¡®Megal¨®polis¡¯, una obra maestra
El escritor Manuel Vilas defiende el ¨²ltimo filme de Coppola como cine de alto riesgo sin ninguna concesi¨®n
Al leer las demoledoras cr¨ªticas y los palos que est¨¢ recibiendo la ¨²ltima pel¨ªcula de Francis Ford Coppola me pregunto si nos hemos olvidado de que el cine fue imagen y riesgo. ?Se acuerdan ustedes de c¨®mo comenzaba Un perro andaluz de Luis Bu?uel, con aquella navaja de afeitar seccionando un globo ocular? Las primeras im¨¢genes de Megal¨®polis son el ojo seccionado de Bu?uel de este 2024, pues muestran a Adam Driver (en la pel¨ªcula recibe el nombre de C¨¦sar) deteniendo el tiempo, en la cima de un rascacielos, deteniendo una ca¨ªda al vac¨ªo. Exactamente lo mismo que hizo Bu?uel con su ojo sangrante: guillotinar el tiempo, agujerear la realidad, romper el pacto tradicional con el espectador. Si Un perro andaluz es una obra maestra, cosa que nadie discute, Megal¨®polis tambi¨¦n lo es, y por las mismas razones. Se llevan casi 100 a?os, y son dos pel¨ªculas de una genialidad no apta para las sensibilidades convencionales de cada ¨¦poca: los a?os veinte del pasado siglo en el caso de Bu?uel; los a?os veinte de este siglo en el caso de Coppola.
?Tiene argumento Un perro andaluz? Porque a Megal¨®polis se le est¨¢ recriminando que el argumento sea confuso, que no se entienda la trama. ?Hay alguien en este mundo que entienda la trama de este mismo mundo? Si Bu?uel desde?¨® la trama fue porque la historia de los seres humanos no tiene trama, pero s¨ª tiene algo m¨¢s importante y salvaje: im¨¢genes y fragmentos y hombres y mujeres haciendo cosas. Megal¨®polis es, adem¨¢s, una pel¨ªcula bell¨ªsima. Es muy feliniana en su concepci¨®n est¨¦tica. Es cine con may¨²sculas. Un hombre de 85 a?os, la edad de Coppola, est¨¢ haciendo el cine m¨¢s moderno e interesante de la actualidad.
A Coppola le est¨¢n censurando exactamente lo mismo que en su d¨ªa censuraron a Luis Bu?uel. Dicen que te aburres viendo Megal¨®polis, que es pretenciosa, que la mezcla de ciencia ficci¨®n con el imperio romano es delirante. Claro que es delirante, pero acaso este mundo que tenemos enfrente no es un delirio. Yo me aburro con los dramas sociales, sentimentales, sopor¨ªferos y buenistas de la mayor¨ªa de las pel¨ªculas que tanto gustan a la cr¨ªtica actual. Con los thriller ya ni lo intento. Que haya gente que piense que en el mundo hay millones y millones de asesinos en serie¡ en fin, dej¨¦moslo all¨ª.
Y con Coppola no solo no me aburro, sino que todo es una sorpresa, una iron¨ªa, otra vuelta de tuerca, otro riesgo, otra exploraci¨®n del abismo. Coppola trata al espectador con respeto. No hay ni una sola concesi¨®n a la trivialidad ni a la funcionalidad ni a la alienaci¨®n moral en este filme. En Megal¨®polis hay una reflexi¨®n circular de la historia, una recreaci¨®n del mito nietzscheano del ¡°eterno retorno de lo mismo¡± espectacular. Coppola ha sabido filmar la filosof¨ªa de Nietzsche. El hallazgo maravilloso de la detenci¨®n del tiempo es el gran prodigio de esta cinta. Solo en el cine puede suspenderse el tiempo y mezclar el imperio romano con el futuro de los Estados Unidos. Solo en una obra maestra el tiempo no importa. Es que ya nadie recuerda a T. S. Eliot, el poeta que nos dijo que ¡°El tiempo presente y el tiempo pasado / acaso est¨¢n presentes en el tiempo futuro¡±, que es la filosof¨ªa que anima esta pel¨ªcula. Lo que no soportan de Coppola es la poes¨ªa sin concesiones, la imaginaci¨®n disolvente de toda convenci¨®n art¨ªstica de su cine. En estos momentos Coppola, con su Megal¨®polis, es el mejor cineasta del mundo.
Babelia
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