Aida Folch, la hija cinematogr¨¢fica de Fernando Trueba: ¡°Conf¨ªo ciegamente en ¨¦l¡±
La actriz estrena su tercera pel¨ªcula con el director, ¡®Isla perdida¡¯, en la que comparte protagonismo con Matt Dillon, dos d¨¦cadas despu¨¦s de su debut y alejada de redes sociales y ruidos medi¨¢ticos
Aida Folch (Reus, 37 a?os) se toma el caf¨¦ tranquilamente en el centro de Madrid. Lleva m¨¢s tiempo, dos d¨¦cadas, siendo actriz que persona an¨®nima. Sin embargo, celebra gozosa, la gente no sabe muy bien qui¨¦n es. ¡°Nunca he sufrido un bum por una serie de adolescentes o algo as¨ª. S¨ª he tenido m¨¢s popularidad, como los a?os de Cu¨¦ntame como pas¨®, de Amar en tiempos revueltos y Madres. Les sueno, aunque tampoco me ubican en algo muy concreto. Entro en el metro, camino y recibo el cari?o y el respeto de quien me voy encontrando por la calle. Para m¨ª eso es lo ideal¡±, reflexiona. Sonr¨ªe. ¡°Necesito estar conectada con la vida, hablar con la gente. Si no fuera as¨ª y tuviera que esconderme, se acabar¨ªa todo¡±.
Sin grandes alharacas en redes, ni parejas medi¨¢ticas, Folch acumula trabajos desde que Fernando Trueba eligi¨® a aquella adolescente de 14 a?os para protagonizar El embrujo de Shanghai ¡ªque finalmente se estren¨® en 2002¡ª. Con ¨¦l repetir¨ªa una d¨¦cada despu¨¦s en El artista y la modelo, y ahora tripite (aunque tambi¨¦n tuvo un cameo en La reina de Espa?a) en Isla perdida, un drama con cierto tono de cine negro en un restaurante de un enclave griego que comanda un cocinero (Matt Dillon) y al que llega una espa?ola a inicios del siglo XXI para reconstruir su vida. ¡°Mi personaje est¨¢ abierto a la vida. Viene de un palo emocional, pero como todos hemos sufrido, en lo sentimental o en lo familiar cuando ya tenemos cierta edad¡±.
Hace unos d¨ªas, en Babelia, Folch confesaba que le encantan los documentales de David Attenborough, al que ve ¡°casi como otro abuelo¡±. Entonces, ?qu¨¦ es Trueba para ella? ¡°?Mi padre cinematogr¨¢fico!¡±, estalla. ¡°Es familia. Conf¨ªo ciegamente en ¨¦l. En cada pel¨ªcula me ofrece un nuevo reto que me hace crecer como persona¡±. M¨¢s all¨¢ del desaf¨ªo interpretativo, en El artista y la modelo la actriz tuvo que hablar franc¨¦s, y ahora le ha tocado hacerlo en ingl¨¦s con palabras en griego. ¡°A Fernando le preocupaba que me saliera un acento pijo brit¨¢nico, porque yo trabajo mucho cada elemento, lo mecanizo. Le daba miedo que mi ingl¨¦s sonara impostado, y yo le respond¨ªa que todo lo contrario, que trabajo intensamente para que luego parezca natural¡±.
Su labor de pico y pala, apunta durante la charla, nace de que siempre quiso ser actriz. De cr¨ªa estudi¨® teatro en Llop¡¯s teatre como actividad extraescolar, a lo que sumaba, los s¨¢bados, interpretaci¨®n en el Centre de Lectura de su ciudad natal. ¡°En 2001 rod¨¦ El embrujo de Shanghai, y pocos meses despu¨¦s, Los lunes al sol. Me hab¨ªan dicho que lo importante era ser natural y de repente me fij¨¦ en que Javier Bardem hablaba distinto y andaba de manera diferente ante la c¨¢mara. No lo entend¨ªa. Porque efectivamente no es natural, estaba haciendo sus cositas de actor. A¨²n hoy me gusta observar y ver c¨®mo trabajan mis compa?eros. Por ejemplo, Matt [Dillon] me sorprendi¨®, porque no es un actor t¨¦cnico, sino m¨¢s org¨¢nico, m¨¢s ca¨®tico... Supongo que as¨ª rodar¨ªan en su momento Rebeldes¡±, recuerda.
?Y c¨®mo son las ¡°cositas de actriz¡± de Folch? ¡°Soy muy ordenada. Muchas veces me han dicho de broma que no hay premio a la mejor papeler¨ªa en un rodaje por mi colecci¨®n de notas, sticks... Para m¨ª es muy importante el raccord emocional de la pel¨ªcula. Y trabajo mucho antes de llegar al rodaje con pr¨¢cticas previas que he aprendido y que me sirven para luego olvidarme de todo en el rodaje¡±. La actriz hizo Fotograf¨ªa en el bachillerato art¨ªstico y ha estudiado montaje. ?Le gustar¨ªa dirigir? ¡°Son palabras mayores. O sea, lo intento, escribo. Me gustar¨ªa dirigir, pero mi energ¨ªa no est¨¢ totalmente enfocada en eso, porque de repente me sale un trabajo y voy a ¨¦l. No me ha llegado el momento, pero ver lo que est¨¢n logrando compa?eras m¨ªas que est¨¢n en la misma situaci¨®n me alienta. ?Lo de montaje? Me parece muy creativo, pero el tema tecnol¨®gico... Me gusta estar con el equipo de la pel¨ªcula, y participar en lo que me dejan¡±. Vuelve al inicio de su respuesta: ¡°Los actores somos gente que hemos vivido, que hemos le¨ªdo muchos guiones y estado en muchos rodajes. Sabemos expresarnos y en general podemos entender las historias de una manera muy personal. Por eso saltamos a la direcci¨®n¡±.
A pesar de su larga carrera, Folch insiste en que tambi¨¦n ha pasado meses sin recibir una llamada profesional: ¡°Al principio aprovechas y haces cursos que te apetecen. Luego, ves menguar la cuenta bancaria y te entra... Por suerte, me han vuelto a llamar, as¨ª que no he tenido, por ejemplo, que poner copas. S¨ª siento que cada vez ruedo menos cine. Y con todo, soy privilegiada. Muchos amigos me dicen que tengo suerte, que ellos que aparecen en series querr¨ªan rodar pel¨ªculas, salir en la pantalla grande con grandes autores como los que tenemos en Espa?a. A m¨ª tambi¨¦n me gustar¨ªa filmar m¨¢s... y que me llamaran para una obra de teatro. Parece que podemos elegir nuestras carreras y en alguna ocasi¨®n lo logras. Otras no, otras vas capeando y aparece lo que aparece y t¨² decides. No somos estrellas, somos trabajadores¡±.
Esta explosi¨®n de series, ?nace del auge de las plataformas audiovisuales? ¡°Si no hubiera habido plataformas, no s¨¦ si estar¨ªa trabajando. Somos los que somos, se hacen las pel¨ªculas que se hacen y es bueno trabajar. Tambi¨¦n tienen un lado negativo, como el control de sus proyectos, su manera de hacer, enfocada m¨¢s al producto que al arte. Incluso es un poco funcionarial en algunos aspectos. Todo tiene su parte buena y su parte mala¡±.
En dos d¨¦cadas de trabajo, Folch ha navegado por todo tipo de plat¨®s y rodajes. Algunos felices: a¨²n queda con el equipo de 25 kilates, que se estren¨® hace 15 a?os. En otros casos, asisti¨® a abusos de poder. ¡°Se supone que con toda la informaci¨®n que tenemos y la reeducaci¨®n a la que estamos asistiendo todos deber¨ªa de reducirse¡±, arranca a explicar. ¡°Aun as¨ª, hay gente que no se ha enterado todav¨ªa de qu¨¦ va la vaina. Y tambi¨¦n hay generaciones que no entienden c¨®mo est¨¢n cambiando las cosas. En fin, las cosas que son importantes cambian despacio¡±. Remata: ¡°Hay situaciones de grises, de dos personas que entienden de manera distinta lo ocurrido. Otras son flagrantes. El otro d¨ªa vi el documental sobre el comportamiento de Kevin Spacey en la grabaci¨®n de House of Cards y todo el mundo sab¨ªa lo que ocurr¨ªa. Pero era la estrella de la serie. ?Y qu¨¦ hacemos entonces? En ese caso no se hizo nada, y pasa en todas partes. Es complicado. Y no deber¨ªa suceder, pero...¡±.
Folch se confiesa muy a gusto viviendo en el paisaje f¨ªsico de Madrid y no tanto en un mundo digital en el que imperan las redes sociales. ¡°Lo intent¨¦ durante un tiempo, y descubr¨ª que no sirvo. Alguna vez me han aconsejado que aparezca m¨¢s en ellas, porque es cierto que mueven dinero. Y es l¨ªcito apuntarte a eso, pero yo no... Me parece muy complicado ser un int¨¦rprete joven hoy, obligado a atender a todos esos mundos. Les veo desde mi lugar en otra generaci¨®n y me siento muy lejos. No me ha ido tan mal con mi estilo de carrera, ?no? Pues dejadme seguir este camino¡±.
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