La empresa de tranv¨ªas de ?msterdam trat¨® de cobrar hasta 1947 por la deportaci¨®n de 50.000 jud¨ªos, entre ellos Anne Frank y su familia
Los detenidos fueron trasladados en transporte p¨²blico hasta las estaciones de tren para ser enviados a la muerte en los campos nazis
Un paquete de 23 facturas guardadas en un archivo hist¨®rico holand¨¦s demuestra que la Empresa Municipal de Transportes de ?msterdam (GVB) no solo llev¨® en tranv¨ªa a cerca de 50.000 jud¨ªos de la capital de Pa¨ªses Bajos hasta los trenes que les trasladar¨ªan a los campos de concentraci¨®n y exterminio. Tambi¨¦n intent¨® cobrar hasta 1947 ¡ªdos a?os despu¨¦s del final de la Segunda Guerra Mundial¡ª los 80 florines de unos pocos viajes impagados, de un total de 900. Anne Frank, la autora del Diario que simboliza el Holocausto, y su familia figuraron en uno de esos trayectos, abonados por los nazis con el dinero confiscado a la comunidad jud¨ªa. Un libro y un documental desvelan ahora el papel de la empresa municipal, que no se disculp¨® y tampoco ofreci¨® una compensaci¨®n a los supervivientes o a sus familias.
Una vez arrestados, los jud¨ªos de ?msterdam eran reunidos en grupos en centros de detenci¨®n habilitados en la ciudad. Sus datos aparecen en las 23 facturas, halladas en 1994 por el historiador Johannes Houwink ten Cate, que trabaj¨® durante cuatro d¨¦cadas en el Instituto de Estudios sobre la Guerra, el Holocausto y el Genocidio (Niod). Los recibos estaban en el archivo del centro y los incluy¨® en un informe elaborado para el instituto israel¨ª Yad Vashem, que lidera los estudios sobre la Shoah. ¡°En aquel momento no parecieron interesar. Tal vez porque los historiadores se centraron m¨¢s en la cuesti¨®n de la ideolog¨ªa nazi y no en c¨®mo fueron las deportaciones¡±, explica en conversaci¨®n telef¨®nica. Ahora ha colaborado con el cineasta Willy Lindwer y el escritor Guus Luijters, responsables del documental y el libro, respectivamente, titulados igual: Verdwenen stad (La ciudad desaparecida). Dos obras que muestran que sin el apoyo de la red de tranv¨ªas, las deportaciones de los jud¨ªos holandeses no se habr¨ªan hecho de forma tan eficaz.
La compa?¨ªa GVB llev¨® a cabo los traslados entre 1942 y 1944, y enviaba sus facturas a la oficina germana coordinadora de la persecuci¨®n de los jud¨ªos de ?msterdam durante la ocupaci¨®n. Los dos ¨²ltimos resguardos, relativos a los meses de julio y agosto de 1944, nunca se pagaron. Y son los reclamados hasta 1947. Por los 900 trayectos se facturaron 9.000 florines, unos 61.000 euros al cambio actual, seg¨²n los autores. ¡°El pago sal¨ªa de los bienes robados a los jud¨ªos¡±, indica el Centro para la Informaci¨®n y Documentaci¨®n de Israel.
Los horarios de estos tranv¨ªas, fuertemente vigilados, fueron variando. Al principio, eran nocturnos para diluir la imagen de la deportaci¨®n. Despu¨¦s ocurri¨® tambi¨¦n de d¨ªa. Desde una sola parada del recorrido urbano fueron llevados al tren hasta 18.000 jud¨ªos, tal y como indica la investigaci¨®n de los dos autores. La tarifa pedida por la compa?¨ªa GVB era de 10 florines por cada tranv¨ªa, y 12,50 por los desplazamientos nocturnos. No eran de circulaci¨®n regular, sino alquilados por las fuerzas ocupantes para este uso. ¡°En el verano de 1943, barrios enteros de ?msterdam fueron acordonados y hubo tres grandes redadas en las calles a plena luz¡±, recuerda Houwink ten Cate. En su opini¨®n, el cambio de enfoque hist¨®rico ha resultado en ¡°la ampliaci¨®n del c¨ªrculo de los que perpetraron los hechos, muchos de ellos originarios de los pa¨ªses ocupados¡±.
Entre julio de 1942 y septiembre de 1944, se calcula que fueron deportados 63.000 de los 77.000 jud¨ªos de ?msterdam. De estos, casi 58.000 murieron asesinados. A partir de 1942, los jud¨ªos ten¨ªan prohibido usar el tranv¨ªa, pero a cerca de 50.000 les obligaron a viajar as¨ª hasta el ferrocarril camino de los campos de exterminio. El 8 de agosto de 1944, Anne Frank, sus padres y hermana, junto con las otras cuatro personas que se ocultaron con ellos en el anexo de una casa de los canales, fueron trasladados en tranv¨ªa hasta la estaci¨®n central de trenes de la capital holandesa. Hab¨ªan sido arrestados cuatro d¨ªas antes y sus nombres aparecen en los recibos. Los llevaron al campo de tr¨¢nsito de Westerbork, al noreste del pa¨ªs, y desde all¨ª a Auschwitz y Bergen Belsen. Solo regres¨® Otto Frank. ¡°Te das cuenta de que tal vez pasaron en tranv¨ªa cerca de su escondite, en la ciudad, antes de subir al ¨²ltimo tren¡±, comentan Lindwer y Luijters en un momento de documental.
Tras la liberaci¨®n del pa¨ªs por parte de los Aliados, del funcionariado holand¨¦s solo fueron castigados quienes se sumaron al nacionalsocialismo. ¡°El cargo para procesarlos era por haber desobedecido p¨²blicamente al Gobierno legal de Pa¨ªses Bajos en el exilio¡±, dice el mismo historiador. Desaparecido el Tercer Reich, y no siendo la Rep¨²blica Federal de Alemania su sucesora en modo alguno, ?c¨®mo se pudo seguir reclamando en 1947 el dinero de los tranv¨ªas? Seg¨²n indica, pasada la contienda no hubo solidaridad con los jud¨ªos que regresaron. ¡°La postura dominante era que todos los holandeses sufrieron mucho y solo hab¨ªa que honrar a los que lucharon en la resistencia. ?Por qu¨¦? Porque ellos salvaron el honor nacional¡±.
El resultado fue que los jud¨ªos supervivientes no fueron vistos como v¨ªctimas especiales y tuvieron que pagar incluso los impuestos locales que no pudieron abonar porque estaban en los campos nazis. ¡°Centrarse en los resistentes era, adem¨¢s, una forma de compensar la humillaci¨®n de la derrota en 1940, con la ocupaci¨®n del pa¨ªs¡±, se?ala Houwink ten Cate. Y recuerda: ¡°El escritor jud¨ªo holand¨¦s Abel J. Herzberg escribi¨® que la persecuci¨®n contra una minor¨ªa la estigmatiza. De modo que la persecuci¨®n nazi se tradujo en un aumento del antisemitismo de los holandeses¡±. Y a?ade: ¡°Recuerde a Primo Levi [escritor italiano resistente antifascista y superviviente del Holocausto] cuando dijo que todo esto ocurri¨® y puede volver a ocurrir¡±.
En el verano de 1944, oficialmente, ya no hab¨ªa jud¨ªos viviendo en suelo holand¨¦s. Cuatro a?os antes resid¨ªan cerca de 140.000 ciudadanos de ascendencia jud¨ªa. Entre 102.000 y 107.000 fueron deportados. De estos, sobrevivieron entre 5.000 y 5.500, seg¨²n datos de la Fundaci¨®n Anne Frank. De los cerca de 28.000 que se escondieron, sobrevivieron unos 17.000.
La empresa GVB form¨® parte del Ayuntamiento de ?msterdam hasta 2007. Hoy es la concesionaria del transporte p¨²blico en la zona metropolitana y, en 2018, solicit¨® una investigaci¨®n sobre estos hechos. El Consistorio decidi¨® encargarla un a?o despu¨¦s al instituto Niod y esperar¨¢ a tener todos los resultados para pronunciarse al respecto. Femke Halsema, la alcaldesa, ya ha dicho que le ¡°averg¨¹enza¡± lo ocurrido. En una nota publicada en su web, GVB admite que ¡°el pasado del tranv¨ªa municipal durante la guerra estar¨¢ incompleto¡± mientras no se haya indagado a fondo, ¡°y hasta que se hayan explicado y reconocido las acciones llevadas a cabo¡± entonces.
En 2019, los Ferrocarriles Nacionales (NS) holandeses indemnizaron con 43 millones de euros a los supervivientes y familiares de v¨ªctimas del Holocausto que fueron llevados en tren a Westerbork. En este caso fueron cerca de 6.000 personas y su transporte report¨® al ferrocarril durante la guerra unos 409.000 florines (2,5 millones de euros), en c¨¢lculos efectuados por el historiador.
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