¡®Segundo premio¡¯: ajeno a sus personajes, a su encanto musical, a su est¨¦tica
Isaki Lacuesta es un eterno buscador de un estilo propio y distinto para contar historias, pero me resulta imposible conectar m¨ªnimamente con esa est¨¦tica rebuscada, experimental, vacua
Como uno sigue habitando desde la lejan¨ªa, aunque con progresiva e infinita pereza, el mundo (o lo que sea) de la informaci¨®n cinematogr¨¢fica, soy consciente de los premios e infinitos elogios que ha recibido Segundo premio, incluida la muy graciosa certidumbre de que es la cumbre del cine musical realizado en Espa?a. Envidio la actitud org¨¢smica de tantos admiradores y me gustar¨ªa compartirla, pero su sensaci¨®n de plenitud art¨ªstica a m¨ª me resulta marciana. Me ocurre desgraciadamente con casi todo el cine que hace Isaki Lacuesta. Tambi¨¦n me ocurri¨® con el cap¨ªtulo que llevaba su firma en la atractiva y desigual serie titulada Apag¨®n. Admito que es eterno buscador de un estilo propio y distinto para contar historias, pero me resulta imposible conectar m¨ªnimamente con esa est¨¦tica. Supongo que es original, pero tambi¨¦n pretencioso (nada que objetar a las excesivas pretensiones, a condici¨®n de que los resultados sean brillantes), rebuscado, experimental, vacuo.
Supongo que a los amantes incondicionales de su obra se sumar¨¢n los m¨²ltiples y selectos admiradores del grupo Los Planetas. De lo segundo no puedo opinar porque no les hab¨ªa escuchado nunca y si me ocurri¨® fui incapaz de pillar su encanto. Me sucede con casi todo lo que lleva la etiqueta indie, que nunca he sabido bien en qu¨¦ consiste, ya que lo de arte independiente se presta a m¨²ltiples y prescindibles interpretaciones. Solo s¨¦ que me he tragado muchas e insoportables pel¨ªculas que militan en esa marca tan pura y liberadora. Tambi¨¦n literatura, abandonada despu¨¦s de unas cuantas p¨¢ginas. Y llegu¨¦ tarde, o no tengo capacidad para percibir sus dones, a la m¨²sica indie. Pero no poseo referencias sobre Los Planetas.
Y despu¨¦s de escuchar en esta pel¨ªcula sus canciones, de que actores como muy naturales se introduzcan en la machacada piel, la alterada cabeza, la inspiraci¨®n musical y la dif¨ªcil convivencia de esos m¨²sicos, sigo sin sentir nada apasionante ni por los personajes, ni por sus canciones, ni por sus conversaciones, ni por sus silencios, ni por su perpetuo deambular por garitos diurnos y nocturnos, ni por su complicidad interior ni por sus broncas, ni por la razonable sospecha de que viven o sobreviven en permanente cuelgue, especialmente el guitarrista, en continua nube de caballo. A cambio, el fogoso bater¨ªa se parte de risa todo el rato. Es el ¨²nico que me cae bien.
?Y qu¨¦ ocurre en su argumento? Pues todo pretende ser complejo, pero como soy muy simple, solo me resulta transparente que la bajista ha dejado el grupo por razones caprichosas o existenciales, no est¨¢ claro; que grabar un disco en un estudio de Nueva York revitalizar¨ªa al grupo, que la comunicaci¨®n, antes profunda, creativa y fraternal, entre el cantante y el guitarra atraviesa una crisis que parece insuperable, que hay referencias a Lorca y a su poeta en Nueva York y no s¨¦ cu¨¢ntas cosas m¨¢s. Y todo ello en tono oscuro, intentando crear un ambiente que respire autenticidad. Yo no la encuentro o no me importa lo m¨¢s m¨ªnimo esa plasmaci¨®n de la realidad. Son supervivientes que parecen rotos o a punto de explotar, con la necesidad de un disco redentor que aplaque a sus demonios. Y cuentan numerosos y enamorados ex¨¦getas que su disco Una semana en el motor de un autob¨²s es impresionante. Pues que disfruten cantidad con Segundo premio. No es mi caso.
Segundo premio
Dirección: Isaki Lacuesta, Pol Rodríguez
Intérpretes: Daniel Ibáñez, Cristalino, Stéphanie Magnin, Eduardo Rejón.
Género: drama. España, 2024.
Duración: 109 minutos.
Estreno: 24 de mayo.
Babelia
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