Abusos sexuales bajo el techo de Juan Goytisolo
Mona Achache sufri¨® la agresi¨®n de la pareja del escritor y lo narra en ¡®Little Girl Blue¡¯. No reniega del afecto hacia el que fue su abuelo, pero s¨ª del silencio que este le pidi¨®
La directora de cine Mona Achache ten¨ªa apenas 14 a?os cuando el hombre que era pareja de Juan Goytisolo se colaba en su habitaci¨®n para abusar de ella. Ocurr¨ªa durante sus vacaciones en Marraquech, adonde ella iba junto a su madre, Carole Achache, para visitar al padrastro de esta en su casa de la ciudad marroqu¨ª. Goytisolo era para ella no tanto uno de los grandes escritores espa?oles del siglo XX, voz potente de la literatura espa?ola desde los a?os cincuenta, sino simplemente su abuelastro. Un abuelastro que, seg¨²n ...
La directora de cine Mona Achache ten¨ªa apenas 14 a?os cuando el hombre que era pareja de Juan Goytisolo se colaba en su habitaci¨®n para abusar de ella. Ocurr¨ªa durante sus vacaciones en Marraquech, adonde ella iba junto a su madre, Carole Achache, para visitar al padrastro de esta en su casa de la ciudad marroqu¨ª. Goytisolo era para ella no tanto uno de los grandes escritores espa?oles del siglo XX, voz potente de la literatura espa?ola desde los a?os cincuenta, sino simplemente su abuelastro. Un abuelastro que, seg¨²n relata ella en su pel¨ªcula Little Girl Blue y en entrevista con EL PA?S, consinti¨® y pidi¨® silencio. Al igual que su madre.
Mona Achache (Par¨ªs, 43 a?os) no solo ha desvelado en su pel¨ªcula ¡ªque se puede ver en Filmin¡ª este episodio que ata?e al escritor espa?ol, sino que traza un escalofriante relato sobre los abusos que sufrieron tres generaciones de mujeres (ella, su madre y su abuela) dentro de un contexto de una tolerancia extrema ligada especialmente a la intelectualidad francesa y la mitificaci¨®n del genio. El sexo forzado con menores como privilegio de una clase escogida e incuestionable que gozaba de impunidad social.
Pregunta. ?Por qu¨¦ hizo esta pel¨ªcula?
Respuesta. Para responder al enigma del suicidio de mi madre.
Mona Achache responde desde su casa en Par¨ªs entre jornadas de montaje y preparaci¨®n de su siguiente proyecto. De antemano, advierte de que no quiere dar m¨¢s detalles de su episodio de abusos que los que est¨¢n en pantalla. Pero acepta hablar, reflexionar. Y explica el origen de la pel¨ªcula Little Girl Blue (as¨ª llamada por una canci¨®n de Janis Joplin que la acompa?a), que se present¨® en mayo en el festival de Cannes fuera de competici¨®n: cuando muri¨® su madre, que se ahorc¨® en 2016 junto a su biblioteca a los 63 a?os, Mona Achache encontr¨® 26 cajas de archivos llenos de fotos, audios y grabaciones que desconoc¨ªa por completo. ¡°Mi madre no dej¨® una carta de despedida, sino 26 cajas¡±.
Y fue as¨ª como empez¨® a conocerla de verdad. Y a comprenderla. ¡°Al abrirlas encontr¨¦ fotos de ella muy joven, sublime, llena de libertad, de insolencia, muy en contradicci¨®n con la dilapidaci¨®n f¨ªsica en la que cay¨®. Y necesit¨¦ comprender su itinerario. Ella misma hab¨ªa investigado su propia infancia y esa voz y esas fotos me dieron ganas de hacerla revivir¡±. Para ello, la directora de pel¨ªculas como El erizo (a partir de La elegancia del erizo, de Muriel Barbery) o Corazones valientes, contact¨® con Marion Cottillard, que prest¨® su cuerpo y su voz para ¡°desenterrar¡± a la fallecida Carole Achache y devolverla a la vida en un filme que combina t¨¦cnicas de documental y ficci¨®n. Ella es el eje sobre el que pivotar¨¢n tambi¨¦n las vidas de las tres generaciones de mujeres.
Desde el principio, su padre intent¨® disuadirla: ¡°Est¨¢s cargando con un peso que no deber¨ªas. Tu futuro no est¨¢ ah¨ª. Tu madre nunca logr¨® desembarazarse de eso y eso fue lo que la volvi¨® loca. Tu energ¨ªa debe estar en otro sitio, no en un intento de comprender lo incomprensible¡±, le advierte en la propia pel¨ªcula. Pero: ?Qu¨¦ era aquello que la volvi¨® loca, lo ¡°incomprensible¡±? Lo que descubri¨® Mona Achache es que su madre hab¨ªa sufrido abusos reiterados desde ni?a por parte del escritor Jean Genet, unos abusos consentidos por su propia madre, Monique Lange, la esposa de Juan Goytisolo.
Vayamos entonces m¨¢s atr¨¢s: Carole Achache nace en 1952 y crece en el ambiente m¨¢s selecto y desafiante de Par¨ªs, marcado por un ¡°deseo loco de libertad¡±, como escribi¨® ella misma; es hija de la escritora y editora de Gallimard Monique Lange, e hijastra de Goytisolo, que la quiere y trata como a una hija propia. La referencia a su verdadero padre es una carta en la que este aconseja a su madre c¨®mo abortar: ¡°Cuatro inyecciones de dos ampollas por dosis. Al noveno d¨ªa tiene que dar resultado. Debes decidir. Destruye esta carta¡±.
Pero ella naci¨®, vivi¨® y particip¨® de un ambiente en el que el colegio o el juego infantil eran lo de menos. Los d¨ªas y noches estaban llenos de charlas vibrantes, fiestas y encuentros con la cr¨¨me de la cr¨¨me de la intelectualidad parisina, desde Marguerite Duras a Albert Camus, Violette Leduc o Jean Genet. Ten¨ªa solo 11 a?os cuando Genet la empez¨® a citar e invitar a su hotel. La desaf¨ªa, le impone retos sexuales, compara sus felaciones con las de sus amantes para afearla y retarla. Mientras, su madre se siente orgullosa de que su hija haya sido elegida por el genio. La vida, adem¨¢s, ha puesto a Monique Lange ante una situaci¨®n inesperada: su marido, Juan Goytisolo, le ha confesado su homosexualidad y sus relaciones con hombres ¨¢rabes y ella, seg¨²n los testimonios recogidos, empieza a renunciar a su vida sexual cuando su hija Carole empieza a tener la suya. ¡°Viv¨ªa su sexualidad a trav¨¦s de m¨ª. Es como si nos fusion¨¢ramos en un mismo ser¡±, dir¨¢ Carole. Genet la destruy¨® ¡ªreconoce¡ª como hizo con su gran amor, un funambulista al que animaba a actuar de forma m¨¢s y m¨¢s peligrosa hasta que se accident¨® y luego se suicid¨®. A partir de los 16 a?os, en pleno Mayo del 68, Carole Achache empezar¨¢ a colarse por los agujeros del ¨¢cido, la hero¨ªna y la prostituci¨®n, muy lejos de unos estudios que ya burl¨® desde que iba a visitar a Genet a su hotel.
P. Su padre le advirti¨® de que hacer esta pel¨ªcula le iba a hacer cargar con un peso muy grande. ?Ha sido as¨ª?
R. S¨ª, pero todas las familias que portan secretos de familia viven bajo ese peso, sea tangible o invisible. Se hable de ellos o no, los traumas se transmiten de generaci¨®n en generaci¨®n y, llevados en silencio, son pesados. Algunos creen que, manteniendo esos silencios, el peso se evapora. Yo he decidido abrir esa caja simb¨®licamente y revelar esas historias para intentar comprender. Mi abuela transmiti¨® a mi madre ese peso y mi madre a m¨ª. Yo me ve¨ªa transmiti¨¦ndoselo a mi entorno y a mis hijas y pens¨¦: hace falta parar, ten¨ªa que cortar esa idea de maldici¨®n que nos persegu¨ªa. Por ello quise escribir sobre mi madre para comprenderla, con la esperanza de que esta pel¨ªcula sea tambi¨¦n un punto final y evite a mis hijos la carga recibida. Que puedan comprender de d¨®nde vienen, pero sin portar ese peso.
Y es que hay que ir a¨²n m¨¢s lejos para entender la maldici¨®n: si la ni?a Carole Achache sufri¨® abusos de Jean Genet con la complicidad de su propia madre, Monique Lange, esta hab¨ªa sido violada por una manada de hombres en los Sanfermines en los cincuenta. Y aquel esp¨ªritu de ¡°maldici¨®n¡± familiar se traslad¨® de abuela a madre y de madre a hija como una cadena imparable en la que ellas solo deb¨ªan aceptar. ¡°El fantasma de los abusos a mi abuela sobrevol¨® mi infancia hasta el punto de que crec¨ª con la idea t¨¢cita de que me acabar¨ªa pasando lo mismo. Porque siempre pasaba. Y que no era un drama, una tragedia, sino una fatalidad, un rito inici¨¢tico inevitable¡±, asegura la propia Mona Achache en la pel¨ªcula.
Y eso lleg¨®. Cuando Amir, como llama Achache al hombre que fue pareja de Goytisolo con la intenci¨®n de mantener su anonimato, empez¨® a colarse en su habitaci¨®n en las vacaciones en Marraquech, a los 14 a?os, Mona Achache se sinti¨® incapaz de decir que no. Al cont¨¢rselo a su madre, esta se derrumb¨® y le dijo que sab¨ªa que le pasar¨ªa, como a ella le hab¨ªa pasado, ¡°porque las mujeres de nuestra familia est¨¢n malditas¡±. Juan Goytisolo le dijo entonces que lo mantuviera en silencio. ¡°No le hice caso y romp¨ª mi relaci¨®n con Juan para salvar la que ¨¦l ten¨ªa con Amir¡±. Pero descubri¨® que su madre s¨ª mantuvo la relaci¨®n con su padrastro, repitiendo las ambig¨¹edades de su propia madre. ¡°Soy un pedazo de mierda eterna a los ojos de mi hija¡±, dir¨¢ despu¨¦s Carole, solo en las cajas que descubri¨® Mona Achache d¨¦cadas despu¨¦s, seg¨²n relata el filme.
P. ?Le ha servido hacer la pel¨ªcula?
R. Claramente s¨ª, ha sido una experiencia salvadora y terap¨¦utica. Es un punto final a una carga de dolor que yo deb¨ªa comprender para avanzar mejor. Mis hijas mayores [23 y 18 a?os, el peque?o tiene 10] la han visto y las he visto capaces de ver la historia de su abuela con orgullo y una distancia muy salvadora para ellas. Ha sido la forma de transmitirles su historia familiar. Las veo capaces de tomar lo que hay de bueno y dejar el resto, de tener claves para comprender a su propia abuela.
P. Y usted, ?ha logrado comprender?
R. S¨ª, he conseguido comprender aceptando la dimensi¨®n ambivalente de esta historia. Lo interesante es que la conclusi¨®n no puede nunca ser simplista, toda esa gente a la vez se amaba y se hac¨ªa da?o, se admiraba y se destru¨ªa.
P. ?Ya no cree en esa maldici¨®n?
R. No, no, en absoluto. Esa era la historia. Mi madre me dec¨ªa que las mujeres estamos malditas. Ella cre¨ªa en esa maldici¨®n y yo he crecido sinti¨¦ndome condenada. Lo sent¨ªa con una dimensi¨®n casi divina, superior, que superaba todo. Y lo que este trabajo me ha permitido comprender es que no hay maldiciones, sino condicionamientos que llevan a repetir los traumas. No creo en la maldici¨®n.
Mona Achache creci¨® ignorando el pasado de su madre y hoy ha logrado entender c¨®mo ella construy¨® su feminidad entre dos extremos de sexualidad: ¡°Yo sab¨ªa que mi abuela hab¨ªa abdicado de la sexualidad y ahora he sabido el pasado de prostituci¨®n de mi madre. Descubrirlo me ha dado claves sobre la forma en que fui educada como mujer¡±.
El caso de Mona y Carole Achache, que no es sino el caso de los abusos de la pareja de Goytisolo y de Jean Genet con el consentimiento de los adultos responsables, engarza con una atm¨®sfera de tolerancia extrema a la pederastia que se ha destapado en Francia a trav¨¦s de libros como El consentimiento, de Vanessa Springora, que narra los abusos del escritor y ped¨®filo confeso Gabriel Matzneff; La familia grande, de Camille Kouchner, hija del exministro Bernard Kouchner, sobre los abusos del polit¨®logo Olivier Duhamel a su hermano gemelo; o Nada se opone a la noche, en el que Delphine de Vigan descubre el incesto que su abuelo impuso a su hija (madre de la autora), que tambi¨¦n se suicid¨®. En su caso, era un empresario de la comunicaci¨®n.
¡°No creo que deliberadamente hubiera tolerancia a los abusos, pero hab¨ªa una idea de libertad dif¨ªcil de delimitar. M¨¢s all¨¢ de que esa libertad se convirtiera en abuso a un menor, hab¨ªa sobre todo un culto al genio literario que permit¨ªa todo¡±, asegura Mona Achache. ¡°No era tanto una cuesti¨®n de libertad a cualquier precio, sino de una libertad que se aceptaba bajo el principio de la genialidad. Mi abuela ten¨ªa una pasi¨®n loca por Jean Genet y le habr¨ªa dado todo, incluso a su hija¡±.
P. ?Usted conoci¨® a Genet?
R. No, en absoluto. Mi madre cort¨® la relaci¨®n con ¨¦l y eso fue siempre dif¨ªcil de comprender para m¨ª. No sab¨ªa por qu¨¦ hab¨ªa roto los puentes, por qu¨¦ le admiraba tanto a la vez, por qu¨¦ hab¨ªa fotos con ¨¦l en la casa de mi abuela. Y he podido comprender que una cosa no contradice la otra. Ella dec¨ªa que Genet le hab¨ªa estructurado su inteligencia. Sent¨ªa admiraci¨®n y rechazo por la misma persona.
P. Entonces, ?era un privilegio que un intelectual como ¨¦l le prestara atenci¨®n, que la eligiera?
R. S¨ª, por esa idea del genio. ?l estaba situado en un plano superior y eso no exclu¨ªa la conciencia de la dimensi¨®n abusiva de la relaci¨®n. Mi madre sab¨ªa que esa relaci¨®n la hab¨ªa destruido y a la vez se sent¨ªa privilegiada por haber sido elegida por un hombre como ¨¦l. Es la paradoja: aceptar la dimensi¨®n abusiva y reconocer que se siente privilegiada por una relaci¨®n particular.
P. ?Ha perdonado a su madre?
R. Claro que perdono. Pero este trabajo no es un juicio. Hablamos de Genet, de Goytisolo, de Monique Lange. Yo quer¨ªa describir lo bueno y lo malo de todas esas personas. No estoy ah¨ª para juzgar, lo que quer¨ªa era intentar comprender, explorar esa ambivalencia, esa pasi¨®n, esa contradicci¨®n, por qu¨¦ se puede tener pasi¨®n y asco por una misma persona. Estas historias est¨¢n llenas de matices y es dif¨ªcil avanzar con un veredicto simplista sobre ellas.
P. Usted rompi¨® la relaci¨®n con Goytisolo, con su abuelo. ?Nunca se reconcili¨® o le perdon¨®?
R. Lo que quiero decir de esta relaci¨®n est¨¢ en la pel¨ªcula. Cuando digo que cort¨¦, no quiere decir que yo reniegue de los afectos hacia ¨¦l. Necesito esa distancia y cuando cortas una relaci¨®n no significa que cortas el hilo de amor. Yo le vi un poco antes de su muerte. El lazo se hab¨ªa roto, pero no la complejidad de ese sentimiento. Como dir¨ªa mi madre, parad¨®jicamente era alguien admirable que a la vez no tuvo el comportamiento que me habr¨ªa parecido justo en algunos episodios de nuestras vidas.
P. ?Le han llegado reacciones tras la pel¨ªcula?
R. Para empezar, muchos de ellos han muerto. Y la pel¨ªcula no es un lugar de juicio, vuelvo sobre este matiz. No digo que lo ocurrido no sea atacable, pero yo no intento atacar. Intento comprender. La pel¨ªcula es un claro deseo de comprensi¨®n. De apaciguamiento. No me han llegado reacciones hostiles. Por el contrario, todos los que han vivido esa ¨¦poca llevan sobre ellos la carga de esta ambivalencia, una forma de culpabilidad por no haber sabido o podido reaccionar tal y como la moral postMetoo nos permite hoy hacer, hablando de manera tranquila, en calma, intentando comprender. Es as¨ª como se avanza, no incriminando, no juzgando, sino intentando comprender para transmitir mejor.
Goytisolo, fallecido en 2017, un a?o despu¨¦s del suicidio de su hijastra (que no lleg¨® a cenar con ¨¦l, como hab¨ªan quedado en Par¨ªs), no puede dar su versi¨®n. Y el intento de contactar con su antigua pareja marroqu¨ª ha sido infructuoso. Fuentes de su entorno en Marraquech, no obstante, confirman el episodio. Qui¨¦n sabe si hablar¨¢ de todo ello en el libro in¨¦dito que dej¨® en manos de la Agencia Balcells para que sea publicado 20 a?os despu¨¦s de su muerte. Hasta 2037, pues.