George Santayana, el fil¨®sofo casi desconocido autor de la frase: ¡°Aquellos que no pueden recordar el pasado est¨¢n condenados a repetirlo¡±
El pensador madrile?o, profesor durante dos d¨¦cadas en la Universidad de Harvard, no public¨® nunca obra en espa?ol, pero jam¨¢s renunci¨® a su nacionalidad
Siempre fue un pensador sentado entre dos mundos, al estilo de la famosa escultura de Auguste Rodin, como parece describirlo el fil¨®sofo Antonio Lastra en George Santayana. Una antolog¨ªa del esp¨ªritu (Fundaci¨®n Santander, 2023), una obra que recoge escritos, conferencias o clases de este miembro de la Generaci¨®n del 98 nacido en Madrid, educado en Boston y profesor de la Universidad de Harvard durante dos d¨¦cadas. Santayana (1863-1952), cuya obra est¨¢ escrita totalmente en ingl¨¦s, nunca renunci¨® a su nacionalidad espa?ola. Un fil¨®sofo en tierra de nadie pensando d¨ªa y noche sobre el paso del tiempo y los cambios vitales dr¨¢sticos. ¡°Aquellos que no pueden recordar el pasado est¨¢n condenados a repetirlo¡±, frase suya inmortalizada a la entrada del campo de exterminio nazi de Auschwitz.
Santayana abandon¨® el catolicismo familiar de la tradici¨®n castellana, pero no descart¨® ninguna manifestaci¨®n de la raz¨®n en la religi¨®n; bebi¨® de Plat¨®n, al tiempo que se alejaba de sus ideas; ironiz¨® sobre el liberalismo, pero abraz¨® sus postulados. ¡°La represi¨®n de la filosof¨ªa de Santayana es casi inevitable¡±, se?ala Lastra. ¡°Pero esa represi¨®n no es mayor que la represi¨®n de su filosof¨ªa por parte de quienes lo han considerado desde el principio esencialmente espa?ol, como si serlo fuera m¨¢s importante que ser fil¨®sofo o como si, con la estratagema de decir plausiblemente en ingl¨¦s la mayor cantidad de cosas no inglesas posibles, se hubiera propuesto en secreto ser un fil¨®sofo espa?ol que simplemente escribe en otra lengua¡±. De hecho, no gan¨® el Pulitzer con su ¨²nica novela, The Last Puritan: A Memoir in the Form of a Novel (El ¨²ltimo puritano. Memoria en forma de novela), por no ser considerado estadounidense a pesar del magistral dominio de la lengua inglesa, en la que se form¨® desde los siete a?os.
Curiosamente, Santayana se ten¨ªa m¨¢s por un poeta ¨Dera un admirador incondicional del romano Lucrecio¨D que por un fil¨®sofo. ¡°En mi vida mental ha habido dos grandes impedimentos, dos vicios cong¨¦nitos, dos tentaciones iniciales: la tentaci¨®n del poeta primitivo de creer en sus f¨¢bulas y la tentaci¨®n del agente espont¨¢neo de perderse en el mundo¡±, escribi¨®. ¡°Que Santayana no solo haya escrito en ingl¨¦s como nadie ha escrito nunca en espa?ol, sino tambi¨¦n lo que nadie ha escrito nunca en espa?ol, permite leer su obra salvando su filosof¨ªa de la represi¨®n en la cultura espa?ola. Tiene, por a?adidura, un inesperado efecto redentor en la propia cultura espa?ola: ya no se tratar¨ªa de hacerlo un fil¨®sofo espa?ol, sino de franquear la cultura espa?ola a su filosof¨ªa, a una filosof¨ªa pura, ortodoxa y humana¡±, dice Lastra.
Metanoia es un t¨¦rmino usado por Santayana con una significaci¨®n cercana al arrepentimiento cristiano y a una manera de exigir la conversi¨®n o el cambio de coraz¨®n que el creyente debe experimentar, un cambio de rumbo que se produce ante pensamientos o situaciones traum¨¢ticas, como la p¨¦rdida de la juventud o la muerte de un ser querido. En su caso, su padre: ¡°Tu barco anclado en la apacible ensenada / con un viento suave despliega su vela; / Tu esp¨ªritu d¨®cil, alado al aire, / ha zarpado al amanecer hacia la luz¡±. ¡°Ser¨ªa normal que un fil¨®sofo alcanzase [joven] ese asentamiento moral, pero ?por qu¨¦ me lleg¨® a los treinta a?os. Mis j¨®venes amigos [en Harvard] me parec¨ªan cada a?o m¨¢s j¨®venes, cada vez m¨¢s estandarizados y gen¨¦ricos. Ya no pod¨ªan ser mis amigos, sino solo muchachos de la escuela en la que yo era uno de sus maestros. Ese cap¨ªtulo ten¨ªa que llegar a un final, sin embargo, la juventud, en el mundo y a los ojos del poeta, es perpetua¡±, reflexiona.
La raz¨®n en la religi¨®n, una de sus constantes filos¨®ficas, viene marcada por la ¡°cat¨¢strofe del Weltanschauung [forma de concebir el mundo] cristiano si se tomaba este por historia o cosmolog¨ªa y no como mito simb¨®lico. Esta cat¨¢strofe intelectual involucraba tambi¨¦n una cat¨¢strofe moral al implicar el agotamiento de una inspiraci¨®n, la decadencia de la Kultura... Cada religi¨®n, con la ayuda de m¨¢s o menos mitos que tome m¨¢s o menos en serio, propone alg¨²n m¨¦todo de fortificar el alma humana y capacitarla para hacer las paces con el destino. Tengo esa filosof¨ªa vital y el movimiento de mi mente entre diversos sistemas de creencia que han tendido solo a descubrir hasta qu¨¦ punto mi filosof¨ªa vital podr¨ªa expresarse en cada uno de ellos¡±.
El amor, cree el fil¨®sofo, se basa ¡°en la desesperaci¨®n¡±. Pero ¡°esta paradoja est¨¢ condensada y es ret¨®rica. Para captar la verdad de ella debemos expandirla un poco e impedir malentendidos. No es simplemente el amor, sino el amor perfecto el que incluye la desesperaci¨®n. En s¨ª mismo, el amor incluye la esperanza o al menos un deseo preservar el objeto, de consagrarlo y defenderlo. El amante perfecto debe renunciar a la persecuci¨®n y a la esperanza de la posesi¨®n¡±. Un pensamiento que no le resulta incompatible con una defensa o la comprensi¨®n, al menos, del amor al dinero que ve en los estadounidenses. ¡°Se dice a veces que la pasi¨®n dominante en Am¨¦rica es el amor por el dinero. Me parece un completo error. La pasi¨®n dominante es el amor por los negocios, que es algo muy distinto. El amor por el dinero estar¨ªa celoso de ¨¦l; lo gastar¨ªa cuidadosamente, tratar¨ªa de librarse de ¨¦l cuanto pudiera. Su goce est¨¢ en los negocios mismos y su operaci¨®n ulterior, en hacer una m¨¢quina mayor y mejor organizada y m¨¢s poderosa en la vida general¡±.
Amplia obra
Santayana analiza en su amplia obra ¨Dadem¨¢s de sus libros se conservan m¨¢s de 3.000 cartas¨D tambi¨¦n el pensamiento cristiano que ¡°malinterpreta hechos y condiciones¡±. ¡°El todo m¨ªtico impregna la filosof¨ªa cristiana, pero el mito tiene ¨¦xito al expresar la vida ideal solo malinterpretando su historia y condiciones. Ese m¨¦todo, de hecho, no era original de los Padres; lo tomaron de Plat¨®n, que apelaba a par¨¢bolas ¨¦l mismo de una manera franca e inofensiva, aunque con consecuencias desastrosas para su escuela.
De los protestantes, asegura que su ¡°religi¨®n ya no revela personalidades divinas, recompensas futuras ni las m¨¢s tiernas consolaciones el¨ªseas: tampoco propone seriamente un cielo al que llegar por una escalera ni un purgatorio que pueda abreviarse mediante devociones prescritas. Se limita a darle al mundo real un estatus ideas y ense?a a los hombres a aceptar una vida natural con fundamentos sobrenaturales¡±. Por eso, ¨¦l se encuentra m¨¢s cerca de los griegos, que ¡°llevaban una vida racional y vislumbraban las diversas esferas de la especulaci¨®n como podr¨ªan hacerlo aquellos cuyos intereses centrales fueran racionales. En f¨ªsica saltaron inmediatamente a la concepci¨®n de una unidad din¨¢mica y una evoluci¨®n general, dando as¨ª ese trasfondo a la vida humana que la observaci¨®n diligente siempre ha columbreado y que la ciencia modera ha redescubierto laboriosamente¡±.
Santayana muri¨® en 1952 en una residencia romana dirigida por monjas. Su doble ser ¨Dse consideraba tanto ateo como cat¨®lico est¨¦tico¨D le llev¨® a rechazar ser enterrado en un camposanto cat¨®lico, por lo que finalmente el consulado de Espa?a decidi¨® que fuera inhumado en Pabell¨®n de la Obra P¨ªa Espa?ola, en el cementerio de Campo Verano, levantado en ¨¦poca napole¨®nica, pero con reminiscencias de la antigua Roma.
George Santayana. Una antolog¨ªa del esp¨ªritu es un libro de lectura reposada, incluso dif¨ªcil ¨Dmuy dif¨ªcil¨D si no se parte de unos conocimientos filos¨®ficos b¨¢sicos. Pero es una obra amena (sobre todo la parte epistolar y po¨¦tica), escrita con un estilo ¨¢gil que termina atrapando, aunque haya que leer varias veces cada frase para entender lo que el autor quiere transmitir. Pero deja pensando.
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