¡®Rebel Moon. Parte 1: la ni?a de fuego¡¯: Zack Snyder fracasa en el intento de crear su propia ¡®Star Wars¡¯

A Zack Snyder le ha pasado como al Adelantado don Rodrigo D¨ªaz de Carreras, protagonista de la m¨ªtica cantata c¨®mico-musical de los argentinos Les Luthiers: aquel descubridor que ¡°acert¨® a fundar Caracas en pleno centro de Caracas... ?que ya estaba fundada!¡±.

El director de, entre otras, 300, Watchmen y El hombre de acero, al que sus fan¨¢ticos (y la publicidad asociada a ellos) llaman reiteradamente ¡°visionario¡±, estaba empe?ado en participar en el universo Star Wars, llegando a presentar su ambicioso proyecto a Lucasfilm como una pel¨ªcula m¨¢s para la saga. Ese ofrecimiento, desechado hace una d¨¦cada por la compa?¨ªa de George Lucas justo en los d¨ªas en que Disney la acababa de comprar, ha acabado siendo una nueva franquicia y una doble pel¨ªcula de Netflix. La primera entrega se titula Rebel Moon. Parte 1: La ni?a de fuego y no es extra?o que Lucas y sus asesores la desecharan: como el Adelantado D¨ªaz de Carreras, Snyder acert¨® a fundar Caracas que ya estaba fundada con su pel¨ªcula de Star Wars que ya estaba hecha. Un doble saqueo porque no se conforma con copiar aspectos fundamentales de la primera trilog¨ªa de La guerra de las galaxias. De paso, saquea tambi¨¦n a Akira Kurosawa, al que ya hab¨ªa saqueado en su d¨ªa Lucas, aunque de un modo bastante m¨¢s original.

Al menos Lucas se hab¨ªa fijado en los personajes y el itinerario de una aventura menor y, en su d¨ªa, bastante desconocida de Kurosawa para armar la historia de aquella galaxia muy lejana: La fortaleza escondida (1958). Los samur¨¢is se convirtieron en jedis, la princesa Yuki en la princesa Leia y, con su imaginer¨ªa visual nunca vista hasta entonces, el resto es historia. Snyder plagia nada menos que Los siete samur¨¢is. El relato central de Rebel Moon es exacto a la obra maestra del japon¨¦s, de la que se han hecho varios remakes oficiales y alguno, como Bichos, de Pixar, encubierto: una comunidad de granjeros recibe la violenta visita (en su nave espacial) de unos malhechores pertenecientes a un poder tir¨¢nico, que le perdonan la vida a cambio de la entrega de sus cosechas pasado un tiempo, lo que aprovechan para buscar guerreros en planetas vecinos que les ayuden a enfrentarse con sus opresores. Naturalmente, el grupo lo van a formar siete personas; entre ellos, un mercenario que parecen un clon en actitud y maneras a Han Solo.

En una entrevista para la revista brit¨¢nica Empire en este verano de 2023, Snyder admit¨ªa que quer¨ªa hacer ¡°Los siete samur¨¢is en el espacio¡± y que ¡°sab¨ªa que los or¨ªgenes de George estaban en muchas de esas pel¨ªculas de Kurosawa¡±. Lo dice, adem¨¢s, visionario ¨¦l, como si nadie lo supiera, como si lo hubiera descubierto, como el Adelantado D¨ªaz de Carreras.

El pr¨®logo de Rebel Moon, por su parte, con sus explicaciones sobre el estado de la galaxia, el poder tir¨¢nico y los senadores corruptos, huele tanto a Star Wars que la rapi?a parece insuperable. Pero el ep¨ªlogo a¨²n guarda una sorpresa m¨¢s, un ¡°no se vayan todav¨ªa, que a¨²n se puede seguir desvalijando¡±, y que nos guardaremos en desvelar, pero que roba uno de los momentos m¨¢s emblem¨¢ticos de Star Wars en torno a las relaciones entre personajes.

Mientras, visualmente, Snyder se aplica en su sello de estilo: las secuencias de acci¨®n a c¨¢mara lenta, recluta a un grupo de int¨¦rpretes de imponentes f¨ªsicos y discutible capacidad interpretativa, y est¨¢ lejos, por ejemplo, de la solidez narrativa que le otorgaba la novela gr¨¢fica Watchmen para su notable adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica, y de su espectacular debut, aquel Amanecer de los muertos (2004) que auguraba posibles triunfos.

Despu¨¦s de ver La muerte ten¨ªa un precio, dirigida por Sergio Leone en 1965, y de comprobar las numerosas concomitancias con Yojimbo (El mercenario), de 1961, Kurosawa envi¨® una carta al italiano en la que le dec¨ªa: ¡°Signor Leone, acabo de tener la oportunidad de ver su pel¨ªcula. Es una pel¨ªcula espl¨¦ndida, pero es mi pel¨ªcula¡±. Y lo demand¨®. Con Snyder ni siquiera tendr¨ªa el consuelo de ser una pel¨ªcula espl¨¦ndida.

Coda: antes del juicio por el plagio de Yojimbo se lleg¨® a un acuerdo econ¨®mico; los productores japoneses se llevar¨ªan el 15% de la recaudaci¨®n total de Por un pu?ado de d¨®lares, m¨¢s los derechos exclusivos de su distribuci¨®n en Jap¨®n y Corea del Sur.