?Qu¨¦ trap¨ªo!
Bruno Aloi da una vuelta al ruedo protestada, y Sergio Rodr¨ªguez y Mario Navas saludan sendas ovaciones ante una seria y deslucida novillada de Los Chospes
Al ruedo de la plaza de Madrid saltaron seis ejemplares de enorme trap¨ªo. Pero aquellos no eran toros, sino novillos. Y en el cartel no hab¨ªa ni rastro de las llamadas figuras del toreo, sino que los que figuraban eran tres chavales, uno de ellos debutante en Las Ventas. Es la paradoja -por no decir verg¨¹enza- de la tauromaquia moderna: los que empiezan se enfrentan a astados de mayor seriedad y trap¨ªo que los toreros m¨¢s hechos y cotizados.
La novillada de Los Chospes, que promedi¨® un peso de 491 kilos (nada del otro mundo), podr¨ªa haberse lidiado como corrida de toros en cualquier plaza de importancia. Al contrario que la mayor¨ªa de toros lidiados, por ejemplo, en la reci¨¦n finalizada Feria de Abril de Sevilla, estos luc¨ªan dos serios pitones por delante, astifinos e ¨ªntegros, al menos en apariencia. Hubo dos, segundo y cuarto, especialmente este ¨²ltimo, que quitaban el hipo por delante. Menudos le?os. Casi veletos.
Lamentablemente, su juego no fue tan admirable como la fachada. Desiguales en varas -unos cumplieron; otros mansearon descaradamente-, la mayor¨ªa se movi¨® con m¨¢s genio que casta, varios con violencia incluso, y a sus embestidas les falt¨® tanta clase como profundidad y transmisi¨®n.
Se salv¨® de la quema precisamente el ofensivo cuarto, noble y codicioso, frente al que Sergio Rodr¨ªguez construy¨® una faena que fue de menos a m¨¢s y que termin¨® encendiendo a los tendidos en un final encimista en el que logr¨® algunos naturales de estimable largura y templanza logrados al unipase. Seguramente habr¨ªa cortado una oreja, pero se puso a pinchar. Con el muy noble y descastado primero dio muchos muletazos y no dijo nada.
Sustitu¨ªa Mario Navas al convaleciente Manolo V¨¢zquez tras las buenas sensaciones dejadas una semana atr¨¢s y por poco la recompensa acaba en disgusto. Hasta en dos ocasiones result¨® cogido dram¨¢ticamente por el manso y bronco quinto, que nunca le perdon¨® los errores de colocaci¨®n. Se la jug¨® como pudo con este y dej¨® algunos detalles de calidad con el mir¨®n segundo, que tuvo movilidad. Lo mejor, sin duda, el torer¨ªsimo macheteo con el que le prepar¨® para la muerte.
De una soser¨ªa insoportable result¨® el lote del mexicano Bruno Aloi, al que no se le puede negar la disposici¨®n. En su repertorio no faltaron los cambiados por la espalda ni las bernadinas, aunque lo m¨¢s destacable fue su acierto con la espada.
S¨ª, los tres muchachos se marcharon a pie de la plaza, pero lo hicieron con la cabeza bien alta y una mayor dignidad torera que la demostrada por la mayor¨ªa de las supuestas figuras del toreo actual. Los tres, Rodr¨ªguez, Navas y Aloi, pueden presumir de haber matado una se?ora corrida de toros en puntas. Y en Madrid.
Los Chospes / Rodr¨ªguez, Navas, Aloi
Novillos de Los Chospes, muy bien presentados, serios y astifinos, desiguales en los caballos, y de deslucido juego en general. Destacó el noble y codicioso 4º; el violento 2º tuvo movilidad.
Sergio Rodríguez: _aviso_ tres pinchazos y estocada perdiendo la muleta _segundo aviso_ (silencio); pinchazo _aviso_, otros cinco pinchazos y estocada trasera y caída _segundo aviso_ (saludos).
Mario Navas: Pinchazo y media estocada (palmas); bajonazo corto (saludos).
Bruno Aloi: pinchazo _aviso_ y estocada (saludos); estocada (vuelta al ruedo protestada tras leve petición de oreja).
Plaza de toros de Las Ventas. Domingo 21 de abril. Menos de un cuarto de entrada (7.772 espectadores, según la empresa).
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