?Lego nos pone a pensar? ?O lo hace Ai Weiwei?
En el Design Museum de Londres, el creador chino rompe puentes entre el dise?o y el arte al recrear un cuadro de Monet con 650.000 unidades de la c¨¦lebre empresa de juguetes de construcci¨®n
El 7 de abril se inaugura la retrospectiva Making Sense del artista Ai Weiwei (Pek¨ªn, 68 a?os), un creador inc¨®modo. Represaliado por sus cr¨ªticas con la corrupci¨®n del gobierno chino, Weiwei ha pasado a definirse como activista, por encima de artista, arquitecto, cineasta (comenz¨® estudiando cine) o dise?ador. Su exposici¨®n en el Design Museum de Londres se anuncia como la primera en la que se centra en el dise?o. Y, para abrir boca, este museo ha hecho p¨²blica una de las obras clave de la muestra: la recreaci¨®n con piezas de Lego de Water Lilies, una de las pinturas m¨¢s conocidas del impresionista Claude Monet. Para construir lo que Monet pint¨®, Weiwei ha utilizado 650.000 unidades de Lego en 22 colores distintos.
No es esta la primera vez en la que el fabricante alem¨¢n de juguetes de construcci¨®n se acerca a la arquitectura o al arte. En su cat¨¢logo figuran las ¡°maquetas¡± de obras maestras de la arquitectura del siglo XX como la casa Farnsworth, de Mies van der Rohe, o el Museo Guggenheim de Nueva York, de Frank Lloyd Wright. Sin embargo, en esta ocasi¨®n, Monet ha sido ¡°reconstruido¡± a pesar de la empresa. Esta no es tampoco la primera vez que Ai Weiwei utiliza piezas de Lego para sus obras. En 2014 los emple¨® para retratar prisioneros pol¨ªticos. Con piezas de Lego, Weiwei habla de destrucci¨®n. Y de construcci¨®n. En un mundo ¡°complejo y en declive en el que la acci¨®n de los individuos es fundamental¡±. A partir de la construcci¨®n de retratos de pol¨ªticos represaliados, su relaci¨®n con la empresa alemana cambi¨®. Por eso las piezas que componen este pantano de nen¨²fares provienen de donantes an¨®nimos que, despu¨¦s de que Lego decidiera dejar de venderle al artista piezas en 2014, pusieron las suyas al servicio de Weiwei.
No todo se puede reducir a una pieza de Lego. ?O s¨ª? A diferencia de Monet, Weiwei no ha podido mezclar los colores. No hay zonas fronterizas, l¨ªmites difuminados. Y por eso esta construcci¨®n de una pintura de 15 metros de largo, se convierte en una met¨¢fora de nuestro tiempo. Aqu¨ª hay m¨¢s ilusi¨®n que realidad. Lo que importa, como en el impresionismo, no es lo que vemos, sino su impresi¨®n. Lo que impacta. Est¨¢ casi prohibido acercarse. O si nos acercamos, para desvelar el secreto y sorprendernos o admirarnos, dejamos de disfrutarlo. Se perder¨¢ la sorpresa que se perd¨ªa en los jardines barrocos cuando una fuente estallaba en un chorro al paso del visitante. Conocido el truco se acababa el ingenio. El visitante no volv¨ªa a pasar para no salpicarse. Esta obra evoca algo parecido. ?Todo se puede reproducir? ?En cualquier material? ?Qu¨¦ quiere eso decir? En los nen¨²fares de Weiwei no hay matices. No quiere esto decir que ¨¦l los quiera. Lo que hay de cerca es una suma de piezas. Como los p¨ªxeles, componen un estampado que deja de poder identificarse, desaparece la imagen, pero no se mezclan los colores.
Monet se pas¨® varios a?os pintando los nen¨²fares del estanque de su casa en Giverny, cerca de Par¨ªs. Los pintaba observando el cambio de la luz con las estaciones y con los momentos del d¨ªa. En el museo de la Orangerie de Par¨ªs puede estudiarse ese proceso. Las primeras salas del centro son casi como una capilla seglar en la que podemos ver no solo el paso del tiempo en lo que observaba Monet, tambi¨¦n el efecto del tiempo en s¨ª mismo. Observamos c¨®mo pintaba, c¨®mo su vista iba confundi¨¦ndose, es decir: c¨®mo el pintor iba envejeciendo. Pero no son esos los nen¨²fares que Weiwei recrea. Water Lilies (1914-26) evoca un tr¨ªptico monumental en la colecci¨®n permanente del MoMa de Nueva York.
De lo que le interesa hablar a Weiwei es de que la belleza tranquila de los estanques de Monet en Giverny en realidad la hab¨ªa construido el hombre, el propio Monet, como pintor jardinero que estaba pintando mentalmente su obra antes de dibujarla. Por eso Weiwei se adentra en los sue?os de los otros para interpretar su significado. La reproducci¨®n de ese anhelo en manos del artista chino es industrial, despersonalizada, casi tecnol¨®gica.
El Design Museum explica que los p¨ªxeles de tres dimensiones de Weiwei incluyen una zona oscura que se refiere al propio artista (a Weiwei, no a Monet) y al zulo de la provincia de Xinjiang donde ¨¦l y su padre, Ai Qing, vivienron en exilio forzado durante los a?os sesenta.
M¨¢s all¨¢ de otras obras, en las que Weiwei cuestiona c¨®mo algo ¨²til puede perder el valor (como un casco producido en cristal), las piezas de Lego construir¨¢n un puente entre el arte y el dise?o hasta el mes de junio en el Design Museum. Habr¨¢ por el suelo y en las paredes. Todas y cada una proceden de donantes an¨®nimos. Al final este es un arte colectivo, disruptivo y puede que, como dice Weiwei recurriendo a la filosof¨ªa Zen, con el mismo objetivo de Monet: crear un paisaje ideal, hermoso, pac¨ªfico. De todos.
Babelia
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