Las artima?as del violento y genial John Eliot Gardiner en su regreso a los escenarios
El legendario director brit¨¢nico anuncia la creaci¨®n de sus nuevos conjuntos Constellation Choir and Orchestra al tiempo que pretende hundir a su antiguo y excelente Coro Monteverdi
¡°No le pegu¨¦ demasiado fuerte¡±, reconoci¨® John Eliot Gardiner (Fontmell Magna, Dorset, Inglaterra, 81 a?os), el pasado 28 de julio al Finantial Times, ¡°pero, en cualquier caso, abofete¨¦ o golpe¨¦ a un joven cantante, perd¨ª los estribos e hice algo realmente imperdonable¡±. El legendario director historicista concedi¨® a ese medio de actualidad econ¨®mica su primera entrevista tras el violento incidente que protagoniz¨®, el 22 de agosto de 2023, en el Festival Berlioz de La C?te-Saint-Andr¨¦. El suceso ocurri¨® despu¨¦s de una interpretaci¨®n en versi¨®n de concierto de la ¨®pera Los troyanos, cuando Gardiner propin¨® una bofetada en la cara y un pu?etazo en la boca al bajo William Thomas, alegando que este hab¨ªa accedido al escenario por el lugar equivocado.
Se habl¨® de deshidrataci¨®n por el calor excesivo y de un cambio en su medicaci¨®n, pero el historial de agresiones previas de Gardiner motiv¨® una disculpa p¨²blica y su retirada hasta finales de a?o para seguir un tratamiento. Muchos pensaron que era el final de la carrera de uno de los principales int¨¦rpretes vivos de Monteverdi, Handel, Bach, Beethoven y Berlioz, con decenas de grabaciones fundamentales. Y, especialmente, tras anunciar, en febrero, la ampliaci¨®n de su retiro. Pero se equivocaban. El pasado 16 de julio, Gardiner reapareci¨® al frente de la Filarm¨®nica de Radio France, en Montpellier. Acaba de anunciar, adem¨¢s, la creaci¨®n del Constellation Choir and Orchestra, con quienes va a contraprogramar, en diciembre pr¨®ximo, la gira europea de sus antiguos conjuntos, que dirige Christophe Rousset, exactamente con las mismas composiciones de Charpentier y Bach, y pr¨¢cticamente en id¨¦nticas fechas y ciudades.
Se trata de una clar¨ªsima vendetta del tir¨¢nico y genial Gardiner que pretende hundir el Coro Monteverdi que fund¨® hace 60 a?os y al que sum¨®, en los a?os siguientes, dos prestigiosos conjuntos de instrumentos de ¨¦poca: los English Baroque Soloists y la Orchestre R¨¦volutionnaire et Romantique. Los tres est¨¢n hoy agrupados bajo la denominaci¨®n de Monteverdi Choir & Orchestras (MCO) y han conseguido mantener en su ausencia la misma excelencia con j¨®venes directores al frente, como Dinis Sousa, Jonathan Sells o Peter Whelan, que dirigi¨® su ¨²ltima aparici¨®n espa?ola, en marzo pasado, en el Palau de la M¨²sica Catalana.
En la referida entrevista exclusiva, Gardiner reconoce que creci¨® padeciendo acoso en su internado. Tambi¨¦n confiesa que sufri¨® la tiran¨ªa de su profesora, la m¨ªtica Nadia Boulanger, ¡°con quien tengo una deuda de gratitud por haberme sometido a una disciplina tan severa¡±. Adem¨¢s, asegura haber realizado todos los tratamientos necesarios para controlar sus ataques de ira: ¡°He cambiado. Siento que realmente he cruzado un Rubic¨®n en este ¨²ltimo a?o¡±.
No obstante, el consejo de administraci¨®n del MCO no opina lo mismo. Y el pasado 24 de julio public¨® una declaraci¨®n en la que anunciaba que Gardiner ¡°no regresar¨¢ a la organizaci¨®n¡±. Se trata de un despido que antepone la ¡°obligaci¨®n de proteger a las v¨ªctimas de abusos y agresiones, y evitar que se repitan¡±, aunque tambi¨¦n reconoce la ¡°extraordinaria influencia musical de John Eliot Gardiner en los ¨²ltimos sesenta a?os¡± y se compromete a ¡°honrar y preservar sus fenomenales logros¡±. El mismo d¨ªa, el director se apresur¨® a publicar otra declaraci¨®n, en la web de su agencia Intermusica, que inicia con estas palabras: ¡°Tras un largo periodo de profunda consideraci¨®n y reflexi¨®n, he decidido dimitir como l¨ªder y director art¨ªstico del MCO con efecto inmediato¡±.
Parec¨ªa una separaci¨®n sensata y amistosa: ¡°Considero que, por el bien de la instituci¨®n y de sus talentosos integrantes, a muchos de los cuales aprecio como amigos personales, ha llegado el momento de que tomemos caminos separados¡±, prosegu¨ªa Gardiner. Y el director brit¨¢nico a?adi¨® que no pensaba retirarse: ¡°Me centrar¨¦ en una gran variedad de otras actividades, como la direcci¨®n de orquesta invitada, la grabaci¨®n, la escritura y los proyectos creativos y educativos¡±. Pero parece que, al mismo tiempo, hab¨ªa presionado a centros musicales europeos para que cancelasen las actuaciones del MCO. E incluso promovi¨® la divisi¨®n interna dentro de sus antiguos conjuntos, con una supuesta encuesta interna de 173 m¨²sicos, denunciada por el consejo de administraci¨®n del MCO, que representa a sus 360 integrantes, como una ¡°campa?a de trucos sucios¡±.
Faltaba el verdadero aguijonazo de Gardiner, que lleg¨® el pasado 9 de septiembre. Era comprensible que el director quisiera fundar nuevos conjuntos y tambi¨¦n que algunos m¨²sicos del MCO decidieran acompa?arle en su nueva etapa. Este ha sido el caso, por ejemplo, de la violinista y concertino Kati Debretzeni, que firm¨® la encuesta mencionada, y tambi¨¦n del solista de oboe Michael Niesemann y de la violista principal Fanny Paccoud. No obstante, el anuncio de la creaci¨®n del Constellation Choir & Orchestra revel¨® una gira europea, en diciembre, en la que Gardiner contraprogramar¨¢ a la MCO, que ahora dirige el prestigioso director franc¨¦s Christophe Rousset. No solo interpretar¨¢ las mismas cantatas de Bach (BWV 36c y 110), sino que tambi¨¦n asumir¨¢ por vez primera la navide?a Messe de minuit, de Charpentier. Ambos conciertos ya se han anunciado en la Elbphilharmonie de Hamburgo, para el 7 de diciembre (con Gardiner y su Constellation) y el 14 (con Rousset y la MCO).
No cabe la menor duda del inter¨¦s que tendr¨¢n los nuevos conjuntos de Gardiner, cuyos nombres guardan una estrecha relaci¨®n personal y art¨ªstica con ¨¦l. La nueva asociaci¨®n que agrupar¨¢ sus nuevos conjuntos se denomina Springhead Constellation. Toma su nombre de la granja y el bosque familiar donde naci¨® y sigue viviendo, en Fontmell Magna, al sur de Inglaterra. De hecho, la finca de Springhead fue siempre conocida por sus manantiales y por albergar un molino, que los padres de Gardiner convirtieron, en los a?os cuarenta del siglo pasado, en una pionera granja ecol¨®gica y en un centro para las artes y el renacimiento de las culturas tradicionales. Ahora, al parecer, sir John tambi¨¦n impulsar¨¢ all¨ª un festival de m¨²sica.
Y el apelativo de Constellation obedece a su renovado inter¨¦s por Claudio Monteverdi, el compositor que impuls¨® hace 60 a?os al dar su nombre al coro que ahora pretende hundir. En 2017, y coincidiendo con el 450? aniversario del compositor italiano, dirigi¨® en varias ciudades europeas sus tres ¨®peras conservadas en versi¨®n semiescenificada. Una marat¨®n que prosigui¨® planificando un podcast titulado Monteverdi and his constellation, que se lanz¨® durante el verano de 2020. En ¨¦l aspira a situar la ¡°estrella¡± de Monteverdi en la constelaci¨®n de otros genios coet¨¢neos como Galileo, Rubens, Caravaggio, Kepler, Shakespeare y Francis Bacon. Un admirable trabajo divulgativo que ha contado con la colaboraci¨®n de grandes expertos y que no elude su eclosi¨®n popular. No por casualidad, el primer cap¨ªtulo arranca revelando c¨®mo el tema principal de la banda sonora de la serie The Good Fight, de David Buckley, est¨¢ basado en un fragmento del Vespro della Beata Vergine, de Monteverdi.
Parece que los meses de su retiro los ha aprovechado para convertir esa serie de podcast en su pr¨®ximo libro, tras el exitoso La m¨²sica en el castillo del cielo (Acantilado) que dedic¨® a Johann Sebastian Bach. El 10 de abril de 2025, Harper Collins publicar¨¢ su nueva monograf¨ªa, donde parece haber desarrollado un inter¨¦s especial por los libros de madrigales de Monteverdi, que ha interpretado poco en relaci¨®n con su m¨²sica religiosa y sus ¨®peras. Quiz¨¢ ese sea uno de sus pr¨®ximos proyectos. Ojal¨¢ Gardiner viva su nuevo Constellation y deje vivir al MCO, y tambi¨¦n haya aprendido que hoy la autoridad sobre el podio se consigue con una actitud m¨¢s colaborativa que impositiva. No obstante, ser¨¢ un placer volver a verlo sobre un escenario.
Babelia
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