¡®El peor equipo del mundo¡¯: desastrosa comedia familiar sobre la derrota m¨¢s grande de la historia del f¨²tbol

Cualquier futbolero espa?ol que desarrollara su pasi¨®n en los a?os ochenta sabe perfectamente qui¨¦nes eran John Bonello y los hermanos Farrugia. En el olimpo de los partidos imposibles que se acaban convirtiendo en viables entran los ganadores, pero los perdedores tienen tambi¨¦n su hueco en el mito, mucho m¨¢s interesante en algunos aspectos. Un mito entre la tragedia y la comedia con infinitas posibilidades dram¨¢ticas, y hasta rid¨ªculas. En aquel 12-1 de Espa?a a Malta en 1983 no solo Santillana, Rinc¨®n y Se?or, entre otros, firmaron una actuaci¨®n para la historia del deporte de su pa¨ªs, sino que el nombre de aquellos futbolistas malteses qued¨® fijado en el imaginario popular. En el nuestro, y no digamos en el suyo.

Y si se han realizado decenas de recordatorios, reportajes y documentales sobre aquel ins¨®lito partido del Benito Villamar¨ªn, c¨®mo no se van a hacer sobre el 31-0 que le endos¨® Australia a Samoa Americana en un partido de clasificaci¨®n para el Mundial de Corea y Jap¨®n del a?o 2002, la mayor goleada de la historia en un partido de selecciones. Next Goal Wins, documental del a?o 2014 dirigido por los brit¨¢nicos Mike Brett y Steve Jamison, era hasta ahora la m¨¢s emblem¨¢tica imagen conmemorativa de aquel desastre para los samoanos. Pero el cineasta neozeland¨¦s Taika Waititi ha querido hurgar en la herida con una pel¨ªcula de inmensas posibilidades que, sin embargo, se convierte en un descalabro casi mayor que aquella derrota.

El peor equipo del mundo podr¨ªa haber sido muchas cosas, apoyada adem¨¢s en ciertos detalles reales de aquel penoso equipo que acentuaban sus tonalidades dram¨¢ticas. Pero Waititi, director de la desternillante parodia vamp¨ªrica Lo que hacemos en las sombras (2014), de la l¨²dica y desprejuiciada pel¨ªcula de superh¨¦roes Thor: Ragnarok (2017), y de la simp¨¢tica s¨¢tira hitleriana Jojo Rabbit (2019), candidata a seis premios Oscar y ganadora de la estatuilla a guion adaptado, ha optado por la m¨¢s facilona: la del clich¨¦ del cine familiar; la de la melaza y los chistes igualados por abajo; la de la travesura sin fuste ni garra; la del melodrama superficial e intrascendente. No hay ni rastro en ella del esp¨ªritu despiadado de ciertas secuencias de Jojo Rabbit. Solo la blandenguer¨ªa de cualquier pel¨ªcula de deportes sobre equipo calamitoso que, c¨®mo no, acaba cumpliendo su objetivo.

Centrada en Thomas Rongen, el entrenador que intent¨® levantar aquel conjunto tristemente hist¨®rico tras la debacle contra Australia, El peor equipo del mundo solo se salva en un par de aspectos que, adem¨¢s, podr¨ªan haber servido para hacer otro tipo de producto, mucho m¨¢s ambicioso en lo social y punzante en lo dram¨¢tico¡­ o en lo c¨®mico, porque por ambos caminos, tan distintos, podr¨ªa haber apostado Waititi. Eso s¨ª, mucho m¨¢s dificultosos que los del vulgar telefilme para la siesta que ha acabado haciendo. Primero, el extraordinario optimismo vital de los samoanos; la alegr¨ªa de vivir, con bien poco, frente a este mundo de penurias diarias y regodeo en nuestra propia tristeza. Y segundo, el precioso personaje real de Jaiyah Saeloua, integrante del fa¡¯afafine, el llamado tercer g¨¦nero en la cultura samoana ¡ªvarones que han sido educados por sus familias como mujeres¡ª, y considerado como el primer futbolista transexual de la historia de este deporte.

Aunque, adem¨¢s de Waititi, si hay un profesional que queda marcado por la goleada en contra que es la pel¨ªcula, ese es Michael Fassbender, excelente y carism¨¢tico actor dram¨¢tico, incapaz de entender lo que tiene delante, grit¨®n, desesperante, sin matices ni vis c¨®mica, que ofrece una de las actuaciones m¨¢s desafortunadas del cine reciente por parte de un int¨¦rprete de renombre.