Quique Gonz¨¢lez: ¡°Muchas veces los festivales parecen una feria de ganado¡±
El m¨²sico celebra 25 a?os de carrera con un nuevo disco en el que versiona a Josele Santiago, Kiko Veneno, Santiago Auser¨®n o Gabinete Caligari
Hay cosas que no cambian, aunque pasen 25 a?os: Quique Gonz¨¢lez (Madrid, 50 a?os) anda con su guitarra a cuestas por las calles de Madrid. De esta forma llega a la cita en el Caf¨¦ Pav¨®n, un lugar en el que bien podr¨ªa haber compuesto alguna de sus decenas de canciones surgidas en barras de bar y rincones entre el gent¨ªo. Esta vez, no sucede as¨ª porque el m¨²sico acaba de publicar Copas de Yate. Volumen 1, un disco en el que versiona composiciones de Josele Santiago, Kiko Veneno, Santiago Auser¨®n o Gabinete Caligari, entre otros. Solo que hoy toca charlar de 25 a?os en el oficio de escribir canciones.
Pregunta. Ante la t¨ªpica cuesti¨®n de primero las buenas noticias o las malas noticias, ?qu¨¦ suele elegir?
Respuesta. (Piensa unos segundos). Primero, las malas. Para las buenas ya estamos m¨¢s preparados.
P. ?Cu¨¢l es la mala noticia de 25 a?os de carrera?
R. Que no me quedan otros 25 a?os de carrera. Es dif¨ªcil. El ritmo que he llevado hasta ahora de un disco cada dos a?os no creo que lo pueda seguir manteniendo.
P. ?Y la buena?
R. Que creo que me pueden salir mejores canciones en los siguientes a?os.
P. ?Compone siempre con esa idea en la cabeza?
R. Claro, si no lo creyera, dejar¨ªa de hacerlo. Una cosa es que lo sean para m¨ª y otra para los dem¨¢s. Eso es verdad. Pero me gustar¨ªa pensar que, despu¨¦s de 25 a?os, toco un poco mejor, canto un poco mejor y compongo un poco mejor. Si no fuera as¨ª, tal vez ser¨ªa el momento de despedida.
P. ?No teme que, despu¨¦s de varias buenas canciones, se le acabe la inspiraci¨®n?
R. Siempre pienso que puedo componer otra buena canci¨®n. Lo que pasa es que me va a costar m¨¢s que antes porque tengo m¨¢s exigencia conmigo mismo, m¨¢s condicionantes y menos tiempo. De hecho, me arrepiento de no haber trabajado unos d¨ªas m¨¢s algunas canciones que ya he hecho y que, incluso, han funcionado bien. De no haber rascado un poco m¨¢s para llegar un poquito m¨¢s lejos.
P. ?Puede decirme una de esas canciones?
R. Ahora que estamos tocando en los conciertos todo el disco Salitre 48, hay una canci¨®n que se llama Jukebox que tiene algunos versos que me incomodan un poco. Tampoco es que me importe demasiado. A veces, al mirar tus viejas canciones, es como ver un ¨¢lbum de fotos de familia. Te ves m¨¢s joven, pero tambi¨¦n hay ciertos aspectos de est¨¦tica con los que no est¨¢s tan seguro.
P. ?C¨®mo cuando ve a su prima con hombreras en la foto?
R. Eso es (risas). Puede que tu prima o tu primo sigan siendo muy guapos, pero esas hombreras ya no se llevan.
P. ?En qu¨¦ momento se entrega una canci¨®n?
R. Sueles saberlo t¨² mismo, pero tambi¨¦n a m¨ª me gusta pedir ayuda a amigos como C¨¦sar Pop o Toni Brunet. Est¨¢ bien que haya opiniones externas que no van a decir a todo que s¨ª y que tienen un esp¨ªritu cr¨ªtico.
P. De ese disco hay un verso de la canci¨®n Ayer quem¨¦ mi casa que habla de ¡°cenizas de portadas con discos de Bob Dylan¡±. ?De verdad, no salvar¨ªa esos discos de un incendio?
R. Por supuesto. No quemar¨ªa mis discos de Bob Dylan ni muchos otros ni tampoco mis libros. Tengo miedo al apag¨®n tecnol¨®gico. Si nos quedamos sin internet, por lo menos, quiero seguir escuchando m¨²sica y leyendo libros. De todas formas, no hay que tomar las canciones categ¨®ricamente (risas). Esa canci¨®n nace de un robo que hicieron en mi casa de Lavapi¨¦s y se llevaron un mont¨®n de discos. Algunos no me importan que se los llevaran. De todas formas, hay algo curativo de desprenderse de las cosas. Antonio Vega se cambi¨® de casa un mont¨®n de veces y cuenta mucha gente que estuvo cerca de ¨¦l que se iba con tres cosas. No ten¨ªa mucho apego a las cosas materiales. No se iba con pena por dejar una colecci¨®n de discos.
P. ?Usted podr¨ªa hacer como Antonio Vega?
R. Habr¨ªa que verse en la situaci¨®n, pero creo que no. Antonio era muy particular.
P. Como compositor, ?le preocupa que los oyentes se tomen todo lo que escribe como algo textual?
R. Es m¨¢s interesante lo que sucede en la cabeza de alguien que escucha tu canci¨®n que lo que t¨² tienes en tu cabeza. Hay canciones m¨¢s narrativas y expl¨ªcitas y otras m¨¢s et¨¦reas y cr¨ªpticas. El meollo de la canci¨®n a veces est¨¢ en un detalle y no en el todo. Mis canciones no hablan siempre de m¨ª. Ser¨ªa aburrid¨ªsimo. Y creo que cada vez hablan menos.
P. De su discograf¨ªa, ?cu¨¢l es la que m¨¢s le define?
R. La casa de mis padres.
P. ?Y la que menos?
R. Nunca lo he pensado. Creo que dir¨ªa De haberlo sabido. Parece muy personal, pero no lo es.
P. ?Qu¨¦ le dir¨ªa al Quique Gonz¨¢lez de hace 25 a?os?
R. No conf¨ªes en ese manager (risas). Bueno, no seas tan ingenuo. La cl¨¢sica respuesta ser¨ªa: ¡®B¨²scate un buen abogado¡¯.
P. ?Se ha desgatado mucho con la parte del negocio musical?
R. S¨ª, al principio, cuando la pelea con las compa?¨ªas. Hace tiempo que publico de forma independiente. Ya no tengo esas luchas que me encabronaban mucho e iban en contra de m¨ª.
P. ?Le preocupa que, al carecer de la estructura de una compa?¨ªa grande, se quede sin llegar a un nivel m¨¢s alto o distinto al actual?
R. No. Nunca he tenido ning¨²n conflicto con eso. Con cada decisi¨®n pierdes cosas y ganas otras. Eso puede suceder en un per¨ªodo de un a?o o dos a?os, que no des con la estrategia adecuada o el sitio id¨®neo. A lo largo de 25 a?os uno est¨¢ donde se merece para bien o para mal. Con decisiones acertadas y con las que no fueron tan afortunadas.
P. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s ha cambiado en 25 a?os de la escena musical?
R. Internet lo cambi¨® todo. La industria musical no tiene nada que ver con la que yo conoc¨ª cuando empec¨¦. Solo ten¨ªas la posibilidad de enviar una maqueta y que te contestara una de las cinco discogr¨¢ficas que nunca lo hac¨ªan. Ahora mismo, los traperos y reguetoneros pueden grabar en su casa y lo que antes era una maqueta sale publicado por la discogr¨¢fica como disco. En lo positivo, dir¨¦ que hay mejores m¨²sicos y mayor infraestructura. Pero hay una cosa que me jode mucho que haya cambiado: antes, las salas y los teatros donde tocabas estaban en el centro de la ciudad y ahora no. Eso hac¨ªa que tu concierto fuera importante en la ciudad, aunque fuera poca gente. Lleg¨® un momento que la m¨²sica empez¨® a molestar al Gobierno de turno o a los ayuntamientos y trasladaron esas salas a los pol¨ªgonos. Nuestro trabajo empez¨® a valer menos y ser menos art¨ªstico. Sacar a la gente de las salas es quitar encanto a la m¨²sica.
P. ?Y c¨®mo ve el proceso de los festivales?
R. He entrado con la puntita (risas). No soy un artista de festival, ni por el tipo de m¨²sica que hago ni por lo que hay. Es fascinante que lo que menos importa en los festivales de m¨²sica sea la m¨²sica. Normalmente, no puedes probar sonido o hay un dj pinchando mientras tocas en el escenario. Un dj que, si afinas un poco el o¨ªdo, ya no lo escuchas entre canci¨®n y canci¨®n, sino mientras suena tu propia canci¨®n. Adem¨¢s, en los festivales hay mucho desnivel entre los cabezas de cartel y los grupos emergentes o m¨¢s peque?os. Se tendr¨ªa que igualar un poco. Si un gran festival paga 300 euros a un grupo que est¨¢ empezando a funcionar, no tiene ni para pagar la gasolina. Es inviable vivir as¨ª de la m¨²sica. A los festivales les preocupa m¨¢s que haya un tiovivo, un tragafuegos, un tatuador y un taller de yoga que los m¨²sicos y su necesidad de hacer su trabajo dignamente. Estoy tirando piedras contra mi propio tejado y a lo mejor nos dejan de llamar en los pocos sitios a los que vamos, pero muchas veces los festivales parecen una feria de ganado. Una feria como las de Torrelavega.
P. Una vez dijo que quer¨ªa sonar ya como un ¡°viejo vago¡±. ?Sigue siendo as¨ª?
R. La banda de Dylan son unos viejos vagos. Son demasiados buenos como para tener que demostrarlo y demasiado mayores como para estar haciendo coreograf¨ªas en el escenario. Hablo de tomarse las cosas con tranquilidad, sin la necesidad de fuegos artificiales, solos interminables y demostraciones org¨¢smicas. El objetivo es ser m¨²sicos buenos tocando canciones bonitas sin alardear. Ya no somos j¨®venes con ganas de demostrar. Somos tipos de 50 tacos que vamos con la conciencia tranquila de que nos sabemos las canciones y que podemos fallar sin que pase nada grave por ello.
P. ?Y lo de viejo no es tambi¨¦n por verse fuera de lugar?
R. Por supuesto. En el ¨²ltimo festival donde tocamos dije: ?Qu¨¦ pintamos aqu¨ª? He llegado al punto en el que veo los carteles de los festivales y no conozco al 90%. Por eso, me pregunto: ?Qu¨¦ cojones estoy haciendo aqu¨ª? Normalmente, cuando te preguntas eso, es porque tienes que estar en otro sitio (risas).
P. ?Alg¨²n viejo vago a reivindicar?
R. Bob Dylan, Lucinda Williams y Joe Henry. Los tres han elevado el arte de la canci¨®n a los pisos m¨¢s altos. Lo hacen con normalidad, tranquilidad y honestidad. Menos mal que est¨¢n ellos como reflejo del artista que a m¨ª me gustar¨ªa llegar a ser.
P. Cuando Quique Gonz¨¢lez empez¨® en la m¨²sica, el Real Madrid acababa de ganar la s¨¦ptima Copa de Europa. Ahora, ya tiene otras siete. ?Lo hubiese cre¨ªdo?
R. No, la verdad. Despu¨¦s de la s¨¦ptima, ninguna me hizo tanta ilusi¨®n. Esa fue la de pasi¨®n de hincha. Estoy bastante peleado con el negocio del f¨²tbol. Hace mucho tiempo que se lo quitaron al pueblo. Los niveles de ahora ya son obscenos. El f¨²tbol me parece feo. Veo autenticidad en el f¨²tbol solo cuando veo al Rayo de Vallecano o al Racing de Santander en sus campos.
P. Usted protest¨® al club por la venta de Fernando Redondo.
R. Redondo es uno de mis jugadores favoritos de todos los tiempos. Era una elegancia suprema. Redondo hab¨ªa apoyado a Lorenzo Sanz a las elecciones de la presidencia del Real Madrid, pero gan¨® Florentino P¨¦rez y lo vendi¨®, en parte por el apoyo a Sanz. Fui a dejar mi camiseta de Redondo a la entrada del Bernab¨¦u. Me acompa?¨® mi novia de entonces, que todav¨ªa debe estar flipando. Con buen criterio, el t¨ªo de seguridad del Bernab¨¦u me dijo: ¡®Ll¨¦vatela, chaval, porque te la van a quitar en cinco segundos en cuanto te vayas. Tu acto simb¨®lico es una estupidez¡¯. (Risas).
P. ?Conserva la camiseta?
R. S¨ª, claro.
P. ?Qu¨¦ es lo m¨¢s rock and roll que ha visto en el f¨²tbol?
R. M¨¢gico Gonz¨¢lez. Era una leyenda nocturna y, encima, Maradona dijo de ¨¦l que era el mejor. Ya est¨¢ todo dicho. Decidi¨® quedarse en C¨¢diz. De hecho, estuvo a punto de fichar por el Barcelona. Estuvo una pretemporada y le devolvieron. Activ¨® la alarma de incendios en un hotel de la concentraci¨®n. Estaba fumando y bien acompa?ado. M¨¢gico jugaba en el C¨¢diz mientras alternaba con Camar¨®n en la Venta de Vargas. Su ambici¨®n era jugar al f¨²tbol en la ciudad donde le gustaba. Me gusta esa actitud.
P. En sus canciones, ha metido un verso sobre el Real Madrid. Le gusta meter a sus actores o actrices favoritas. ?Alguna vez ha pensado en meter a un futbolista?
R. Hice un intento de hacer una canci¨®n para Zidane. Me sali¨® una cosa un poco fea. Fue en la ¨¦poca del Madrid de los gal¨¢cticos. Nacho Lewin me invitaba a muchos partidos y coincid¨ªa con Miguel R¨ªos, V¨ªctor Manuel, Corcuera¡ Era un palco extra?o (risas). Vi muchos partidos en los que jugaba Zidane. Su elegancia era tal que pod¨ªas llegar con sublimarla en una canci¨®n. Verlo en directo era incre¨ªble. La dej¨¦ de componer como al segundo verso.
P. ?C¨®mo era el primero?
R. Uff¡ era muy feo. Algo as¨ª como: ¡®Bailabas en la banda izquierda, pero yo te prefer¨ªa en el centro del campo con Ronaldo en el punto de mira¡¯. Muy feo.
P. ?Cu¨¢l puede ser el siguiente actor a entrar en una canci¨®n de Quique Gonz¨¢lez?
R. Me gustar¨ªa meter a John Cusack. Me flipa. Est¨¢ menos valorado de lo que deber¨ªa y, probablemente, por no seguirle el juego a la industria del cine. Le sigo en redes sociales y me gusta su actitud ante la vida. Y lo hubiera hecho tambi¨¦n con Harry Dean Staton.
P. Poca gente sabe que Quique Gonz¨¢lez estudi¨® para ser guionista de cine.
R. Bueno, estaba en una crisis del oficio y me plante¨¦ intentar aprender otro oficio. A los dos meses me di cuenta de que el oficio de guionista tiene un car¨¢cter m¨¢s obsesivo que el de hacer canciones. Me tiraba el d¨ªa en ch¨¢ndal, fumando y comiendo donuts y s¨¢ndwiches. Ve¨ªa como me miraba mi pareja Miriam y estaba deseando que volviese a hacer canciones y a mi vida anterior en los escenarios (risas). Lo prob¨¦ antes de ser padre porque ahora no podr¨ªa. Pens¨¦ que iba a ser m¨¢s f¨¢cil de aprender. Me frustr¨¦ demasiado pronto.
P. ?Qu¨¦ le impuls¨® a estudiarlo?
R. No fue una pel¨ªcula en concreto, sino todo el cine en general. De ver c¨®mo cuentan sus historias Jean-Pierre Melville o Martin Scorsese. Tambi¨¦n de ver Los Soprano.
P. Cuando empezaba en la m¨²sica Quique Gonz¨¢lez, tambi¨¦n empezaban Los Soprano.
R. Para m¨ª, es la mejor serie de la historia junto a The Wire. Fue el comienzo de algo nuevo. La forma en la que tratan la m¨²sica ya fue revolucionaria. Tony en un mismo cap¨ªtulo te daba ternura y asco. Quer¨ªas hacerte amigo suyo y, luego, le tem¨ªas u odiabas. En esa serie, los personajes no eran lineales. Me ve¨ªa hasta seis o siete cap¨ªtulos del tir¨®n. Claro, entonces, no ten¨ªa pareja (risas).
P. ?Qu¨¦ pel¨ªcula le gustar¨ªa hacer a Quique Gonz¨¢lez?
R. Por un lado, me gustar¨ªa hablar del mundo en general desde un lugar muy peque?o. Por ejemplo, desde el valle donde vivo. Hablar de su idiosincrasia y costumbres y c¨®mo est¨¢n conectados con otro gran mundo, donde el exceso de informaci¨®n influye en esa comunidad. Por otro lado, me gustar¨ªa hacer un gran guion con un caso real que se resolvi¨® a medias en Cantabria. Estuve bicheando un tiempo sobre ese caso.
P. ?Alg¨²n director al que parecerse?
R. Melville me gusta mucho, pero quiero decir gente de aqu¨ª como Ra¨²l Ar¨¦valo y Urbizu. Digo los de aqu¨ª tambi¨¦n porque son gente cercana que a lo mejor pueden grabarme un videoclip gratis y apiadarse de m¨ª (risas).
P. Y al escritor de canciones, ?qu¨¦ libro le hubiese encantado escribir?
R. Cr¨®nicas, de Bob Dylan. Leer ese libro me da confianza y m¨¢s ganas de hacer m¨¢s m¨²sica y me hace creer en el oficio. Es verdad que leer una informaci¨®n condensada de una vida como la de Dylan te hace creer que est¨¢s perdiendo el tiempo, pero, claro, no te cuentan los d¨ªas en blanco. Te agobia un poco porque dices: ¡®Yo estoy perdiendo el tiempo. ?Solo he sacado 14 discos!¡¯.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.