Michael Cunningham: ¡°Escribir sobre alguien conlleva dispensar un cierto tipo de perd¨®n¡±
El autor de ¡®Las horas¡¯ construye un nuevo tr¨ªptico en ¡®D¨ªa¡¯, una novela que transcurre en Nueva York durante la pandemia en un mismo d¨ªa a lo largo de tres a?os consecutivos
Isabel, la protagonista de D¨ªa (Lumen), mira desvelada por la ventana de su apartamento en Brooklyn (Nueva York) en la primera escena de la nueva novela de Michael Cunningham (Ohio, 71 a?os), y esa descripci¨®n de la ciudad desperez¨¢ndose y mostrando su belleza callada tiene algo de declaraci¨®n de amor. Fue escrita durante la pandemia en Venice Beach (Los ?ngeles), donde el aclamado escritor, profesor en Yale, ganador del premio Pulitzer y convertido en una estrella del mundo literario hace m¨¢s de 20 a?os tras la publicaci¨®n de Las horas, pas¨® el encierro junto a su esposo. ¡°Cuando lleg¨® la covid estaba trabajando en otro libro, pero tuve que dejarlo, no pod¨ªa obviar lo que estaba pasando. Entonces la pregunta pas¨® a ser c¨®mo escribir una novela sobre personas y no sobre el virus¡±, explicaba este martes por videoconferencia desde su apartamento neoyorquino en Fort Greene.
D¨ªa transcurre el 5 de abril de 2019, 2020 y 2021, incluye mensajes de texto, cartas, correos, pies de foto de Instagram o una sucinta lista de objetos que resumen toda una vida sentimental. Tambi¨¦n hay conversaciones en una familia (Isabel, su marido, sus dos hijos peque?os y los hermanos de cada uno de ellos), en un aula de la universidad de Columbia o en la oficina de una revista. Hay un perfil de redes sociales inventado por uno de los personajes, y una caba?a en Islandia donde accidentalmente acaba recluido uno de los protagonistas. Y a trav¨¦s de estos materiales diversos, la trama fluye sin trabas ¡ªajena a los marchamos de literatura experimental¡ª para hablar de amor, de desafecci¨®n, de ternura, de expectativas no cumplidas.
En este nuevo tr¨ªptico, su octava novela, Cunningham evoca de alguna manera el eco de su novela m¨¢s famosa, cuya adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica con Julianne Moore, Meryl Streep y Nicole Kidman le catapult¨® a la fama. ¡°Con Las horas quise hacer una versi¨®n contempor¨¢nea de La se?ora Dalloway y luego a?ad¨ª las otras dos partes, porque sent¨ªa que faltaba algo. En esta ocasi¨®n mi idea era colocar el momento culmen de la pandemia en el centro y para eso necesitaba un antes y un despu¨¦s. Son dos libros con una estructura en tres partes, pero por motivos distintos¡±, explica. Normalmente, la estructura de sus libros es algo que se va formando seg¨²n avanza, aclara, pero no ha sido as¨ª con D¨ªa.
Dice, con media sonrisa, que desde el bombazo que supuso el estreno de Las horas se propuso evitar escribir cualquier cosa que pudiera ser adaptada a la gran pantalla, pero su nuevo libro muestra una fuerte veta cinematogr¨¢fica. ¡°Pienso en im¨¢genes y luego trato de traducirlas en acci¨®n y di¨¢logo. Quer¨ªa que D¨ªa tuviera un ritmo r¨¢pido y que fuera un libro breve. La cuesti¨®n que me plante¨¦ era contar una historia muy particular donde viven unos personajes concretos, sobre algo que ocurri¨® a nivel global¡±. No hay referencias directas a la covid, que finalmente es un tel¨®n de fondo sobre la meditaci¨®n de Cunningham en torno a las relaciones en un c¨ªrculo familiar. Una historia de amor no rom¨¢ntico.
D¨ªa va creando breves escenas y capas en las que no faltan referencias literarias a Lily, la hero¨ªna de La casa de la alegr¨ªa de Edith Wharton, a George Eliot y El molino de Floss, o a Vivian Gornick y su ensayo sobre el fin de la novela de amor, que en el libro los alumnos han pasado de leer ¡ª¡±respeto mucho a Vivian pero eso no significa que est¨¦ completamente de acuerdo con todo lo que dice en ese ensayo¡±, dice risue?o¡ª. Al fin y al cabo, ¨¦l ense?a literatura y tiene una capacidad notable para insuflar nueva vida a conflictos que podr¨ªan parecer congelados en las p¨¢ginas. ¡°Hay algo muy inusual en la escritura y es que consiste en recolocar elementos que ya existen: las palabras. A partir de un mismo diccionario, Virginia Woolf escribi¨® Al faro y Toni Morrison Beloved. Eso es lo que tratamos en mi clase¡±, afirma.
?D¨ªa es su reflexi¨®n sobre el amor fraternal? ¡°La historia de amor central es la de Dan, el marido de Isabel, y Robbie, su cu?ado. No quer¨ªa que fuera la historia de un hombre gay enamorado de un heterosexual porque ya ha habido mucho de eso, sino de una amistad intensa entre dos hombres. Porque no se ha escrito bastante de esto, como tampoco de la indiferencia que puede sentir una mujer ante su maternidad, como pas¨® con Las horas¡±. Las relaciones fraternales est¨¢n en todo caso en el centro de la novela, y en ellas parece que siempre hay un componente de poder. ¡°Bueno, me gusta mucho esa frase de Oscar Wilde que dice que todo en la vida trata sobre sexo, excepto el sexo, que trata sobre poder¡±.
?Cu¨¢l siente que es la principal diferencia entre los personajes de ficci¨®n y las personas reales? ?La ficci¨®n permite a un autor ser m¨¢s benevolente y te?ir las cosas de un tono menos agrio? ¡°Me gusta pensar que las diferencias no son tan grandes como las similitudes. Un novelista trata de destilar la esencia de la gente real, y apunta el chorro de su manguera hacia los recados, o las conversaciones huecas para tratar de llegar a lo que de verdad est¨¢ pasando¡±, reflexiona. ¡°Un escritor puede profundizar en un personaje de forma muy intensa. Yo siento que conozco mejor a Leopold Bloom y a Anna Karenina que a muchas personas de carne y hueso. Fitzgerald dec¨ªa que los escritores no deben amar a sus personajes demasiado y no deben odiarlos en absoluto¡±.
A?ade Cunningham que cuando sus alumnos en Yale dicen que no les gusta un personaje, ¨¦l trata de explicarles que quiz¨¢ lo que ocurre es que el autor no logr¨® hacerlos ¡°legibles¡±. La literatura para este autor y profesor tiene un fuerte componente de humanidad y empat¨ªa. ¡°Los escritores a quienes respeto comprenden que cada uno es el h¨¦roe de su propia historia, aunque haya hecho cosas terribles. Escribir sobre alguien conlleva dispensar un cierto tipo de perd¨®n: puede que cometieras alguna barbaridad, pero no est¨¢s fuera de la comprensi¨®n humana¡±.
Uno de los personajes de D¨ªa es profesora de literatura en la Universidad de Columbia y en su clase aparece el eco de las discusiones recientes sobre el lugar preeminente que ocupan determinadas obras y autores. ¡°Hace ya tiempo que se cuestiona el canon, y esos grandes libros escritos por hombres blancos. Es un debate interminable, pero creo que ahora hay un intento genuino de incluir m¨¢s diversidad, los tipos blancos contaron esas historias y otra gente cont¨® otras. Se est¨¢ construyendo un nuevo canon para el futuro, si es que llegamos a ¨¦l¡±, concluye.
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