¡°Podr¨ªa haber tenido m¨¢s dinero y fama, pero hice lo que quer¨ªa hacer¡±: las tres muertes y resurrecciones de Michael Keaton

Que todo el mundo parezca haberse puesto de acuerdo en que Michael Keaton (Pensilvania, 71 a?os) es ¡°el mejor Batman de la historia¡± resultar¨¢ sorprendente para quien recuerde la controversia que su nombramiento como Bruce Wayne provoc¨® hace treinta a?os. Los fans quer¨ªan un h¨¦roe can¨®nico al estilo de Schwarzenegger, no a un tipo vulgar al que asociaban a comedias alocadas como Bitelch¨²s (1988) o Las locas peripecias de un se?or mam¨¢ (1983). No lo consideraban ¡°suficientemente masculino¡±. Tantas veces en la cima de la popularidad como en el olvido, el actor que renunci¨® a 15 millones de euros por hacer de Batman una tercera vez y eligi¨® siempre el papel inesperado, que supo autoparodiarse en Birdman (2014) y deslumbrar en televisi¨®n con la excepcional Dopesick (2021), se ha convertido ahora en uno de los reclamos m¨¢s aplaudidos de Flash, donde vuelve a pronunciar una frase que empez¨® provocando escepticismo y ahora provoca emoci¨®n: ¡°I¡¯m Batman¡±.

Michael Keaton tuvo su primer traspi¨¦ en Hollywood cuando el sindicato le explic¨® que su nombre real, Michael Douglas, estaba ocupado por otro tal Michael Douglas. Seg¨²n cuenta, no hubo mitoman¨ªa alguna tras la elecci¨®n de su apellido: no lo eligi¨® por Buster, simplemente fue el primer nombre que le son¨® bien. Se crio junto a sus siete hermanos en una familia de clase obrera y antes de ser actor estudi¨® periodismo, un bagaje que le ha servido al menos para su interpretaci¨®n en dos trabajos, The Paper. Detr¨¢s de la noticia (1994) y la oscarizada Spotlight (2015). Pero fueron las rutinas de stand-up comedy las que le condujeron a su verdadera vocaci¨®n.

Durante una actuaci¨®n en West Hollywood, el agente Harry Colomby lo descubri¨®. ¡°Lo que vi en Michael fue algo original, vi carisma¡±. Le consigui¨® un papel protagonista en Working Stiffs (1979), una telecomedia sobre dos hermanos conserjes, donde formaba un d¨²o a lo Manolo y Benito con James Belushi. No tuvo ni una temporada, pero sirvi¨® para situarlo en el mapa y llevarlo a Movida de noche (1982), donde intentaba convertir un dep¨®sito de cad¨¢veres en un burdel. A su manera, un papel que podr¨ªa definir su carrera, el alguien de quien esperar situaciones poco convencionales.

Su primer ¨¦xito fue Las locas peripecias de un se?or mam¨¢. Es una de esas pel¨ªculas plagadas de clich¨¦s en las que resulta gracioso que un hombre haga tareas dom¨¦sticas: podr¨ªa resultar insufrible, pero la salvan el trabajo de Keaton y el guion de John Hughes. Tras dos ¨¦xitos parec¨ªa lanzado, pero un par de pel¨ªculas que no cubrieron las expectativas lo llevaron a la cola de los proyectos, donde solo llega lo que otros rechazan. Hollywood no espera por nadie. La ilusi¨®n de haber sido el elegido para protagonizar la rom¨¢ntica La rosa p¨²rpura de El Cairo (1985) dur¨® poco. Iba a ser el actor que abandona, literalmente, la pantalla por amor a una espectadora, incluso hay im¨¢genes del rodaje, pero tras los primeros d¨ªas de filmaci¨®n Woody Allen consider¨® que Keaton era demasiado ¡°moderno¡±, no encajaba con el atildado gal¨¢n cl¨¢sico que ¨¦l buscaba y fue reemplazado por Jeff Daniels. ¡°Michael Keaton era de los a?os ochenta, no de los treinta. La gente siempre intenta averiguar si fue por algo m¨¢s que eso, pero no, solo fue eso¡±, aclar¨® Allen m¨¢s tarde.

Los ejecutivos de Fox no le devolv¨ªan las llamadas y dejaron expirar su contrato. Parec¨ªa condenado a diluirse en la interminable lista de actores que engrosan la lista de secundarios ilustres, pero ten¨ªa un par de puntos a su favor: era muy talentoso y, de repente, muy barato de contratar. Esa combinaci¨®n result¨® irresistible para Tim Burton, un joven y exc¨¦ntrico director que tan solo ten¨ªa en su haber la inclasificable La gran aventura de Pee-Wee (1985), una rareza a mayor gloria del personaje televisivo interpretado por Paul Reubens que hab¨ªa recaudado 40 millones. En aquel momento Burton preparaba un peque?o proyecto, sobre un bio-exorcista llamado Bitelch¨²s. Su primera opci¨®n para interpretarlo fue el miembro del rat pack Sammy Davis Jr., pero el productor David Geffen le sugiri¨® a Michael Keaton.

Fue un ¨¦xito de cr¨ªtica y taquilla que dispar¨® la popularidad del actor, a pesar de no aparecer ni 20 minutos en pantalla. El mismo a?o interpret¨® a un adicto en el drama Alcohol y coca (1988) y demostr¨® que no era ¨²nicamente el perfecto protagonista de comedias. ¡°Esas dos pel¨ªculas fueron opciones arriesgadas en un momento en el que deber¨ªa haber estado intentando moverme en terreno seguro¡±, declar¨®. ¡°No quer¨ªa que mi pr¨®xima pel¨ªcula fuese otra que me definiera como joven y guapo de manera poco convencional¡±. Lo curioso es que en primera instancia hab¨ªa rechazado ambos papeles, como rechaz¨® interpretar Un, dos, tres... Splash (1984), Cazafantasmas (1984) y La mosca (1986).

Tim Burton no tuvo duda alguna de que ¨¦l iba a ser su Batman. Pero los admiradores del superh¨¦roe no estaban de acuerdo. Warner recibi¨® m¨¢s de 50.000 cartas tratando de impedirlo. En un mundo que todav¨ªa no conoc¨ªa el poder globalizador de las redes sociales como elemento cohesionador de odio, esas personas se molestaron en escribir una carta, comprar un sobre y pegar un sello para mostrar su radical oposici¨®n a que se mancillase la figura de su h¨¦roe favorito. Tem¨ªan que con su pasado convirtiese al murci¨¦lago en una parodia, le echaban en cara su escasa altura (apenas 1,70) y su porte no demasiado atl¨¦tico. The Wall Street Journal llev¨® la controversia a su portada: ¡°Keaton tiene entradas y una barbilla poco heroica¡±. Y citaban la opini¨®n de los aficionados: ¡°Si lo vieras en un callej¨®n con un traje de murci¨¦lago, te reir¨ªas, no correr¨ªas con miedo. Batman deber¨ªa ser fuerte y guapo de una manera cl¨¢sica, una figura imponente y aterradora¡±. La obsesi¨®n de los admiradores por la masculinidad de sus h¨¦roes merece un cap¨ªtulo aparte.

Burton vio antes que nadie que tras sus cejas circunflejas y su mirada penetrante anidaba la psique atormentada de un ni?o que hab¨ªa presenciado el asesinato de sus padres. Keaton no solo era un buen Batman, tambi¨¦n era un gran Bruce Wayne. ¡±Michael Keaton es b¨¢sicamente un tipo com¨²n y corriente, un ser humano normal¡±, declar¨® el director. ¡±Pens¨¦ que ser¨ªa mucho m¨¢s interesante tomar a alguien as¨ª y convertirlo en Batman. Me reun¨ª con una serie de actores de mand¨ªbula cuadrada, pero la conclusi¨®n fue que no pod¨ªa ver a ninguno de ellos poni¨¦ndose un traje de murci¨¦lago¡±.

Los cr¨ªticos m¨¢s airados se comieron sus palabras y dejaron en taquilla m¨¢s de 400 millones de d¨®lares cuando la cinta se estren¨® en 1989. La Batman¨ªa lo invadi¨® todo, el tema principal de Prince sonaba en todas las emisoras y el logo negro y amarillo se superpon¨ªa en los productos m¨¢s disparatados. La oscura y majestuosa representaci¨®n de Gotham cautiv¨® hasta a los m¨¢s puristas. Todo funcionaba. Tambi¨¦n Keaton, que firm¨® un Batman capaz de resistir el envite de esa fuerza de la naturaleza que era el Joker de Jack Nicholson.

Como a todo ¨¦xito, le sigui¨® la inevitable secuela. En Batman vuelve (1992), Burton fue m¨¢s Burton que nunca, para lo bueno (la Catwoman de Pfeiffer) y para lo menos bueno: el ej¨¦rcito de ping¨¹inos encabezado por Danny de Vito acab¨® opacando a Batman y asust¨® a los ni?os. Esta vez no se quejaron los seguidores del personaje, sino los padres de infantes aterrados. Warner quer¨ªa una saga familiar y puso sus ojos en Joel Schumacher, otro joven director que hab¨ªa llenado las salas de cine de adolescentes gracias a J¨®venes ocultos (1987). Cuando asumi¨® el proyecto y pregunt¨® ¡°?Por qu¨¦ todo es tan sombr¨ªo?¡±, Keaton se borr¨®. Casi 30 a?os despu¨¦s, Keaton y Burton volvieron a trabajar juntos en la adaptaci¨®n en imagen real de Dumbo (2019). El actor no tiene duda de que el cine de superh¨¦roes le debe todo al director de Eduardo Manostijeras (1990). ¡°Lo que hizo Tim lo cambi¨® todo. Todo lo que ves ahora comenz¨® con ¨¦l¡±, declar¨® a The Hollywood Reporter.

Lo esperable entonces es que Keaton hubiera explotado su nueva imagen heroica, pero, una vez m¨¢s, eligi¨® lo imprevisible. Puso su mirada man¨ªaca al servicio del inquilino que intimida a Melanie Griffith y Matthew Modine en De repente, un extra?o (1990), fue un padre moribundo en la lacrim¨®gena Mi vida (1993), diluy¨® su protagonismo en la coral adaptaci¨®n de Shakespeare Mucho ruido y pocas nueces (1993) e interpret¨® el mismo papel en Jackie Brown (1997) y Un romance muy peligroso (1998), ambas adaptaciones de novelas de Elmore Leonard. De nuevo parec¨ªa condenado al ostracismo y borrado del mapa. Ni siquiera funcion¨® su tour de force interpretativo en la tan divertida como infravalorada Mis dobles, mi mujer y yo (1996).

¡°Supongo que no era el camino obvio a seguir si quer¨ªas seguir siendo una gran estrella¡±, reconoci¨® durante una entrevista en The Independent, pero no lo lamenta. ¡°Es genial tomar tus propias decisiones, pero hay un precio que pagar. Podr¨ªa haber ganado m¨¢s dinero o haber sido m¨¢s famoso. Podr¨ªa ser el tipo de moda, nadie quiere perder su estatus, pero nunca estuve dispuesto a preservarlo haciendo cosas que no quer¨ªa hacer¡±.

Perder su estatus no supuso un agobio para ¨¦l. Se retir¨® a su rancho de Montana para cuidar a su hijo. ¡°Cuando era peque?o renunci¨¦ a unas cuantas pel¨ªculas porque siempre quise ser padre¡±. Su vida privada es bastante herm¨¦tica: tuvo una relaci¨®n con Courteney Cox (Friends) y estuvo casado durante ocho a?os con la actriz Caroline McWilliams con la que tuvo un hijo, Sean.

Parec¨ªa una estrella perdida para Hollywood cuando recibi¨® el guion de Birdman (o La inesperada virtud de la ignorancia), la historia de un actor c¨¦lebre por interpretar a un superh¨¦roe que da un giro a su carrera, un papel que, a pesar de la insistencia de su director Alejandro G. I?¨¢rritu en afirmar que refleja su propia crisis de mediana edad, parec¨ªa una biograf¨ªa del propio Keaton. Su paseo en calzoncillos por Times Square se convirti¨® en la escena m¨¢s comentada de la temporada y le coloc¨® en la carrera de los Oscar. No gan¨®, pero recibi¨® su primera y ¨²nica (por ahora) nominaci¨®n. Al a?o siguiente volvi¨® a formar parte del reparto coral de la pel¨ªcula ganadora del premio gordo, Spotlight.

Si la estatuilla le es esquiva, en televisi¨®n lo ha logrado todo gracias a Dopesick. Su papel de m¨¦dico de los Apalaches que involuntariamente se sit¨²a en el epicentro de la pandemia de opi¨¢ceos le hizo ganar el premio del Sindicato de Actores, el Globo de Oro y el Emmy. En el discurso de aceptaci¨®n de este ¨²ltimo se reivindic¨®: ¡°He tenido algunos esc¨¦pticos. ?Pero sabes qu¨¦? Estamos bien. Durante todos estos a?os, tambi¨¦n tuve a mi lado a personas que realmente cre¨ªan en m¨ª¡±. El de Dopesick pudo no haber sido su papel televisivo m¨¢s recordado: 20 a?os antes hab¨ªa rechazado el papel de Jack Shephard en Perdidos (2004-2010).

Cuando DC le reclam¨® de nuevo para volver a ponerse el traje de Batman (primero en la in¨¦dita Batgirl, cancelada en plena posproducci¨®n, y despu¨¦s en Flash), no entendi¨® el concepto del multiverso, que justificaba que tanto su hombre murci¨¦lago como el interpretado por Ben Affleck coexistieran argumentalmente. ¡°Tuvieron que explic¨¢rmelo varias veces¡±, reconoci¨®. A pesar de ello acept¨®. ¡°Pens¨¦: ¡®Apuesto a que podr¨ªa volver y clavar a ese hijo de puta¡±. Seg¨²n las cr¨ªticas y los fans, lo ha conseguido.

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