Zidane y Casillas dan al Madrid la Novena

Casillas salv¨® la Novena. Una copa que lleg¨® con 7 minutos de retraso y de infarto. El Madrid, agazapado en su ¨¢rea a la espera del trofeo que premiaba su centenario, termin¨® el encuentro desfondado. El golazo de Zidane al filo del descanso fue suficente gasolina para un Madrid que termin¨® con la reserva.

El Madrid, pese al buen inicio de la segunda parte, empez¨® a recular ante el empuje del Bayer. Un disparo lejano de Ballack y un cabezazo de Berbatov puesieron un nudo en la garganta de los aficionados blancos.

En los primeros minutos de la segunda, un Madrid m¨¢s sosegado tras el gol de Zidane, ha sabido contener la ofensiva del Bayer, que se ha lanzado con ansiedad a por el empate. Figo, una de las estrellas m¨¢s eclipsadas del Madrid durante el encuentro, ha sido sustituido por el ingl¨¦s McManam¨¢n, autor del segundo gol al Barcelona en el partido de ida de las semifinales.

Desquiciado tras el gol de Zidane, el Bayer se ha tirado descaradamente hacia la porter¨ªa de C¨¦sar. Sin embargo, toda la organizaci¨®n, el criterio y la claridad de ideas de la primera parte se ha quedado en el vestuario alem¨¢n. Sin saber qu¨¦ hacer, el sosiego del Madrid ha terminado por imponerse. Los alemanes tienen la bola y la maltratan, mientras que el Madrid se asoma de vez en cuando a lomos de Zidane y Ra¨²l, anunciando el tercero.

Entretanto, un choque fortuito de C¨¦sar con Lucio ha terminado con el portero madridista en la enfermer¨ªa mediada la segunda parte. Con gesto contrariado, el vallisoletano ha abandonado el campo y Casillas ha ocupado su lugar.

El gol de Zidane

Ped¨ªa ya el Madrid el descanso ante la avalancha del Bayer, cuando un ataque aislado, con un pase de Roberto Carlos al cielo terminaba con un gol de bandera. Zidane recog¨ªa ese brindis al sol y lo convert¨ªa en un zurdazo a la escuadra impresionante, ante el que nada pod¨ªa hacer el portero germano.

Antes, los goles de Ra¨²l y Lucio sum¨ªan al Madrid y al Bayer en un ritmo de juego fren¨¦tico, con constantes llegadas en las dos ¨¢reas, que hicieron olvidar a los dos equipos el centro del campo. El Bayer estaba sacando petr¨®leo de un partido enloquecido en el que la defensa madridista se encontraba desconcertada ante los arrebatos alemanes, que hac¨ªan temblar a los centrales blancos. S¨®lo la ineficacia de Neuville impidi¨® que los blancos tuvieran que sacar de nuevo el bal¨®n de sus mallas.

El gol que adelantaba al Madrid llegaba de las botas de Ra¨²l. Un saque de banda estrepitosamente defendido por el Bayer, lleg¨® al 7 madridista, que empuj¨® un bal¨®n cruzado, suave, que no pudo interceptar el portero germano. Sin embargo, pocos segundos despu¨¦s Lucio dejaba en evidencia al portero madridista en un saque de falta en el que se ha adelantado a todos para poner el empate en el marcador de Hampden Park.

Hasta los goles iniciales, sucedidos en un abrir y cerrar de ojos, la lucha en el centro del campo, con poco movimiento de bal¨®n era la t¨®nica general. Ninguno de los dos consegu¨ªa imponer su criterio. La inexperiencia de unos y la urgencia por la novena de otros imped¨ªa una circulaci¨®n coherente del bal¨®n.

Era el Madrid, no obstante, el que con m¨¢s mordiente se lanzaba a por el gol en los primeros instantes, en los que sus estrellas ya dejaban sus primero detalles.