¡®Secretos de un esc¨¢ndalo¡¯: ni siquiera me fascinan ellas

De entrada, Secretos de un esc¨¢ndalo pose¨ªa variados atractivos. Como ver actuar juntas por primera vez a esa actriz tan buena como inquietante llamada Julianne Moore y a Natalie Portman. Esta me dej¨® tocado cuando era una ni?a en Le¨®n, el profesional y me enamor¨® en la preciosa Beautiful Girls. Y aquella inteligente y hermosa criatura creci¨® muy bien. Para m¨ª, ella supone un reclamo inexcusable, independientemente de la calidad de sus pel¨ªculas. Es alguien a quien siempre me gusta ver y o¨ªr. Y no soy fan del prestigioso director Todd Haynes. Hay un punto cargante y experimental en casi todo su cine. Aunque me gust¨® mucho la primorosa adaptaci¨®n que hizo de la novela de Patricia Highsmith en Carol, logrando interpretaciones memorables de Cate Blanchett y de Rooney Mara. Dirigir actrices es lo que mejor hace este sofisticado e intenso se?or.

Pero en Secretos de un esc¨¢ndalo no me convence ni ese don tan evidente. Hasta me cuesta reconocer f¨ªsicamente a Natalie Portman. Me resulta inexpresiva, existe algo extra?o y superficial en actriz tan apasionante. O ser¨¢ que su personaje, como la pel¨ªcula, me provocan parecido tedio. Interpreta a una actriz que, para documentarse ¨ªntimamente sobre la mujer a la que va a interpretar en una pel¨ªcula, pasa unos d¨ªas con ella y con su familia. La historia de la segunda es fuerte. Profesora, con marido e hijos, se enroll¨® a sus 36 a?os con un alumno de 12. La encarcelaron, pasaron los a?os y al salir del trullo se volvi¨® a liar con el chaval, formaron indestructible pareja, tuvieron descendencia y aparentemente fueron felices y comieron perdices. Subterr¨¢neamente, la actriz descubrir¨¢ que todo es m¨¢s retorcido y complejo, que hay misterio y pulsiones detr¨¢s de lo que aparenta la realidad. Tambi¨¦n a ella le ocurrir¨¢n cosas que no estaban previstas en su guion.

La turbia historia pod¨ªa ser apasionante, pero la forma de contarla de Todd Haynes la hace insignificante, e in¨²tilmente pretenciosa. Rueda de forma muy extra?a (en alg¨²n momento, los personajes se dirigen en primer plano al espectador con alguna perorata absurda), la c¨¢mara y la narrativa hacen cosas voluntariamente raritas. En ocasiones no logro entender que pretenden contarse y tampoco me interesa lo que parece ser transparente. Se supone que nos van a desvelar variados enigmas, el psicologismo es tan abusivo como tortuoso, pero yo me desintereso absolutamente de lo que veo y escucho. Hay mucha voluntad de estilo visual por parte del director, de huir de la naturalidad, de enrevesar las situaciones para hacer dudar a los espectadores. Y sus pretensiones resultan vacuas. Y aburridas. Hay bastantes cosas que no comprendo. Y las que resultan cristalinas me provocan tedio.

Tampoco me fascina nada la tantas veces excepcional Julianne Moore. Si antes les contaba que me cuesta identificar a Natalie Portman, con la eternamente pelirroja Moore tampoco me acostumbro a verla te?ida de un rubio absoluto. Imagino que intentando parecerse lo m¨¢ximo f¨ªsicamente al personaje real. Y me cuentan que opta al Oscar el guion de esta pel¨ªcula. Yo no entiendo casi nada en ¨¦l. No s¨¦ si el problema es m¨ªo, o del guion, o de c¨®mo lo ha desarrollado el director. Casi todo en esta pel¨ªcula me parece impostado y hueco.