La funci¨®n contin¨²a con N¨²ria Espert, la int¨¦rprete inagotable
La actriz analiza su vida, las claves de su carrera, la reciente gira con ¡®La isla del aire¡¯, de Alejandro Palomas, y su pr¨®ximo proyecto con Wajdi Mouawad y Mario Gas
Es la gran dama de la escena, t¨ªtulo que incluso le conceden algunas veteranas y octogenarias actrices que siguen dando guerra en los escenarios y que, como ella, no tienen intenci¨®n de retirarse. N¨²ria Espert cumpli¨® el pasado 11 de junio 89 a?os, y a¨²n le brilla la mirada cuando habla de proyectos. Ahora solo se permite los que son ilusionantes, y los pr¨®ximos ser¨¢n como int¨¦rprete, aunque durante un periodo de su vida fue una gran directora de ¨®peras en los escenarios m¨¢s importantes del mundo. Entre proyecto y proyecto recoge importantes frutos de su trabajo, que no tiene intenci¨®n de abandonar. Aunque existieron rumores de retirada, fueron eso: rumores. De momento, tras la gira con La isla del aire, de Alejandro Palomas y dirigida por Mario Gas, abordar¨¢ con este ¨²ltimo en diciembre Todos p¨¢jaros, de Wajdi Mouawad, un dramaturgo que le fascina.
Mujer de izquierdas, y comprometida desde siempre con los tiempos que le han tocado vivir, es sabedora de que el conflicto vivido hace menos de un lustro en su Catalu?a natal ahora no es tan cr¨ªtico. ¡°A d¨ªa de hoy s¨¦ que el sufl¨¦ ha bajado, pero sigo cabreada, porque los pactos han sido muy dolorosos¡ para todos¡±, afirma.
Tiene cerca de 200 condecoraciones, entre ellas, las m¨¢s importantes del mundo esc¨¦nico, y no solo nacional. En marzo se le concedi¨® por unanimidad del consejo un honoris causa en la Royal Central, School of Speech and Drama, de la Universidad de Londres, por su contribuci¨®n al teatro a lo largo de 70 a?os. Tambi¨¦n se le entregar¨¢ el 1 de julio el Max de Honor, galard¨®n otorgado a la excelencia en una trayectoria.
N¨²ria Espert a¨²n tiene otras importantes diferencias con sus compa?eras de profesi¨®n y edad. La actriz, nacida en L¡¯Hospitalet (Barcelona) en 1935, siempre se ha inclinado por textos muy dram¨¢ticos y tragedias, aunque con Georges Lavaudant hizo un vodevil. ¡°Me re¨ª mucho, pero los textos que permanecen a lo largo del tiempo, rar¨ªsima vez son comedias. Los que traspasan los siglos son dram¨¢ticos y tragedias en un 99%¡±, dice.
Y ah¨ª est¨¢. Sufre que te sufre, desde los 13 a?os en que se subi¨® por primera vez a un escenario. Tambi¨¦n puede ser debido a que se qued¨® marcada por su primer y gran triunfo: Medea. Nada menos que en el barcelon¨¦s teatro Romea, con 18 a?os y sustituyendo a Elvira Noriega. Era su primera incursi¨®n en la obra de Eur¨ªpides, que ha representado a lo largo de su vida en ocho ocasiones, entre los 16 y los 75 a?os. ¡°Los otros grandes textos, los Strindberg, Ibsen, Ch¨¦jov los persegu¨ª desde muy joven. Quiz¨¢ la ambici¨®n se me desat¨® con Medea¡±, sostiene.
Y hay otro y a¨²n m¨¢s importante rasgo que la distingue de sus compa?eras de oficio. Espert ha sido, como nadie, una sabuesa de fino olfato: ¡°He salido a buscar directores que fueran profesionales j¨®venes, arriesgados, innovadores¡ que me produjeran v¨¦rtigo¡±. A lo que hay que a?adir que, al margen de los muchos y consolidados directores a cuyas ¨®rdenes se ha sometido, buscaba a aquellos que apenas despuntaban o que incluso eran totalmente desconocidos. Su carrera de buscadora de piedras preciosas la inici¨® hace m¨¢s de medio siglo, dej¨¢ndose dirigir por manos j¨®venes, con una seguridad casi temeraria e inimaginable en una actriz de renombre como ella. ¡°Quer¨ªa un soplo diferente y que no llevaran en la mochila el gran peso de la guerra civil y el franquismo¡±, apunta Espert.
En 1969, con el argentino V¨ªctor Garc¨ªa, gir¨® por medio mundo con obras como Yerma, Divinas palabras y Las criadas. ¡°Fueron nuestros m¨¢s grandes ¨¦xitos, de V¨ªctor y m¨ªos, de nuestras vidas¡±, afirma. En 1978 fue el veintea?ero Llu¨ªs Pasqual, al que ha estado unida desde entonces. Tambi¨¦n Jorge Lavelli, franco-argentino joven y luminoso que descubri¨® para el teatro espa?ol en 1980. Despu¨¦s trabaj¨® con un entonces desconocido como director Mario Gas, protagoniz¨® aquella valiente Salom¨¦ de Terenci Moix en 1985. Estos ¨²ltimos a?os ha estado m¨¢s unida a ¨¦l que nunca gracias a Wajdi Mouawad y al montaje actual en gira. Y el casi alternativo por entonces, en 2010, Miguel del Arco, que la dirigi¨® con mano firme en la shakespeariana Violaci¨®n de Lucrecia, donde interpretaba septuagenaria a siete personajes diferentes de compleja profundidad.
Pero toda su carrera, incluso su arriesgado y talentoso salto a la ¨®pera, todo lo consultaba con Armando Moreno, poeta, guionista, periodista, actor y director con quien se cas¨® a los 20 a?os, que termin¨® convirti¨¦ndose en director de algunos de sus montajes, productor y gestor de muchos, padre de sus dos hijas y compa?ero de viaje por la vida. A pesar de que falleciera en 1994, Espert no renunci¨® a seguir consult¨¢ndolo todo con ¨¦l. No es que haga g¨¹ijas, ni tenga conexi¨®n con el m¨¢s all¨¢. Solo se pregunta a s¨ª misma: ¡°?Qu¨¦ pensar¨ªa sobre esto Armando?¡±. La respuesta la acepta como si se la hubiera dado ¨¦l en cuerpo y alma. Pero se conoc¨ªan tanto, y era tal la complicidad en esa pareja, que es altamente probable que ella est¨¦ en lo cierto.
¡°Sin la presencia de Armando, mi vida, mi carrera, hubiera sido radicalmente diferente, y muy menor¡±, sostiene. ?l termin¨® dejando de lado muchas de sus actividades para centrarse en la carrera de ella. ¡°Nunca me he sentido culpable por ello, y he sido muy consciente de lo que hizo. Mi ambici¨®n de interpretar grandes textos exist¨ªa y se la contagi¨¦ a ¨¦l, que me dijo claramente que nadie iba a venir a buscarnos para ponerlos en pie. Hab¨ªa que salir a buscarlo¡±. As¨ª encamin¨® toda su energ¨ªa para conseguirlo. Primero pusieron en pie Gigi, de Colette: ¡°Con cuatro pesetas, pero contando con grandes profesionales. Fue un ¨¦xito tremebundo y el inicio de nuestra gran andadura. A partir de ah¨ª nos lanzamos, sin olvidar que tambi¨¦n hubo errores y nos equivocamos, pero la gente no quiere recordar lo que me ha salido mal. Tampoco olvido que hice muchos trabajos alimenticios que daban dinerito para mantenernos¡±, comenta. Entre ellos, alguna pel¨ªcula, pero no insisti¨® en el cine: ¡°No es que no me gustara el medio, es que no me gustaba yo, haciendo la vida que hay que llevar si te dedicas al cine o la televisi¨®n¡±
Se ha pasado muchos meses de gira con La isla del aire, obra de Alejandro Palomas dirigida por Gas en la que comparte reparto con Vicky Pe?a, Teresa Vallicrosa, Candela Serrat y Claudia Benito. Una pieza en la que, sin ser comedia, Espert protagoniza momentos hilarantes, convertida en una abuela rarita, con mala leche y a veces desternillante. Lo curioso es que con el sentido del humor que tiene y que con lo que le gusta re¨ªrse solo haya trabajado en una comedia: Hay que purgar a Tot¨®, de Feydeau. ¡°Esta obra tiene visos de comedia; porque esta abuela que hago es una aut¨¦ntica hija de puta, que arranca carcajadas. De hecho, para mis adentros he decidido que esta abuelita, cuando est¨¢ tierna y amorosa, en realidad est¨¢ fingiendo porque es mala, mala¡±. Y ejemplifica: ¡°A su nieta preferida la somete a un tercer grado terrible, consigue hundirla, y la abuela la calma cuando la ve destrozada, pero al momento la est¨¢ traicionando delante de la madre y las hermanas¡±.
Proyectos hay varios, pero no habla de ellos: ¡°No puedo decir nada . Pero en el mundo del teatro es muy dif¨ªcil guardar secretos. Lo primero que abordar¨¢ ser¨¢ la puesta en escena de Todos p¨¢jaros (Ed, La U?a Rota), considerada la obra m¨¢s importante de Wajdi Mouawad desde la tetralog¨ªa La sangre de las promesas, compuesta por Litoral, Incendios (que ya protagoniz¨®), Bosques y Cielos. Una obra que ha recibido elogios por su belleza y por tratar con profunda humanidad la actual herida que tenemos todos abierta, como es el conflicto en Oriente Pr¨®ximo.
Su segundo mouawad, de nuevo bajo la batuta de Mario Gas. Est¨¢ deseando ponerse a ello, y dejarse abducir de nuevo por un personaje: ¡°Casi todos me abducen y al rev¨¦s; es inevitable. Me di cuenta por primera vez haciendo Anna Christie de O¡¯Neill. Sal¨ªa del escenario tocada, y cambiada mi manera de ser. Estaba encerrada en m¨ª misma, en mi habitaci¨®n¡. Hago vidas diferentes seg¨²n qu¨¦ interprete. Nos pasa a casi todos los actores¡±.
A su etapa oper¨ªstica, la empuj¨® su marido: ¡°Yo estaba en Londres dirigiendo La casa de Bernarda Alba, y alguien debi¨® pensar ¡®si dirige a Glenda Jackson, podr¨¢ dirigir ¨®pera¡¯ y me ofrecieron Butterfly y a partir de ah¨ª otros t¨ªtulos fundamentales¡±. Todos fueron grandes ¨¦xitos, pero montando Rigoletto apareci¨® una fuerte depresi¨®n: ¡°Fue por la presi¨®n que llevaba encima, aunque no me lo supe explicar en aquel momento. Lleg¨® muy de repente, un d¨ªa al ir a levantarme no pod¨ªa moverme, algo parecid¨ªsimo a lo que sufren las personas que padecen esta terrible enfermedad¡±, y a?ade, ¡°no se me ha repetido, pero me entra un gran miedo cuando noto que no estoy en mi ¨¢nimo normal, que es bastante elevado; si de repente no tengo ganas de leer, ni de salir y el cuerpo me pide siestas¡ Se me disparan las alarmas, y alguna vez he querido indagar en qu¨¦ pas¨®, pero mi psiquiatra me dijo que eso era un caj¨®n lleno de cucarachas y mejor no abrirlo¡±.
En un momento en el que se habla de abusos, de g¨¦nero y de sexo, en el mundo de la far¨¢ndula comenta que ha visto muchos abusos, aunque no sexuales. ¡°Normalmente de g¨¦nero, de poder, pero, por ejemplo, la actriz que acus¨® hace pocos a?os de abusos y malos tratos a Llu¨ªs Pasqual, que yo no vi en ning¨²n momento y se produjeron en mi presencia, eso fue abusar de Pasqual. Con el tiempo todo el que ha querido, ha sabido por qu¨¦ dijo lo que dijo e hizo lo que hizo. Ahora sabemos qui¨¦n fue el instigador¡±.
Su ¨²ltima Medea fue dirigida por Michael Cacoyannis, y fue entonces cuando corr¨ªa un chiste entre los espectadores curtidos y los sat¨¦lites de la profesi¨®n esc¨¦nica. Dec¨ªa as¨ª: ¡°Se levanta el tel¨®n y se ve a N¨²ria Espert interpretando Medea en el teatro romano de M¨¦rida. Se baja el tel¨®n. ?Qu¨¦ obra es? Sobra el griego¡±. N¨²ria Espert, a la que nadie se atrevi¨® a contarle el chascarrillo, se troncha de risa. ¡°No lo conoc¨ªa. Pobrecito Cacoyannis¡±. Guarda unos segundos de silencio. ¡°S¨ª, sobraba el griego, no era aquel creador que hizo Electra o Las Troyanas¡±, a?ade dejando claro que fue consciente de los populares errores de direcci¨®n.
Babelia
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