Michel Ciment, leyenda de la cr¨ªtica de cine francesa, muere a los 85 a?os
Director de la revista ¡®Positif¡¯ y especialista en el cine estadounidense, italiano y sovi¨¦tico, era uno de los ¨²ltimos supervivientes de la edad dorada de la cr¨ªtica
El cr¨ªtico de cine franc¨¦s Michel Ciment, director de la revista Positif, muri¨® este lunes en Par¨ªs a los 85 a?os. Gran especialista en el cine estadounidense, italiano y sovi¨¦tico, Ciment era uno de los ¨²ltimos supervivientes de la era dorada de la cr¨ªtica francesa. Debut¨® en 1963 con un texto sobre El proceso, de Orson Welles, que defendi¨® contra la opini¨®n negativa casi un¨¢nime de sus colegas. No tard¨® en convertirse en una de las figuras m¨¢s destacadas de la prensa especializada en Francia, donde brill¨® por su erudici¨®n inagotable y por sus gustos libres e inesperados, marcados por sus filias y sus fobias, as¨ª como por su oposici¨®n al dogmatismo y el esnobismo que, seg¨²n aseguraba, caracterizaban a sus compa?eros de profesi¨®n, a quienes critic¨® a menudo. ¡°Dos peligros amenazan a la cr¨ªtica: el populismo y el elitismo¡±, sol¨ªa repetir.
Ciment fue un gran amante de la controversia, col¨¦rico siempre que la ocasi¨®n lo merec¨ªa y partidario de un cine ¡°de la ma?trise¡±, del control o del dominio absoluto por parte del cineasta que gritaba acci¨®n, ante los defensores de la capacidad evocadora de formas m¨¢s abstractas e imperfectas. ¡°El control est¨¢ mal visto. Para m¨ª, ese control es el arte occidental desde la antig¨¹edad y no veo por qu¨¦ deber¨ªa detenerse hoy¡±, dijo en 2019. El cr¨ªtico encontr¨® en Stanley Kubrick la encarnaci¨®n del cineasta total. Ciment fue su principal interlocutor entre la cr¨ªtica europea y le dedic¨® un libro de referencia en 1980. No fue el ¨²nico nombre en su pante¨®n: fue un experto en el cine de Elia Kazan, Joseph Losey, Francesco Rosi o Jane Campion, directores a los que dedic¨® sendos vol¨²menes. ¡°Soy, a la vez, un partidario de la modernidad y un antimoderno. Me gustan los cineastas revolucionarios, pero que dialogan al mismo tiempo con la cultura del pasado¡±, expres¨® en una entrevista con la revista Les Inrockuptibles.
M¨¢s all¨¢ del ejemplo de Kubrick, Ciment prefer¨ªa a Alain Resnais que a Jean-Luc Godard: sol¨ªa recordar que no entend¨ªa los textos firmados por este ¨²ltimo en su etapa como cr¨ªtico de los Cahiers du Cin¨¦ma, prefiriendo los escritos, menos cr¨ªpticos, de Fran?ois Truffaut y Jacques Rivette. Ciment decidi¨® trabajar para la competencia que encarnaba Positif, revista fundada en el Lyon de los cincuenta que, tras el giro mao¨ªsta de los Cahiers despu¨¦s del Mayo del 68, se escudar¨ªa en una cr¨ªtica m¨¢s cl¨¢sica y moderada. En sus casi cinco d¨¦cadas al frente de la publicaci¨®n, Ciment defendi¨® a los grandes autores del cine internacional, desde Bu?uel, Tarkovski o John Ford hasta Terrence Malick, Tim Burton o Paul Thomas Anderson. Martin Scorsese, otro de los favoritos de Ciment, afirm¨® una vez que Positif era ¡°la mejor revista de cine del mundo¡±.
Nacido en Par¨ªs en 1938, hijo de un costurero jud¨ªo de origen h¨²ngaro que hab¨ªa escapado a la redada del Vel d¡¯Hiv en 1942, Ciment fue educado en el catolicismo por su madre, que se hizo pasar por gentil hasta los 95 a?os (en realidad, tambi¨¦n era jud¨ªa). Lo bautiz¨® y lo inscribi¨® en un colegio cat¨®lico, en el que llegar¨ªa a ser monaguillo, aunque la experiencia resultase en un pronunciado anticlericalismo que lo acompa?¨® hasta el final, pese a su gusto por cineastas religiosos como Dreyer y Rossellini. En sus a?os universitarios, simpatiz¨® con los surrealistas, con quienes aprendi¨® a debatir hasta el amanecer, y fue disc¨ªpulo del fil¨®sofo Gilles Deleuze, antes de convertirse en catedr¨¢tico de civilizaci¨®n estadounidense en la Universidad Par¨ªs VII. ¡°Empec¨¦ en una ¨¦poca, los a?os sesenta, de prosperidad. Cuando uno era cr¨ªtico no ten¨ªa miedo a ganarse enemigos¡±, dijo a Le Monde en 2019. ¡°Hoy los j¨®venes son m¨¢s prudentes. Yo tuve la ventaja de ser profesor, con un sueldo mensual. Eso me dio una independencia econ¨®mica total¡±.
Desde 1970, Ciment era colaborador del programa Le masque et la plume, una instituci¨®n de la radio p¨²blica francesa, donde cr¨ªticos de distintas disciplinas art¨ªsticas debaten sobre los libros, obras teatrales y estrenos cinematogr¨¢ficos de la semana. Su ¨²ltima participaci¨®n en el programa tuvo lugar a finales de septiembre. Pocas semanas despu¨¦s, fue visto, ya muy debilitado, en un homenaje del Festival Lumi¨¨re, certamen dedicado al cine cl¨¢sico en Lyon. Durante tres d¨¦cadas tambi¨¦n dirigi¨® Projection priv¨¦e, programa en la emisora France Culture por el que pasaron todos los grandes cineastas franceses e internacionales, que fue interrumpido en 2016.
Defensor de la importancia de la cr¨ªtica mientras observaba c¨®mo esta se reduc¨ªa ¡°de manera alarmante¡±, Ciment sol¨ªa recordar las buenas condiciones en las que ¨¦l empez¨® a trabajar. Por ejemplo, para entrevistar a Francis Ford Coppola en la ¨¦poca de Apocalypse Now, le mandaron a San Francisco para que conviviera con ¨¦l una semana, durmiendo en un piso situado en su misma residencia. ¡°En los sesenta y setenta ten¨ªa los tel¨¦fonos personales de Fellini, Wilder, Kubrick y otros. Hoy es todo un disparate. Para hablar con Scorsese, por ejemplo, tienes que pasar por varios interlocutores¡±, protestaba hace unos a?os. Otro de sus protegidos fue Quentin Tarantino, al que defendi¨® desde el comienzo y que entrevist¨® en repetidas ocasiones. ¡°Mientras el cine est¨¦ en manos de personas como Ciment, estamos a salvo¡±, dijo Tarantino una vez. Desde hoy entramos en tierra desconocida.
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