Un perdedor nato, un eterno segund¨®n
El Bayer Leverkusen ha conquistado el coraz¨®n de los alemanes, pero es incapaz de resistir la carga psicol¨®gica de ganar una final
Si el Madrid de Florentino P¨¦rez no gana la final de la Liga de Campeones al Bayer Leverkusen, el exitoso empresario de la construcci¨®n deber¨ªa considerar en serio la posibilidad de mandar el finiquito a todas las estrellas del club que preside. El equipo de la multinacional farmace¨²tica alemana ha demostrado, repetidas veces en los ¨²ltimos tiempos, que es un perdedor nato, un eterno segund¨®n, incapaz de resistir la carga psicol¨®gica de ganar una final. Con una fuerte dosis de iron¨ªa, el adversario del Madrid en Glasgow ha sido bautizado en Alemania con el mote de Bayer Neverkusen, un juego con la palabra inglesa never (nunca), en alusi¨®n a su incapacidad para ganar en los momentos decisivos.
'Ni en 100 a?os el Leverkusen lograr¨¢ superarnos', dijo Hoeness, el m¨¢nager del Bayern.
No obstante, el buen juego del Bayer Leverkusen le ha servido para ganarse un lugar en el coraz¨®n de los aficionados alemanes, castigados durante muchos a?os por el juego r¨¢cano y minimalista impuesto por el Bayern M¨²nich. El f¨²tbol ofensivo, de triangulaciones y pases cortos, desplegado por el Leverkusen esta temporada, y la inevitable simpat¨ªa que despiertan los perdedores, han convertido a este equipo de empresa multinacional, con escasa tradici¨®n, en el m¨¢s querido de Alemania. De ah¨ª surgi¨® otro juego de palabras y le llaman tambi¨¦n Bayer Leverknutschen. Knutschen, significa en alem¨¢n besuquear. El Bayer Leverkusen es un equipo que inspira el mimo y el besuqueo, ese que se le da al ni?o que se ha portado bien y le maltratan los mayores abusones, como el Bayern M¨²nich, el Borussia Dortmund y, el pasado s¨¢bado, el Schalke 04 en la final de copa en Berl¨ªn.
El 20 de mayo de 2000 el Leverkusen hab¨ªa llegado al ¨²ltimo partido de la Bundesliga con tres puntos de ventaja sobre el Bayern M¨²nich. Jugaba el Leverkusen en Unterhaching, un pueblo al lado de M¨²nich, y le bastaba un empate para llevarse a casa por primera vez el plato que premia al campe¨®n de la Bundesliga. El Unterhaching ya estaba salvado y no se jugaba nada en el envite. La estrella creciente del Leverkusen, el gran centrocampista Michael Ballack, desencaden¨® el desastre con un gol en propia puerta. Luego vino el 2-0 y los funcionarios de la Federaci¨®n Alemana de F¨²tbol (DFB) todav¨ªa tuvieron tiempo para llevarse el trofeo hasta el vecino Estadio Ol¨ªmpico de M¨²nich, donde el Bayern cumpli¨® con su deber, gan¨® el partido y la Bundesliga, por mejor diferencia de goles.
Esta temporada todo indicaba que las cosas pod¨ªan cambiar. El Leverkusen iba en cabeza con cinco puntos de ventaja, cuando faltaban tres partidos y le quedaban dos en casa. El plato de campe¨®n estaba de nuevo al alcance de la mano. Con un 1-1 contra el Werder Bremen el ¨¢rbitro pit¨® un penalti a favor del Leverkusen y su portero Butt, que los mete casi todos, esta vez fall¨®. Luego les entr¨® la tembladera, perdieron ese partido por 1-2 y el siguiente en Nuremberg por 1-0. La Bundesliga se fue a Dortmund. Para redondear la faena, la final de Copa del s¨¢bado en Berl¨ªn dej¨® al descubierto las carencias de un Bayer Leverkusen, que jugar¨¢ la final sin su capit¨¢n y jefe de la defensa Jens Nowotny, sin su pu?al por la banda izquierda, el brasile?o Ze Roberto, y con Lucio, Ballack y Neuville bastante tocados por las lesiones en una temporada que puede concluir el mi¨¦rcoles en Glasgow con una derrota en todos los frentes.
La incapacidad del Leverkusen para ganar provoc¨® el comentario sangrante del manager del Bayern M¨²nich, Uli Hoeness, quien, en tono arrogante y con la prepotencia que le caracteriza, asegur¨® hace unos meses: 'Ni en 100 a?os el Leverkusen lograr¨¢ superarnos'. M¨¢s le valiera haber callado. En la reci¨¦n concluida Bundesliga, el Leverkusen no gan¨®, pero qued¨® segundo, por encima de los de M¨²nich. El tono despectivo de Hoeness ha contribu¨ªdo a despertar en los alemanes un cierto efecto compasi¨®n con el Leverkusen, que adem¨¢s ha mostrado la posibilidad de otro f¨²tbol con una dosis de est¨¦tica superior con el que desde hace d¨¦cadas el Bayern M¨²nich castiga a los aficionados.
En la identificaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica alemana con el Leverkusen ha representado un papel importante el gerente del club, Rainer Calmund. Este hombret¨®n de unas 12 arrobas, a quien le llaman XXL-Calmund por su figura exuberante, conmovi¨® a toda la naci¨®n alemana cuando le ve¨ªan llorar a l¨¢grima viva el d¨ªa en que la derrota en Nuremberg desalojaba al Leverkusen del liderazgo y le dejaba, una vez m¨¢s, a las puertas del t¨ªtulo de la Bundesliga. Calmund hace y deshace en el Leverkusen. ?l es el art¨ªfice que ha manejado las crisis del club, como las provocadas los ¨²ltimos a?os por Bernd Schuster, con sus caprichos de estrella en decadencia, y la del entrenador Christoph Daum, a quien se le descubri¨® una afici¨®n a la cocaina que le llev¨® a los tribunales de justicia. En la campa?a de acoso y derribo a Daum jugaron un papel importante, como no, las acusaciones de Hoeness contra el entrenador del Leverkusen, a quien Calmund tuvo que despedir. No se compagina representar a una multinacional de la farmacia y la droguer¨ªa con el consumo de otras drogas ilegales.
Calmund control¨® la crisis y, tras un intermedio desastroso con el ex seleccionador alem¨¢n Berti Vogts como entrenador, dio en el clavo al contratar al actual, Klaus Toppm?ller, quien ha transformado al equipo, aunque no haya conseguido imbuirle la condici¨®n de ganador, sin miedo al v¨¦rtigo que da caminar por las alturas. El Leverkusen de Calmund ha dado un toque de humanidad y elevado la consideraci¨®n de Leverkusen en Alemania. No parece que pueda plantearle muchos problemas al Madrid. No obstante, el Madrid no puede fiarse. Y si no, que le pregunten a Javier Clemente, cuando lleg¨® con el Espa?ol a Leverkusen con un 3-0 en el partido de ida y regresaron a Barcelona sin la copa de la UEFA.
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