¡®Solo para m¨ª¡¯: la implacable salida de una relaci¨®n violenta tras un grueso retrato de amor t¨®xico
La cineasta francesa Val¨¦rie Donzelli se desenvuelve mucho mejor en la esperanza de libertad que en el infierno de la vejaci¨®n
¡°?C¨®mo funciona la memoria?¡±, se pregunt¨® Sidney Lumet a la hora de abordar su pel¨ªcula El prestamista, en la que un superviviente de un campo de exterminio jud¨ªo lucha cada d¨ªa contra el poder de su propia mente, que le devuelve im¨¢genes del pasado que en modo alguno quiere recibir. Lumet se cuestion¨® algo m¨¢s: ?c¨®mo mostrar eso en t¨¦rminos f¨ªlmicos? La respuesta, tal y como describe en su formidable libro As¨ª se hacen las pel¨ªculas, la encontr¨® en forma de planos tan breves que al espectador casi le cuesta asimilarlos; continuos insertos que se abalanzan en montaje entre el flujo natural de la secuencia en presente, de entre cuatro y seis fotogramas (ya saben: el cine es 24 fotogramas por segundo); r¨¢fagas de dolor procedentes del pret¨¦rito, inevitables consecuencias de una violencia que se pretende dejar atr¨¢s, pero que resulta imposible de arrinconar del todo.
Val¨¦rie Donzelli comienza su ¨²ltima pel¨ªcula, Solo para m¨ª, con el mismo recurso de montaje cinematogr¨¢fico de Lumet. Pero para contar otro tipo de agresi¨®n: el de una mujer que durante a?os ha sido v¨ªctima de una relaci¨®n t¨®xica de pareja que desemboca en maltrato psicol¨®gico y f¨ªsico. Una imposibilidad de olvidar que Donzelli vertebra con semejantes r¨¢fagas, esta vez de lo que parecen unos ¨¢rboles en una carretera: el camino de la huida quiz¨¢ definitiva en lo f¨ªsico, pero que a¨²n est¨¢ por confirmarse en lo mental.
La directora francesa, con una carrera decadente desde su segunda pel¨ªcula, la portentosa Declaraci¨®n de guerra (2011), desgarrada autobiograf¨ªa coescrita con J¨¦r¨¦mie Elka?n sobre su experiencia como pareja en la vida real, lidiando ambos con el tumor cerebral de su hijo de dos a?os, e interpretada por ellos mismos, levanta un tanto el vuelo con Solo para m¨ª, basada en una novela de ?ric Reinhardt que ha adaptado junto a la tambi¨¦n directora Audrey Diwan, la autora de El acontecimiento. Eso s¨ª, ¨²nicamente sube el nivel en la segunda parte de la historia, la del proceso de separaci¨®n afectiva desde su estancia en un hospital, mucho m¨¢s lograda que la primera: la de las microagresiones que se van haciendo cada vez m¨¢s relevantes, hasta desembocar en el maltrato. Donzelli y Diwan se desenvuelven mucho mejor en la esperanza de libertad que en el infierno de la vejaci¨®n.
Muy ambiciosa por su amplio arco temporal, pues abarca desde el instante en que la pareja se conoce en una fiesta y se enrolla por primera vez, la pel¨ªcula toma de primeras un camino harto discutible: presenta a un hombre que desde el primer minuto en pantalla resulta insoportable; un imb¨¦cil de manual con el toque malencarado, chulesco y un tanto baboso que suele dar Melvil Poupaud a sus personajes; un tipo del que cualquiera saldr¨ªa por piernas al instante. En ese retrato masculino no hay un solo resquicio de positividad, y ello provoca que su relaci¨®n, m¨¢s que compleja, sea simplemente lo blanco contra lo negro, y eso en cine nunca acaba de funcionar. Debido a ello, las primeras elipsis tampoco son demasiado certeras: lo ama a las dos secuencias; se queda embarazada a los 20 minutos; dos hijos a la media hora. Se supone que la directora pretende retratar el t¨²nel del tiempo y del suplicio en el que ciertos hombres aprisionan a sus mujeres casi sin que nadie se d¨¦ cuenta, incluidas ellas. Pero el proceso y el dibujo de personajes nunca tiene la suficiente altura.
Ahora bien, narrada en retrospectiva a trav¨¦s de un hilo conductor en forma de conversaci¨®n con una mujer que tarda en saberse si es psic¨®loga de asuntos sociales o abogada o incluso juez, Solo para m¨ª est¨¢ mucho mejor contada en su proceso de repulsa y huida. Es ah¨ª cuando adem¨¢s acaba de fraguar el hecho de que la violencia de g¨¦nero no entiende de clases sociales ni de niveles culturales e intelectuales (ella es profesora de franc¨¦s; ¨¦l, ejecutivo de banca). Y en ese trecho postrero las emociones y las esperanzas resultan mucho m¨¢s pulidas. El camino hacia el arrinconamiento final de esos flashes en forma de recuerdos, que no permit¨ªan abrir nuevas rutas de sosiego e ilusi¨®n.
Solo para m¨ª
Dirección: Valérie Donzelli.
Intérpretes: Virginie Efira, Melvil Poupaud, Dominique Reymond, Virginie Ledoyen.
Género: drama. Francia, 2023.
Duración: 105 minutos.
Estreno: 20 de septiembre.
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