Tampa Bay barre a Oakland con sus propias armas y se ci?e la corona de la Super Bowl

La fiesta por antonomasia del deporte estadounidense; el evento que sienta ante las pantallas de la televisi¨®n a todos aquellos que no han tenido la suerte de conseguir una entrada para el Qualcomm Stadium de San Diego; la noche en la que un segundo de publicidad cuesta lingotes de oro y los tiempos muertos se rellenan con la m¨²sica de los mejores artistas del mundo; el espect¨¢culo americano en estado puro tiene muchos triunfadores pero un solo ganador, en este caso el equipo Tampa Bay Buccaneers, que ha aplastado por un contundente 48-21 al Oakland Raiders y se ha llevado su primer triunfo en la final del campeonato estadounidense de f¨²tbol americano, la Super Bowl.

Los Buccaneers, el equipo con la mejor defensa del campeonato, apenas dejaron jugar a sus rivales, que se preciaban de tener el ataque m¨¢s brillante pero apenas anotaron por algo m¨¢s que casualidad.

La estrella venida de Londres

Rich Gannon, cerebro (quarterback) de los Raiders, apenas pudo hilvanar una jugada bajo la presi¨®n asfixiante de la defensa rival, que intercept¨® cinco pases y devolvi¨® tres en forma de tantos (touchdowns). Ni por un momento pudo Gannon demostrar su genio, e incluso en la ¨²ltima parte del partido, cuando los Raiders anotaron tres touchdowns y redujeron su desventaja a 34-21, la defensa de los Buccaneers anul¨® todas las opciones de remotada.

Por el contrario, el quarterback de Tampa Bay, Brad Johnson, del que no se esperaba una actuaci¨®n fuera de serie, decidi¨® que esta noche era su noche, y complet¨® 18 de sus 34 pases, 215 yardas ganadas y un par de touchdowns. Tan poco sospechoso de estrella es este Johnson que incluso cuenta en su curr¨ªculo con una temporada en los Monarchs de Londres, equipo ya desaparecido.

Sting y No doubt

Su brillante partido y el de su entrenador, Jon Gruden, que con 39 a?os es el t¨¦cnico m¨¢s joven en enfundarse el anillo de campe¨®n, acabar¨®n con los 27 a?os de trayectoria gris y miserable de los Buccaneers, que cuentan en su palmar¨¦s con el r¨¦cord de partidos perdidos del campeonato.

Pero la Super Bowl es mucho m¨¢s que deporte, como prob¨® el despliegue de bellas animadoras, anuncios de televisi¨®n cercanos a la obra de arte y, sobre todo, actuaciones musicales: abri¨® la noche Carlos Santana, junto con Beyonce Knowles y Michelle Branch, y Celine Dion, que cant¨® el himno estadounidense. En el descanso, Shania Twain anim¨® al personal con su country-rock y dio paso a un curioso d¨²o entre Sting y la cantante del grupo No doubt.