Edith Mart¨ªnez-Val, actriz: ¡°He aprendido a humanizar a quienes salen en las noticias¡±
La int¨¦rprete encarna a una joven valiente que quiere cruzar la valla de Melilla en ¡®El salto¡¯, la ¨²ltima pel¨ªcula de Benito Zambrano

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El flamante gesto que luce la actriz ?Edith Mart¨ªnez-Val (Arrecife, Lanzarote, 22 a?os) en el parque del Oeste de Madrid junto a su perra, Udana, choca pasmosamente con el rostro abotargado y r¨ªgido que muestra en la ¨²ltima pel¨ªcula de Benito Zambrano, El salto, que se estrena este viernes, 12 de abril, en cines. En ella interpreta a Aminata, una joven de valent¨ªa feroz que se abalanza contra la valla de Melilla entre centenares de hombres tras superar un infame periplo migratorio. Cuenta Mart¨ªnez-Val que su vida en Espa?a estaba lejos de esa realidad y que acercarse a ella le ha supuesto un sinf¨ªn de descubrimientos personales; desde adentrarse en las historias de subsaharianos que han superado la traves¨ªa hacia Europa hasta asomarse a sus ancestros africanos. ¡°Fui adoptada y me crie en un colegio de monjas de Madrid, luego viv¨ª en Francia y Canad¨¢ y conoc¨ªa esto de lo que ve¨ªa en las noticias¡±.
Pregunta. ?Qu¨¦ ha aprendido?
Respuesta. Sobre todo he aprendido a humanizar a las personas que vemos en las noticias, a entender que todos tienen un motivo de much¨ªsimo peso y extremo para pasar por lo que pasan. Por ejemplo, me parece desgarrador que los padres se separen de sus hijos. Durante el trabajo en la pel¨ªcula, de repente empiezas a o¨ªr historias, a ver caras, coges un cari?o incre¨ªble a tu personaje mientras lo estudias. Y ah¨ª ves lo injusto y la rabia de todo esto.
P. ?Qu¨¦ le gustar¨ªa que se llevara el p¨²blico de esta pel¨ªcula, que de alguna manera pone alma a las noticias?
R. Espero que aporte informaci¨®n y conciencia. Espero que salgan plante¨¢ndose el sufrimiento que supone para todas estas personas que no se resuelva este problema, detr¨¢s del cual est¨¢n las pol¨ªticas de los dos continentes. Y tambi¨¦n que se sienta que es gente igual que cada uno de nosotros.
P. ?El salto le ha llevado a sus ra¨ªces?
R. Much¨ªsimo. No las ten¨ªa apagadas, pero no hab¨ªa tenido la posibilidad de conectar con gente que me contase historias que pudieran ser como las de familiares m¨ªos. Ah¨ª se abri¨® una parte de m¨ª y fue muy bonita e interesante esa conexi¨®n.
P. ?La ha acercado a otras personas negras?
R. S¨ª, antes nunca hab¨ªa tenido mucho contacto con gente negra. Han sido mis peluqueras de toda la vida, que son de distintos pa¨ªses africanos, las que me han contado su forma de ser, de trabajar... Ahora veo a una mujer negra y veo una base de mucha fuerza, como el personaje de Aminata.
P. Este momento peluquer¨ªa es total.
R. Me siento en la peluquer¨ªa como en mi casa. Porque son como seis horas cada vez que voy, as¨ª que es como ir a pasar la tarde con mis t¨ªas. No me juzgaban, pero para ellas era importante que supiera de mis ra¨ªces si yo quer¨ªa. Me dec¨ªan: ¡°Si est¨¢s dispuesta a saber, yo te ense?o¡±. Y siento lo que me cuentan como m¨ªo.
P. Porque lo del pelo es un tema...
R. Para m¨ª el pelo afro era una tortura, y que me lo tocaran... No pod¨ªa hacerme unas coletas y que se movieran con el viento. Ahora es lo contrario. Ahora el pelo afro me parece muy guay, lo llevo con mucho orgullo, igual que mi piel. Antes no la terminaba de ver como algo bonito, aunque mis padres me dec¨ªan que era preciosa.
P. ?C¨®mo se sent¨ªa en su infancia?
R. He tenido mucha suerte porque encontr¨¦ un buen grupo en el colegio. Yo sab¨ªa que era diferente y lo naturalizaba, pero nunca he sufrido agresiones ni he sentido que no encajaba. S¨¦ que hay otras personas que han sufrido barbaridades.
P. Interpret¨® a una sirvienta en la serie hist¨®rica Dos vidas. ?Qu¨¦ se llev¨® de ella?
R. Fue un punto de inflexi¨®n en mi carrera. Era el primer trabajo diario y me dio base y confianza. Muchas veces tenemos que rechazar proyectos porque nos ofrecen papeles de prostitutas, o caricaturas, o metidos con calzador, sin fondo. Y da rabia e impotencia que la ficci¨®n no aborde tipos de iniciativas en las que podamos interpretar, por ejemplo, a una abogada, que es lo que encuentras ya en la vida real.
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