La vida breve / Tejas verdes, un grito de dignidad frente a la violencia pol¨ªtica
La principal similitud entre ambas ¨®peras, en un programa doble estrenado en el Real, se produce en la tr¨¢gica peripecia de sendas protagonistas femeninas

Hay un poso destacado de justicia po¨¦tica en el programa doble que se estren¨® el jueves por la noche en el Teatro Real. Una importante ¨®pera espa?ola de repertorio, La vida breve, de Manuel de Falla, ampara y cubre el estreno absoluto de una producci¨®n de un autor espa?ol actual, Tejas verdes, de Jes¨²s Torres. Casi al modo de las alternativas taurinas. Pero no acaba ah¨ª la justicia po¨¦tica. La ¨®pera de Falla, ahora venerada, guarda uno de los escamoteos m¨¢s flagrantes de la historia del Teatro Real. Ganadora de un concurso que la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando organiz¨® en 1906, cuyo premio inclu¨ªa el posible estreno de la ¨®pera en el Real, no lleg¨® a su escena. Eran otros tiempos y otro Teatro Real, claro est¨¢, pero aquella decepci¨®n motiv¨® que el joven Falla decidiera marcharse a Francia en busca de mejores perspectivas, y las encontr¨®. La vida breve consigui¨® el eco suficiente para ser presentada en Niza en 1913. All¨ª naci¨® el Falla que conocemos y a ra¨ªz de eso el gaditano se convirti¨® en figura indiscutible de la composici¨®n europea.
La vida breve se present¨® pronto en Madrid, 1914, pero en el Teatro de la Zarzuela. Sobre el Real cay¨® encima la pesada losa del siglo XX: primero, cierre por peligro de demolici¨®n; m¨¢s tarde, la Guerra civil; luego, el abandono hasta que, en los sesenta se recuper¨® el edificio, pero no sus funciones de teatro de ¨®pera. Aquellas se recuperaron al acabar ese fat¨ªdico siglo, y el primer reconocimiento de aquel error lleg¨® cuando La vida breve fue elegida para inaugurar el nuevo Teatro Real, en 1997.
La actual presencia del cl¨¢sico de Falla es, pues, la segunda en el Real en casi 120 a?os de historia; tiene, pues, un valor simb¨®lico. As¨ª que todo un peso de indiferencia, incomprensi¨®n y abandono de lo que deber¨ªa ser el teatro l¨ªrico nacional sobrevuela esta presencia de Falla que asume la responsabilidad de cubrir las espaldas a un estreno espa?ol. Hab¨ªa anoche en el Real una emoci¨®n sobrevenida al hecho mismo de presentar un programa interesante.

Adem¨¢s de lo ya dicho, sigue siendo relevante preguntarse por las razones de juntar estas dos obras, tan coincidentes en el meollo de su argumento como divergentes en su sustancia musical.
Jes¨²s Torres hablaba en las notas al programa de que fue iniciativa suya proponer este emparejamiento, lo que es ya garant¨ªa de congruencia; no estamos, pues, ante una supuesta ocurrencia del regista de turno. De hecho, Rafael Villalobos, director esc¨¦nico de esta producci¨®n, ha realizado un trabajo de similitudes y diferencias de gran elegancia y riesgo.
La principal similitud entre ambas ¨®peras se produce en la tr¨¢gica peripecia de sendas protagonistas femeninas, Salud, en La vida breve, que muere de decepci¨®n amorosa y enga?o, y Colorina, en Tejas verdes, exterminada en un campo de concentraci¨®n indeterminado. Aunque el original de Tejas verdes sucede en un campo de la dictadura de Pinochet, en Chile, como lo concibi¨® su libretista, Ferm¨ªn Cabal, el m¨²sico ha universalizado el argumento. Hay, pues, un juego de espejos entre ambos argumentos, la mujer como v¨ªctima y su inevitable muerte.

Pero, la verdadera sorpresa de esta producci¨®n se encuentra en el desaf¨ªo que el equipo art¨ªstico lanza al respetable. Las dos ¨®peras se contaminan una a la otra, el elemento t¨®xico que las enlaza es el de una descarnada y, con frecuencia, desagradable violencia pol¨ªtica que se convierte en destacado personaje del juego. En la ¨®pera de Falla, la atm¨®sfera represora se encarna en un cuerpo de baile con coreograf¨ªas decididamente fascistas y que tienen su cl¨ªmax en las c¨¦lebres danzas espa?olas que son la se?a de identidad musical de la ¨®pera. Es casi estremecedor ver un zapateado preciso y contundente, al servicio de una gesticulaci¨®n de ultraderecha en una m¨²sica tan bien conocida. Y, cuando la mayor parte del p¨²blico se pregunta qu¨¦ pintan esos escuadrones de la muerte en el Albaic¨ªn, aparece la segunda ¨®pera, en la que los mismos elementos organizan el ritual de torturas y excesos de violencia, y siempre sobre mujeres.
Estos ingredientes no son f¨¢ciles de manejar, pero el equipo art¨ªstico de la producci¨®n parece que se ha juramentado para que el mensaje sea n¨ªtido: direcci¨®n de escena eficaz de Villalobos, coreograf¨ªas solventes y estremecedoras de Est¨¦vez / Pa?os y Compa?¨ªa, unos elementos esc¨¦nicos brindados por la artista Soledad Sevilla que a?aden espesor conceptual a la previsible desnudez de un montaje que no desea decorados, sino espacios de dolor y desolaci¨®n; el reparto, del que hablaremos ahora, pero unido en la aventura; una orquesta s¨®lida como esos yunques ampliamente citados en La vida breve, y majestuosamente dirigida por un Jordi Franc¨¦s en estado de gracia, y, sobre todo, un compositor activo dispuesto a correr todos los riesgos, Jes¨²s Torres, que brinda una lecci¨®n de coraje a?adido a su buen hacer musical habitual.

Para el p¨²blico inadvertido, este montaje sorprende y por momentos irrita; ese era el precio y Torres demuestra que es un aut¨¦ntico valiente. Tras haber mostrado una excelente factura en su anterior Tr¨¢nsito, sobre Max Aub, que apuntaba maneras sobre cu¨¢l es su adscripci¨®n moral, pero que se present¨® en Matadero tambi¨¦n con producci¨®n del Teatro Real, donde el p¨²blico que accede a esos espacios plebeyos es mucho m¨¢s c¨®mplice, su llegada al espacio principal del regio coliseo era un reto de grandes dimensiones. En la remilgada sesi¨®n de estreno, unas cuantas decenas de personas abandonaban airadas la sala sin esperar a los aplausos, mostrando a la vez su desagrado y el hecho de que quiz¨¢ hab¨ªan entendido realmente de qu¨¦ se trataba todo aquello.
En lo que respecta a los elementos puramente art¨ªsticos de la producci¨®n, redundar en lo anteriormente dicho, un Villalobos muy comprometido con el envite y mostrando una narrativa actoral de enorme eficacia. Lo mismo vale para los responsables del cuerpo de baile y otro tanto para los coros que, en la pieza de Torres, brindan eficacia y versatilidad a partes iguales en una ¨®pera con gran peso reposando sobre sus espaldas. Jordi Franc¨¦s est¨¢ de diez, su Falla explora las sonoridades orquestales turbias y casi tel¨²ricas de un compositor al que se le valora poco su aportaci¨®n en esta su primera ¨®pera, quiz¨¢ porque lo que lleg¨® despu¨¦s es ya parte de la historia de la m¨²sica, pero basta con escuchar los tres primeros segundos, en la lectura de Franc¨¦s, para darse cuenta de que aquello estaba a a?os luz de lo que se esperaba de un creador espa?ol casi debutante. En lo que respecta a la segunda ¨®pera, Franc¨¦s vuelve a salir triunfante con problemas de espesor sonoro muy distintos a los de Falla, pero no menos complejos e intrincados.

El reparto tiene sus mejores exponentes en las voces de Adriana Gonz¨¢lez, que hace de una Salud limpia y muy bien equilibrada para la complejidad que este personaje solicita, intenso e inmaduro a partes iguales. El resto del reparto de La vida breve cumple con nota su papel y la cantaora Mar¨ªa Mar¨ªn merece especial menci¨®n, ella se acompa?a con eficacia a la guitarra y encaja a la perfecci¨®n en el delicado encaje teatral de su momento esc¨¦nico.
En Tejas verdes, la protagonista, Colorina, encarnada por la soprano Natalia Labourdette, canta, se arrastra y sufre con una eficacia que estremece al p¨²blico, y el resto se entreteje en un org¨¢nico vocal de filigrana donde coros y cantantes empastan hasta crear una masa coral fascinante.
Todo un logro art¨ªstico, en suma, pero del que, si hubiera que destacar alguna de sus partes, ser¨ªa la valent¨ªa, especialmente en los tiempos que vivimos.
'La vida breve', m¨²sica de Manuel de Falla; libreto de Carlos Fern¨¢ndez Shaw. 'Tejas verdes', m¨²sica de Jes¨²s Torres; libreto de Ferm¨ªn Cabal
Dirección musical, Jordi Francés; dirección de escena y vestuarios, Rafael Villalobos; escenografía, Emanuele Sinisi; asesora plástica, Soledad Sevilla; coreografía, Estévez / Paños y Compañía; dirección del coro, José Luis Basso.
Reparto, La vida breve: Salud, Adriana González; Paco, Eduardo Aladrén; La Abuela, Ana Ibarra; La Madre, Sara Jiménez; El tío Sarvaor, Rubén Amoretti; Cantaora, María Marín. Tejas verdes: Colorina, Natalia Labourdette; Doctora, Ana Ibarra; Delatora, Alicia Amo; Hermana, María Miro; Madre, Sandra Ferrández; Enterradora, Laura Vila; Miguel, Alejandro del Cerro; Niño, Raúl Benítez / Edu Rodríguez; Voz en off, Gloria Muñoz. Orquesta y Coro titulares del Teatro Real. 13, 15, 17, 19, 20, 22 de febrero, 19.30. Teatro Real.
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