Helga de Alvear, galerista: ¡°Soy una viciosa del arte. Seguir¨¦ comprando hasta el final¡±
La coleccionista alemana repasa su vida e inaugura una exposici¨®n dedicada a Portugal en su museo de C¨¢ceres
Pocas cosas hay que le gusten menos a Helga de Alvear (87 a?os, Kirn/Nahe, Alemania) que romper su rutina diaria de ir a trabajar a su galer¨ªa madrile?a. Pero todo esfuerzo es asumible cuando se trata de recibir el agradecimiento por su apoyo al arte contempor¨¢neo en Portugal, pa¨ªs que frecuenta y ama desde hace muchas d¨¦cadas. Este jueves, el ministro de Cultura portugu¨¦s, Pedro Ad?o e Silva, escenific¨® ese agradecimiento en el Museo de Arte Contempor¨¢neo Helga de Alvear de C¨¢ceres, sede de la imponente colecci¨®n de m¨¢s de 3.000 obras de la mecenas.
Situado en el centro de la ciudad, a unos 300 kil¨®metros de Madrid y 400 de Lisboa, el centro no para de recibir premios desde su apertura en 2021. Calificado por Manuel Borja-Villel, exdirector del Reina Sof¨ªa, como el museo de arte contempor¨¢neo m¨¢s importante de Europa, el pasado a?o tuvo 126.600 visitantes para la colecci¨®n, de acceso gratuito y con rutas especiales para discapacitados y circuitos guiados para ni?os.
El homenaje luso marca tambi¨¦n el arranque de la temporada art¨ªstica con aroma portugu¨¦s en la vida del museo. Es la primera exposici¨®n que presenta la nueva directora, Sandra Guimar?es (Oporto, 53 a?os), gestora cultural que llega despu¨¦s de ganar un concurso p¨²blico por el que permanecer¨¢ en el cargo durante cuatro a?os.
Esta primera gran muestra del a?o est¨¢ protagonizada por Carlos Bunga (Oporto, 48 a?os), un artista al que Helga de Alvear segu¨ªa desde hace tiempo y del que adquiri¨® tres obras que forman parte de los fondos del museo. La exposici¨®n antol¨®gica, que se inaugura este jueves bajo el t¨ªtulo Performar la naturaleza (hasta el 12 de mayo), est¨¢ comisariada por Guimar?es y coorganizada con el Bombas Gens Centre d¡¯Art de Valencia, donde se pudo ver una versi¨®n ligeramente distinta la pasada temporada. Para C¨¢ceres, Bunga ha realizado dos instalaciones en las que mezcla todos los soportes art¨ªsticos y son una invitaci¨®n al p¨²blico visitante para participar y dar un nuevo significado a las obras. ¡°Quiero que aprendamos a descolonizar la naturaleza¡±, explica el artista, ¡°somos parte integrante de ella. No estamos por encima¡±.
Helga de Alvear lleg¨® el mi¨¦rcoles por la tarde al museo. Cansada por el viaje desde Madrid (unas tres horas en coche), tuvo tiempo para encontrarse con algunas de las personas que m¨¢s han colaborado en que la creaci¨®n de este museo fuera posible. La ausencia que m¨¢s le duele es la de su gran amigo Jos¨¦ Mar¨ªa Vi?uela, fallecido en junio de 2022 cuando iba a inaugurar una exposici¨®n en el propio museo dedicada a Cristina Lucas. Con la coleccionista estaba su hermano, Hans Jakob, de 80 a?os, quien desde que se jubil¨® decidi¨® instalarse en Oporto. ¡°Pero no por eso nos vemos m¨¢s¡±, contaba De Alvear a EL PA?S en una entrevista celebrada en su galer¨ªa madrile?a. ¡°Yo me canso de viajar y a ¨¦l le debe de pasar lo mismo, aunque tengo que decir que siempre me ha apoyado¡±.
El ministro Pedro Ad?o e Silva entreg¨® a Alvear una medalla con la que agradeci¨® la atenci¨®n que la coleccionista siempre ha mostrado hacia los artistas portugueses. Desde Helena de Almeida hasta ?ngela Ferreira o Bruno Zhu, entre m¨¢s de 40 nombres. El peso mayoritario de las m¨¢s de 3.000 obras de la colecci¨®n tiene en cabeza de lista a creadores espa?oles, alemanes y portugueses. De Alvear, que cuenta con numerosos premios en Espa?a y en su pa¨ªs de origen, no cree tener m¨¦ritos especiales para ser premiada porque siempre ha comprado las obras que le gustan y as¨ª lo seguir¨¢ haciendo mientras pueda. Como ha dicho varias veces, es una ¡°viciosa del arte¡±. En la ceremonia estuvo presente Ernest Urtasun, ministro de Cultura de Espa?a, junto a Rodr¨ªguez Ibarra, la persona que hizo posible la existencia del museo junto a numerosos artistas y gestores culturales portugueses y espa?oles.
La coleccionista habla de sus or¨ªgenes familiares para explicar c¨®mo ha podido hacerse con una colecci¨®n llena de obras maestras de los artistas contempor¨¢neos m¨¢s demandados. Adem¨¢s del olfato, intuici¨®n y conocimiento que adquiri¨® durante los a?os que trabaj¨® con Juana Mord¨®, De Alvear reconoce que hay que tener dinero en abundancia y ella lo ha tenido gracias a la empresa familiar RKW, una de las l¨ªderes mundiales en el sector del film pl¨¢stico para embalajes, de la que es copropietaria. Los a?os no han apagado en absoluto la fuerza del car¨¢cter de Helga de Alvear. Cuenta que la decisi¨®n de legar toda su colecci¨®n para un gran museo la tom¨® hace unos 20 a?os y fue celebrada por su marido, el arquitecto Jaime de Alvear, y sus tres hijas (Mar¨ªa, Ana y Patricia).
Por raro que parezca, no encontr¨® mucho entusiasmo ante el regalo de su colecci¨®n. La ofreci¨® a Madrid, C¨®rdoba (ciudad de nacimiento de su esposo), Vigo, San Sebasti¨¢n y Granada. ¡°Mi ¨²nica condici¨®n fue que construy¨¦ramos un edificio nuevo, no quer¨ªa un palacio antiguo renovado¡±, dice. Por casualidad coincidi¨® en el restaurante Atrio de C¨¢ceres con Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra (expresidente socialista de Extremadura). Ella iba con Jos¨¦ Mar¨ªa Vi?uela, de origen extreme?o, muy conocido de Ibarra y entonces director de la colecci¨®n de arte del Banco de Espa?a. La propuesta cuaj¨® y despu¨¦s de bastantes dificultades el museo abri¨® sus puertas en febrero de 2021.
Cada vez que hay una inauguraci¨®n, Helga de Alvear se desplaza hasta el museo, pero ya no va con el mismo entusiasmo con el que iba cuando viv¨ªa Jos¨¦ Mar¨ªa Vi?uelas. Con voz rota cuenta que ella no estaba en C¨¢ceres el d¨ªa que su amigo sufri¨® el ictus porque se qued¨® en Madrid recuper¨¢ndose de la covid. ¡°Se empe?¨® en que no saliera de casa porque el virus me hab¨ªa dado fuerte. Hablamos por la ma?ana y al rato muri¨®¡±, explica. Reconoce que le ha afectado much¨ªsimo porque con Jos¨¦ Mar¨ªa viajaba a ferias y bienales (Venecia, Basilea y Arco), a festivales de m¨²sica y conciertos de ¨®pera.
Helga cuenta que ahora sale poco. Cada d¨ªa, a media ma?ana, est¨¢ en su galer¨ªa. Asiste a psicoterapias que le ayudan a mantener la cabeza bien despejada y una vez a la semana visita a su quiropr¨¢ctico. Tiene nietos y bisnietos y reconoce que los dos m¨¢s peque?os le divierten much¨ªsimo. ¡°Pienso estar en Arco y seguir con mis artistas en la galer¨ªa, aunque no venga nadie a ver las obras porque, no nos enga?emos, aqu¨ª no se vende nada¡±.
¡°Cuando muera, todas las obras pertenecen a C¨¢ceres¡±
A Helga de Alvear no le ha gustado nunca la vida social que fluye en torno al mundo del arte. Tiene buenas relaciones con los galeristas, pero no grandes amistades. Le da pena que se jubilen Juana de Aizpuru, Elvira Gonz¨¢lez o Soledad Lorenzo, pero ella asegura que seguir¨¢ trabajando hasta el ¨²ltimo momento. ¡°Cuando muera, ya se sabe que todas las obras pertenecen a C¨¢ceres. Las que haya sin vender en la galer¨ªa se devolver¨¢n a los artistas. Todo el papeleo est¨¢ arreglado. No habr¨¢ ninguna sorpresa¡±.
Dentro de esa vida sosegada, solo ha habido un par de cosas recientes que le han encendido el ¨¢nimo ¨²ltimamente. Una es el cese de Juan Antonio ?lvarez Reyes al frente del CAAC de Sevilla por parte de la Junta andaluza y el nombramiento sin concurso de Jimena Bl¨¢zquez. ¡°Poca gente hay tan cualificada como ?lvarez Reyes¡±, lamenta Helga. ¡°Le quedaba un a?o para terminar el mandato y le cesaron con 24 horas de plazo para desalojar el despacho. Es inconcebible y una falta de respeto hacia la cultura¡±. El otro tema que altera el ¨¢nimo de la galerista tiene que ver con la salida de Borja-Villel del Reina Sof¨ªa. ¡°Hubo una campa?a de difamaci¨®n impropia de una prensa seria y democr¨¢tica. Es el mejor director que ha tenido el museo y lamento mucho que tuviera que marcharse de aquella manera¡±.
A Helga de Alvear le molesta la crispaci¨®n pol¨ªtica porque recuerda n¨ªtidamente los a?os de la guerra en Alemania. Socialdem¨®crata por convicci¨®n, aconseja a los pol¨ªticos que aumenten su inter¨¦s por la ense?anza, ¡°porque la cultura es imprescindible para el avance de los pueblos¡±.
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