Henar ?lvarez: ¡°Soy muy buena en lo m¨ªo, me revienta la falsa modestia¡±
La c¨®mica, de 39 a?os, colaboradora de los podcast ¡®Buenismo bien¡¯ y ¡®Estirando el chicle¡¯ presenta ¡®Ansia¡¯, una novela sobre el deseo sexual y de poder de una mujer joven en un mundo social y laboral dominado por los c¨®digos masculinos
Quedamos a salto de mata, digo a salto de la endiablada agenda de ?lvarez, en la sede de Onda Cero, en la periferia de Madrid, donde acaba de ser entrevistada por Julia Otero, y donde los colegas de la competencia nos ceden amablemente una sala para la charla. La vida de Henar ?lvarez, c¨®mica y podc¨¢ster, es ¨²ltimamente una yincana de trabajo, viajes para promocionar su segundo libro, Ansia, y treguas en casa con su hijo, de 7 a?os. As¨ª que, como el fot¨®grafo la retrat¨® al vuelo en la estaci¨®n de Atocha durante uno de esos tr¨¢nsitos, hoy no se ha complicado la vida y se presenta sin m¨¢s artificio que el pelo enrollado en un mo?o sobre la coronilla y dos rabillos en los ojos sobre la cara lavada. No hace falta romper el hielo, aunque no nos conozcamos. Es vernos, y sonre¨ªrnos, c¨®mplices. Hace a?os, ella puso un tuit en el que dec¨ªa que estaba en el Vaticano, le hab¨ªan obligado a cubrirse los hombros para entrar en la bas¨ªlica, pero que lo que no sab¨ªan los vigilantes es que no llevaba bragas en tan sagrado templo. Una turba de tuiteros, entre ellos yo misma, se lanzaron a afearle esas formas y ella tom¨® nota. De formas y fondos va esta conversaci¨®n. Y la vida.
Ya no se mete en tantos charcos en las redes.
No, me quit¨¦ de Twitter (ahora X) y ahora solo lo utilizo para difundir mi trabajo. A ver, que yo critico mucho, opino de todo, y me encanta cotillear sobre otros, pero con mis amigos en los bares o en privado. Como s¨¦ lo mal que se pasa cuando de repente te llega un aluvi¨®n de mierda en las redes, hace tiempo que no escribo nada personal en ellas.
?Por qu¨¦ cree que nos enzarzamos tanto?
Porque nos aburrimos, y nos apetece un drama. Es como cuando te levantas con ganas de discutir con tu pareja, o con el primero que se te ponga por delante, pero a lo bestia. En redes estamos demasiado excitados, sobreinformados, consumimos mucha m¨¢s informaci¨®n de la que necesitamos, y nos pasa como con la droga. Cada vez desarrollas m¨¢s tolerancia y necesitas m¨¢s, m¨¢s r¨¢pido, m¨¢s fuerte. Yo, antes de quitarme, si ten¨ªa 3.000 mensajes, los ve¨ªa todos.
?Le afectaban m¨¢s los buenos o los malos?
Antes, los malos. Ahora me da igual. Igual de malo es leer mil comentarios llam¨¢ndote puta que otros mil llam¨¢ndote diosa, porque no soy ni una cosa ni otra.
?Ha tenido el s¨ªndrome de la impostora?
Nunca. Te lo juro. Creo que tiene que ver con la cantidad de pe?a mediocre que he visto trabajando a mi alrededor. Pienso, si a este t¨ªo, porque la mayo¨ªa son t¨ªos, no le da verg¨¹enza hacer eso, por qu¨¦ la voy a tener yo, que soy mejor que ¨¦l, aunque sea por comparaci¨®n. S¨¦ que soy muy buena en lo m¨ªo, me revienta la falsa modestia. Mucho. Hasta darme ganas de abofetear a la gente que dice con la boca peque?a que no es brillante, o guapa, cuando sabe que lo es.
?Esa seguridad en s¨ª misma es genuina o conquistada?
La verdad es que tambi¨¦n hay mucho de pol¨ªtica en ella. Tengo muchas inseguridades, si hablaras con mis amigas te lo dir¨ªan. Mi libro, por ejemplo, se lo di a leer a mucha gente, y les hac¨ªa millones de preguntas. En el fondo, solo me muestro segura cuando estoy trabajando. Ah¨ª no me gusta mostrarme vulnerable, no porque no lo sea, sino porque me parece que ya tenemos muchos referentes femeninos de ese palo. Entonces, hostia, me sigue mucha gente, y siento que tengo una responsabilidad con ella.
O sea que gasta coraza gruesa
S¨ª, la verdad.
No ser¨¢ de maquillaje, aunque su protagonista, Natalia, se pincha b¨®tox a chorro.
Eso es una cr¨ªtica al sistema. La est¨¦tica es una forma de tenernos a las mujeres controladas. Cuando era peque?a, se llevaban las modelos de delgadez extrema y ve¨ªamos gorda a Kate Winslet en Titanic, t¨ªa, que la veo ahora y digo madre m¨ªa. Es que hasta yo, que soy una persona humana, he ca¨ªdo en la trampa. He dejado de usar filtros en mis redes, porque vi el peligro. No puede ser que yo, que soy guapa, tengo una cara arm¨®nica, cuando dejaba de usarlos, ve¨ªa a un monstruo. No critico a quien lo haga, pero ves a chicas de 20 a?os que se quitan las l¨ªneas de expresi¨®n y parece que tengan 30. Es una locura.
Su novela se titula ¡®Ansia¡¯. ?C¨®mo es de ansiosa?
Mucho, pero f¨ªjate que esa ansia m¨ªa la relaciono m¨¢s con el placer que con el estr¨¦s. Soy muy pasional y, como el sistema nos quiere produciendo todo el rato, lo que me gusta, me encanta y lo devoro. Me gust¨® jugar con esa idea. A Natalia el ansia se le va de las manos, y, al final, no hace las cosas por placer, sino para controlar ese ansia.
Natalia es infiel, ve porno, usa a los hombres...
Pero no encuentra placer en ello. Como no controla su vida, controla su cuerpo. Usa el sexo m¨¢s como instrumento de poder que de placer. Le¨ª en alguna parte que nos vamos a la cama con nuestro cuerpo y nuestros roles de g¨¦nero a cuestas. No puedo estar m¨¢s de acuerdo. Aqu¨ª y ahora, una t¨ªa que hace lo que quiere sexualmente hablando sigue siendo una puta a ojos de mucha gente. Yo veo en TikTok a chicos muy j¨®venes diciendo que para que una mujer les guste no tiene que tener un body count (relaciones sexuales con personas distintas) elevado. Cambian los tiempos y las jergas, pero en el fondo es el mismo modelo machista del sexo que cuando yo era joven.
?Cu¨¢nto de usted hay en Natalia?
Natalia no soy yo, pero tiene cosas de m¨ª. Todos los personajes lo tienen, incluso los m¨¢s repulsivos. Cuando escribo, cuando creo mis mon¨®logos, rebusco en lo m¨¢s repugnante de m¨ª porque creo que la gente se puede identificar con algo de eso. Todos tenemos nuestras sombras.
?Cu¨¢les son las suyas?
Pues, por ejemplo, cuando las madres del cole insultan a Natalia llam¨¢ndola puta por ser infiel o por escribir de su sexualidad, tengo que reconocer que yo tambi¨¦n lo he hecho. Ahora tengo m¨¢s conciencia, pero, de m¨¢s joven, he insultado a otras mujeres por hacer lo mismo que yo. Nosotras tambi¨¦n somos machistas porque vivimos en el mismo sistema.
Pero usted presume de ser libre.
No te creas que me considero muy libre. Tengo mis esclavitudes. Ahora que soy madre, me rayo pensando en que los audios y v¨ªdeos m¨ªos que hay por ah¨ª puedan provocar que se burlen de mi hijo en el cole. Hay uno, por ejemplo, en el podcast Estirando el chicle, donde digo que he ejercitado tanto el suelo p¨¦lvico que puedo partir nueces con el co?o. Te reir¨¢s, pero me da por pensar que lo usen para re¨ªrse del ni?o. Que a m¨ª me da igual, pero ahora entra otra personita en juego. Eso me trastoca mucho.
?Cree que eso le pasa a los escritores varones?
Por supuesto que no. No se nos mide por los mismos par¨¢metros. El honor y la decencia de las familias recaen sobre el comportamiento de las mujeres. No hace falta irnos a personajes populares, en cualquier familia, se juzga m¨¢s y m¨¢s duramente a las madres que a los padres.
?Qu¨¦ otras cosas de usted no le gustan?
Te lo digo abiertamente: soy muy envidiosa.
?Qu¨¦ le da envidia?
La gente que tiene mucho dinero y mucho poder. Me da envidia el confort, la tranquilidad. No tener que preocuparte por nada. Para m¨ª la felicidad es que nadie te toque los cojones ni te tosa. Para m¨ª, el mayor cambio vital que he tenido en la vida fue no tener que pensar en no llegar a fin de mes. Y eso pas¨® hace solo seis o siete a?os. Y tengo 39.
Hablando de confort, ?qu¨¦ cosas le incomodan?
Uf, tantas... Desde que alguien no se duche en una sala cerrada, a que no se paguen los mismos sueldos en una empresa por el mismo trabajo y que estemos viendo un genocidio en Gaza, o que mi novio se meta en la cama sin lavarse los dientes. Tengo ¨¦pocas en que me da todo m¨¢s igual y otras en las que estoy m¨¢s crispada.
Hay quien la llama ordinaria. ?Le ofende?
No. Soy una persona ordinaria en base a lo que se espera de una mujer aqu¨ª y ahora. Hablo alto, digo tacos, me siento como caigo, no cruzo las piernas. No hago por caber en el molde que se nos ha impuesto y que es el que se premia y se bendice.
?Ese feminismo que ¡°nos une y no nos enfrenta¡± del que hablan algunos?
Qu¨¦ pereza. Los movimientos sociales vienen a transformar las cosas, y cuando transformas la realidad, hay gente que sale perdiendo. Entonces, tienes que molestar. El feminismo que no molesta no es feminismo: es marketing.
Por cierto, ?lleva bragas?
Hoy s¨ª [r¨ªe], pero podr¨ªa no llevarlas.
'ANSIA' VIVA
El próximo 15 de septiembre, Henar Álvarez (Madrid, 39 años) piensa montar un "fiestón" para festejar su cuadragésimo cumpleaños. "Yo la única crisis que he pasado ha sido, quizá, la de los 30. Ahora, a los 40, estoy mejor que nunca. Además, cae en sábado, así que tendremos el domingo para reponernos", explica. Álvarez, comunicadora, guionista y colaboradora de podcasts como Buenismo, bien y Estirando el chicle, acaba de recibir el Premio Ídolo a la creadora digital con más conciencia social. Ahora presenta su segundo libro Ansia, una novela sobre una escritora, madre de un niño pequeño, en plena vorágine personal y profesional. No es ella, aclara. Pero podría serlo.
Babelia
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