Paul McCartney en Espa?a: por qu¨¦ este concierto cambia vidas
El veterano m¨²sico act¨²a dos d¨ªas en Madrid en unos recitales con tantos alicientes que solo hay que lamentar por qu¨¦ el espect¨¢culo no alarga hasta 10 noches para que lo disfrute m¨¢s gente
Paul McCartney (Liverpool, 82 a?os) no pertenece al grupo de leyendas de los sesenta y setenta que m¨¢s ha actuado en Espa?a. Han sido m¨¢s asiduos Bob Dylan, The Rolling Stones, Van Morrison, Patti Smith o Bruce Springsteen. McCartney, eso s¨ª, fue el primero: el 2 y 3 de julio de 1965 en Madrid y Barcelona con The Beatles. Alguna de aquellas canciones que integraron aquel precipitado repertorio que son¨® en las plazas de toros de Las Ventas y la Monumental se escuchar¨¢n tambi¨¦n hoy lunes y ma?ana martes en el WiZink Center madrile?o, en las dos ¨²nicas fechas espa?olas de su gira Got Back. La ¨²ltima vez que nos visit¨® fue hace ocho a?os (en 2016) en el estadio Vicente Calder¨®n. Hoy aquel estadio ya no existe, pero Paul contin¨²a ofreciendo recitales. Estas son algunas claves sobre lo que supone asistir a algo que se parece m¨¢s a una cita con la historia de la m¨²sica popular (desde sus inicios) que a un concierto.
Paul, casi en la intimidad. De acuerdo, las entradas no son baratas (una media de 130 euros). Es un precio similar al de otros conciertos de estrellas veteranas (Bruce Springsteen, AC/DC, The Rolling Stones¡), pero con una gran diferencia: el recinto es un pabell¨®n de 17.000 espectadores y no un estadio con 60.000. Esto significa que en algunos tramos del espect¨¢culo se podr¨¢ divisar a la estrella sin recurrir a las pantallas gigantes o a los prism¨¢ticos. M¨¢s cercan¨ªa, m¨¢s calor. Nada mal el plan.
La madre de todas las nostalgias. Seguro que ya se ha dado cuenta: vivimos en los tiempos de la nostalgia. Lo que pasaba hace 20, 40 ?60! a?os interesa a un grupo muy grande de la humanidad. Semanalmente se reeditan discos de los sesenta y los setenta, los grupos realizan giras para celebrar aniversarios de ¨¢lbumes clave en sus carreras. Ya puestos, qu¨¦ mejor forma de chapotear en la nostalgia que un concierto del m¨²sico que ha compuesto m¨¢s ¨¦xitos de los que un ser humano pueda silbar.
?El mejor repertorio de la historia que se pueda escuchar hoy? Probablemente. Pasan los a?os y nadie que sepa un poco de m¨²sica popular puede poner en duda que lo que grabaron estos cuatro chicos de Liverpool en siete a?os (de 1963 a 1970) se antoja irrepetible. Por eso un espect¨¢culo que contenga una veintena de aquellas canciones resulta insuperable. Un 65% de lo que sonar¨¢ en el WiZink Center pertenece al cat¨¢logo m¨¢s grande de la historia del pop, el de The Beatles. A disfrutarlo¡
Una prueba de sonido de esc¨¢ndalo, y que cuesta un ri?¨®n. Los conciertos de Paul McCartney de la gira Got Back suelen durar casi tres horas, pero existe un extra de una hora m¨¢s. Solo hay que salvar un escollo: abonar unos 900 euros. Tal cual. El artefacto se llama Hot Sound Packages e incluye una camiseta y una l¨¢mina de la gira, entrada con un asiento en zona VIP para el concierto y alguna cosilla m¨¢s¡ Pero el plato fuerte es la prueba de sonido, en el mismo recinto del recital y unas horas antes, que termina siendo un concierto de unos 60 minutos. Con qu¨¦ repertorio. Con uno casi totalmente distinto al que luego disfrutar¨¢ todo el pabell¨®n. Empieza con unos cinco minutos del grupo improvisando, con McCartney con la guitarra en lugar de con el bajo. Y luego descarga cl¨¢sicos del rock and roll que le marcaron, como Blue Suede Shoes o Matchbox (ambas de Carl Perkins), temas perdidos en su carrera en solitario, aquella canci¨®n que los Beatles prestaron a los Rolling Stones, I Wanna Be Your Man, o cl¨¢sicos del cancionero estadounidense como Midnight Special, que grabaron desde Lead Belly a la Creedence Clearwater Revival. McCartney cambia casi todo el programa en cada ciudad. Es un capricho que se da el m¨²sico brit¨¢nico, del que disfrutan los adinerados privilegiados.
La primera canci¨®n que le toc¨® a John Lennon. No es nada casual que McCartney interprete Twenty Flight Rock, de Eddie Cochran, en la prueba de sonido, como aperitivo del concierto. Cuando se conocieron ¨¦l y John Lennon, este ya ten¨ªa en marcha los Quarrymen, la precuela de los Beatles. John estaba buscando a chicos con algo de idea para incorporar al grupo. Le presentaron a Paul y eligi¨® para la prueba este viejo rock and roll de Cochran. Paul realiz¨® una exhibici¨®n que impresion¨® a John. ¡°Est¨¢s dentro, chaval¡±, le dijo Lennon, antes de dar un sorbo a su cerveza. Paul ten¨ªa 15 a?os y John 16. Algunas veces, cuando Paul presenta Twenty Flight Rock, dice: ¡°Por esta canci¨®n pertenec¨ª a los Beatles¡±.
?C¨®mo anda de voz? En las ¨²ltimas giras (se puede decir que desde hace 20 a?os) se ha visto a McCartney regular de voz, algo bastante l¨®gico, por otro lado: lleva participando en conciertos desde 1960, cuando los Beatles se atiborraban a anfetaminas paga aguantar seis horas de actuaci¨®n por d¨ªa en garitos de Hamburgo. Son 65 a?os de m¨¢xima exigencia para las cuerdas vocales. Seg¨²n se ha visto en los conciertos de Got Back, Paul aguanta las tres horas. Est¨¢ en un t¨¦rmino medio entre el desastre de Bon Jovi y el todav¨ªa portento vocal de Mick Jagger.
Mira a tu lado, igual encuentras a alg¨²n m¨²sico babeando. Paul McCartney gusta a todo el mundo, y mucho m¨¢s a los m¨²sicos. Por supuesto a los de su generaci¨®n, pero tambi¨¦n a los de las anteriores. Sus recitales son una concentraci¨®n de profesionales que acuden a rendirse al maestro. Si hay suerte y amistad, puede que hasta suba a alguno al escenario, como el pasado 17 de noviembre en M¨¦xico, donde le acompa?aron Jack White y St. Vincent para la ¨²ltima pieza, The End, del ¨¢lbum Abbey Road, de The Beatles. St. Vincent hizo doblete con Get Back.
Ni cursi, ni blando, ni conservador. McCartney lleva toda la vida luchando contra los prejuicios hacia su persona de un sector de los seguidores de los Beatles y de la desmemoria de otro pu?ado. A pesar de aquel Working Class Hero de Lennon, el que pertenece a la clase obrera de verdad es Paul. John, por contra, fue criado en las comodidades burguesas de su adinerada t¨ªa Mimi. Tambi¨¦n fue Paul el primero que se atrevi¨® a hablar de drogas abiertamente con la prensa. Y tambi¨¦n se puede adjudicar a McCartney en ser el m¨¢s experimental en la parte musical, con su pasi¨®n por iconoclastas como John Cage, sus incursiones en la m¨²sica cl¨¢sica o su grupo experimental The Fireman. Seguramente que no se le reconozcan m¨¢s m¨¦ritos se debe a que desde 1980 lleva luchando con la sombra de un m¨¢rtir que fue asesinado por un pirado llamado Mark David Chapman. Este lunes y el martes tenemos la oportunidad de agasajarle como se merece.
Babelia
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