¡®A¨²n estoy aqu¨ª¡¯: el horror expresado sin aspavientos
Salles narra esta tragedia con complejidad y sutileza. Tienes la sensaci¨®n de que todo es de verdad. Es una buena pel¨ªcula sobre un asunto tenebroso: la p¨¦rdida definitiva del para¨ªso
Fue Fernando Trueba el que me urgi¨® para que viera cuanto antes A¨²n estoy aqu¨ª, ¨²ltima entrega de Walter Salles, director brasile?o al que le debemos una pel¨ªcula tan estremecedora como Estaci¨®n Central de Brasil, la biogr¨¢fica y atractiva Diarios de motocicleta que recrea la itinerante juventud de Ernesto Guevara, y una lamentable adaptaci¨®n de la inolvidable y po¨¦tica novela (yo era muy joven cuando la le¨ª, ojal¨¢ esta no haya envejecido mal) de Jack Kerouac En la carretera. Y cuando veo A¨²n estoy aqu¨ª entiendo la proximidad sentimental de Trueba con Salles. El primero rod¨® la sensible y conmovedora El olvido que seremos, cr¨®nica de la desolaci¨®n que provoca en una familia feliz el asesinato del mod¨¦lico padre. Ocurr¨ªa en Colombia. Salles retrocede al Brasil de la dictadura militar para narrar una tragedia similar.
Qu¨¦ barbaridad las dictaduras, incluida la del proletariado, que no s¨¦ a cu¨¢nta gente mand¨® al infierno. Y es raro encontrar alg¨²n pa¨ªs de Latinoam¨¦rica en el que los militares no hayan impuesto en alguna ¨¦poca su concepto de la ley y el orden a costa de masacrar a los disidentes, sospechosos de disidencia, o a cualquiera que les saliera de sus arrogantes y todopoderosos genitales. Y casi siempre con la comprensi¨®n y la protecci¨®n del democr¨¢tico amigo americano.
Salles durante el arranque nos cuenta con veracidad y naturalidad, sin una pizca de empalago, que puede existir una familia feliz. Son un matrimonio y sus cinco hijos, todos adolescentes o ni?os. Tienen el mar enfrente, una solvente situaci¨®n econ¨®mica, se quieren mucho, se entienden, r¨ªen, se toleran. El padre fue diputado y ahora ejerce de ingeniero. Hasta que un d¨ªa aparecen en su casa unos se?ores m¨¢s educados que siniestros y le piden al padre, a la madre y a una de las cr¨ªas que les acompa?en a una oficina. Nunca nos mostrar¨¢n la pr¨¢ctica de torturas, el ejercicio m¨¢s salvaje para doblegar al indefenso, pero s¨ª las huellas an¨ªmicas de la tortura interna.
La mujeres regresaran a su casa despu¨¦s de unos d¨ªas kafkianos. Del padre no volver¨¢n a saber nada. Entra en la pavorosa lista de los desaparecidos. Costa-Gavras tambi¨¦n habl¨® de este tema siniestro en Desaparecido. Debe de ser horrible lo de no poseer la m¨ªnima certeza sobre el ser amado al que se llevaron y que no volvi¨®, debatirte entre el miedo y la esperanza, intuir que ha ocurrido lo peor sin poder ver el cuerpo, sin la menor noticia de esa persona querida a la que se llevaron unos desconocidos sin uniforme.
Salles narra esta tragedia con complejidad y sutileza. Tienes la sensaci¨®n de que todo es de verdad. Es una buena pel¨ªcula sobre un asunto tenebroso, el de la p¨¦rdida definitiva del para¨ªso. Y dispone de una actriz excelente, sobria, con clase, revel¨¢ndote lo que ocurre dentro de esa mujer desgarrada sin hacer el menor aspaviento, sin pedirte que la compadezcas, con una mirada y una actitud permanentemente digna. Se llama Fernanda Torres.
A¨²n estoy aqu¨ª
Dirección: Walter Salles.
Intérpretes: Fernanda Torres, Fernanda Montenegro, Selton Mello, Valentina Herszage.
Género: drama. Brasil, 2024.
Duración: 135 minutos.
Estreno: 21 de febrero.
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