El regreso de Cuchifrit¨ªn, el hermano travieso de Celia
La Biblioteca Elena Fort¨²n de la editorial Renacimiento inicia el rescate de los libros que la c¨¦lebre escritora dedic¨® a los otros ni?os de la familia G¨¢lvez
Su nombre era Juan Antonio G¨¢lvez, pero desde que lleg¨® al mundo se refer¨ªan a ¨¦l como Baby y, cuando ya estaba m¨¢s crecido, su hermana mayor, la inolvidable Celia, le cambi¨® el apodo por Cuchifrit¨ªn, que tiene un eco a cochifrito y que le ven¨ªa ¡°pintiparado¡±, seg¨²n su abuelo. El ni?o naci¨® cuando la so?adora y dispuesta Celia ten¨ªa siete a?os, en las p¨¢ginas de Celia y sus amigos, la quinta entrega de la serie de novelas infantiles de Elena Fort¨²n, seud¨®nimo de Encarnaci¨®n Aragoneses (1886-1952). Pronto las aventuras y travesuras del peque?o tomaron entidad propia.
Las andanzas, ocurrencias, desaguisados y disparates de Cuchifrit¨ªn llegaron, como ocurri¨® con su hermana, primero a la revista Gente Menuda entre 1932 y 1933 y m¨¢s adelante quedaron reunidos en los libros, en su caso cuatro, publicados por la editorial Aguilar. El primero, Cuchifrit¨ªn, el hermano de Celia, sali¨® originalmente en 1935 y fue reeditado en los cuarenta, en los cincuenta, en los ochenta y la ¨²ltima vez en 1993, divirtiendo a sucesivas generaciones de peque?os lectores que desconoc¨ªan la verdadera identidad de la autora y su dura vida. Ahora, el primer libro de Cuchifrit¨ªn ha vuelto bajo el sello de Renacimiento en una edici¨®n a cargo de Mar¨ªa Jes¨²s Fraga que presenta tres episodios (Regalos de Pascuas, El d¨ªa de Nochebuena y El concurso) que no estaban incluidos anteriormente. Hoy Fort¨²n ha perdido parte de su halo de misterio gracias, en primer lugar, al trabajo de Marisol Dorado ¡ªque rescat¨® el ya m¨ªtico volumen sobre la vida de la hero¨ªna infantil durante la Guerra Civil, Celia en la revoluci¨®n, y escribi¨® la primera biograf¨ªa de la escritora¡ª, y gracias tambi¨¦n a los estudios posteriores y epistolarios, como el que la creadora de Celia y su amiga la autora argentina In¨¦s Field mantuvieron y que tambi¨¦n han sido publicados por Renacimiento con edici¨®n de Nuria Capdevila-Arg¨¹elles.
Este proyecto editorial de Renacimiento empez¨® con la recuperaci¨®n de las obras escritas por Elena Fort¨²n en el exilio y sus trabajos menos conocidos. Hace cuatro a?os el sello comenz¨® a reeditar los populares libros de Celia, que a tantas ni?as espa?olas han entretenido desde 1928, y ahora rescata a Cuchifrit¨ªn. ¡°Nos lo demandaba mucha gente porque son libros muy divertidos¡±, apunta Fraga, y adelanta que tras los tres t¨ªtulos restantes de Cuchifrit¨ªn, que ir¨¢n saliendo pr¨®ximamente, seguir¨¢n ¡°algunas otras cosas que no tienen que ver con Celia¡±, para completar una lista que contar¨¢ con m¨¢s de 20 t¨ªtulos.
Pero ?por qu¨¦ lleg¨® Fort¨²n a Cuchifrit¨ªn? ¡°A medida que Celia crec¨ªa y maduraba se iba alejando de las aventuras infantiles, que la autora recupera con este ni?o¡±, explica Mar¨ªa Jes¨²s Fraga, fil¨®loga experta en la obra de Aragoneses y responsable de la Biblioteca Elena Fort¨²n. Cuchifrit¨ªn tiene, seg¨²n la estudiosa, algo de Tint¨ªn o Guillermo Brown, personajes de literatura infantil y juvenil que no cambian, ni crecen en sus series. El peque?o G¨¢lvez ¡°repite las mismas locuras¡± en todos los libros. Es menos lector y quijotesco que su hermana, siempre empe?ada en corregir los males del mundo, lo suyo son guerreros y sue?os de convertirse en un tigre. ¡°Cuchifrit¨ªn aporta un humor m¨¢s divertido que Celia, tiene m¨¢s desenfado y es m¨¢s loquillo, muy intuitivo, organiza m¨¢s estropicios, aunque comparte la misma ingenuidad que Celia y ella le influye mucho¡±, subraya Fraga. Si Celia lleva a los lectores a dudar y a pensar, y no solo a divertirse, ¡°a Cuchifrit¨ªn con un tirachinas le da igual todo¡±.
El nuevo h¨¦roe infantil de las aventuras que describe Fort¨²n est¨¢ marcado por los traslados desde Par¨ªs, donde no quiere ser un ni?o espa?ol en Francia, hasta Segovia o las Arenas, con distintos familiares. ¡°Con ¨¦l llega la rama materna de la familia, y hay nuevos escenarios¡±, destaca Fraga. ¡°Ah¨ª sale todo lo segoviano que Fort¨²n amaba y que le permite desmenuzar la vida en una ciudad de provincias¡±. La escritora pas¨® sus veranos en Ortigosa del Monte y ese era el lugar al que se sent¨ªa m¨¢s vinculada.
Si detr¨¢s del nacimiento de la escritora Elena Fort¨²n est¨¢ el impulso que Mar¨ªa Lej¨¢rraga le dio a esta autora, que ya era una socia muy activa del legendario Lyceum Club Femenino de Madrid que cre¨® Mar¨ªa de Maeztu en 1926 ¡ªun ambiente y un grupo de lice¨®manas maravillosamente descrito en las conferencias que Carmen Mart¨ªn Gaite ofreci¨® en la Fundaci¨®n Juan March sobre Fort¨²n y el mundo de Celia, y que han quedado recogidas recientemente en el volumen De viva voz (Siruela), editado por Jos¨¦ Teruel¡ª, detr¨¢s de la llegada de Cuchifrit¨ªn a la p¨¢gina hay tambi¨¦n una historia de amistad.
La muerte a los 10 a?os, en 1920, de Bol¨ªn, hijo de Aragoneses y su esposo, Eusebio Gorbea, un militar con inquietudes teatrales y pr¨®ximo a los c¨ªrculos intelectuales del momento, fue un punto de inflexi¨®n, ¡°un batacazo grave contra la realidad¡±, como lo describe Mart¨ªn Gaite. Una pareja de buenos amigos (ella, Mercedes mantuvo correspondencia con Fort¨²n hasta el final de su vida, en los a?os cincuenta) les anim¨® entonces a pedir como destino Canarias y finalmente los Gorbea lograron pasar all¨ª un tiempo destinados. En Canarias ser¨¢ donde el hijo de esta pareja amiga siembre en Aragoneses (que a¨²n tardar¨¢ un tiempo en revelarse como Fort¨²n) el personaje que a?os despu¨¦s cuaja en Cuchifrit¨ªn. As¨ª lo dice en la dedicatoria impresa: ¡°A F¨¦lix D¨ªez Hern¨¢ndez, cuyas ocurrencias infantiles han inspirado las suyas, m¨¢s de una vez, a Cuchifrit¨ªn¡±.
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