¡°El m¨¢s valiente de los toreros artistas, y el m¨¢s artista de los toreros valientes¡±
Ese es Morante de la Puebla, seg¨²n el periodista Paco Aguado, autor de un ensayo sobre su figura
Por qu¨¦ Morante es el t¨ªtulo de un ensayo que en 2011 public¨® Paco Aguado, periodista y cr¨ªtico taurino madrile?o, sobre el torero sevillano a ra¨ªz de una tarde en la feria de Bilbao, al que le ha a?adido entre par¨¦ntesis antes y ahora para revisar, ampliar y editar el texto a la luz de los triunfos del torero en los ¨²ltimos a?os, culminados con las dos orejas y el rabo que pase¨® en La Maestranza durante la pasada Feria de Abril.
¡°?Por qu¨¦ Morante? Porque es un torero absolutamente necesario en unos tiempos extra?os en los que la tauromaquia est¨¢ tomando unos caminos preocupantes¡±, explica Aguado.
Y dice m¨¢s: ¡°Es el m¨¢s valientes de los toreros artistas, y el m¨¢s artista de los valientes; Morante es el torero artista m¨¢s trascendente de las ¨²ltimas d¨¦cadas¡±.
¡°Para torear como lo hace Morante¡±, continua el autor, ¡°tan despacio y pas¨¢ndose los toros tan cerca hay que tener el m¨¢ximo arrojo; hay un valor para la lidia, otro para enfrentarse a los toros duros, pero el valor supremo es ralentizar el toreo y dominar al toro a mil¨ªmetros de la taleguilla¡±.
¡°No es necesario hablar con Morante; ?alguien habl¨® con Mozart o Beethoven? A Morante hay que sentirlo¡±
El libro no es una biograf¨ªa al uso, sino un intento de descifrar las claves humanas y art¨ªsticas de la tauromaquia de Morante de la Puebla ¡°con un empe?o clarificador sobre la importancia de un torero que sufr¨ªa cierta incomprensi¨®n, y cuya amplia lista de matices y su contenido pasaban desapercibidos incluso a aficionados muy se?alados¡±, seg¨²n figura en el texto que a principios de este a?o ha publicado la editorial El Pase¨ªllo.
Sostiene Aguado, adem¨¢s, que el libro no es morantista. ¡°As¨ª es; es un an¨¢lisis sobre una forma de torear que, a mi juicio, debe permanecer porque ha sido la esencia de la tauromaquia durante a?os, y que hay que defender en unos tiempos complicados como los actuales¡±.
Aclara el autor que solo ha hablado en tres o cuatro ocasiones con el torero y nunca en profundidad. ¡°No hay necesidad de hablar con Morante¡± apunta; ¡°?alguien habl¨® con Mozart o con Beethoven?, con verlo torear basta, porque se desnuda cada vez que torea, y saca a flote todo lo que lleva dentro, vivencias, tristezas y alegr¨ªas; a Morante hay que sentirlo, ¨¦l representa al toreo en su m¨¢xima expresi¨®n¡±.
Pregunta. ?Qu¨¦ aporta a la sociedad de hoy un torero como Morante?
Respuesta. ¡°Autenticidad. Es uno de los grandes artistas de nuestro tiempo comparado con quien se quiera de otras actividades. El toreo es como la m¨²sica y genera reacciones viscerales directas, unas emociones profundas¡±.
Aguado est¨¢ convencido de que Morante ¡°es la fusi¨®n de muchos toreros¡±. ¡°Le obsesiona Joselito el Gallo¡±, afirma, ¡°pero el toreo que vimos hace dos ferias de San Miguel en Sevilla, desgarrado y abandonado, era puro belmontismo, no hab¨ªa ciencia ni inteligencia, solo pasi¨®n¡±.
Argumenta Aguado que Morante aprendi¨® a torear en la calle, y ha madurado con las aportaciones de mucha gente, y gracias a su gran afici¨®n a la historia del toreo.
¡°Morante no es un erudito, pero le gusta indagar en las fuentes, es un enamorado de la fotograf¨ªa antigua, y posee una gran cultura taurina¡±, prosigue el autor. ¡°Sabe torear por muchos toreros, tiene asumidas muchas formas de torear; ha llegado a dar el salto de la rana en un festival en Murcia y lo hizo perfecto. Conoce la historia de los toreros de Sevilla, y ha ido creando su propio universo. En suma, Morante tiene en la cabeza y en el coraz¨®n una idea muy amplia del toreo, es un compendio de otros muchos¡±.
¡°Morante es un antisistema, y no ha sido complaciente con ciertos sectores de Sevilla, lo que ha permitido que se le vea con cierto recelo¡±
Y, adem¨¢s, posee, a juicio de Aguado, una t¨¦cnica prodigiosa.
¡°Hablamos de la t¨¦cnica buena; cuando se dice que un torero es muy t¨¦cnico, me mosqueo. La t¨¦cnica la tiene que ver el toro y no el espectador. Cuando escuchas una sinfon¨ªa no est¨¢s pendiente de la t¨¦cnica, sino del sentimiento que te produce. Los toreros m¨¢s t¨¦cnicos que yo he conocido son Morante, Diego Urdiales y Jos¨¦ Tom¨¢s. Cuando torean est¨¢s viendo su entrega, su expresi¨®n, y utilizan la t¨¦cnica para dar cauce a todo lo que tienen que contar y no para venderla. Conseguir que toros complicados acaben embistiendo requiere una precisi¨®n extraordinaria. Este tipo de toreros hacen ver a los toros mejores de lo que son. Ah¨ª radica su dominio de la t¨¦cnica¡±.
Paco Aguado repasa en el libro distintas etapas en la trayectoria art¨ªsticas del torero, y concluye que ¡°Morante no siempre ha hecho lo que ha querido, y en muchas ocasiones se ha sometido al sistema, y ha sido el peor Morante porque ha carecido de ilusi¨®n. El artista m¨¢s aut¨¦ntico llega cuando abandona a su apoderado Matilla y se al¨ªa con su amigo Pedro Jorge Marques, lo que sucede en la Feria de San Isidro de 2021 que se celebr¨® en la plaza de Vistalegre de Madrid¡±.
¡°Se torea como se es y se torea como se est¨¢¡±, enfatiza Aguado para justificar las distintas fases de la carrera de Morante, ¡°un artista muy sensible a los influjos que surgen a su alrededor, que ha sufrido peleas sicol¨®gicas consigo mismo¡±.
Y Sevilla.
Aguado hace hincapi¨¦, finalmente, en la extra?a relaci¨®n que Sevilla ha mantenido con el torero de La Puebla.
¡°Morante es un antisistema¡±, afirma; ¡°vive a su aire, al margen de Sevilla, no ha sido un torero complaciente con ciertos sectores de la ciudad, los m¨¢s t¨®picos y apolillados, y esa actitud ha permitido que se le vea con cierta distancia y recelo¡±.
Recuerda Aguado que tom¨® la alternativa en Burgos y no en La Maestranza, y no se le ha perdonado ¡°como a otros¡± que haya tardado en reverdecer laureles en esta plaza tras su salida por la Puerta del Pr¨ªncipe en 1999.
Morante de la Puebla vuelve este Domingo de Resurrecci¨®n a Sevilla, y un cartel de ¡®no hay billetes¡¯ recordar¨¢ que la afici¨®n espera que el torero responda otra vez a la pregunta del libro de Aguado: Por qu¨¦ Morante¡
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