante la ocupaci¨®n, a varios vecinos que escuchaban la BBC. Cuatro fueron deportados; dos no regresaron nunca.
Arnaud H¨¦e, nieto de uno de los deportados que sobrevivieron, ley¨® el libro y explic¨® a Le Monde: ¡°He pasado poco a poco de la c¨®lera a la indignaci¨®n. Me ha sublevado c¨®mo la autora sutura lo verdadero y lo falso con grandes puntadas de hilo y con la intenci¨®n de blanquear a Simone Touseau de toda responsabilidad¡±.
¡°Lo que da un poco de pena¡±, lamenta H¨¦racl¨¨s, ¡°es que no hablemos de literatura¡±.
La novela, que previsiblemente se adaptar¨¢ al cine, termina con el instante en que Capa toma foto. ?Y despu¨¦s? Simone y su madre pasaron m¨¢s de dos a?os encarceladas por la denuncia a los vecinos. El caso fue archivado, aunque fueron condenadas a la ¡°indignad nacional¡± por sus actividades durante la ocupaci¨®n. Cuando salieron de prisi¨®n, los Touseau se mudaron cerca de Par¨ªs. Simone se cas¨® con otro hombre, tuvo dos hijos, trabaj¨® en una farmacia, sufri¨® depresiones y cay¨® en el alcoholismo. El marido la abandon¨® y se march¨® con los hijos. Ella muri¨® en 1966. Ten¨ªa 44 a?os.
El ¡°beb¨¦¡± es una mujer que ha vivido siempre traumatizada. Sigue viva. Quiz¨¢ un d¨ªa alguien cuente con detalle estos a?os: los ¨²ltimos de Simone y los de su hija. ?Un novelista? ?O un historiador?
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