¡®El m¨¦todo Knox¡¯: Michael Keaton se dirige a s¨ª mismo en un aceptable ¡®thriller¡¯ sobre memoria y redenci¨®n

Han pasado casi dos d¨¦cadas desde que Michael Keaton debutara como director con Caballero y asesino (2008), una pel¨ªcula en la que el actor interpretaba a un ensimismado asesino atra¨ªdo por una fr¨¢gil mujer maltratada. La pel¨ªcula pas¨® sin pena ni gloria mientras a la vuelta de la esquina a Keaton le esperaban dos de sus trabajos m¨¢s celebrados como int¨¦rprete: Birdman (2014) y, un a?o despu¨¦s, Spotlight (2015).

El m¨¦todo Knox es el nuevo intento detr¨¢s de la c¨¢mara de este carism¨¢tico actor que por segunda vez se dirige a s¨ª mismo con los ademanes de un pistolero. Del taciturno asesino de hace unos a?os, Keaton ha pasado a otro m¨¢s preocupado por la memoria y la vejez. El resultado es un aceptable thriller sobre la redenci¨®n final de un hombre al que no le queda otra que colgar los guantes ante el diagn¨®stico de una demencia que le har¨¢ perder todas sus facultades, emocionales y profesionales.

Como en la reciente Memoria, de Michael Franco, la p¨¦rdida de los recuerdos y de la cabeza es un asunto central en una trama que se mueve entre el noir y el drama paternofilial. Keaton construye la pel¨ªcula desde esa irremediable descomposici¨®n de su personaje, un enemigo interno del que no tiene escapatoria, flanqueado por unos secundarios que le valen para reconstruir la vida que ya no volver¨¢ a pisar. De su exesposa (Marcia Gay Harden), a su hijo (James Marsden), su mafioso jefe (Al Pacino) o la prostituta que acude cada semana a su casa, una polaca interpretada por Joanna Kulig, la protagonista de Cold War.

Tanto la trama policiaca como el submundo de Los ?ngeles parecen evocar los estilizados neonoir ochenteros, pero donde la pel¨ªcula resulta torpe y atropellada es en el enredo con trasfondo de acoso sexual que provoca el reencuentro padre e hijo, todo muy cogido por los pelos. Si en el Caballero y asesino, Keaton le otorgaba una aura rom¨¢ntica a la figura del criminal a sueldo que interpretaba, en El m¨¦todo Knox juega ¡ªpor momentos con su peculiar humor¡ª con el arquetipo del asesino fr¨ªo e ilustrado cuya biblioteca y educaci¨®n ocultan su aut¨¦ntica y oscura identidad. Toda la tensi¨®n de la pel¨ªcula est¨¢ puesta en la cuenta atr¨¢s que este profesional astuto y meticuloso mantiene contra su propio deterioro mental, ese enemigo interno que le pisa sin descanso los talones y la memoria.