Los Beach Boys eran dos bandas y eran ¨²nicos
Un documental de Disney reivindica al grupo californiano con m¨¢s foco en su talento que en sus desdichas. En su mejor momento, Brian Wilson trabajaba en el estudio y los dem¨¢s sal¨ªan de gira
Nada m¨¢s empezar The Beach Boys, el documental, aparece en pantalla Brian Wilson, ya octogenario. Eso es noticia, porque el que fue el l¨ªder de la banda de las voces angelicales no se deja ver en p¨²blico desde hace un par de a?os. Apenas dice un par de frases y al final se re¨²ne con los dem¨¢s supervivientes. Asegura que recuerda bien la m¨²sica, las letras y lo bien que se lo pasaban. No lo dice, pero tambi¨¦n hay amargura en la historia de los Beach Boys, pese a la estampa festiva de esos chicos rubios con camisas a rayas. El cruel destino ha querido que el estreno del documental en Disney+ coincida con la noticia de que Brian Wilson, un genio fr¨¢gil en su salud mental, ha quedado bajo la tutela de su manager y de su gestora financiera debido a la demencia. Los documentos aportados al juzgado por sus siete hijos prueban que desde la muerte de su esposa, Melinda, no sabe cuidar de s¨ª mismo ni ¡°mantener el decoro¡±.
En su momento de mayor ¨¦xito, mediados de los sesenta, los Beach Boys eran en realidad dos bandas. Una, sin Brian Wilson, sal¨ªa de gira y daba la cara ante el p¨²blico. La otra, con Brian al mando, se quedaba en el estudio de Los ?ngeles con los m¨²sicos profesionales de The Wrecking Crew (mucho mayores que ¨¦l), para avanzar con los discos, que quedaban solo pendientes de que los otros cuatro pusieran sus partes vocales cuando volvieran de sus bolos. Cuando Brian empez¨® a trabajar en Pet Sounds, su mejor disco, de 1966, los otros estaban en Jap¨®n. Porque ¨¦l pod¨ªa hacer casi todo solo: la composici¨®n, los arreglos, la producci¨®n y la interpretaci¨®n de distintos instrumentos. Pero le faltaban las otras voces, que se ensamblaban en las m¨¢gicas armon¨ªas que los hac¨ªan ¨²nicos.
Era la forma muy particular en la que funcionaba la banda que puso en el imaginario colectivo el sue?o californiano, esa estampa de playas soleadas, chicos musculados con tablas de surf, chicas en bikini, coches descapotables. Pero, seg¨²n avanzaban los a?os sesenta, quisieron ir alej¨¢ndose del t¨®pico y evolucionaron hasta un pop mucho m¨¢s complejo, con ambici¨®n art¨ªstica. Brian no se sent¨ªa a gusto en los escenarios, ya consum¨ªa LSD y hab¨ªa sufrido alguna crisis de ansiedad; sin embargo, su talento no encontraba freno en el estudio. El que hab¨ªa sido elegido como su sustituto para una tanda de conciertos, Glen Campbell, se llev¨® una gran sorpresa la primera vez que viaj¨® con ellos: las fans le arrancaron la camisa y mechones de pelo. Hubo m¨¢s sustitutos, pero el n¨²cleo fundador se mantuvo.
The Beach Boys, el documental es un recorrido por los altibajos del grupo m¨¢s emblem¨¢tico del pop vocal en EE UU, ¡°la banda de Am¨¦rica¡± los llamaban, y sobre sus complicaciones personales, que fueron muchas y no todas se cuentan en detalle. Todo empez¨® en familia, pero la historia no es nada ejemplar. Los tres hermanos (Brian, Dennis y Carl) sol¨ªan cantar en el asiento de atr¨¢s del coche de sus padres. Estos, Murry y Audree, ten¨ªan afici¨®n por la m¨²sica: hab¨ªa un piano en casa y un magnet¨®fono en el que Brian empez¨® a grabar sus ensayos en el garaje. Los tres hermanos, su primo Mike Love y su amigo Al Jardine formaron el primer quinteto. Murry vio su potencial y fue su gran impulsor, pero ten¨ªa un lado muy oscuro: era un hombre violento con los suyos, a los que aterrorizaba y golpeaba. Como productor, en 1964 fue expulsado por Brian, que hab¨ªa demostrado de largo su val¨ªa. Como gestor hizo una operaci¨®n desastrosa: en 1969 vendi¨® todas las canciones a una editorial por la rid¨ªcula cifra de 700.000 d¨®lares. Vamos entendiendo los traumas que se le acumulan a Brian y sus hermanos.
Los Beach Boys consiguen empezar a sonar en la radio en 1961 con su primera canci¨®n, de muchas, sobre el surf. Era un tema oportuno porque las discogr¨¢ficas lo demandaban: ya exist¨ªa un g¨¦nero musical asociado a ese deporte, pero era instrumental. Ellos, con sus tremendas voces, lo convierten en un fen¨®meno nacional. Brian, aunque protagonista absoluto del documental, no era el ¨²nico talento presente all¨ª. Mike particip¨® mucho en las composiciones y Dennis, el m¨¢s apuesto, el ¨²nico verdadero surfero, ten¨ªa el carisma sobre el escenario, era al que m¨¢s chillaban las fans.
Cuando estaban en su punto m¨¢s alto, 1964, llega a Estados Unidos la beatleman¨ªa, a partir de su actuaci¨®n en el Ed Sullivan Show, y les quita protagonismo. El documental abunda en la relaci¨®n entre Beatles y Beach Boys, de muy sana rivalidad. Se admiraban e influ¨ªan mutuamente, y estaban picados. Se conocieron cuando los Boys van de gira al Reino Unido y se dejan guiar en Londres por Keith Moon, el bater¨ªa de los Who. La conexi¨®n fue r¨¢pida.
Cuando Brian escuch¨® Rubber Soul, a finales de 1965, qued¨® deslumbrado por lo mucho que estaban evolucionando los Beatles y quiso que su banda diera tambi¨¦n pasos adelante. Se puso a trabajar en Pet Sounds, que era tremendamente innovador en lo musical, que hoy se considera su obra maestra, pero que tard¨® un tiempo en ser entendido en EE UU. Su discogr¨¢fica no lo promocionaba mucho: les disgustaba que se hubieran salido del clich¨¦ surfero. Sin embargo, Paul McCartney qued¨® a su vez impactado: dijo que era ¡°el mejor disco que se ha hecho¡±, y los de Liverpool afrontaron con esa poderosa influencia su Sgt. Pepper¡¯s (en medio hab¨ªan sacado Revolver, otro derroche de creatividad, qu¨¦ buenos a?os aquellos). Aunque la prensa estaba empe?ada en enfrentar a los Beatles y los Rolling Stones, los primeros prefer¨ªan compararse con los Beach Boys, una banda eminentemente vocal como ellos. Con su single Good Vibrations, de 1966, los californianos recuperan el n¨²mero uno que los ingleses le hab¨ªan negado durante un par de a?os.
En los a?os siguientes, la explosi¨®n de la cultura hippy pilla a los Boys fuera de juego. Empieza a llevarse un rock m¨¢s pesado y psicod¨¦lico, al estilo de Jimi Hendrix, Frank Zappa o Led Zeppelin, y las dulces voces de los Wilson no encajan ah¨ª. Para colmo, el siguiente proyecto a Pet Sounds, que se iba a llamar Smile (no confundir con Smiley Smile), fue abandonado por Brian, que se vio incapaz de acabarlo y acusaba el desgaste. Ese ¨¢lbum no se public¨® hasta 2004.
Estaban en declive, pero esa tendencia se da la vuelta en 1974, cuando se edita un recopilatorio de las canciones playeras y festivas de sus primeros discos (Endless Summer) y resulta un ¨¦xito descomunal. Hab¨ªa nostalgia de sus melod¨ªas inocentes y simples: seguir¨ªan muchos m¨¢s recopilatorios. Vuelven entonces a los escenarios, llenan enormes estadios como nunca antes, y hasta Brian acepta volver a participar en las actuaciones, aunque su gesto (se ve en un concierto de 1976) es bastante serio. A partir de ah¨ª, Brian tuvo idas y venidas: en alg¨²n disco apenas participa; recuperan a Bruce Johnson para que haga de productor y la tarea de componer est¨¢ m¨¢s repartida entre todos.
El documental elige no continuar la historia: la decadencia fue a m¨¢s en los ochenta y noventa, pero la marca sigui¨® facturando discos y conciertos. Hubo pleitos entre sus miembros por el reparto de los derechos y la autor¨ªa de las canciones. En 2012, por el 50? aniversario, la banda se reuni¨® con Brian al frente (y sin Carl ni Dennis, fallecidos) para un ¨²ltimo disco y una nueva gira que no ser¨ªa la ¨²ltima, porque algunos de ellos (liderados por Mike) se resisten a¨²n hoy a colgar el micro. Esta pel¨ªcula no reh¨²ye los momentos oscuros, pero tiende a pasar por ellos de refil¨®n: por ejemplo, se menciona muy brevemente el v¨ªnculo entre Dennis y la Familia, la secta de Charles Manson que cometi¨® el terrible crimen de Sharon Tate. Uno m¨¢s de los muchos golpes que encaj¨® Dennis: despu¨¦s de aquello prob¨® en solitario, pero no levant¨® cabeza, cay¨® en adicciones, se arruin¨® y muri¨® ahogado en la playa en 1983 con 39 a?os. Carl tambi¨¦n tuvo una muerte prematura, a los 51 a?os, por el c¨¢ncer, en 1998. Pero los Beach Boys no ser¨¢n recordados por sus desgracias, que fueron muchas, sino por su obra. Una m¨²sica que ha quedado esculpida en el imaginario popular de todo el mundo.
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