Antonella Sudasassi, la cineasta costarricense que opta al Goya por su pel¨ªcula sobre la sexualidad de las mujeres mayores
La directora fue en 2020 la primera centroamericana nominada en los premios del cine espa?ol y repite este a?o con su segundo filme, ¡®Memorias de un cuerpo que arde¡¯
Memorias de un cuerpo que arde es una anomal¨ªa del cine costarricense. No solo por su nominaci¨®n al premio Goya a mejor pel¨ªcula iberoamericana o por su exitoso recorrido por m¨¢s de 40 festivales, sino por la forma en que ha calado en la audiencia. Cuando la segunda pel¨ªcula de Antonella Sudasassi Furniss (San Jos¨¦, Costa Rica, 39 a?os) lleg¨® a salas de cine de su pa¨ªs a mediados del a?o pasado, la gente hablaba de un filme que deb¨ªa ser visto con abuelas y madres debido al tema que aborda...
Memorias de un cuerpo que arde es una anomal¨ªa del cine costarricense. No solo por su nominaci¨®n al premio Goya a mejor pel¨ªcula iberoamericana o por su exitoso recorrido por m¨¢s de 40 festivales, sino por la forma en que ha calado en la audiencia. Cuando la segunda pel¨ªcula de Antonella Sudasassi Furniss (San Jos¨¦, Costa Rica, 39 a?os) lleg¨® a salas de cine de su pa¨ªs a mediados del a?o pasado, la gente hablaba de un filme que deb¨ªa ser visto con abuelas y madres debido al tema que abordaba: la sexualidad de las mujeres mayores.
La obra de Sudasassi mezcla testimonios reales y una puesta en escena guionizada. Las voces de varias mujeres ¡ª¡°Siete u ocho¡±, seg¨²n la directora¡ª cuentan el descubrimiento de su sexualidad cuando eran j¨®venes, sus vivencias en una sociedad represiva y conservadora que les rob¨® su autonom¨ªa y la reclusi¨®n en el ¨¢mbito dom¨¦stico al ser vistas solo como esposas o madres sin vida interior. Las voces y los relatos se entrelazan formando una sola historia en un ejercicio de memoria colectiva que hace imposible distinguir con claridad qui¨¦n est¨¢ hablando. Las mujeres relatan y una misma actriz, la debutante Sol Carballo, da vida a sus palabras siempre dentro de un mismo escenario, una casa citadina en la que pasan las d¨¦cadas y se proyectan los recuerdos de las protagonistas.
¡°Algo que a m¨ª me atrajo much¨ªsimo es que parece que te est¨¢n contando un cuento. Creo que hay algo hermoso, incluso en las partes m¨¢s duras¡±, explica Sudasassi a EL PA?S sentada en un caf¨¦ de San Jos¨¦, la capital de Costa Rica. La cineasta se mostr¨® conmovida por la reacci¨®n que tuvo la pel¨ªcula en su tierra natal: ¡°Gener¨® una din¨¢mica maravillosa. Iban a verla familias y grupos de amigas. Hab¨ªa di¨¢logo entre todas ellas y, como cineasta, no hay nada m¨¢s hermoso que tu pel¨ªcula no se quede en el cine¡±.
La cinematograf¨ªa de Costa Rica, pr¨¢cticamente inexistente durante el siglo XX y la primera d¨¦cada de este siglo, ha experimentado un importante crecimiento liderado por directoras j¨®venes como Sudasassi, que poco a poco han reclamado un espacio en el escenario internacional. Con su primer largometraje, El despertar de las hormigas, la directora se convirti¨® en 2019 en la primera de su pa¨ªs en estrenar un filme en la Berlinale, y en 2020 fue la primera realizadora centroamericana nominada en la categor¨ªa de mejor pel¨ªcula iberoamericana en los premios Goya (desde entonces, solo otro centroamericano, el guatemalteco Jayro Bustamante, ha sido tambi¨¦n nominado).
Con Memorias de un cuerpo de arde, pel¨ªcula con la que contin¨²a la ¡°b¨²squeda creativa sobre la sexualidad femenina¡± de su anterior largometraje, Sudasassi volvi¨® a Berl¨ªn y gan¨® el Premio del P¨²blico en la secci¨®n Panorama. Despu¨¦s el filme cosech¨® otra decena de premios ¡ªincluyendo el del p¨²blico en el festival de Bus¨¢n (Corea del Sur) y el de mejor direcci¨®n en el festival de Huelva¡ª, se convirti¨® en la pel¨ªcula nacional m¨¢s vista en salas de Costa Rica en la ¨²ltima d¨¦cada y culminar¨¢ con su participaci¨®n en los Goya el pr¨®ximo s¨¢bado y con el estreno en salas espa?olas el 21 de febrero.
¡°Yo hice la pel¨ªcula pensando que era una historia muy costarricense, del contexto en el que nos criamos, de ese catolicismo que est¨¢ tan impregnado en la cultura. Pero, de repente, te encontr¨¢s con una historia que resuena en muchos otros p¨²blicos, y es porque en realidad habla de una experiencia vital de las mujeres¡±, reflexiona la cineasta.
Una conversaci¨®n ¨ªntima
Memorias de un cuerpo que arde se rod¨® tras una investigaci¨®n de tres a?os. Despu¨¦s explorar la sexualidad en la ni?ez y en la juventud en sus trabajos anteriores, Sudasassi estaba interesada en continuar con la vejez. ¡°Uno siempre ve a sus abuelas, pero nunca se atreve a preguntarles si sus maternidades fueron deseadas, si supieron lo que es un orgasmo, si disfrutaron de su sexualidad o si vivieron una vida libre. Una de mis abuelas tuvo siete hijos, la otra, once, y realmente nunca tuve esa conversaci¨®n con ellas¡±, elabora la cineasta.
Como una de sus abuelas ya estaba muerta y la otra ten¨ªa problemas de memoria, la directora comenz¨® a dar los primeros pasos de este proyecto buscando a otras mujeres dispuestas a hablar. ¡°Yo empec¨¦ ese di¨¢logo sin saber muy bien qu¨¦ iba a pasar, o incluso si esto iba a ser una pel¨ªcula¡±, a?ade.
Para Sudasassi, era fundamental conseguir testimonios reales para su trabajo, ya que su inter¨¦s estaba en ¡°representar algo que no se representa en la pantalla¡±. Como las entrevistas las realiz¨® durante el confinamiento por la covid-19, la directora afirma que el di¨¢logo se dio en un espacio de ¡°much¨ªsima intimidad¡±. ¡°Son conversaciones que nunca hab¨ªan tenido con sus mam¨¢s, con sus hijas o con sus nietas. Ellas me contaron partes de sus vidas que nadie sab¨ªa¡±, explica. Esto fue para ella ¡°un privilegio¡±, pero tambi¨¦n conllevaba ¡°una responsabilidad de dignificar esas historias¡±.
Desde el inicio, la cineasta y las entrevistadas acordaron que ser¨ªan testimonios an¨®nimos, ya que para la mayor¨ªa de ellas era dif¨ªcil contar sus historias, que inclu¨ªan episodios de abuso f¨ªsico, sexual y psicol¨®gico. ¡°Con el paso del tiempo, me daba cuenta de que esos sentimientos, esas sensaciones, esa incertidumbre y esa frustraci¨®n eran compartidas. Me agarr¨¦ de esas similitudes y conform¨¦ un relato que se reinventa en la colectividad. No es el relato de ninguna, es el relato colectivo de muchas¡±, apunta Sudasassi.
Ser la primera en escuchar esas historias provoc¨® tambi¨¦n una confrontaci¨®n interna para la cineasta: ¡°Supuse que habr¨ªa violencia, pero jam¨¢s a los niveles que me encontr¨¦. Por el otro lado, una sorpresa muy grata fue encontrarme con aquellas ganas de rehacer sus vidas que ten¨ªan todas esas mujeres¡±.
Pel¨ªcula, no documental
La contraposici¨®n entre los testimonios reales y la puesta en escena lleva a la pregunta de si lo que se est¨¢ viendo es un documental o una ficci¨®n. Para la directora, sin embargo, esas etiquetas corresponden a ¡°un tema que ya deber¨ªa haber sido superado¡±: ¡°Para m¨ª, la palabra es simplemente ¡®pel¨ªcula¡¯¡±.
La realizadora sostiene que la ¡°separaci¨®n¡± entre documental y ficci¨®n que sigue imperando en festivales de cine y ceremonias de premios es ¡°un deje del periodismo¡±. ¡°Creo que lo m¨¢s apropiado ser¨ªa llamar a todo pel¨ªculas. Lo dem¨¢s es algo que necesitamos para categorizar y etiquetar, pero es irrelevante¡±.
En t¨¦rminos generales, para la cineasta lo primordial es que las historias est¨¦n ¡°bien contadas¡± y no que sean reales. Sin embargo, en el caso de Memorias de un cuerpo que arde, consider¨® fundamental que los espectadores entendieran que los relatos son ver¨ªdicos, ya que estos ¡°son el coraz¨®n de la pel¨ªcula¡±. La intenci¨®n de Sudasassi era crear ¡°la empat¨ªa que se puede sentir al escuchar a una abuela hablando¡±.
Para lograr esto, opt¨® por jugar con los l¨ªmites de los formatos y que ¡°el documental transgreda el mundo de la ficci¨®n y la ficci¨®n transgreda el mundo del documental¡±. En ese sentido, compara su trabajo con el de la chilena Maite Alberdi, tambi¨¦n nominada en la misma categor¨ªa este a?o con El lugar de la otra, y que en sus pel¨ªculas tambi¨¦n ha diluido los l¨ªmites de la ficci¨®n y del documental.
Adem¨¢s de Alberdi, una de las voces m¨¢s importantes del cine chileno, Sudasassi estar¨¢ al lado del brasile?o Walter Salles (A¨²n estoy aqu¨ª) y del argentino Luis Ortega (El jockey). Compitiendo con tres pa¨ªses que considera ¡°los m¨¢s fuertes¡± de la regi¨®n, la costarricense afirma que su filme es el ¡°underdog¡± de la categor¨ªa. El quinteto lo completa la uruguaya Ag¨¢rrame fuerte, de Ana Guevara Pose y Leticia Jorge Romero. Su expectativa, dice, es que su nominaci¨®n abra el camino para otras ¡°cinematograf¨ªas m¨¢s peque?as¡± y que los espectadores ¡°se atrevan a explorar¡±.