Telmo Irureta: ¡°Nadie me da la oportunidad de conocerme y enamorarse de m¨ª¡±
El actor, ganador de un Goya, estrena ¡®Sexpiertos¡¯, una pieza teatral en la que aborda la sexualidad de las personas discapacitadas sin sentimentalismo ni eufemismos. ¡°Solo han querido sexo conmigo por morbo, pena, o pagando¡±, confiesa
Hace un calor infernal en Madrid y, aunque quisi¨¦ramos, no podr¨ªamos charlar dentro del bar donde hemos quedado porque las mesas son demasiado altas y rebasan la altura de Telmo Irureta sentado en su silla de ruedas. As¨ª que optamos por la terraza. La persona que lo acompa?a insiste en comprar y aplicarle crema solar en el rostro para que no se achicharre por los rayos de sol que se cuelan entre las rendijas de las sombrillas, y le da a beber cada poco sorbos de su refresco. Aquejado de par¨¢lisis cerebral desde que sufri¨® una encefalitis a los dos a?os, Irureta necesita ayuda para casi todo. El cerebro, sin embargo, le va m¨¢s r¨¢pido que la lengua, y las ideas y las palabras se le amontonan antes de salir en catarata de su boca. Se desternilla con sus propios chistes. Brillante, m¨¢s tierno que salvaje, da gusto escucharle.
Firma su obra Sexpiertos con Kepa Errasti. ?C¨®mo es escribir a cuatro manos?
Quer¨ªamos hablar de discapacidad e intimidad, pero para no centrarnos solo en el chico protagonista, que interpreto yo, lo enfrentamos a una mujer no discapacitada, en crisis vital, que interpreta Aitziber Garmendia. Yo no puedo saber con objetividad c¨®mo es vivir sin discapacidad. As¨ª que, Kepa, que fue mi profe en la escuela de teatro y es mi amigo, aport¨® esa visi¨®n que me faltaba. Nos entendimos muy bien.
Pero son dos hombres, ?y la visi¨®n femenina?
La tenemos. Los dos somos muy mariquitas y muy feministas, y tenemos a muchas mujeres alrededor. Voy a quedar fatal, pero creo que los hombres gais tenemos un plus de sensibilidad, una voz que se parece m¨¢s a la de la mujer. Al menos yo creo que la tengo.
Le llovieron cr¨ªticas por decir cuando gan¨® el Goya que el sexo es un derecho. ?C¨®mo las ha procesado?
Al principio me hizo hasta gracia, porque se hicieron una idea muy equivocada de lo que quise decir. Desde perfiles an¨®nimos de Instagram me llamaron violador, abusador de mujeres, putero. Fue muy curioso que, cuando dije que soy gay, se calmaron las aguas. El discurso les queda un poco m¨¢s cojo cuando a quien pagas por sexo es a un hombre. Muchos de quienes critican el trabajo sexual, les importa menos cuando los trabajadores son chicos.
?No hab¨ªa salido del armario hasta entonces?
Tuve una ¨¦poca de dudas, de conocerme a m¨ª mismo. En el colegio me gustaba alguna ni?a, pero era porque me hac¨ªa caso, me miraba bien, me daba ternura, pero siempre he mirado m¨¢s a los chicos. Cuando lo tuve claro, dije: voy a salir a lo grande. Mi madre me dijo que tampoco hac¨ªa falta que lo hiciera p¨²blico, pero yo creo que s¨ª hace falta.
?Por activismo?
Por eso, y porque me gusta saber qui¨¦n soy. Si la gente dice que le gusta la m¨²sica de El canto del loco, yo no voy a callarme que soy gay. Hay gente en contra de las etiquetas, pero a m¨ª me ayudan a saber qui¨¦n soy. Yo soy vasco, soy gay y me gustan las Spice Girls.
?La discapacidad forma parte de su identidad?
Me gustar¨ªa que no fuera as¨ª, pero lo es. No soy de los que dicen que la discapacidad les ha abierto otras puertas y les ha ense?ado a ser fuertes y a tener otra visi¨®n de la vida. No, la discapacidad es una putada, yo soy como soy tambi¨¦n en parte por la discapacidad, pero mira, no me compensa [se parte de risa].
?Sue?a que anda?
Una vez so?¨¦ que me segu¨ªa un toro y ten¨ªa tanto miedo que me tiraba por una ventana. Pens¨¦: para una vez que corro, me mato. [se parte]. No, no sue?o que ando, ni siquiera despierto. Creo que, cuando puedes caminar, la idea de la silla te parece m¨¢s dura, m¨¢s fuerte. En realidad, no es tan dura. O sea, es dura, pero no por no poder caminar, sino por c¨®mo impacta en la gente.
?Qu¨¦ ve en los ojos de los dem¨¢s?
Miedo y rechazo.
?Y l¨¢stima?
Tambi¨¦n, pero eso me jode un poco menos porque, al menos, hay pena, y si doy pena, por lo menos es que has intentado ponerte en mi lugar, tienes un corazoncito.
?A qu¨¦ cree que tienen miedo?
No saben c¨®mo hablarte, c¨®mo tratarte. Y, en el tema de ligar, ven un cuerpo como el m¨ªo, que no es bonito, no es deseable, no encajas, y adi¨®s. Me duele mucho porque mi infancia fue muy bonita, me siento muy querido y protegido. Pero luego viene el cambio: en casa te ves muy bien porque te quieren y te miran bonito. Y, cuando te miran bonito, tienes autoestima. Pero cuando sales de tu familia y conoces a gente nueva te das cuenta de que la discapacidad impacta y acojona. Hay comentarios que no te gustan y esa autoestima se te va bajando, piensas que igual no eres tan guay como pensabas.
?Y c¨®mo va de autoestima, a sus 35 a?os?
Un poquito mejor. Yo s¨¦ que valgo. Antes era bastante chulito, me miraba y me dec¨ªa: bien guapo que soy. Si no gusto a los dem¨¢s, igual es por este cuerpo que tengo, algo que no puedo cambiar. Yo puedo esforzarme en gustarme yo, pero no puedo luchar por gustar a los dem¨¢s. Es complicado.
?Ha estado enamorado?
Creo que no, pero porque no me dan motivos. La gente no est¨¢ tan bien conmigo como para enamorarme. No me dan tiempo. A veces me enamoro de un f¨ªsico bonito, pero me pregunto ?qu¨¦ ha hecho para tener ese cuerpo, o esa cara? No es m¨¦rito suyo. Me gusta la gente por dentro y ?sabes qu¨¦ es lo que m¨¢s me duele?
?Qu¨¦?
Que nadie me da la oportunidad de conocerme y de poder, qui¨¦n sabe, enamorarse de m¨ª, por el miedo y el rechazo que te dec¨ªa antes. Al ser gay, el tema del sexo es m¨¢s f¨¢cil, porque los hombres somos m¨¢s de venga, ?quieres follar?, vamos, adi¨®s.
?Sus contactos sexuales han sido siempre as¨ª?
Ha habido un poco de todo, pero, cuando no ha sido pagando, he tenido que conformarme. No he estado con quien he querido, sino con quien ha estado dispuesto a estar conmigo. Y solo han estado conmigo por morbo, por pena o pagando. En Internet, les digo que estoy en silla y que si les importa. Y, a lo mejor, no les importa, porque hemos hablado un poquito antes, en l¨ªnea. Pero si te ven en la calle, ni te miran.
En la obra confiesa sus miedos y sus deseos sin filtro, ?no le da pudor?
Yo soy muy exhibicionista, pero hay cosas que no cuento, no tanto por pudor, si no por no hacer da?o a otras personas. A m¨ª tampoco me gusta imaginarme a gente de mi familia follando, pero es importante que se hable para dar visibilidad a la sexualidad de las personas discapacitadas. Que la tenemos. A veces digo, qu¨¦ necesidad tengo yo de estar aqu¨ª en p¨²blico y que me vean todos. Pero cuando pienso que no hay actores discapacitados, que hay cuerpos distintos, y que hay gente a la que puedo ayudar, eso me anima a seguir.
?C¨®mo cree que puede ayudar?
En la calle nadie se para a escucharte. Entonces, tengo un foco y lo aprovecho. Nadie se imagina a un discapacitado en toda su dimensi¨®n. Somos seres sexuales. Sexo y discapacidad no van unidos, como van discapacidad y barreras arquitect¨®nicas. Las barreras no me interesan tanto como el sexo. D¨¦jame entrar en el mundo sexual tambi¨¦n. Es m¨ªo tambi¨¦n, no solo tuyo. Las barreras f¨ªsicas son m¨¢s f¨¢ciles de derribar, quitas el escal¨®n y ya est¨¢, pero las mentales, no.
?Qu¨¦ rampas pueden hacerles accesible el sexo?
Los que tenemos que adaptarnos somos nosotros. Los servicios sexuales, por ejemplo. La asistencia sexual. Yo creo que los trabajos se pagan, y el que es trabajador sexual est¨¢ trabajando. Estar¨ªa guay que hubiera ayudas p¨²blicas, porque el sexo tambi¨¦n es salud, y hay quien no puede pagarlo. Pero, si no se nos ayuda, al menos, que nos dejen pagar. No me digas que eso no est¨¢ bien, se lo estoy pagando yo.
?Y los derechos y la dignidad de la persona a la que paga?
El sexo es un derecho humano, una necesidad b¨¢sica. Si eres enfermera y est¨¢s limpiando culos, ?por qu¨¦ es m¨¢s limpia la caca que el semen, si eres un asistente sexual de forma voluntaria? Porque el sexo se relaciona con el deseo y la persona que te est¨¢ ayudando a tener sexo no tiene ese deseo, entonces es como que la est¨¢s violando. Y la palabra prostituci¨®n es peligrosa porque crea confusi¨®n y la relacionamos con la explotaci¨®n. Yo no defiendo eso. Yo defiendo a la gente que se dedica a eso porque lo ha decidido libremente, porque no quiere ser camarero, o por lo que sea. Pero de forma libre.
En Sexpiertos lanza al p¨²blico una pregunta: ¡°?Masturbar¨ªa a un amigo que no puede hacerlo y se lo pidiera?¡±. Me vol¨® la cabeza.
?T¨² lo har¨ªas?
Ummm. No. ?Usted s¨ª?
Yo s¨ª. Pero te entiendo. Y no juzgo a nadie. Nadie ha vivido mi situaci¨®n. Igual es que no me entiendes. Yo tambi¨¦n hay muchas cosas que no entiendo de quien no tiene discapacidad. Puede que tus problemas me parezcan menos problemas porque no soy capaz de ponerme en tu piel. Pero luego yo tambi¨¦n me quejo por chorradas.
?Como cu¨¢les?
Llegar tarde a los sitios. Yo puedo calcular el tiempo que tardo en que la persona que me asiste me asee, me vista, pero luego, por la calle, se me duerme la mano y tengo que esperar a que se me despierte para seguir andando con la silla. O cuando me duele la cabeza. Soy un poco insoportable, me quejo mucho.
Tiene un Goya, v¨¦ndase como actor.
Me encantar¨ªa hacer de cabr¨®n. De hijo de puta, porque los discapacitados podemos ser y hacer de lo que sea. Me gusta mucho desnudarme emocionalmente, pero, como no me llaman, me escribo yo los papeles. Ahora tengo en mente un documental sobre m¨ª, para que me conozcan y encontrar novio. A ver si me lo compran.
TELMO EST? 'SEXPIERTO'
Telmo Irureta lleva una lagartija tatuada en el antebrazo izquierdo. "Es un homenaje a mi madre. Cuando le dijeron que no podía estar conmigo en la UCI cuando, con dos años, sufrí una encefalitis, les dijo a los médicos que estaría siempre pegada a la pared donde estuviera su hijo, como una lagartija al sol", cuenta este actor de 35 años al que aquella enfermedad dejó como secuela una parálisis cerebral que le hace depender de una silla de ruedas para moverse. Telmo tiene una relación tan íntima con ella que le ha puesto nombre. "Se llama Vicio Silla, así con dos palabras", cuenta, muerto de la risa. El humor salvaje y, a la vez, la ternura, son dos de las grandes bazas de Irureta, sobrino de la actriz Elena Irureta que, después de estudiar Magisterio, decidió dedicarse a la interpretación. En 2023 ganó el Goya al actor revelación por La consagración de la primavera, película en la que se abordaba la vida sexual de las personas discapacitadas. Ahora, presenta en el teatro Fernán Gómez de Madrid la obra teatral Sexpiertos, que ha escrito junto a Kepa Errasti, e interpreta junto a Aitzibel Garmendia, y que profundiza en el controvertido asunto del sexo como derecho. Lejos de evitar el debate, lo fomenta.
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