George Lucas: ¡°El problema no es la tecnolog¨ªa digital, sino su mal uso¡±
El cineasta, que cambi¨® la historia del cine, apuesta por los sentimientos como coraz¨®n del arte: ¡°Star Wars¡¯ triunf¨® porque es para todos los p¨²blicos, y porque es emocionante¡±
Parece incre¨ªble que George Lucas haya cumplido 80 a?os hace apenas diez d¨ªas. Sentado este viernes ante un grupo de periodistas en Cannes, poco antes de impartir una clase magistral, el californiano ¡ªel hombre que cambi¨® la historia del cine con Star Wars, la creaci¨®n de la saga Indiana Jones y la fundaci¨®n de empresas como Lucasfilm, THX o Industrial Light & Magic¡ª cuenta que vive retirado ¡°solo de la direcci¨®n¡±, que no de otras actividades. ¡°Cuando naci¨® mi hija peque?a¡±, y se?ala a su esposa, que le escucha a pocos metros, ¡°necesit¨¦ estar cerca de ella y decid¨ª retirarme, vender mis empresas y dedicarme a otras cosas que no est¨¢n nada mal¡±. Entre ellas, el museo Lucas de Arte Narrativo, que abrir¨¢ en Los ?ngeles ¡°en mayo de 2025¡å tras seis a?os de obras. ¡°Bueno, tambi¨¦n me dedico a trav¨¦s de mi fundaci¨®n a apoyar todo tipo de restauraciones cinematogr¨¢ficas por el mundo, y al coleccionismo¡±. La charla se realiza antes de una clase magistral de Lucas ante unas 1.200 enfervorizadas personas el viernes por la tarde, y antes de que se le entregue una Palma de Oro de honor en la ceremonia de clausura del festival de Cannes este s¨¢bado. ¡°Lo recibo como gran honor y a la vez con cierta nostalgia¡±, confesa.
La vida de George Lucas estuvo a punto de truncarse a los 18 a?os. Hasta ese momento, vagueaba sin tener claro qu¨¦ hacer en su vida, salvo alimentar su pasi¨®n por las carreras de coches. ¡°Mi pueblo natal, Modesto, era una comunidad principalmente de granjeros, y solo ten¨ªa dos salas de cine, una dedicada a pel¨ªculas de serie B, como las de Roger Corman, y otra con las de Hollywood. ¡°De vez en cuando ¨ªbamos en coche hasta San Francisco a ver algo de cine de autor, pero todav¨ªa no me hab¨ªa picado el gusanillo¡±, explica.
A punto de graduarse en el instituto, sufri¨® un brutal accidente de coche conduciendo su Autobianchi Bianchina, y por suerte sali¨® despedido del veh¨ªculo en la primera vuelta de campana que dio, antes de que se estampara contra un ¨¢rbol. Aquel renacimiento le impuls¨® a interesarse por otras cosas, como la fotograf¨ªa o la antropolog¨ªa, y a dejar atr¨¢s los coches, a los que homenaje¨® en American Graffiti. ¡°Por suerte, estudi¨¦ en la USC, que ten¨ªa uno de los primeros departamentos de cine. Hasta ese momento, pens¨¦ que iba a estudiar fotograf¨ªa, aunque ya hab¨ªa empezado a rodar cortos. Ah¨ª conoc¨ª a gente como el montador Walter Murch o a John Milius, con quienes fue a clase, y a otros estudiantes como Martin Scorsese o Steven Spielberg. ¡°Gan¨¦ una beca para asistir a un rodaje, yo quer¨ªa estar en una animaci¨®n, encontr¨¦ cerrado el departamento, y me apunt¨¦ a la filmaci¨®n de El valle del arco iris, de Francis Ford Coppola¡±, describe. Y ah¨ª se cerr¨® el c¨ªrculo.
Lucas no regatea ninguna pregunta, as¨ª que entra sin reparos en lo que siente sobre el despliegue actual del universo Star Wars, en manos de Disney. ¡°Tienen mucho talento, y grandes ideas y producci¨®n. En realidad, siento que vienen de mis hijos, y a veces duele un poquito cuando ellos crecen y se alejan de ti. Yo no lo veo todo, claro¡±, con lo que regatea sus sentimientos ante la marea actual de Star Wars. Lo dice en el mismo tono tranquilo y feliz con el que describe su pasi¨®n por la tecnolog¨ªa, al menos por el buen uso de la tecnolog¨ªa. ¡°Cuando rodamos ya hice algunas secuencias en las que pens¨¦: ¡®Cuando logremos desarrollar la tecnolog¨ªa adecuada, lo mejorar¨¦'. Y as¨ª lo hice. La tecnolog¨ªa digital no es mala. A esos cineastas que dicen ¡®solo rodar¨¦ con pel¨ªcula anal¨®gica¡¯, solo puedo decirles que confunden la tecnolog¨ªa con el arte. Yo uso las herramientas digitales y f¨ªsicas para restaurar pel¨ªculas. No importa el formato¡±.
Y as¨ª entra en la inteligencia artificial: ¡°Mira, ahora nos pasa con la inteligencia artificial como ocurri¨® al inicio de internet. En manos de mala gente cualquier herramienta puede usarse de manera perniciosa. El problema no es la tecnolog¨ªa digital, sino su mal uso. De ah¨ª el triunfo actual de los deepfakes, que nos hacen dudar de lo que vemos, porque est¨¢ en manos de gente que no es seria. Supongo que pronto tendremos una tecnolog¨ªa que directamente en el m¨®vil te cribar¨¢ y te dir¨¢ qu¨¦ es verdad y qu¨¦ es falso, y la misma herramienta rastrear¨¢ hasta los responsables del problema. Porque a pocas empresas les interesan que gane el error¡±. Porque ante todo ¡°est¨¢ el ser humano¡±, asegura. ¡°?En qu¨¦ se basan las grandes obras de arte? En las emociones. Y yo siempre me quise enfocar en ellas. Las historias que amamos, el cine que admiramos nace de ah¨ª. Ahora bien, el futuro pasar¨¢ por la inteligencia artificial. Lo importante es c¨®mo la usamos¡±. Lo dice el cineasta que impuls¨® las grandes compa?¨ªas de efectos digitales. ¡°Por supuesto, y estoy orgulloso de ello. Sin embargo, insisto: creo que en el centro tiene que haber un ser humano escribiendo, pintando, esculpiendo, filmando¡±.
Es curioso que el hombre que ha alimentado el imaginario de millones de espectadores confiese: ¡°No recuerdo lo que sue?o¡±, justo tras recordar que la primera vez que vino a Cannes estuvo en el patio de un hotel sentado cerca de Federico Fellini, el maestro cinematogr¨¢fico de los sue?os. ¡°Pues yo nada, ni me acuerdo. Lo que s¨ª hago es so?ar en la ducha¡±, y echa a re¨ªr por lo bajo.
?Y c¨®mo pasa los d¨ªas retirado de la direcci¨®n? ¡°Es que retirado no es jubilado. Seguimos con el museo, las restauraciones, me encanta el coleccionismo¡±, explica. Se apasiona hablando de c¨®mics y de fotograf¨ªas, que compra, de todos los objetos que en el futuro podr¨¢n verse en su museo. Y no se va sin una reflexi¨®n final que le devuelve al inicio de la charla: ¡°Star Wars triunf¨® porque es para todos los p¨²blicos, quiero decir que pod¨ªa verla todo el mundo, aunque la pens¨¦ para ni?os de 12 a?os que encaran la adolescencia, y porque es emocionante¡±.
Babelia
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