Mirga Grazinyte-Tyla, directora de orquesta: ¡°En esta profesi¨®n no es f¨¢cil cuidar de la salud mental¡±
La lituana dirige en el Teatro Real de Madrid ¡®La pasajera¡¯, una ¨®pera sobre Auschwitz que tiene mucho que ense?ar de los conflictos actuales
La directora de orquesta Mirga Grazinyte-Tyla (Lituania, 1986) hace pausas solemnes antes de contestar cualquier pregunta. La recibe, la asimila con una inhalaci¨®n profunda y, tras unos segundos ausente, responde. Solo que sus manos se mueven incluso antes que sus labios. En vez de en una entrevista, parece estar en el foso del Teatro Real, desde donde dirige ahora la ¨®pera La pasajera. Grazinyte-Tyla, que en 2019 se convirti¨® en la primera mujer en fichar en exclusiva con el prestigioso sello Deutsche Grammophon, est¨¢ feliz con la recepci¨®n de cr¨ªtica y p¨²blico que est¨¢ teniendo la obra. ¡°Cuanta m¨¢s gente comparta su mensaje, mejor¡±, dice. La ¨®pera se podr¨¢ ver en el escenario madrile?o hasta el 24 de marzo.
La pasajera iba a convertirse en uno de los grandes estrenos del Teatro Real en 2020. No pudo ser porque la pandemia lo impidi¨®. Cuatro a?os despu¨¦s, el teatro ya ha saldado casi todas las cuentas que le quedaron entonces pendientes y ahora le toca a esta ¨®pera con m¨²sica de Mieczys?aw Weinberg. Pero el mundo ya no es el de antes. En 2020, a¨²n no se hab¨ªa producido la invasi¨®n de Ucrania, en 2024 lleva dos a?os sufri¨¦ndola. Tampoco hab¨ªa estallado el conflicto entre Israel y Gaza. Y sobre guerras, La pasajera tiene bastante que decir. Tambi¨¦n que ense?ar. Basada en un relato de Zofia Posmysz, la espectacular escenograf¨ªa sit¨²a al espectador a bordo de un trasatl¨¢ntico rumbo a Brasil. En ¨¦l viajan Lisa y su marido y la felicidad del matrimonio se rompe cuando ella cree ver a una mujer a la que orden¨® asesinar cuando trabajaba como guardia en el campo de concentraci¨®n Auschwitz.
Pregunta. ?Ha cambiado su forma de acercarse a esta ¨®pera en estos cuatro a?os?
Respuesta. Un pensamiento que me viene a menudo a la cabeza es que quiz¨¢s podamos crear otra interpretaci¨®n de esta ¨®pera. En lugar de tener a alemanes nazis, tener a otros opresores. Putins con poder destructor, ucranios en primera l¨ªnea sufriendo... Aunque la obra explora la historia de Auschwitz, existen paralelismos con lo que vivimos hoy en d¨ªa. Es un mensaje duro, pero de nuevo tenemos que intentar aprender y tomar el ejemplo de c¨®mo resistir y no dejar de creer en lo mejor de los humanos.
P. ?Eso significa que s¨ª?
R. S¨ª, claro que ha cambiado con todo lo que cada d¨ªa o¨ªmos que est¨¢ pasando.
P. ?Qu¨¦ nos puede ense?ar esta ¨®pera sobre las guerras en Ucrania y Gaza?
R. Lo primero que nos puede ense?ar es que hay que fijarse en qu¨¦ podemos hacer las personas normales como t¨² y yo. Decir ¡®no se puede cambiar la situaci¨®n¡¯ es en parte verdad porque no tenemos el poder de parar la guerra, pero es muy importante que cada d¨ªa busquemos aquello que s¨ª podemos hacer. Aunque solo sea revisar los ejemplos del pasado, debatir y mantenernos despiertos. Mis padres viven en Lituania y, desde hace dos a?os, invitan a familias ucranias a sus casas, cocinan para ellos o trabajan de voluntarios. El historiador estadounidense Timothy Snyder, que es una gran inspiraci¨®n para m¨ª, dice, sobre la posibilidad de que Trump vuelva a ser presidente de Estados Unidos estando Ucrania en guerra, que hay mucho en nuestras manos. Si los ciudadanos no nos levantamos ni defendemos la democracia como el gran valor en el que creemos, entonces claro que Trump puede ganar. Pero si protegemos nuestros valores, quiz¨¢s otro futuro sea posible. Y en esta ¨®pera, Mieczys?aw Weinberg y Zofia Posmysz nos est¨¢n gritando que debemos creer, confrontar las cosas terribles que los humanos hacen y resistir. Que no debemos olvidar y que tenemos que ser valientes para levantarnos y proteger aquello en lo que creemos.
P. ?La m¨²sica puede parar una guerra?
R. Si empezamos a una edad temprana, cambiar el sistema educativo para enfocarnos en los valores humanos, en la filosof¨ªa, en la m¨²sica y el arte... En explorar lo que el esp¨ªritu humano es capaz de desarrollar... No tengo una respuesta definitiva, pero debe haber una v¨ªa.
P. Viene de una familia de m¨²sicos. Su padre era director de coro, su madre pianista... ?Recuerda su primer contacto con la m¨²sica?
R. El primer contacto no lo recuerdo. Debi¨® ser incluso antes de tener memoria. Pero lo que s¨ª recuerdo es que ten¨ªa unos cuatro o cinco a?os y me iba a mi habitaci¨®n porque se supon¨ªa que deb¨ªa echarme la siesta, aunque a veces dorm¨ªa y a veces no. Y recuerdo a mi madre, que estudiaba piano y desde la habitaci¨®n se o¨ªa como en un sue?o. Y yo intentaba acercarme m¨¢s a esa m¨²sica.
La ¨®pera ¡®La pasajera¡¯ nos grita que debemos confrontar las cosas terribles que los humanos hacen y resistir
P. Alondra de la Parra ha contado en alguna entrevista que a ella, de joven, s¨ª le dijeron que no pod¨ªa ser directora de orquesta por ser mujer. ?Escuch¨® algo parecido?
R. Escuch¨¦ algo parecido en mi propia familia (r¨ªe). Mi abuela era profesora de viol¨ªn. Toda su familia eran m¨²sicos, una de sus hermanas tocaba en una orquesta y dec¨ªa que dirigir no era cosa de mujeres. Claro, toda su vida hab¨ªa visto a hombres dirigiendo. Por mi parte, en algunos coros de cantantes amateurs s¨ª not¨¦ alguna expresi¨®n de sorpresa, pero nada m¨¢s.
Cuando Grazinyte-Tyla encuentra interesante una pregunta, sus respuestas son largas. Divaga, pero sin perder el foco. Le ocurre cuando habla de Weinberg. Y es raro que pasen m¨¢s de tres o cuatro minutos sin que, en mitad de su respuesta, quiera explicar algo con un tarareo. Si el tema no le atrae tanto, sus palabras son pocas. Esquivas. Ocurre cuando habla de la igualdad en su profesi¨®n. La reacci¨®n de esta directora no es ins¨®lita en el sector. Ellas est¨¢n cansadas de o¨ªr siempre las mismas preguntas, aunque muchas admiten que a¨²n queda camino por recorrer. Aun as¨ª, ya hay batallas ganadas. La lituana cuenta que sus referentes fueron Claudio Abbado, Arturo Toscanini, Nikolaus Harnoncourt, Georg Solti... Da una larga lista de nombres. Todos ellos varones. Figuras como Marin Alsop o Simone Young, entre otras, abrieron camino. Y ahora es ella, Grazinyte-Tyla, quien encabeza una potente generaci¨®n de directoras.
P. ?Cree que ahora se ha convertido en un referente para las nuevas generaciones?
R. (Hace vibrar sus labios con un ligero fastidio) Siento que probablemente lo sea. Pero espero que hagan muchas cosas mejor que yo.
P. ?C¨®mo de importante fue que en 2019 se convirtiera en la primera mujer en firmar en exclusiva con Deutsche Grammophon?
R. ?C¨®mo de importante para qui¨¦n?
P. Para que la profesi¨®n se convierta en m¨¢s igualitaria.
R. Fui la primera mujer, s¨ª. Pero el mercado de CD no est¨¢ viviendo ya un buen momento. Lo que hace Deutsche Grammophon sigue siendo genial, pero no deja de ser trabajar en espacios reducidos. Y precisamente por eso pudimos llegar al acuerdo de grabar a Mieczys?aw Weinberg para el primer ¨¢lbum. Y eso es genial y no deja de ser un gran reto.
P. ?Eso quiere decir que est¨¢ cambiando algo?
R. Seguro.
P. Hace a?os pens¨® en dejarlo, ?por qu¨¦?
R. Es algo que considero de tiempo en tiempo. Apenas he hecho otras actividades que no sean dirigir. No s¨¦ c¨®mo cambiar¨ªa mi vida si hago algo completamente diferente.
P. ?Sigue pensando en dejarlo?
R. A veces, s¨ª. Y tambi¨¦n estoy muy agradecida por los regalos y privilegios que tengo.
En esta profesi¨®n no es f¨¢cil cuidar de la salud mental
P. ?Siente que ha tenido que hacer sacrificios para llegar a un nivel tan alto?
R. Bueno, cada cosa tiene un precio. Y he obtenido mucho de este trabajo y de mi carrera, pero tambi¨¦n he dado mucho.
P. ?Por ejemplo?
R. (R¨ªe) Uno muy peque?o. Terminamos la ¨®pera aqu¨ª sobre las 23.00 y llegu¨¦ a casa sobre las 23.30. A la ma?ana siguiente, mis hijos estaban despiertos a las 07.30 queriendo jugar y t¨² te sientes destrozada. Pero bueno, la palabra sacrificio es bonita en realidad. Es la vida.
P. Con esta profesi¨®n, ?es f¨¢cil cuidar de la salud mental?
R. Desde luego que no. Es un reto. Pero definitivamente debemos trabajar en ello. Existe una din¨¢mica de dar, dar y dar, pero tambi¨¦n hay que parar para poder dar de nuevo. Si ignoramos estas reglas de la naturaleza, no podremos tener ¨¦xito.
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