Unos Premios Princesa de Asturias contra el totalitarismo y por la humanidad
Los galardones anuales, que congregaron en el Teatro Campoamor de Oviedo a la Familia Real, premiados y autoridades, se convirtieron en un alegato por la democracia y el civismo
¡°?Pero no ten¨ªa Goebbels un doctorado en filosof¨ªa? ?El doctor Mengele no hab¨ªa hecho el juramento hipocr¨¢tico?¡±, se pregunt¨® Marjane Satrapi, premio Princesa de Asturias de Comunicaci¨®n y Humanidades. La autora franco-iran¨ª pudo finalmente asistir a la ceremonia de entrega de los premios despu¨¦s de haber cancelado su presenci...
¡°?Pero no ten¨ªa Goebbels un doctorado en filosof¨ªa? ?El doctor Mengele no hab¨ªa hecho el juramento hipocr¨¢tico?¡±, se pregunt¨® Marjane Satrapi, premio Princesa de Asturias de Comunicaci¨®n y Humanidades. La autora franco-iran¨ª pudo finalmente asistir a la ceremonia de entrega de los premios despu¨¦s de haber cancelado su presencia durante los actos de la semana previa por graves problemas familiares. Y una vez aqu¨ª, en Oviedo, en el discurso m¨¢s potente y visceral de la velada, ha reflexionado sobre eso que nos hace humanos: no solo la compasi¨®n, sino tambi¨¦n la violencia.
¡°Entre lo que los bi¨®logos denominan animales aut¨¦nticos, es decir, los mam¨ªferos, el hombre es el ¨²nico que mata a su hembra¡±, a?adi¨®. La educaci¨®n, como mostr¨® en esas preguntas que se hizo al principio, no siempre nos hace mejores. Quiz¨¢s es que la entendemos mal: ¡°Quiz¨¢s antes de educar a nuestros hijos para que tengan ¨¦xito econ¨®mico y social, debi¨¦ramos ense?arles que el verdadero ¨¦xito radica ante todo en el humanismo¡±, dijo la autora. Y a?adi¨®: ¡°El hombre por s¨ª solo no sobrevive en la naturaleza. Solo sobrevive junt¨¢ndose con otros y creando sociedades. Y la condici¨®n sine qua non para lograrlo es la empat¨ªa¡±.
Repleta de reflexiones sobre la humanidad, la solemne ceremonia de los Premios Princesa de Asturias tuvo lugar este viernes, como todos los oto?os, en el Teatro Campoamor de Oviedo, en presencia de las ¨¦lites pol¨ªticas y culturales, nacionales y regionales: Francina Armengol, presidenta del Congreso; Pedro Roll¨¢n, del Senado, y C¨¢ndido Conde-Pumpido, del Tribunal Constitucional. Ministros como Pilar Alegr¨ªa, de Educaci¨®n; Diana Morant, de Ciencia; o Ernest Urtasun, de Cultura. O el jefe de la oposici¨®n, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, del PP. Todos pasaron por la alfombra azul oscuro de entrada al teatro, alrededor de la cual se arremolinaron periodistas y curiosos bajo una lluvia fina e intermitente, muy asturiana, que finalmente fue respetuosa.
En la cercana plaza de la Escandalera estuvieron presentes las tambi¨¦n tradicionales manifestaciones republicanas (ondearon banderas tricolor y palestinas), opacadas con tanta gaita (desfilan por las calles de Oviedo 24 bandas de gaiteros y 10 grupos folcl¨®ricos, un pasacalle de m¨¢s de 800 personas).
Ceremonia solemne
La reina Sof¨ªa, como es tradicional, se sent¨®, ovacionada, en un palco lateral. Despu¨¦s lleg¨® la entrada de la Familia Real, que presidi¨® junto con el presidente del Principado, Adri¨¢n Barb¨®n, y la de la Fundaci¨®n Princesa de Asturias, Ana Isabel Fern¨¢ndez. Una vez abierto el acto (tras el himno nacional interpretado, c¨®mo no, a la gaita), los premiados aparecieron al son de la fanfarria Ayres for Cornetts and Sagbuts, de John Adson, compositor del primer Barroco ingl¨¦s. Subida de decibelios y jaleos para Joan Manuel Serrat, Carolina Mar¨ªn y Marjane Satrapi. A un lado de la escena se encontraban las estatuas trofeo, dise?adas en su d¨ªa por Joan Mir¨® para los premios, de ocho kilos de peso cada una. Todav¨ªa se realizan y numeran artesanalmente en el taller en el que trabajaba el artista catal¨¢n.
Otro catal¨¢n, Joan Manuel Serrat, premio de las Artes, hizo un manifiesto ontol¨®gico sobre su persona, con el que se podr¨ªa hacer una canci¨®n: ¡°Soy una persona partidaria de la vida¡±. ¡°No me gusta ser testigo de atrocidades sin un¨¢nimes y contundentes respuestas¡±. ¡°No me conformo al ver los sue?os varados en la otra orilla del r¨ªo¡±. Y luego, cuando nadie en el p¨²blico lo esperaba, hizo lo que mejor sabe hacer: cantar una canci¨®n, acompa?ada al viol¨ªn. Uno de sus cl¨¢sicos: Aquellas peque?as cosas.
En su discurso, la poeta Ana Blandiana, premio de las Letras, hizo un breve repaso por la historia antigua y reciente de su pa¨ªs, Rumania, esa ¡°latinidad, exiliada en el otro extremo del continente¡±, con especial hincapi¨¦ en el r¨¦gimen comunista, y se hizo una pregunta cl¨¢sica: ?Puede la poes¨ªa salvar el mundo? ¡°Por incre¨ªble que parezca, durante las d¨¦cadas de los cincuenta y sesenta del siglo pasado, en las c¨¢rceles comunistas de Rumania se produjo una aut¨¦ntica resistencia a trav¨¦s de la poes¨ªa¡±, se respondi¨®.
Como estaban prohibidos el l¨¢piz y el papel en las c¨¢rceles comunistas, hac¨ªan falta tres personas para el hecho po¨¦tico: la que compon¨ªa el poema, la que lo memorizaba y la que lo transmit¨ªa en morse. As¨ª se compusieron miles de poemas viajeros entre celdas y prisiones. ¡°Se recurr¨ªa a la poes¨ªa como medio de salvaci¨®n¡±. Blandiana concluy¨® con una curiosa comparaci¨®n entre monarqu¨ªa y poes¨ªa. Este premio, dijo, ¡°combina el misterio de la poes¨ªa y el misterio de la realeza, tan extra?amente relacionados entre s¨ª en la medida en que la gente, sin entenderlos y sin saber para qu¨¦ sirven, siente que sin ellos todo ser¨ªa menos bello y menos bueno¡±.
¡°El zorro sabe muchas cosas, el erizo sabe una ¨²nica cosa importante¡±, se?al¨® una vez el pensador Isaiah Berlin. Su bi¨®grafo, Michael Ignatieff, premio de Ciencias sociales, parti¨® de esta distinci¨®n para hilar su discurso, en el que reflexionaba sobre sus m¨¦ritos para este galard¨®n. Dada su polimat¨ªa (profesor, escritor, periodista, acad¨¦mico, pol¨ªtico), se considera un zorro. Pero con matices: ¡°Algunos zorros envidian la tenacidad constante y resuelta del erizo, junto con su capacidad de enroscarse como una bola y mostrar sus p¨²as cuando se enfrenta a quienes lo atacan. Soy uno de esos zorros que siempre dese¨® ser un erizo¡±, sentenci¨® el canadiense, en el discurso m¨¢s personal del evento. ¡°Gracias, alteza, usted ha hecho feliz a un viejo zorro¡±.
¡°No me gusta ser testigo de atrocidades¡±
Los premiados, los que tomaron la palabra y tambi¨¦n Daniel J. Drucker, Jeffrey M. Friedman, Jens Juul Holst y Svetlana Mojsov (premio de Investigaci¨®n Cient¨ªfica y T¨¦cnica), Carolina Mar¨ªn (Deportes), Cristina de Middel, Thomas Dworzak y Olivia Arthur, de la agencia Magnum Photos (Concordia), y Mario Jabonero, secretario general de la Organizaci¨®n de Estados Iberoamericanos (Cooperaci¨®n Internacional), subieron al escenario por turnos recibiendo el preciado diploma de manos de la princesa Leonor, envueltos en ovaciones. En el patio de butacas, la cantante Ana Bel¨¦n, sentada al lado de V¨ªctor Manuel, lloraba cual magdalena cuando Serrat brind¨® el diploma al p¨²blico. Los fot¨®grafos de Magnum salieron c¨¢mara en mano e hicieron, jocosamente, fotos al p¨²blico y entre ellos.
Tras los discursos de la Princesa de Asturias y el Rey, en el que la princesa elogi¨®, por primera vez (hasta ahora lo hac¨ªa el Rey), a los premiados y Felipe VI advirti¨® de los peligros de la polarizaci¨®n y la deshumanizaci¨®n, la Real Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo acompa?¨® con el pasacalles El Xarreru la salida de los galardonados por el pasillo central del teatro.