Medina Azahara, tras 45 a?os: ¡°Lo dejamos, preferimos hacerlo con dignidad¡±
El grupo cordob¨¦s decide poner punto final a su historia de cuatro d¨¦cadas: supervivientes de crisis y muchas veces ignorados por la industria, les ha mantenido el apoyo del pueblo. Han realizado giras todos los a?os de su carrera (salvo en la pandemia) y ofrecer¨¢n la ¨²ltima en 2025
Manuel Mart¨ªnez, legendario cantante de Medina Azahara, est¨¢ llorando. Lo hace al recordar a su hijo, Mart, que le mira desde una foto grande que corona la pared del sal¨®n de la casa del cantante. Manuel ?ngel Mart falleci¨® en 2021 despu¨¦s de siete a?os de lucha contra el c¨¢ncer. Ten¨ªa 44 a?os y era el vocalista del grupo Estirpe. Su padre se repone, y sonr¨ªe mientras las l¨¢grimas le caen desde sus ojos azules: ¡°Si mi hijo llega a estar aqu¨ª ahora me dir¨ªa: ¡®?En serio que Medina Azahara se retira? Eres un cobarde, pap¨¢¡¯. Pero despu¨¦s de esa primera reacci¨®n, muy suya, lo entender¨ªa y a?adir¨ªa: ¡®Igual es el mejor momento: ten¨¦is que dejar la bandera bien alta de Medina Azahara e iros, que no os echen las circunstancias¡±.
Efectivamente, despu¨¦s de 45 a?os de carrera ininterrumpida, Medina Azahara, grupo roquero del pueblo y resistente a mil crisis, lo deja. Lo anunciar¨¢ este lunes en una rueda de prensa en la sede de la SGAE en Madrid. Tambi¨¦n explicar¨¢n que su despedida tendr¨¢ lugar desde los escenarios, con una gira llamada Todo tiene su fin que arrancar¨¢ en enero de 2025 y seguramente se extender¨¢ hasta los primeros meses de 2026. ¡°Para entonces tendr¨¦ casi 75 a?os. Ya es suficiente. Prefiero despedirme cantando bien que no cuando no est¨¦ a tope. Prefiero hacerlo con dignidad¡±, confiesa Mart¨ªnez.
El cantante, compositor y ¨²nico miembro de Medina Azahara que ha permanecido desde su fundaci¨®n (1979), vive en una casa a las afueras de C¨®rdoba. El sol de una agradable ma?ana de octubre acaricia el agua de una peque?a piscina. Es una vivienda amplia, pero no ostentosa. Un vistazo a los objetos desperdigados por el sal¨®n ofrece pistas sobre los convivientes: un globo de cumplea?os colgado en el pomo de una escalera; una guitarra el¨¦ctrica roja extendida en un sof¨¢; un librito de Escuela de monstruos, esos cuentos con las letras en may¨²scula para facilitar la lectura a los ni?os que est¨¢n aprendiendo a leer; un pu?ado de discos de oro de Medina Azahara¡ Mart¨ªnez (C¨®rdoba, 73 a?os) vive en esta casa con su pareja y sus tres hijas, de nueve, seis y un a?o. El cantante tiene otros tres hijos con su anterior pareja: Alicia, de 50; Marcos, de 34; y Manuel ?ngel Mart, que hoy tendr¨ªa 47 a?os.
La idea de poner punto final a la fruct¨ªfera vida de Medina Azahara lleg¨® despu¨¦s de largas conversaciones entre los tres pilares del grupo: adem¨¢s de Mart¨ªnez (voz), el guitarrista Paco Ventura (C¨®rdoba, 58 a?os) y el teclista Manuel Ib¨¢?ez (C¨®rdoba, 47 a?os). ¡°Estamos en el mejor momento de nuestra carrera, sonamos mejor que nunca, nuestro ¨²ltimo disco [El sue?o eterno, 2023] incluye 23 canciones y tenemos muchos conciertos. Pero tengo una edad y lo que no quiero es que me digan que vivo de las rentas. Se trata de dejarlo en el mejor momento, como hizo Toni Kroos¡±, apunta el vocalista, que aparenta menos edad de la que tiene: delgado (pesa 68 kilos), con su melenaza rubia recogida en una coleta y pantalones negros de pitillo.
Medina Azahara es un caso especial en la m¨²sica espa?ola. El grupo public¨® su primer trabajo, el obligatorio Medina Azahara, que se abre con su cl¨¢sico Paseando por la Mezquita, en 1980. El rock andaluz viv¨ªa sus ¨²ltimos estertores despu¨¦s de la masiva aceptaci¨®n de Triana a mediados/finales de los setenta. Entonces lleg¨® la Movida con la motosierra y acab¨® con todos: Triana, Cai, Guadalquivir, Alameda, Im¨¢n¡ Pero no pudo con Medina Azahara, que resisti¨® a pesar de las presiones. Lo cuenta Mart¨ªnez: ¡°En aquellos ochenta de la Movida un productor joven me recomend¨® que me cortara el pelo y ocultara mi acento andaluz. Me dijo: ¡®Eso ya no mola, t¨ªo. El rock andaluz est¨¢ anticuado¡±. Medina Azahara prefiri¨® encarar la crisis y no renunciar a sus principios.
En 1989 ingres¨® en la banda el guitarrista Paco Ventura, una apuesta por un chico joven hambriento de escenario. El propio Ventura lo cuenta: ¡°Era un momento decisivo, ya que pod¨ªa ser el resurgir de la banda o su letargo para siempre. Yo era un guitarrista que ten¨ªa unas influencias m¨¢s modernas, siempre en el ¨¢mbito rockero, y al mismo tiempo era fan de la banda desde siempre, as¨ª que la estrategia estaba clara: mantener la esencia de sus ra¨ªces andaluzas, pero tambi¨¦n buscar un aire innovador y quiz¨¢s m¨¢s rockero para toda la gente joven que deseaba de Medina ese punto m¨¢s Deep Purple¡±. Y levantaron el vuelo. En 1992 publicaron Sin tiempo, su disco m¨¢s celebrado, con dos temas cruciales en su carrera como Necesito respirar o la versi¨®n de los M¨®dulos Todo tiene su fin.
La tem¨¢tica de las letras de Mart¨ªnez es marca indeleble de Medina, unos textos que en muchas ocasiones claman por la libertad. El compositor echa la vista atr¨¢s para encontrar el origen de este sentimiento. Y da con su abuelo, Rafael, fusilado por comunista en 1939, al final de la Guerra Civil espa?ola. ¡°Entre mi cu?ado y yo logramos conseguir los archivos de su caso. Fue acribillado en la tapia del cementerio de Posadas, el pueblo cordob¨¦s donde viv¨ªa. No encontramos nunca su cuerpo, como pas¨® con otros muchos asesinados del bando republicano¡±. Su padre, Bartolom¨¦, nunca super¨® aquella p¨¦rdida. ¡°Mi padre discut¨ªa mucho sobre ideolog¨ªas. En cuanto se hablaba de pol¨ªtica, siempre sal¨ªa el fusilamiento de su padre y se peleaba dial¨¦cticamente con todo el mundo. Era totalmente de izquierdas¡±, apunta. La familia Mart¨ªnez sumaba diez hermanos, de los que cuidaba su madre (¡°Ella era espectacular¡±, afirma hoy el hijo) mientras su padre trabajaba de ferroviario.
Mart¨ªnez no comparte el concepto de libertad del que se apropian hoy algunos dirigentes conservadores. El cantante reivindica a luchadores como Antonio Machado o V¨ªctor Jara. ¡°La libertad a la que me refiero es la de los setenta: paz y amor. Seguramente porque ven¨ªamos de la represi¨®n de la dictadura mi idea de la libertad era esa, vivir sin cadenas. Pero luego nos fuimos amoldando y ya no habl¨¢bamos de libertad: nos preocupa llegar a fin de mes y no tener dinero para pagar un piso. Y eso significa que no somos libres: somos prisioneros de un sistema¡±.
Gonzalo Garc¨ªa Pelayo fue el productor de los primeros discos de los cordobeses y su hermano Javier, el manager. ¡°Medina Azahara fue un referente roquero, con sus propias ra¨ªces andaluzas. Un rock con referencias culturales propias, sin necesidad de pr¨¦stamos for¨¢neos. He visto llorar de emoci¨®n a muchos chavales escuchando y viendo a Medina Azahara¡±, cuenta por tel¨¦fono Javier Garc¨ªa Pelayo, que se desvincul¨® del grupo hace muchos a?os, pero ha seguido su carrera. Garc¨ªa Pelayo pone en valor su apuesta por el directo. ¡°El primer a?o realizaron 182 conciertos¡±. En cuatro d¨¦cadas de carrera solo dejaron de actuar el a?o de la pandemia. Fue una banda tan querida y tan peculiar que quedaba bien compartiendo cartel con Roc¨ªo Jurado o con Judas Priest. ¡°Somos un grupo defendido por el pueblo. Cuando la prensa y los pol¨ªticos no nos apoyaban ten¨ªamos nada menos que 90 galas por a?o¡±, enfatiza Manuel. Actuaron en ferias, fiestas, pabellones, festivales¡ Siempre cumpliendo y proporcionando alegr¨ªa a la gente. Se han declarado seguidores m¨²sicos de estilos tan diferentes como Marea, Antonio Orozco, Rosa L¨®pez o Alejandro Sanz. Hace unos a?os, la pareja de Sanz prepar¨® una fiesta sorpresa de cumplea?os para el autor de Coraz¨®n partido. Al llegar Alejandro Sanz a su finca extreme?a se encontr¨® que en un peque?o escenario estaba Medina Azahara metiendo tralla con Paseando por la Mezquita. ¡°Nunca vimos a Alejandro tan euf¨®rico. Sali¨® corriendo y se arrodill¨® ante nosotros mientras toc¨¢bamos¡±, cuentan los cordobeses.
Pasear por el centro de C¨®rdoba con los puntales del grupo provoca constantes paradas, sobre todo de seguidores que quieren saludar a Manuel Mart¨ªnez. Abrazos, choques de manos, frases que siempre empiezan por ¡°os vi en un concierto en¡¡±. El cantante se para, posa con los seguidores¡ Un cari?o que agradece y que algunos seguidores, sin citarlo, ofrecen m¨¢s caluroso despu¨¦s del fallecimiento del hijo del cantante. Horas antes, Manuel habla de su hijo: ¡°Fue un t¨ªo muy positivo. Dej¨® un disco grabado [Tierra y fe] y unas instrucciones para su edici¨®n. Cuando vio que se acercaba el final se march¨® con su mujer al hospital y all¨ª fue llamando a cada parte de la familia para despedirse. Ahora lamento no haber hablado m¨¢s con ¨¦l. Pero no era el momento de largas conversaciones. Era para estar con ¨¦l y escuchar¡±.
Tanto Mart¨ªnez como Ventura e Hidalgo afirman que van a seguir vinculados a la m¨²sica. ¡°Pero te aseguro que no como Medina Azahara. El grupo se acabar¨¢ definitivamente tras la gira¡±, asume el cantante, que dice haber vivido durante la pandemia una situaci¨®n que le hizo reflexionar: ¡°A mis hijos mayores apenas los trat¨¦. Y durante la pandemia me vi en casa con mi mujer y las dos ni?as (luego vino otra). La verdad es que lo disfrut¨¦ mucho. Tengo ya una edad¡ me apetece estar con la familia...¡±. Luego, a?ade: ¡°Pero soy m¨²sico, algo tendr¨¦ que hacer en ese sentido¡¡±. En un sof¨¢ del sal¨®n descansa un folio con letras escritas a bol¨ªgrafo: un esbozo de una nueva letra de una canci¨®n¡
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.