El cineasta J. J. Abrams y el escritor Doug Dorst crean un libro muy tangible en tiempos intangibles
¡®S. El barco de Teseo¡¯ es un artefacto literario que combina una novela tradicional con los comentarios manuscritos de dos de sus lectores, que tratan de desentra?ar los misterios en torno al autor, generando una narrativa paralela
El barco de Teseo es una novela escrita por un enigm¨¢tico y revolucionario autor llamado V. M. Straka. Trata sobre un hombre, llamado S., que es secuestrado y llevado a un barco fantasmal, sin nombre, conducido por 19 marineros procedentes de diversos lugares del mundo. Todos, menos uno, tienen los labios cosidos.
Ah¨ª comienzan el misterio y una aventura llena de simbolismo. Pero quien se acerque a la edici¨®n que ahora publica en Espa?a Duomo Ediciones como S. El barco de Teseo, se encontrar¨¢ otra cosa. Por encima de las p¨¢ginas del libro, un volumen avejentado, de p¨¢ginas amarilleadas por el tiempo, como sacado de una biblioteca universitaria de los a?os 50, encontrar¨¢ otra novela, sostenida en una conversaci¨®n escrita en los m¨¢rgenes del libro, parece que a mano, por dos de sus lectores.
Son Eric, un doctorando, y Jennifer, una joven a punto de dejar la carrera, que tratan de desentra?ar los misterios en torno a la figura de Straka, ese escritor de best sellers de identidad borrosa, no se sabe si vivo o muerto, que puede estar implicado en conspiraciones y actos terroristas. A trav¨¦s de esa correspondencia sobre las p¨¢ginas del libro, se ir¨¢n conociendo. Adem¨¢s de esas conversaciones manuscritas, el volumen contiene entre sus p¨¢ginas otros admin¨ªculos, como mapas, cartas, documentos o postales, para hacer la lectura m¨¢s aventurera.
El artefacto completo, es decir, la novela originaria de Straka intervenida por estos dos nuevos personajes desde la actualidad, es la obra del escritor Doug Dorst y el c¨¦lebre cineasta J. J. Abrams, conocido por ser el creador de fen¨®menos como la serie Perdidos o diferentes entregas de sagas como Star Wars, Star Trek o Misi¨®n: Imposible. ¡°S. El Barco de Teseo quiere ser una celebraci¨®n del libro como objeto f¨ªsico. En este momento de correos electr¨®nicos y mensajes de texto, y todo lo que se mueve en la nube de una manera intangible, este libro es intencionalmente tangible¡±, escribe Abrams en un texto promocional.
La idea original fue de Abrams cuando, esperando en el aeropuerto de Los ?ngeles, se top¨® con un viejo libro de bolsillo de Robert Ludlum que parec¨ªa haber sido olvidado. En su interior hab¨ªa un mensaje que ven¨ªa a decir: ¡°A quien encuentre esto, espero que lo disfrute y lo transmita¡±. Las personas, pens¨® Abrams, no solo se conectan a trav¨¦s de historias que cuentan los libros, sino tambi¨¦n a trav¨¦s de los propios libros f¨ªsicos. As¨ª surgi¨® la idea de contar una historia en forma de notas al margen.
¡°J. J. me present¨® esa idea y me pregunt¨® qu¨¦ tipo de historia me gustar¨ªa contar de esa forma¡±, cuenta Dorst. ¡°Yo hab¨ªa estado jugando con el personaje de Straka, un autor europeo misterioso y pol¨ªticamente radical, pero a¨²n no hab¨ªa encontrado la historia adecuada sobre ¨¦l. Las dos ideas encajaron bien y nos pusimos en marcha¡±. La referencia al barco de Teseo del t¨ªtulo tiene que ver una vieja paradoja que relata Plutarco: ?Es el barco del h¨¦roe, exterminador del minotauro, el mismo aunque le hayan cambiado todas las piezas? La reflexi¨®n ante la identidad es uno de los ejes de la novela.
Publicado en Estados Unidos en 2013, el libro recuerda otros donde la edici¨®n f¨ªsica cobra importancia: viene a la cabeza la intrincada maquetaci¨®n de la novela de terror La casa de hojas de Mark Z. Danielewski, cuya complejidad motiv¨® la asociaci¨®n de las editoriales Alpha Decay y P¨¢lido Fuego. Para Duomo tambi¨¦n ha supuesto un reto. La primera curiosidad es que transcurridos diez a?os desde su publicaci¨®n en el ingl¨¦s original, los derechos segu¨ªan libres en castellano. Algo parecido le hab¨ªa pasado a la misma editorial con las memorias Open del tenista Andre Agassi, escritas por J. R. Moehringer. La traducci¨®n, a manos de Marcelo E. Mazzanti, tambi¨¦n tuvo su enjundia: ¡°No solo hab¨ªa de decir lo mismo, sino que cada p¨¢gina hab¨ªa de ocupar el mismo espacio que en ingl¨¦s¡±, informan los editores. Adaptar los cript¨®gamas y los puzles y, por ¨²ltimo, pero no menos vital, producir f¨ªsicamente la obra, con todas sus particularidades y materiales adyacentes, que fue encargada, despu¨¦s de mucha b¨²squeda, al italiano Studio Nora. La complejidad tiene un precio: el volumen cuesta 49 euros.
La lectura del libro es interesante, pero no es sencilla, porque la atenci¨®n del lector tiene que cambiar constantemente de la novela original de Straka, impresa en letras de molde, a las partes (aparentemente) manuscritas de los bordes. Algunas veces uno no sabe qu¨¦ leer primero y qu¨¦ despu¨¦s, o en qu¨¦ parte de la historia concentrarse. ¡°Sab¨ªamos que ser¨ªa un desaf¨ªo y que la gente tendr¨ªa que idear sus propias estrategias sobre c¨®mo abordar los textos¡±, dice Dorst. Seg¨²n la historia se desarrolla y se vuelve m¨¢s compleja (por ejemplo, las notas a pie de p¨¢gina del traductor, los elementos asincr¨®nicos de la historia al margen), tambi¨¦n lo hace la experiencia de lectura. ¡°Pero decidimos aceptarla en lugar de intentar diluirla¡±, dice el escritor. ¡°Intent¨¢bamos hacer un libro que nadie hab¨ªa hecho antes y decidimos hacer todo lo posible para hacer lo m¨¢s interesante y genial que pudi¨¦ramos¡±.
La redacci¨®n de un libro tan especial tuvo su complejidad. Primero Dorst redact¨® la obra de Straka, y luego se redact¨® la segunda capa de comentarios de Eric y Jennifer, de manera parecida a la que se supone que ocurri¨® en la ficci¨®n. ¡°Entendimos que la novela original ten¨ªa que poder sostenerse por s¨ª sola como una lectura que valiera la pena; despu¨¦s de todo, ?pedimos a los lectores que crean que es una novela digna de estudio acad¨¦mico!¡±, exclama Dorst. Cuando el escritor encontraba alg¨²n obst¨¢culo, all¨ª estaba Abrams para colaborar. ¡°Sabe m¨¢s sobre narraci¨®n y arcos argumentales que cualquier otra persona que haya conocido, y fue liberador trabajar sabiendo que ten¨ªa ese tipo de apoyo como una red de seguridad¡±, dice el novelista.
Como dec¨ªa Abrams, esta obra es un acto de amor por el libro f¨ªsico. ¡°J. J. y yo somos fan¨¢ticos de los libros de papel, tinta y pegamento, y quer¨ªamos hacer algo que celebrara la forma¡±, dice el escritor, ¡°hay algo en la realidad t¨¢ctil, visual y olfativa de un libro f¨ªsico que se convierte, para m¨ª, en parte de la magia de la historia que contiene. Ojo, no estoy criticando los libros electr¨®nicos: simplemente no los prefiero¡±.
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