Harrison Ford interpreta a un presidente que se convierte en un monstruo anaranjado, pero de Trump, mejor no hablar

Hay comparaciones que no tienen escapatoria. En la nueva entrega de las aventuras del Capit¨¢n Am¨¦rica, producida por Marvel Studios, Captain America: Brave New World, dirigida por Julius Onah y que estrenar¨¢ en Espa?a el pr¨®ximo viernes, 14 de febrero, Harrison Ford (Chicago, 82 a?os) interpreta otra vez a un presidente de Estados Unidos. Pero en este caso, el personaje es el legendario personaje Thaddeus Thunderbolt Ross, un antih¨¦roe de c¨®mic que se convierte en Red Hulk, un monstruo descomunal de color rojo (?m¨¢s bien tirando a naranja?) que se enfrenta al superh¨¦roe.

¡ª Es dif¨ªcil evitar caer en la trampa de comparar presidentes¡­.

¡°Yo le voy a ayudar a evitarlo¡±, interrumpe Ford con una media sonrisa que revela cu¨¢l va a ser el l¨ªmite de su paciencia durante la entrevista. ¡°Este presidente no se parece a ning¨²n otro. No hay ninguna referencia [en el filme] a ninguna realidad presidencial. Esto es una ficci¨®n, basada en los personajes de Marvel. Bill Hurt [el fallecido actor William Hurt] cre¨® el personaje que yo interpreto ahora, y se refiere a un mundo lleno de imaginaci¨®n y de soluciones que en la vida real no est¨¢n disponibles¡±, zanja el actor.

Ford ha concedido 20 minutos de entrevista a EL PA?S en la habitaci¨®n de un lujoso hotel londinense, como parte de la promoci¨®n de la nueva pel¨ªcula. No hay condiciones obligatorias sobre el objeto de las preguntas, que el peri¨®dico, por otra parte, no habr¨ªa aceptado. Pero es cierto que la productora hab¨ªa ¡°pedido amablemente¡± con anterioridad que el foco de la entrevista girara en torno a la nueva pel¨ªcula.

¡ª ?Cu¨¢les deber¨ªan ser los valores de un presidente de Estados Unidos? ?Qu¨¦ valores espera usted de alguien que ocupa ese cargo?

¡ª Respeto por la historia del pa¨ªs, atenci¨®n hacia las virtudes de ese pa¨ªs y buen juicio.

¡ª?Y re¨²ne esas virtudes el actual presidente de Estados Unidos?

Este es el momento en que la entrevista entra en una senda mucho m¨¢s tensa y complicada. El responsable de la agencia de comunicaci¨®n que ha gestionado el encuentro y lo supervisa, sentado a un par de metros del actor, intenta frenar las preguntas. ¡°Lo siento mucho, pero tenemos que ajustarnos a la pel¨ªcula¡­¡±.

Ford, con la voz y la autoridad que acumula desde hace a?os, corta en seco cualquier intento de tutelaje de la conversaci¨®n. ¡°Yo me encargo de esto¡±, afirma, mientras extiende la palma de su mano hacia al representante para que calle. ¡°No forma parte de esta entrevista que yo me ponga a hablar de asuntos pol¨ªticos¡±, dice el actor. ¡°Estoy aqu¨ª para hablar de una pel¨ªcula, de una ficci¨®n, de algo que es puro entretenimiento¡±.

¡ª Imagino, en cualquier caso, que usted es consciente de lo que representa su imagen en todo el mundo y de que cualquier periodista europeo se ver¨ªa tentado a preguntarle...

¡ª Soy consciente, y respeto tanto su responsabilidad de periodista como la oportunidad que se le ha presentado, pero no le voy a dejar que se aproveche de ella.

Desarmado. Resulta realmente arduo ser insistente con un icono que tiene esa voz y esa mirada de autoridad, a las que nos ha habituado durante d¨¦cadas con sus pel¨ªculas. Alguien que est¨¢ a un metro de ti, sentado, frente a frente y que no deja de sonre¨ªr mientras te sugiere que sigas adelante con la entrevista por otros derroteros, o la des por concluida.

As¨ª que, ante una leyenda, la conversaci¨®n abandona el mundo de la pol¨ªtica y regresa al del cine, donde Ford sigue trabajando a pesar de que no lo necesita y a pesar de que la era dorada que le convirti¨® en una estrella universal parece haber quedado atr¨¢s. ¡°Este mundo ha cambiado. Yo he cambiado. Pero no creo que me corresponda a m¨ª juzgarlo. Siempre miramos con afecto al pasado y tendemos a olvidar las complicaciones que exist¨ªan entonces. Est¨¢ claro que el mundo actual es diferente, pero las cosas que nos impulsan a implicarnos, como la complejidad de las relaciones humanas, siguen ah¨ª¡±, explica.

En los ¨²ltimos a?os, el actor ha participado con ¨¦xito en el mundo de las series televisivas. Interpreta al terapeuta Paul Rhoades en la comedia Terapia sin Filtro (Shrinking) y al patriarca de los Dutton, la familia de rancheros de Montana, en 1923, la precuela de Yellowstone, protagonizada por Kevin Costner.

¡°El tipo de proyectos en los que elijo participar se basan en los mejores guiones que han pasado por mis manos en mucho tiempo¡±, dice el actor. ¡°Me ofrecen la oportunidad de contar historias muy poderosas, dirigidas por cineastas fant¨¢sticos. Lo que hacemos no es televisi¨®n. Se trata de pel¨ªculas que duran diez horas y se fragmentan en diez episodios. La oportunidad que se te ofrece para desarrollar un personaje y sus relaciones excede con mucho las posibilidades de una pel¨ªcula, y resulta fascinante trabajar de ese modo¡±.

Ford es un hombre comprometido con su tiempo, que lamenta el retroceso que experimenta hoy la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Ha apoyado hist¨®ricamente al Partido Dem¨®crata, pero es sobre todo un firme defensor de la moderaci¨®n y de la v¨ªa intermedia. Por eso dio en su d¨ªa respaldo al republicano John McCain, que representaba una institucionalidad y una seriedad hoy perdidas en la pol¨ªtica estadounidense. Y contribuy¨® al Proyecto Lincoln, un comit¨¦ formado por republicanos y exrepublicanos que quiso frenar la reelecci¨®n de Trump en 2020.

No compra la idea, propagada por la derecha estadounidense, de que pel¨ªculas comprometidas y arriesgadas como Apocalypse Now, de Francis Ford Coppola, en la que intervino, no hubieran sido posibles en la actual era de la dictadura de lo pol¨ªticamente correcto. ¡°Si sigue existiendo un Coppola, si sigue habiendo un guion de ese nivel y si de nuevo se diera el momento cultural apropiado para abordar, por ejemplo, las secuelas de algo como Vietnam, y hacer de ello arte, claro que ser¨ªa posible. Las cosas cambian, pero siempre acaban siendo lo mismo¡±, ironiza.

Tambi¨¦n dio su respaldo a la candidata dem¨®crata, Kamala Harris, en las pasadas elecciones presidenciales. Defendi¨® su moderaci¨®n frente al ansia de venganza de su rival. Pero Trump ha regresado a la Casa Blanca. Y de momento, Indiana Jones, Han Solo, e incluso el doctor Richard Kimble, de El fugitivo, no parecen tener ganas de ser arrastrados a la pol¨¦mica. En el pasillo del hotel, mientras el periodista recoge sus cosas y se pone el abrigo, pasa Ford con su cortejo de relaciones p¨²blicas. Se para, extiende su mano y se despide de nuevo sin abandonar la sonrisa: ¡°Buena suerte¡±, dice, sin dejar claro si se trata de iron¨ªa, complicidad o mera cortes¨ªa.