El secreto de la mejor ¡®pintura tejida¡¯ de Europa
Espa?a conserva una de las mejores colecciones de Europa de tapices, con piezas extraordinarias creadas a partir de genios como Rubens, Rafael, el Bosco y Goya
Desde hace d¨¦cadas o, incluso, siglos, los visitantes recorren los museos sin ver. Hay una joya que ha construido el relato de Espa?a en el que muy pocos se fijan: los tapices. Patrimonio Nacional tiene 3.205 pa?os que relatan cap¨ªtulo tras cap¨ªtulo la historia nacional, de Europa, sus conquistas, sus batallas o los artistas admirados en su ¨¦poca. Era la decoraci¨®n m¨¢s rica que hab¨ªa desde la Edad Media. Miguel ?ngel pint¨® la Capilla Sixtina pero la parte baja est¨¢ engalanada con los tapices de Rafael. Entusiasmado con ellos, Felipe IV, encarg¨® una copia. La m¨¢s antigua. En t¨¦rminos contempor¨¢neos ser¨ªa una segunda edici¨®n, la tercera fue petici¨®n de los Duques de Mantua. Son 12 pinturas tejidas sobre la historia de San Pedro y San Pablo.
Los pa?os espa?oles del genio italiano tienen su propia aventura. Los compr¨® el h¨¢bil y tenaz Alonso de C¨¢rdenas, embajador en Londres, el 11 de octubre de 1650 para Felipe IV. Fue la adquisici¨®n m¨¢s cara del a?o, y para sacarlos de Inglaterra tuvo que sobornar a los agentes de aduanas con el fin de que llevaran el precioso cargamento desde la ciudad de Dover hasta el puerto de Vigo. En mayo de 1651 ya descansaban en Madrid. ¡°La colecci¨®n de tapices que existe en Espa?a, procedente de las colecciones reales, es fant¨¢stica; entre las mejores de Europa y est¨¢ muy bien cuidada¡±, reflexiona la historiadora del arte Manuela Mena. Desde la Edad Media hasta el siglo XVIII han sido un s¨ªmbolo de poder y linaje, un orgullo de ¨¦xitos militares, narraciones de antiguos mitos, escenas religiosas y devocionales e incluso han tenido un sentido pr¨¢ctico. En aquellos enormes y g¨¦lidos palacios de granito de mica brillante escurialense aportaban comodidad, calor e incluso amortiguaban el sonido y la humedad.
Es un mundo extraordinario por donde pasaron desde Rubens hasta Goya. Requer¨ªa una habilidad ¨²nica. El obrador part¨ªa de un cart¨®n a escala 1/1, o sea real, del artista. Muchas telas superan los cinco metros. Y el maestro licero era quien dibujaba los contornos sobre el entramado de tela. Tambi¨¦n a?ad¨ªa las cenefas. Un trabajo de a?os. La infanta Isabel Clara Eugenia encarg¨® a Rubens El triunfo de la Eucarist¨ªa para el Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid. El maestro le present¨® ¡ªexplica Roberto Mu?oz, conservador de tapices de Patrimonio Nacional¡ª unos sencillos bocetos a los que dar¨ªa el visto bueno. Los pa?os se hicieron entre 1628 y 1636 en completarse y costaron 130.000 florines. Un precio incre¨ªble. Hay que tener en cuenta que tres d¨¦cadas antes, en 1600, el coste mensual de mantener las tropas en campa?a contra los holandeses supon¨ªa 128.700 florines de oro.
Los tapices no entend¨ªan de gastos, y si incorporaban hilos de oro, en vez de lana, estaban al alcance de muy pocos, incluso, de las grandes casas de la aristocracia. La velocidad con la que los contemplamos nos hace perder inter¨¦s en esas joyas. Las Reales Colecciones atesoran los pa?os de La conquista de T¨²nez. Carlos V encarg¨® tejer La conquista para conmemorar su expedici¨®n militar y naval emprendida en 1535 contra el c¨¦lebre corsario Barbarroja. Obra de Pannemaker, esa ¡°primera edici¨®n¡±, para el Emperador, la de mayor calidad, cost¨® 14.975 florines de oro. De hecho, por la ¨²ltima adquisici¨®n de un tapiz relacionado con Espa?a, El triunfo del tiempo, en 2023, el Estado pag¨® un mill¨®n de euros (expuesto). Pertenece al c¨ªrculo de Isabel la Cat¨®lica ¡°Y¡±, como observa Roberto Mu?oz, ¡°esa obra revela algo desconocido. La Reina era coleccionista. Una de las principales del siglo XVI. No se limitaba a adquirir arte religioso¡±. No muy lejos, el tapiz de El jard¨ªn de las delicias de El Bosco, encargo (quiz¨¢) de Felipe II. Porque en su tiempo tuvo una enorme pasi¨®n por el genio n¨®rdico. A la muerte del monarca, en su inventario hab¨ªa infinidad de obras atribuidas al Bosco (la mayor¨ªa copias, seguidores, talleres, imitaciones y, tambi¨¦n, originales) pero, desde luego, muestra su exquisito gusto por ese arte temprano y singular.
Decadencia
El tiempo fue reduciendo la presencia de los tapices. El Prado, centrado en pintura y escultura desde su nacimiento en 1819, solo conserva unos nueve. ?nicamente dos (ambos de Pannemaker) tienen la categor¨ªa de grandes piezas: El paseo de Mercurio y Hermese (1570) y C¨¦crope da la bienvenida a Mercurio (1570). Enriquecidos con hilos de oro, plata y seda. Pese a todo. ¡°No es una colecci¨®n representativa¡±, asume Leticia Azcue, jefa de Conservaci¨®n de Escultura y Artes Decorativas del Prado, sobre todo comparada, con lo que peyorativamente se han llamado artes decorativas, con la llegada en 1839 del Tesoro del Delf¨ªn.
Aunque, a pesar de estar vivos en tiempos de Goya, ya muestran su decadencia. Pierden su funci¨®n clim¨¢tica, ac¨²stica, de transmisi¨®n de poder¨ªo y linaje, los palacios se vuelven m¨¢s peque?os y la pintura es un triunfo. Resulta m¨¢s barata. Los nobles decoran cualquier estancia ya sea con cuadros o pintura aplicada directamente a la pared. La pintura al ¨®leo y otras t¨¦cnicas, como los frescos, arrinconan a una expresi¨®n que tardaba a?os en elaborarse y exig¨ªa mucho dinero. Eso s¨ª, se produc¨ªa, sobre todo, en obradores holandeses.
Entre medias, la Real F¨¢brica de Tapices de Santa B¨¢rbara (creada en 1720) conserva el legado. Sus telares de madera, tomada en 1774 de los pinares de Valsa¨ªn de la Sierra del Guadarrama, contin¨²an funcionando. Y de ah¨ª procede un genio. ¡°Los famosos tapices de Goya, creados a partir de sus cartones ¡°[que conserva casi en su totalidad El Prado], poseen un valor inmenso¡±, recuerda Manuela Mena, reconocida especialista en el pintor. Estas pinturas de tela solo pueden exponerse por poco tiempo para evitar, por ejemplo, que la plata se oxide por el ox¨ªgeno o la tensi¨®n de colgarlos. ¡°En la F¨¢brica¡± explica su director, Alejandro Klecker, ¡°restauramos, creamos, limpiamos y cedemos espacios para actos empresariales. Hemos conseguido reducir la deuda casi a cero¡±. La t¨¦cnica ¡ªcomo dice su responsable¡ª entronca con los telares de Mesopotamia. Dresde les han solicitado 32 tapices que recuperan los perdidos en la Segunda Guerra Mundial. Y durante cuatro a?os en ese obrador hist¨®rico 12 personas especializadas han trabajado en el pa?o de Sabra y Chatila. Unos 24 metros. Est¨¢n ah¨ª sus manos, pero se ven.
El Banco de Espa?a, describe su conservadora, Yolanda Romero, acoge maravillas como los seis tapices centrados en Los meses del a?o, creados por el maestro flamenco Gerard Peemans a partir de cartones de David Teniers III, a finales del siglo XVII. Pero hay m¨¢s. El triunfo de Eros sobre Cronos procedente de la factura de Leyniers, tambi¨¦n basados en Teniers III. Las modas del presente difuminan la belleza del pasado.
Guadalajara alberga las obras maestras
Quizá es uno de esos viajes que mezclan cultura y descubrimiento. Las “obras maestras de los tapices más tempranos”, acorde con la historiadora Manuela Mena, están en la iglesia de Pastrana. Son cuatro paños de seda y lana de un tamaño medio de 11 x 4 metros del siglo XV. Describen la toma de Arcilla y Tánger, por Alfonso V de Portugal en agosto de 1471. Desde los años 50 se exponen en la Sacristía Mayor de la Colegiata de Guadalajara. A tiro de pespunte.
Babelia
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