Italia desnuda a Alemania
Un golazo de Grosso y otro de Del Piero en los dos ¨²ltimos minutos de la pr¨®rroga hicieron justicia y clasificaron a Italia para la final
La selecci¨®n italiana, que acab¨® con cinco hombres de ataque, fue mejor que una discret¨ªsima Alemania. La vulgaridad que ocult¨® el f¨²tbol durante todo el partido desapareci¨® en los dos ¨²ltimos minutos de la pr¨®rroga.
Especial Alemania 2006 |
Foro del Mundial (nueva herramienta) |
La presencia de Italia y Alemania en la semifinal del Mundial da una idea del nivel en el que se mueve el f¨²tbol en los ¨²ltimos tiempos. Son selecciones, como la mayor¨ªa de las que han participado en el torneo, repletas de jugadores que corren, se caen, se levantan y siguen corriendo, se vuelven a caer y, mientras, riegan con litros de sudor el c¨¦sped. Por eso, lo normal era que un encuentro entre estos dos equipos se solucionara en los penaltis o en la pr¨®rroga. Y fue en el tiempo extra donde Italia apost¨® por la calidad y se llev¨® una victoria que la vulgar Alemania nunca mereci¨®.
Alemania es un equipo que ha merecido elogios exagerados y que ser¨¢ recordada como una de las peores selecciones que ha respresentado a este pa¨ªs en un Mundial. La contundencia con la que pas¨® por encima de rivales a¨²n m¨¢s vulgares transmiti¨® una imagen equivocada del verdadero calibre del conjunto que entrena Klinsmann.
Italia y su entrenador, Marcello Lippi, viven una crisis de identidad y no saben si mirar hacia atr¨¢s, como han hecho toda la vida, o encomendarse a la calidad de Pirlo, Totti o Del Piero, tres futbolistas tan fabulosos que no parecen italianos. Lippi consigui¨®, despu¨¦s de muchas dudas y pruebas durante el Mundial, alcanzar un equilibrio sin traicionar el esp¨ªritu del catenaccio y en la primera parte dio un baile a los alemanes.
Borowski
Quiz¨¢ nadie es m¨¢s consciente de las debilidades de su equipo que Klinsmann y por eso, con la coartada de la ausencia del sancionado Frings, sustituido por Kehl, decidi¨® dejar en el banquillo a Schweinsteiger y apostar por los kilos y cent¨ªmetros de Borowski. Pero alinear a Borowski en la banda izquierda es como situar un sem¨¢foro en el desierto, que est¨¢ pero no sabes muy bien para qu¨¦ sirve. A los 70 minutos, Klinsmann no tuvo m¨¢s remedio que rectificar, corregir su error y dar entrada a Schweinsteiger por el pesado Borowski.
Pese a sus carencias, Alemania, empujada por su afici¨®n, llev¨® la iniciativa de inicio, pero sin llegar a inquietar de verdad a Buffon, que lo vio todo de lejos, sin alterarse. Pero no se conoce a una selecci¨®n italiana que se asuste, por mucha presi¨®n en contra que tengan, y esta vez no iba a ser menos. Superado el primer cuarto de hora surgi¨® la figura de Totti, con un escudero de lujo como Pirlo, e Italia pas¨® a dominar con una autoridad abrumadora el encuentro. Pirlo y Totti se adue?aron del bal¨®n, lo movieron con criterio, impusieron el ritmo que m¨¢s les interes¨® e Italia disfrut¨® de buenas ocasiones para marcar. La m¨¢s clara una de Perrotta despu¨¦s de un pase genial de Totti.
Perdido el centro del campo y el bal¨®n, Alemania qued¨® en evidencia y su respuesta fue correr detr¨¢s de los italianos y del bal¨®n y pegar cuando tuvieron ocasi¨®n, con la anuencia del ¨¢rbitro mexicano Archundia, que en caso de duda siempre favoreci¨® a los anfitriones. No ten¨ªan m¨¢s y as¨ª se les pas¨® el primer tiempo, en el que la mejor noticia para los de Klinsmann fue que no recibieron ning¨²n gol. Kehl, que ni rob¨® ni cre¨®; Ballack, muy lento y con poca lucidez; Klose, que apenas pis¨® el ¨¢rea; y Podolski, otro delantero sobrevalorado, se perdieron entre la mediocridad y si no aparecen ellos Alemania termina de derrumbarse.
Los alemanes tomaron aire en el descanso y cuando salieron de los vestuarios repitieron lo hecho en el primer tiempo. Buscaron el bal¨®n e intentaron impresionar a los italianos, que dieron un paso atr¨¢s, renunciaron a la pelota y cerraron m¨¢s los espacios en torno a Buffon. As¨ª se encontr¨® Alemania con su ¨²nica oportunidad clara en toda la noche, un tiro de Podolski a los 60 minutos despu¨¦s de una jugada de Schneider por la derecha. Una hora tuvo que pasar para que Buffon se viera exigido.
Un paso atr¨¢s
Italia multiplic¨® sus precauciones defensivas y comenz¨® a pensar m¨¢s en no perder que en ganar, una premisa sobre la que ha construido su historia. Los italianos se sienten c¨®modos defendiendo y por eso no les import¨® vivir al borde de su ¨¢rea toda la segunda parte. Totti y Pirlo perdieron presencia y Gattuso gan¨® en protagonismo. Lo fundamental era no cometer errores y asegurar el cero en su porter¨ªa.
Los alemanes tuvieron el bal¨®n, pero como no supieron qu¨¦ hacer con ¨¦l terminaron estrell¨¢ndose en todos sus ataques contra el muro azul levantado delante de Buffon. La pr¨®rroga era una consecuencia inevitable y en sus dos primeros minutos se vieron las dos ocasiones m¨¢s claras de Italia, un disparo de Gilardino al poste y otro de Zambrotta al larguero.
Agotados los alemanes, que ya no pueden presumir ni de fortaleza f¨ªsica, Italia fue quien m¨¢s busc¨® y mereci¨® la victoria. A Lippi no parec¨ªan gustarle los penaltis tanto como a Klinsmann y termin¨® jugando con dos delanteros centros (Iaquinta y Gilardino), dos mediapuntas (Totti y Del Piero) y un mediocentro como Pirlo. No se recuerda tanto futbolista de ataque reunido en la misma alineaci¨®n de Italia. Y cuando se vieron superados apareci¨® Buffon, como en un tiro envenenado de Podolski.
La osad¨ªa de Lippi encontr¨® su premio con los goles del lateral izquierdo Grosso y de Alessandro Del Piero, que llevaron a Italia a la final de un Mundial doce a?os despu¨¦s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.