Madera de pino y 90.000 tejas para el primer tejado completo de la catedral de M¨¢laga en cinco siglos
El templo est¨¢ inmerso en una obra que cambiar¨¢ su perfil y solucionar¨¢ un problema heredado desde sus inicios: los estragos causados por el agua ante la ausencia de cubierta
Tras su paso por Italia, el burgal¨¦s Diego de Silo¨¦ (1495-1563) decidi¨® aplicar los conocimientos adquiridos en N¨¢poles para dar un aire atractivo a su nuevo proyecto: la catedral de M¨¢laga. Se convirti¨® en el primero de los muchos arquitectos que han intervenido en un templo que, con planta g¨®tica, estilo renacentista y remates barrocos, nunca ha sido terminado. La primera fase de obras se desarroll¨® durante el siglo XVI y el tejado qued¨® sin construir, lo que facilit¨® la entrada de agua al interior. Es un problema grave que se arrastra desde entonces, porque su segunda etapa constructiva, a lo largo del siglo XVIII, tampoco finaliz¨® el tejado completo. Al menos, la cubierta qued¨® entonces dibujada gracias al trabajo de Ventura Rodr¨ªguez. Ahora, tras m¨¢s de 200 a?os en un caj¨®n, esos planos han sido recuperados y reinterpretados por Juan Manuel S¨¢nchez la Chica y Adolfo de la Torre, arquitectos del estudio Marina. Ambos dirigen, desde hace un a?o, unas obras que por fin proteger¨¢n el monumento de la lluvia. ¡°Hoy esta casa se empieza por el tejado: hay que sacar el agua s¨ª o s¨ª¡±, sostienen los profesionales. De momento, son los ¨²ltimos en trabajar en el edificio. A la tercera ha sido la vencida.
Bajo la consciencia de la gravedad del problema, durante las ¨²ltimas d¨¦cadas ha habido distintas actuaciones para impermeabilizar el inmueble. La ¨²ltima, en 2009, cuando sus 23 b¨®vedas fueron recubiertas con plomo y ladrillo, soluci¨®n que elimin¨® buena parte de las filtraciones, pero no todas. Las goteras acumulan ya cinco siglos, con graves consecuencias para muros, techos y todos los bienes muebles que hay en el interior. Los desprendimientos obligaron a instalar unas redes en 2003 que serv¨ªan para proteger cuadros y esculturas, pero tambi¨¦n a los casi 700.000 visitantes anuales que hacen del templo el monumento m¨¢s visitado de M¨¢laga. Sin embargo, la malla no filtra el polvo que cae a medida que la piedra se va deshaciendo por la humedad, que se convierte en un ecosistema perfecto para hongos e insectos.
¡°La actuaci¨®n no admite demora¡±, advert¨ªa Francisco Rodr¨ªguez, profesor de Historia del Arte de la Universidad de M¨¢laga, en 2021. La urgencia llev¨® al Obispado de M¨¢laga a lanzarse a la b¨²squeda de financiaci¨®n para dar una soluci¨®n definitiva. Unicaja, la Diputaci¨®n de M¨¢laga y la Junta de Andaluc¨ªa han puesto buena parte de los 17,5 millones que cuesta la obra. ¡°Hab¨ªa que hacerla y esta ser¨¢ la soluci¨®n definitiva¡±, explican con orgullo desde la Di¨®cesis de M¨¢laga, donde destacan las aportaciones a los trabajos ¡°de la gente, que as¨ª tambi¨¦n siente implicada¡±.
Juan Manuel S¨¢nchez la Chica y Adolfo de la Torre trabajan para el Obispado malague?o desde 2011 y cuando asumieron el reto de construir la cubierta de la catedral, ya en 2017, estudiaron a fondo el proyecto de Ventura Rodr¨ªguez. ¡°Nos dimos cuenta de que no era una simple idea, sino que estaba perfectamente adaptado a las dimensiones del edificio, a su geometr¨ªa y otros elementos como sus bajantes¡±, explica S¨¢nchez la Chica. Nada de eso ha cambiado en 200 a?os, as¨ª que se preguntaron: ?para qu¨¦ reinventar si podemos hacer utilizar lo que ya est¨¢ hecho? ¡°El arquitecto a veces crea desde el principio y otras veces interpreta, como un actor, un m¨²sico o un traductor. Tambi¨¦n hay creaci¨®n art¨ªstica porque lo haces tuyo y lo adaptas, como en este caso, a la tecnolog¨ªa actual¡±, indica el especialista mientras camina por las b¨®vedas exteriores, a m¨¢s de 40 metros de altura. Para llegar hasta all¨ª hay que subir escaleras interiores y atravesar terrazas intermedias donde numerosos obreros trabajan y varios especialistas se encargan de restaurar distintos espacios.
El hito m¨¢s vistoso de las obras ser¨¢ el tejado superior, porque cambiar¨¢ el perfil del templo. Para construirlo se est¨¢ levantando una estructura de 1.200 metros c¨²bicos de madera de pino radiata procedente del Pa¨ªs Vasco. Los trabajos han arrancado por la nave barroca para ir cerrando hacia la girola, que se completar¨¢ con una decena de nuevos pedestales que, adem¨¢s de una funci¨®n est¨¦tica, tienen otra estructural. Despu¨¦s se avanzar¨¢ hacia la fachada principal, donde se prev¨¦ reconstruir un front¨®n de piedra ¡ªuna de las ¨²ltimas novedades del proyecto¡ª para encajar las piezas de manera m¨¢s org¨¢nica. Todo ir¨¢, adem¨¢s, envuelto en una nueva balaustrada que sigue el dise?o original. El tejado llevar¨¢ 90.000 tejas ¡ªcuyo dise?o es una reinterpretaci¨®n de la cl¨¢sica romana¡ª de cer¨¢mica vidriada. Sus colores ser¨¢n el blanco siglo XVI y el marr¨®n miel, como la cercana iglesia del Sagrario. Est¨¢n fabricadas por Cumella, hist¨®rica empresa catalana que ya restaur¨® el Park G¨¹ell. A medida que se realice la cubierta se ir¨¢ eliminando la actual impermeabilizaci¨®n de las c¨²pulas. Se quitar¨¢n sus dos pieles ¡ªel ladrillo ya eliminado y una segunda de plomo¡ª y se restaurar¨¢n para devolverlas a su estado original.
Centro de interpretaci¨®n
La actuaci¨®n completa va a proteger unos 3.000 metros cuadrados y generar¨¢ un espacio interior que ser¨¢ visitable. Est¨¢ previsto instalar un centro de interpretaci¨®n donde dar a conocer toda la historia constructiva de la catedral. Contar¨¢ con pasarelas sobre las b¨®vedas. ¡°Abrir esta zona al p¨²blico es incre¨ªble¡±, subraya S¨¢nchez la Chica, quien lo compara como caminar sobre un yacimiento arqueol¨®gico. Es justo lo que encontraron cuando estudiaron el subsuelo donde se instal¨® la gran gr¨²a que ejecuta los trabajos en altura, donde los arque¨®logos han hallado evidencias de ocupaciones tan antiguas que han cambiado la historia de la ciudad.
De manera paralela, los trabajos tambi¨¦n actuar¨¢n en las terrazas intermedias, donde prev¨¦ restaurar el viejo revestimiento provisional del siglo XVIII y se instalar¨¢ una nueva cubierta catalana para proteger del agua. ¡°Cada paso que damos es un gran ejercicio de responsabilidad: es como si tuvi¨¦ramos al lado a todos los arquitectos que han pasado por la catedral, presionando de alguna manera para continuar su legado¡±, sostiene S¨¢nchez la Chica. Con las dificultades a?adidas por la burocracia y la protecci¨®n del edificio, declarado Bien de Inter¨¦s Cultural.
Entre las novedades del proyecto tambi¨¦n se incluye la recuperaci¨®n de cuatro escaleras de piedra que estaban ocultas bajo las losas de barro y la cubierta de la sacrist¨ªa. ¡°Y no hay que olvidar uno de los pasos m¨¢s importantes, los bajantes: su construcci¨®n significa salvar la catedral¡±, indica el arquitecto. Ser¨¢n tres y vienen a completar los ya realizados en las dos etapas constructivas. El primero ya ha sido realizado: es una sorprendente perforaci¨®n de 18 metros por el interior de los muros. Su papel es b¨¢sico. Ahora el agua caer¨¢ de la cubierta a las terrazas intermedias a trav¨¦s de los bajantes interiores y los exteriores de cobre. Desde ah¨ª el 80% correr¨¢ por dentro de los muros hasta el saneamiento municipal, mientras que el resto caer¨¢ a la calle a trav¨¦s de las g¨¢rgolas existentes en la girola. Est¨¢ previsto que las obras est¨¦n finalizadas entre 2025 y 2026, poco antes de que en 2028 se celebre el quinto centenario de la catedral.
El debate de concluir las obras
La finalización de la cubierta significará un antes y un después para la catedral de Málaga. Lo será desde el punto de vista estético, porque desde lejos —como en los miradores de Gibralfaro— su perfil será diferente al de los últimos cinco siglos. Y también porque permitirá arrancar procesos, como los trabajos de restauración de los techos interiores, hasta ahora imposibles de mejorar por las humedades. Juan Manuel Sánchez la Chica cree, eso sí, que también sería beneficioso acabar las cuatro torres que franquean las puertas de crucero —originalmente se levantaban nueve metros más— para dar mayor presencia al templo desde el puerto. Y, mientras, la ciudad mantiene abierto el debate sobre si se debe construir la segunda torre, que quedó sin hacer y por el que el inmueble se ganó su sobrenombre de la manquita. Hay voces a favor y en contra. El tiempo resolverá las dudas.
Babelia
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